A veces no entendemos por qué el tiempo pasa tan rápido. Y por qué no sabemos gozar los momentos más importantes.

Yo creo que, es porque estamos tan aferrados a esos pensamientos de querer acelerar el tiempo para llegar al futuro que nos aislamos del presente. Es como si comieras muchísima azúcar o tuvieras energía excesiva que tú alrededor lo ves lento. Y es porque tú vas muy muy rápido.

Es como acelerar a la película con el control. Nos perdemos de los momentos quizás mejores que podríamos vivir. Y jamás volverán.

Una chica estudiante, rodeada de skateboys y chicas presumidas. Que también era medio demente pero no peligrosa. Soñadora, inocente y muy inteligente. Además de trabajadora, esperaba con ansias tener 18 años, pues no había muchas oportunidades de trabajo siendo menor de edad. Además de que anhelaba con tener una pareja mucho mayor que ella, y ese, el motivo por el que nunca fueron de su tipo los chicos de su instituto. Apesar de que uno de ellos fue el agrado de la chica. Estaba aferrada con vivir una historia de adulto.
La chica dijo que quería un cambio de instituto con personas de mejor calidad, para tener mejores oportunidades de crecimiento económico dentro de las posibles amistades que pudiera conseguir.
Sin embargo, debido a un pequeño incidente, ella ya no pudo estudiar. Un pequeño problema de saludo con un familiar la hizo abandonar su escuela.
Fueron 7 duros meses que estuvo inactiva, sin trabajar ni estudiar. Al principio ella disfrutaba estar relajada, alejada del movimiento y las tareas. Pero dejó de disfrutar de su familia el último mes que estuvo en casa debido a la desesperación por conseguir un empleo.
Al poco tiempo lo obtuvo, entró y...no fue lo que ella esperaba. La chica tuvo su primer enamoramiento. Su primer amor. Anteriormente ella tuvo un novio, quien literalmente si fue el primero, pero no tenía la chispa que lograría hacerle sacudir su corazón. Sin embargo, el hombre de su empleo si lo tuvo. Mayor, elegante, inteligente, hombre de negocios, apuesto, romántico, gracioso y protector con ella.
Se enamoró de él. Y pasando el tiempo ella se fue olvidando de su familia.
Aferrada al hombre, estuvo dispuesta hacer lo que fuera con tal de recibir dinero extra por parte de él, además de que estuviera a su lado.
Llegó el día en que él cruzó el límite de respeto con ella, cosa que le rompió el corazón a ella. Fue un gran dolor que sentía en ese momento. Gracias a Dios ha sanado su corazón y mente.
Ahora, ella comprende que el dinero no se gana con trabajo extremo, sino pensando con inteligencia.
Y que el único padre que ha tenido, es Dios.
Él es todo lo que puede tener. Siempre a su lado, amándola y ayudándola a crecer.

Ya no tengo 17 años, pero puedo decir que viví esa etapa tal como la imaginé.

Tengo mis expectativas de como quiero vivir mis 18, con Dios primero, lo haré.

Tomando en cuenta las experiencias de mis logros y errores. Voy a crecer.

JayludelaCruzSanchez