Capítulo 5: Tarzán
No puede ser
Es que
No lo entiendo
¿Qué cosa?
¿Cómo puedes decir que no eres
adorable?
Mira esa foto de perfil
Creo que me dará un patatús
Quién lo diría
Eres más divertido por chat que
en persona
¿Gracias?
¿Cómo conseguiste mi Instagram
de todos modos?
No fue nada difícil
Hace poco un tío que no conozco
me comentó una publicación
Me generó muchísima curiosidad
y entré a su perfil
Tiene la cuenta pública, por lo que me
di cuenta de que estabas entre sus
amigos. Me pareció interesante
Así que pensé, why not?
Jungkook observó la pantalla de su celular con la boca y los ojos bien abiertos, maldita sea, en ese momento él realmente estaba deseando despellejar vivo a Seokjin mientras moría de vergüenza. ¿Qué se supone que debía decirle ahora? ¿Hacerse el que no sabía de qué estaba hablando? ¿Excusarse por el comportamiento de su amigo? ¿Dejarle en visto? ¿Bloquearlo, tal vez?
—Tierra trágame y escúpeme en la cama de Justin Bieber —masculló, cerrando los ojos con fuerza, tenía la certeza de que sus mejillas incluso estaban rojas y seguramente también su labio inferior por lo mucho que sus dientes estaban maltratándolo.
¿Entonces te gusta el arroz?
Se abofeteó mentalmente por lo que acababa de enviar, y es que para pasar pena con Taehyung no necesitaba ni a sus padres ni a su mejor amigo. Él solito se avergonzaba sin problema. Mordió su labio inferior una vez más cuando recibió una respuesta.
Jajaja
¿Qué se suponía que significaba eso? El de azules cabellos no envió nada más e incluso dejó de estar en línea. Se cuestionó si debía volver a escribirle, tal vez retractarse por la estúpida pregunta que había soltado, pero Mi Suk no le dio tiempo para eso, ella se asomó por la puerta de conexión luego de tocar y le miró con una sonrisa radiante.
—¿Listo?
Jungkook se arrojó bocabajo en su cama cuatro horas después, sus piernas estaban exigiéndole un descanso luego de haber caminado sin parar por todos los negocios para turistas que permanecían abarrotados de personas.
Habían pasado por la playa y sumergido los pies en el mar hasta las rodillas, también compraron para los tres una bebida que se servía en la mitad de un coco y que contenía solo un poco de licor, su madre había conseguido unos recordatorios que quería tener en la casa cuando volvieran y él le había comprado una camisa con temática de palmeras a Seokjin, para que también la utilizara cuando le llevara a conocer el mar.
Guardó los regalos para su amigo en uno de los bolsillos de su maleta, asegurándose de que no fuera a perderlos para dentro de un mes y medio que pudiera entregárselos. Dio una vuelta en la cama perezosamente, se sentía cansado y, aunque todavía estaba algo temprano, no le disgustaba la idea de quedarse ahí y no salir más por ese día, después de todo habían comido al llegar al hotel, antes de subir a sus habitaciones.
Jungkook hasta había buscado a Taehyung con la mirada en el restaurante, pero no lo había visto a él ni a ninguno de su familia.
Y como si hubiese hecho una invocación mental, su celular vibró al recibir un nuevo mensaje del muchacho de cabellos azules.
Por supuesto, su corazón comenzó a latir a mil por segundo.
¿Vas a hacer algo después?
No lo creo, hace poco llegué con mis
padres y dudo que tengan intenciones
de volver a salir
Van a hacer un evento aquí en la
piscina como a eso de media noche,
escuché que será divertido
¿Vamos juntos?
Claro
Jungkook literalmente tuvo que tapar su rostro con la almohada para que su emoción no alcanzara los curiosos oídos de sus padres en la habitación contigua. ¿Taehyung acababa de invitarle a algo así como salir? Bueno, le alegraba saber que al menos no se había espantado con el comentario de Seokjin en su publicación. Se levantó de un tirón para preparar lo que iba a utilizar, agradeciendo el haber empacado ropa presentable también.
Las próximas tres horas fueron como una lenta tortura. Sus padres habían decidido dormir para levantarse temprano en la mañana y poder disfrutar todo el día, por lo que se levantó sigilosamente y se dio una ducha rápida antes de cambiarse por los pantalones de mezclilla y la camiseta negra que había preparado. Se puso las zapatillas con la única ayuda de la linterna de su móvil y acomodó un poco sus cabellos castaños con sus dedos.
No quería despertar a sus padres, ellos no habían tenido problema con que asistiera a aquel evento, pero no quería que se levantaran y volvieran a atacarle con sus intensas preguntas y sus sugestivas miradas. Guardó la llave de la habitación en su bolsillo y decidió que no llevaría el móvil. Él nunca iba a ningún lado sin su móvil, pero por aquella vez decidió que podía pasar de uno de los dispositivos tecnológicos más fundamentales de su vida.
Nada más llegar al punto de encuentro se percató de que habían cambiado varias cosas. De espaldas a la piscina tenían alrededor de sesenta sillas en dos divisiones de treinta, con un espacio considerable para caminar entre ambas, y en todo el frente se levantaba una tarima con cortinas negras y reflectores. Quedaban pocos lugares por ser ocupados y había personas vestidas de negro caminando por los alrededores, supuso que formaban parte de los encargados del evento.
—Hey. —Se giró al escuchar la voz de Taehyung detrás suyo y le dedicó una sonrisa cuando sus ojos se encontraron. Él también tenía el cabello un poco húmedo y Jungkook pensó que se veía jodidamente bien, llevaba unos vaqueros negros y una camiseta blanca, manteniendo las manos en los bolsillos en una postura relajada.
—Hey, hola. ¿Cómo es que organizaron todo esto de repente? —preguntó, volviendo a observar el lugar con asombro.
—Estuvieron desde el atardecer aquí, los vi cuando acomodaban la tarima. Una de las organizadoras me dijo que iba a estar genial y que debería venir, así que... —Se encogió de hombros y Jungkook asintió sonriente. Le indicó con un movimiento de cabeza las sillas de la división más cercana, que eran las que estaban más centradas con el improvisado escenario, de modo que caminaron hacia ahí y se acomodaron el uno al lado del otro en la antepenúltima fila llegando a la piscina.
El evento no tardó mucho en comenzar una vez que todos los asientos estuvieron ocupados, un hombre cuarentón dio inicio a través del micrófono con el que se hizo escuchar en el centro de la tarima, Jungkook y Taehyung dirigieron toda su atención a él.
—¡Buenas noches! ¡Estamos por comenzar y ya estoy emocionado! Mientras yo estoy aquí intentando improvisar algo para distraeros, mi equipo está detallando muy bien al público y pronto los reflectores van a hacer una importantísima selección. ¡Ahí está!
Todos miraron de inmediato hacia el lugar donde la potente luz blanca había apuntado. Dos sonrientes mujeres de las vestidas de negro instaron al muchacho elegido a levantarse y pronto todos estaban vitoreando, aunque ni siquiera sabían por qué.
—¡Bien! ¡Oh, uno más! —El proceso se repitió y fue en ese momento en el que Jungkook se percató de que otras dos mujeres le estaban señalando a él y al chico a su lado, comenzó a ponerse muy nervioso y se encogió en su lugar—. ¡Ahí está el tercero! ¡Solo falta uno! ¡Ah, qué emocionante! —La luz blanca barrió a todo el público por unos segundos y entonces se detuvo en Taehyung, quien puso una mano frente a su rostro con evidente sorpresa y con los estridentes vítores de fondo—. ¡Eso es!
Las dos mujeres se acercaron y le hicieron levantarse mientras reían, Jungkook solo miraba todo sin terminar de asimilarlo, las observó llevarse al mayor a una esquina de la tarima y no pudo retener la risita cuando lo comprendió. Su acompañante le lanzó una mirada de auxilio desde la distancia y el castaño se unió con diversión a los aplausos del público cuando les hicieron subir al escenario.
—Muy bien —continuó el presentador, limpiando unas cuantas lágrimas falsas y ocasionando las risas de los presentes—. Hasta olvidé presentarme por la emoción —añadió, moviendo la mano como si acabara de hacer algún daño—. Yo soy Tuto, pero podéis llamarme Timothee Schwarzenegger —dijo, junto a una pronunciada reverencia que le hizo ver graciosísimo—. Y a este juego me gusta llamarlo: ¡Tarzán!
Se giró hacia los cuatro seleccionados que tenía a sus espaldas y les indicó que avanzaran, haciendo que se acomodaran el uno al lado del otro mirando hacia el público. El peliazul quedó en la esquina al lado izquierdo de Jungkook, casi frente a él, quien quería reír por la expresión de sufrimiento en el rostro de Taehyung. En definitiva no parecía nada cómodo siendo el centro de atención de toda esa gente.
—Bien, estos cuatro hombrones tienen a sus parejas entre el público, así que cuidado, no los miréis demasiado —prosiguió, caminando delante de ellos—. Uy, hola. —Se detuvo a un lado del de azulados cabellos y le dedicó una miradita sugerente mientras subía y bajaba las cejas repetidamente, las risas del público no se hicieron esperar—. No mentira, que luego me pega —dijo, señalando hacia donde estaba sentado Jungkook, por lo que muchos pares de ojos se dirigieron a él, incluyendo los nerviosos de Taehyung.
El menor no sabía si reír por la situación o llorar porque ellos en realidad no eran pareja como ahora todos pensaban.
Luego de unas risitas más, el hombre volvió con el muchacho que estaba en la esquina opuesta a su amigo, ellos dos eran los más jóvenes de los cuatro.
—Entonces, ¿casado o comprometido? —le preguntó, poniendo el micrófono frente al rubio.
—Comprometido.
—¡Bien, Tarzán número uno! —Tuto dio un paso a su izquierda, caminando de espaldas al público y llegando junto al siguiente, un hombre treintón de cabello negro—. ¿Casado o comprometido?
—Casado.
—¡Hala! ¡Tarzán número dos! —Avanzó hasta el siguiente, un sujeto musculoso de cabello castaño aplastado, con un tatuaje sobresaliendo del cuello de su camiseta—. ¿Casado o comprometido?
—Casado.
—¡Otro casado, bien! ¡Tarzán número tres! —Entonces llegó junto a Taehyung y soltó una risita antes de girar la mitad de su cuerpo para mirar al público—. Este me encanta —dijo, poniendo una mano al lado de su boca, como si el de azules cabellos no debiera escuchar.
Jungkook sintió que varias personas le miraban de nuevo mientras reían, pero es que no podía culpar al hombre, la verdad. Ese muchacho era el sueño de cualquiera.
—¿Casado o comprometido?
—Umh... ¿comprometido? —respondió cuando el micrófono fue puesto frente a su boca. El castaño se mordisqueó el labio inferior, observando a su amigo llevar una de sus manos a la parte posterior de su cabeza con nerviosismo.
—¡Excelente, Tarzán número cuatro! —Tuto volvió a posicionarse en el centro para dirigirse a los presentes, levantando una mano para que cesaran los aplausos y todos pudieran escucharle—. ¡Ahora sí! ¡Con esto damos inicio a la ronda número uno! ¡Ellos, como los señores de la jungla, van a tener que demostrarnos quién es el mejor! Lo primero es simple, ¡bailar! —Ante el estruendo del público, la música se apoderó del ambiente a través de los altos parlantes y el presentador instó a sus cuatro participantes a complacer a los espectadores, haciéndose a un lado para no interferir en la visión.
Jungkook centró toda su atención en Taehyung, quien negó con la cabeza antes de tomar aire y soltarse también en el escenario, siguiendo el ritmo de la música y haciendo al castaño pasar saliva ante la majestuosidad de sus movimientos.
El muchacho rubio se acercó al de azules cabellos, de modo que los dos comenzaron a tener una especie de enfrentamiento musical, que tenía a todos aplaudiendo y gritando, y a Jungkook apunto de sufrir un serio paro cardiaco si Taehyung seguía moviendo la cadera de esa manera.
Cuando la música se ahogó, los bailarines se detuvieron y Tuto volvió frente a ellos. Con una mano dramáticamente sobre su pecho.
—Ah, no os imagináis las buenas vistas que he tenido desde allá atrás —comentó, reavivando las risas—. ¡Pues bien! ¡Es hora de elegir un ganador y esa importante decisión la dejaré en vuestras sabias manos! —De modo que nombró a cada Tarzán para evaluar por cuál de ellos se generaba más estruendo.
Cuando el presentador pronunció las palabras «Tarzán número cuatro», el público rompió en vítores y aplausos, siendo chicas en su gran mayoría, y Jungkook casi sintió una punzada de celos.
Así siguieron la ronda número dos y tres, sin que la gente pudiera parar de reír. Taehyung ganó la segunda también, que había sido de destreza y puntería con una pelota pequeña y un cajón de madera con divisiones que tenían diferentes puntuaciones, pero el castaño casi no había entendido de qué iba el juego por andar perdido en observar al muchacho peliazul, quien había comenzado a soltarse y sonreía constantemente, volviendo locos a todos con su particular y encantadora sonrisa.
La tercera ronda, en cambio, la ganó el castaño del tatuaje, habiendo sido una prueba de quién terminaba de beber primero una botella de cerveza con la tapa puesta, teniendo solo una miserable abertura en ella.
—¡Solo queda la última ronda y personalmente es mi favorita! Como dicen por ahí... ¡Mucha ropa~! —gritó, alargando la última letra y haciendo enloquecer a los espectadores—. Vamos, ¡fuera camisas! ¡Fuera camisas! ¿Cuándo habéis visto vosotros un Tarzán con camisa que sea interesante?
Jungkook no pudo evitar que su boca se abriera cuando su amigo tiró de los pliegues de su camiseta hacia arriba y se la sacó, tirándola por ahí al igual que los demás. Deslizó los ojos por la piel canela de su abdomen y su delgada cintura de ensueño, sintiendo que se quedaba sin aire por unos segundos, y no fue el único.
—Oh, santo cielo. —Tuto, de nuevo, se acercó a él, mirando su cuerpo sin cohibirse, pero solo con la obvia intención de entretener—. Ah, pero no le observéis demasiado, que allá está su prometido con una mirada fulminante —añadió, haciendo que todos volvieran a girarse hacia el menor, quien se sonrojó a una velocidad sorprendente porque en realidad no había podido dejar de mirar a Taehyung y supo que muy probablemente él lo había notado.
Una de las mujeres vestidas por completo de negro se le acercó cuando el presentador había vuelto a atraer la atención de todos, y le hizo una seña para que se levantara. Jungkook obedeció sin estar muy seguro, siendo que cuando hicieron a su acompañante hacer lo mismo, el chico terminó sin camiseta en una tarima frente a más de sesenta personas.
El castaño fue guiado hasta la piscina, donde le indicaron que se quedara junto al borde. Miró a las otras tres personas que le acompañaban, dos mujeres y otro muchacho. Entonces todo comenzó a aclararse en su cabeza. Eran las parejas de los Tarzánes.
Tuto llegó frente a ellos, siendo seguido por los cuatro hombres que tenían descubierta la parte superior de su cuerpo, y se detuvieron frente a Jungkook y los demás, en el borde del otro extremo de la piscina.
—¿Llevas encima algún móvil, un reloj? —le preguntó la misma mujer de antes, y el castaño negó con la cabeza distraídamente. Se hubiese detenido a pensar más en la razón de esa pregunta, de no ser porque sus ojos acababan de conectarse con los de Taehyung en un contacto visual que al menor se le antojó diferente a todos los anteriores. Había algo más en la mirada oscura del chico, algo que le erizó la piel, aceleró sus pulsaciones e hizo que sus manos comenzaran a sudar. Maldita sea, ese muchacho iba a acabar con él.
—A esta ronda la llamo, ¡salvar a Jane! —En cuanto el presentador terminó de pronunciar esas palabras, Jungkook sintió un fuerte empujón por la espalda y de pronto estaba sumergido por completo en la piscina.
Sus zapatos se llenaron de agua y su ropa se pegó a su cuerpo, del mismo modo que los mechones de cabello a su frente. Se impulsó hacia la superficie, tomando aire en cuanto sacó la cabeza y llevó uno de sus antebrazos a sus ojos para retirar el exceso de agua antes de abrirlos. Fue en eso cuando sintió el firme brazo que rodeó su cintura y abrió los ojos a tiempo para observar a Taehyung atrayéndole a su cuerpo. Su mano izquierda terminó sobre su pecho desnudo y con la derecha se sujetó de su hombro mientras el mayor estaba apoyándose en el borde con el otro brazo.
La piscina no era tan honda, era consciente del suelo rozando la punta de sus zapatos, pero sostenerse por sí mismo en definitiva no podía sentirse mejor que estar entre los brazos de ese chico.
Se miraron con intensidad, ajenos por completo a lo que estaba pasando a su alrededor, solo demasiado perdidos en la profundidad de los ojos del otro. Jungkook deslizó la mano sobre el pecho del contrario, despacio, casi sin pensar, solo obedeciendo a las órdenes de sus inquietos dedos. Los ojos del de azules cabellos bajaron hasta los labios del castaño, haciendo que por poco y olvidara cómo respirar. Percibió que ejercía fuerza en el agarre alrededor de su cintura hasta que ni siquiera el agua podía pasar por en medio de ellos y, Dios, Jungkook realmente perdió la noción de todo lo demás ante lo bien que se sentía.
La distancia entre sus rostros comenzó a disminuir hasta que sus alientos cálidos se entremezclaban, el del mayor con el sutil toque de la cerveza que había bebido en la ronda anterior, pero que de igual forma le hizo sentir un cosquilleo en el abdomen.
El menor miró sus labios también cuando ya estaban a tan solo un suspiro de distancia, hasta que la algarabía y los chapuzones de toda la gente que había decidido unirse a la diversión dentro de la piscina les hizo reaccionar, como si acabaran de despertar de un sueño.
Taehyung aflojó su agarre y Jungkook pasó a sostenerse también del borde y no de él, sintiendo sus mejillas arder y su corazón latiendo con celeridad. Se lanzaron una mirada nerviosa antes de ponerse de acuerdo para salir, todavía sintiendo demasiado fuerte la intensidad de ese momento.
El de azules cabellos se dispuso a ir por su camiseta olvidada en la tarima, donde le entregaron un premio por participar y además haber sido el ganador, mientras que el castaño escurrió como pudo su ropa para no llegar a empapar toda su habitación. Caminaron en silencio con evidentes sonrojos, y cuando se despidieron solo pudieron hacerlo con un movimiento de muñeca, evitando el contacto visual por los nervios que no se apaciguaban dentro de ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top