U N O
- Por favor Yoongi, es lo mejor para nuestra familia. - Dijo su padre mientras intentaba convencerlo de casarse con ese chico.
- Anda Yoonnie, se ve que SeokJin es un buen chico.
- Pero mamá-
- Pero nada Yoongi, te vas a casar con ese chico y punto. - Dijo su padre ya harto llevándose una mano al puente de su nariz. - Deberías estar agradecido de que te haya pedido matrimonio, piénsalo, no te va a faltar dinero ni nada y vamos a poder hacer crecer la empresa. Podrías pensar en tus padres de vez en cuando.
- ¡Pero si ustedes nunca piensan en mí, literalmente me dejaron solo toda mi infancia por andar en sus negocios!
- ¡Basta! ¡Te vas a casar con ese chico porque nosotros lo decimos y punto!
- ¡Pero papá-!
- ¡DIJE BASTA! - Grito mientras señalaba las escaleras, en una clara señal de que subiera antes de arrepentirse.
Se fue hasta su habitación refunfuñando, tenía 19 años, no 9 como para que lo estuvieran castigando.
Se dejo caer al colchón, sintiendo como de pronto todas las emociones del momento lo invadían.
Mierda, se iba a casar, con alguien que literalmente había visto solo una vez, alguien que no conocía para nada y con solo 19 años solo para conseguir el beneficio de los demás, siendo él el único que salía realmente perjudicado.
Porque a sus padres él nunca les importo mucho que digamos, estaba claro que él era solo otra pieza de su maligno juego para lograr obtener más y más poder.
No tiene ni un recuerdo de algún buen momento juntos como familia. Había paso toda su infancia solo, excepto cuando tenían que quedar bien en algún evento, ahí sí que eran los padres del año.
Ni a los empleados le importaba, ellos solo estaban allí para hacer su trabajo, y en cierto punto, los entendía.
Tampoco tuvo la oportunidad de hacer otros amigos en el colegio, de eso se encargó perfectamente la señora Min al encerrarlo totalmente en su casa con su maestro particular.
Cuando quiso darse cuenta ya estaba llorando, sentía que su vida valía una mierda.
- Oye Yoon, anda cámbiate que va a venir SeokJin y tienes que estar presentable, no quiero que te vea... así. - Dijo su madre cerrando la puerta de su habitación tan pronto termino de hablar.
Si, definitivamente sentía que su vida era una mierda.
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- Estamos tan contentos de que su hijo tenga intenciones de casarse con Yoongi, van a ser un muy buen matrimonio. - Dijo su madre mientras le servía más té a la señora Kim.
- Me alegra mucho escuchar eso, tenga por seguro que mi hijo es un muchacho muy educado que sabrá cuidar muy bien de su hijo.
Como si necesitará alguien que me cuide. Pensó mientras rodaba los ojos de forma discreta, no quería algún otro golpe por parte de su madre.
- Entonces si vamos a casarnos, que bueno que hayas aceptado mi propuesta. - Dijo SeokJin mientras caminaba hacia donde él estaba sentado en la sala, tambaleando su taza con lo que sea que le haya servido su madre.
El simplemente lo ignoro mirando para otro lado mientras jugaba con su taza de café.
- Es de mala educación ignorar así a las personas como tú lo estás haciendo ahora conmigo. - Dijo sentándose a su lado, acercándose cada vez más a su cara, cosa que obviamente lo hizo poner nervioso. - Eres un chico de elite, supongo que tienes un poco de educación al menos ¿no?
- Bueno, podría decirse que los modales están en el ojo de cada uno ¿no? - Dijo mirándolo por unos pocos segundos y luego volviendo a apartar la mirada.
No lo juzguen, ese chico lo ponía nervioso con solo mirarlo.
- ¿Sí? Yo no creo que sea así, y me parece de muy mala educación que no me mires cuando te hablo. - Dijo aún más cerca, logrando que sus respiraciones se mezclen.
El chico dejo su codo en el apoyabrazos de su silla mientras descansaba su cara en su mano, alzando una ceja mientras tomaba con fuerza su antebrazo cuando intento alejarse.
- S-suéltame.
- Mmh.- Sonriendo de medio lado dijo. - ¿Y si no quiero que?
- ¡Que me sueltes! - No se dio cuenta de lo fuerte que hablo hasta que vio la mirada de sus padres y los de SeokJin darse la vuelta en su dirección y al mismo SeokJin alejándose inocentemente, bebiendo de su taza.
- ¿Pasa algo Yoonnie?
- N-no mama, nada, no pasa nada. - Dijo mientras volteaba a ver a SeokJin, quien lo miraba con una expresión de burla en su cara.
Y así siguió la merienda, con los dos hombres hablando de sus empresas y las mujeres husmeando, preparando cosas para esa dichosa boda.
Pero en lo único que podía pensar Yoongi era en por que su corazón latía tan rápido desde que SeokJin se había acercado de esa forma a él, ¿Qué carajos le pasaba?
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El fino espejo de la habitación reflejaba a la perfección su traje blanco con algunos brillos, sus finos zapatos, el suave maquillaje que tenía en ese momento y hasta lo pálida que era su piel. Intento sonreír mientras observaba su reflejo, pero lo único que logro conseguir fue una especie de mueca que rápidamente se deformo, volviendo a su cara seria.
Se suponía que debía estar feliz ¿no? Se iba a casar con un importante hombre, pudiendo así agrandar la empresa de su padre y la fortuna de su familia. Iba a tener dinero y no le faltaría nada, ¿no se suponía que debería estar feliz?
Al parecer el intento de lavado cerebral que le hizo su madre no había hecho mucho efecto. A él le daba igual el dinero o las empresas, pero hacia todo eso para hacer felices a sus padres, cuanto más dinero mejor, a fin de cuentas, así es como funciona el mundo.
Cuando sintió la puerta abrirse detrás de si suspiro, fingió una sonrisa esta vez un poco más creíble que la anterior antes de darse la vuelta y ver a su madre.
- Yoongi, ¿estas listo, hijo?
- Claro mamá, acabemos ya con esto.
- Ay, no hables así, tendrás un buen esposo y dinero, ¿Qué más puedes querer?
Suspiro. Para ese entonces ya había perdido la cuenta de cuentas veces había suspirado desde que se levantó, pero estaba seguro de que si seguía así se terminaría desinflando.
Un buen esposo y dinero. Ya tenía esa frase grabada en el cerebro.
Simplemente siguió a su madre hasta la puerta de la iglesia, donde había muchos autos estacionados y su padre lo esperaba para llevarlo al altar. Cuando entro, la música sonaba fuerte, la gente estaba de pie, mirando como caminaba del brazo de su padre, pero él lo único que podía ver era a SeokJin parado en el altar, también vestido de blanco mientras lo miraba con una extraña sonrisa en los labios.
Cuando llego y el cura empezó a decir las palabras no sabía a donde mirar, no se animaba a ver a SeokJin a los ojos.
Realmente no escuchaba lo que el hombre estaba diciendo, solo se dio cuenta cuando le toco dar el acepto.
- Usted, Min Yoongi, ¿acepta amar y respetar... - Dejo de escuchar todo en ese momento, se encerró en su propia burbuja, ¿realmente aceptaba arruinar su vida casándose tan joven con alguien que apenas había visto unas tres veces en toda su vida? Da igual, lo que menos importaba allí era su opinión. - Hasta que la muerte los separe?
Hasta que la muerte los separe.
- Acepto. - Dijo sin pensar, porque si se paraba a pensarlo tan solo un segundo estaba seguro que saldría corriendo.
- Y usted, Kim SeokJin, acepta amar, resp-.
- Acepto. - Hablo el más alto, sorprendiéndole a él y al cura.
- Pues bien, pueden besarse.
De pronto los aplausos estallaron apenas sus labios se juntaron con los de SeokJin, en el beso más frio y sin gracia que había tenido en toda su vida, aunque realmente solo había besado una vez. En ese momento debió haberse dado cuenta que le importaba una mierda al hombre, pero su corazón decidió simplemente ignorarlo.
Desde ese momento, todo frente a sus ojos paso en cámara rápida, los aplausos, la gente, la fiesta, sus padres, todo. Volvió a ser consiente solo cuando ya se encontraba en la habitación del caro hotel junto con SeokJin, que se acercaba peligrosamente a donde él estaba.
- ¿Q-que estas-? - Intento alejarse del hombre, pero choco contra la puerta de la habitación y este lo acorralo, poniendo sus brazos a cada lado, acercando mucho la cara a la suya.
- Se supone que esta es nuestra luna de miel, ¿Qué más voy a estar haciendo?
- N-no, espera, no quiero.
- ¿No? - Se separo a verlo. - Pues yo si quiero. - Y asalto su cuello, haciendo que suelte un grito algo alto.
SeokJin lo empujo contra la cama mientras que tapaba su boca con una mano para callar sus gritos. Cerro los ojos e intento pensar en otra cosa, cualquier otra cosa era mejor en ese momento.
¿Había sido una buena decisión? No, mejor dicho, ¿Había sido una decisión en primer lugar? Al menos, suya no había sido.
Cerro los ojos, ni siquiera podía pensar en su infancia y apenas terminaba la adolescencia, realmente no tenía ningún buen momento en el que pensar en ese entonces. Solo se dedicó a ignorar al hombre encima suyo que en ese momento abusaba de su cuerpo, hombre que ahora era su esposo.
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¡Hola!
¿Les gusta?
No tengo mucho que decir, solo que lo disfruten y sigan leyendo.
Besos virtuales.
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