3| Más de un vida para encontrarnos
Camino con las manos en los bolsillos y la mente en algún lugar remoto. Tal vez se haya trasladado a mis recuerdos, aquellos que atesoro y guardo bajo llave, como si alguien fuera capaz de arrebatármelos en un descuido. Varias interrogantes aterrizan en mí, porque hoy es uno de esos días donde no paro de recordarla.
Desearía que coincidiéramos de nuevo. En otro tiempo, en otra época. Para así adquirir otra oportunidad de aferrarme a ella y jamás soltarla.
A mi lado, Logan come la hamburguesa que compró en el comedor y luce tan tranquilo que no imagina a dónde han arribado mis pensamientos esta vez. Acabamos de salir de la cafetería y ahora nos dirigimos a las habitaciones. Los pasillos yacen vacíos y nos envuelven un cómodo silencio, mas decido romperlo.
—¿A quién te gustaría volver a encontrar en otra vida?
Voltea hacia mí, confundido, a lo que respondo con una sonrisa. Lo he tomado por sorpresa y aquello me divierte.
—Qué pregunta... —Traga saliva al desconocer qué contestar—. Nunca lo he pensado. No suelo ponerme filosófico muy a menudo.
Asiento y le brindo unos minutos para pensar. No obstante, estos transcurren y continúa callado, así que insisto.
—Sigo aguardando tu respuesta.
Suspira, pensativo, y tras unos instantes, contesta.
—No sé si me gustaría vivir otra vida. Al menos no si debo afrontar lo mismo que en esta —manifiesta con voz ronca, como si de pronto le pesara hablar—. Aunque suponiendo que luego de morir reencarnase en otro cuerpo sin poder evitarlo, quisiera toparme otra vez contigo, con mis padres y mi hermana.
—Lo de tu familia lo comprendo. Tu madre te ha ayudado muchísimo y te apoya en todo, pero, ¿por qué conmigo?
—Eres mejor persona de lo que crees o de lo que te hicieron pensar.
—Eso dices tú, pero la chica a la que le tiré el balde de pintura me debe odiar en estos momentos.
—No creo que... —Enarco una ceja—. Bueno, sí, tal vez. La humillaste delante de todos, ¿en qué estabas pensando? —me recrimina y le da un último bocado a su hamburguesa.
—Ya le aseguré que fue accidental.
—Hablando de accidentes... —Tira la envoltura en el tacho junto al cual transitamos—. ¿Cómo lo supo?
Me encojo de hombros. Seguro es adivina. Pese a que llegué al vientre de mamá cuando menos lo esperaba, decidió seguir con el embarazo al enterarse de que yo era varón. Necesitaban a alguien que asumiera el mando de la empresa dentro de unos años y según ellos, sólo un hombre poseía la capacidad de ejercer dicha labor. Sin embargo, no contaban con que me negara a seguir sus pasos.
El teléfono de Logan emite un sonido, lo cual causa que lo saque de su bolsillo. Desliza su pulgar sobre la pantalla y niega, entretenido con alguna notificación. Doblamos a la izquierda y tiro de su brazo para evitar que se choque contra dos maestros. Él ni siquiera se inmuta.
—Ya le están haciendo memes en Instagram.
Siento una punzada de culpa y me muerdo el labio. No pretendía que todo esto pasara, pero tampoco puedo rebobinar el tiempo hacia atrás para impedir la tragedia.
—¿Me dejas ver?
Logan se aclara la garganta para calmar una ligera risa y me muestra su celular. Espera que suelte algún comentario, mas pestañeo sin comprender.
—¿En serio? ¿Nada? —Agita su celular delante de mí—. ¿Cómo es posible que no te cause risa un meme? Me preocupas.
—Tú tienes diecinueve y aún no aprendes a inflar un globo. Eso de verdad preocupa.
—¿Puedes reírte, aunque sea por comprmiso? Te pareces a mi mamá.
Una carcajada se escapa de mis labios, porque de pronto no puedo contenerla más. Lo echaba de menos. Nos conocimos hace cinco años en terapia, cuando empecé a asistir con la psicóloga, y desde aquella tarde en que se acercó a conversar conmigo, no nos hemos separado.
No me agrada recordar los momentos tan difíciles que me envolvieron, pero duelan o no, conforman la historia de mi vida. Hoy miro hacia adelante y descubro que me falta mucho camino por recorrer, que la lucha es larga y varias veces uno piensa en rendirse. En dejarlo todo, en huir a toda prisa y escapar de una realidad que sólo te mata en vida. Nunca fui seguro de mí mismo, tal vez por el estilo de crianza tan autoritario y rígido que tuve, o porque simplemente se me dio por nacer detestándome. Pero abrí los ojos.
Entendí que, si no me salvaba yo, no lo haría nadie. Que mi vida colgaba de una cuerda que nadie más que yo, sostenía. Que podía romperla si quería, pero que ninguna otra persona lograría hacerlo por mí. Comprendí que era dueño de mi existencia y decidí luchar por ella. Por adueñarme de mi propia vida.
Creo que todas las personas deberíamos batallar por nuestros sueños, por más difícil que sea alejar la mala vibra. La felicidad no suele tocarte la puerta, algo tan maravilloso no puede resultar tan sencillo de alcanzar. Así que tomé la decisión de luchar y de atreverme a correr riesgos. Me cansé de permanecer sentado esperando a que las cosas se solucionaran por sí solas, por tanto, saqué valentía de donde ni yo mismo sabía que conservaba. Entonces vislumbré una salida del oscuro túnel en que me encontraba pereciendo.
Y tú, ¿qué haces para ser feliz?
Aprendí que el amor más importante y difícil de hallar es el propio. Muchos poseen la dicha de tenerlo consigo. Admiro y aplaudo a quienes han trabajado y luchado por ello.
—Hablando de tu madre, ¿le contaste que ahora estudiamos en la misma universidad? —No veo a la señora Miller desde hace mucho. Ojalá me recuerde.
—Charlé con ella anoche, te manda saludos. —Me apunta y sonríe—. ¿Extrañas los viejos tiempos? —Noto cierta tristeza en su voz que no disimula por completo y las comisuras me tiemblan.
—Prefiero los que vendrán a partir de ahora.
—¿Alguna vez creíste que lo lograríamos?
—Estuve a punto de resignarme.
—Yo igual —afianza, melancólico—. Y dos años después seguimos aquí.
Observo a mi alrededor y me invade una sensación de felicidad absoluta. Intento describirla con palabras, pero fracaso en el intento porque sólo puede definirla los latidos acelerados de mi corazón. Estoy estudiando Literatura. Lo que siempre quise, lo que soñé desde niño y lo que me mantuvo con vida. A pesar de todo, me entristece que mis padres no me permitan compartir este sueño con ellos.
Subimos las escaleras y tras mucho andar, llegamos a los dormitorios del segundo nivel. Están situados en un pasillo angosto y largo. Constan de seis puertas a cada lado con un número de tres dígitos en la pequeña placa dorada de la parte delantera para que identifiquemos las nuestras. Me dispongo a mencionarle algo a Logan, cuando de pronto su teléfono emite un sonido. Sus mejillas se tornan de un color rojizo y se rasca la nuca, cohibido. Me inclino para ojear la pantalla y leo el nombre de su madre. Le ha enviado una fotografía, mas no la aprecio en su totalidad porque él se echa para atrás y me aparta de golpe.
—Déjame ver —le suplico, ya que me entra la curiosidad—. ¿Otra vez te etiquetó en foto tuya de bebé?
Logan se lleva el móvil al pecho, cubriendo la pantalla para que no la observe.
—Le pediré que la borre.
Se aleja de mí y avanza por el pasillo en dirección a mi habitación. Voy detrás de él, pues me apetece fastidiarlo un poco más. Lo cojo del brazo y ofrece resistencia, como si fuera un delincuente con intenciones de despojarlo de una de las cosas más valiosas de su vida.
—Sólo un vistazo, prometo no burlarme de ti.
—¡No! ¡Suéltame! —exige empujándome.
Sin percatarnos, llegamos a la puerta de mi habitación. La luz está encendida, pero no le presto mucha atención y me dedico a intentar quitarle el móvil.
—¡Dame el celular! —le demando e inicia un forcejeo, aunque ambos nos esforzamos por contener la risa.
—¡Te estoy diciendo que no es nada!
—¡Enséñame la foto!
—¡Que no! ¡Quítate!
Consigo arrebatárselo luego de algunos intentos, mas trata de recuperar su dispositivo. Alzo mi brazo para que no pueda alcanzarlo, aprovechando que le saco unos centímetros, y retrocedo. Paso por alto las cajas localizadas en el suelo, las cuales me provocan un tropiezo. Sin soltar su teléfono, caigo al piso y lo arrastro conmigo, porque trato de sostenerme de él.
Logan aterriza sobre mí, con su rostro demasiado cerca al mío, y lo aparto antes de que sus labios se estampen contra los míos. No me apetece reforzar la amistad de esa forma.
Se separa de mí a toda velocidad y recoge su teléfono del piso, debido a que resbaló de mis manos. De reojo, noto que realiza un mohín de asco y frunzo el ceño, pese a que sólo busca molestarme. A todo esto, un chico de cabello castaño claro y anteojos nos observa, atónito. Lo reconozco de inmediato como el de mi clase de Filosofía, quien ahora sabe que Logan y yo sí nos conocemos y que le he mentido.
—¿Están bien? Creo que no debí dejar esas cajas ahí.
Asiento, me levanto del piso y sacudo mi pantalón mientras efectúo ímprobos esfuerzos por ocultar el dolor que siento en el trasero.
—Tú debes ser mi compañero de habitación —deduzco y decido presentarme para culminar con incómoda de esta situación—. Hola, soy Sebas, ¿tienes Wattpad?
—Ya vas a empezar... —murmura Logan y se lleva una mano a la frente.
Asegura que me pongo pesado cuando hablo acerca de libros. Pero, ¿quién no? Si son lo mejor del mundo. Seguido de los autores, claramente, puesto que ellos se encargan de escribir y crear dichas maravillas.
—¿Wattpad? ¿Qué es eso?
Casi me atoro con mi saliva. Repaso su rostro en busca de algún indicio de que broma, mas no ubico ninguno. Logan ríe al apreciar mi reacción de completo asombro.
—Un oscuro lugar donde pierdes la virginidad mental.
El muchacho ladea su cabeza, todavía más desconcertado. Y hasta diría que algo asustado. Estoy a punto de protestar, pero Logan me señala.
—Por eso quedó así.
—No lo escuches, no sabe de lo que habla —le lanzo una mirada amenazante—. Te garantizo que es todo súper sano.
—Una vez que almas inocentes entran ahí ya no logran escapar —indica y se le acerca para después susurrarle al oído—: Sálvate mientras puedas.
—No se trata ninguna página de videos prohibidos, ¿o sí?
Me escudriña con desconfianza y me apresuro a aclarar las cosas para limpiar mi nombre. Debe creerme un pervertido luego de las difamaciones de Logan hacia mi humilde persona.
—Es una red social para escritores. Si te gusta leer o escribir, te recomiendo crearte una cuenta.
—Suena interesante —expone tras meditarlo unos segundos—. De hecho, asisto a la facultad de Literatura. Me llamo Axel.
Sonrío, pues quizá haya encontrado una buena compañía los trabajos grupales. No me gusta quedarme solo por mis escasas habilidades sociales.
—Si te gusta leer tanto como a mí sin duda nos llevaremos bien.
—Que conste que te advertí. No me responsabilizaré de futuros traumas. —Logan palmea su hombro y se aproxima a salir de nuestra habitación.
—¿Ya te vas? —Mi amigo asiente.
—Debo tomar mi siesta de las cuatro. No me extrañes.
Me guiña un ojo y cierra la puerta con tanta fuerza que el flequillo que le cae por la frente se eleva.
—Disculpa. —Axel se aclara la garganta detrás de mí, ocasionando que voltee—. No sé si discutieron y por eso me mentiste en clase afirmando que no lo conocías cuando resulta obvio que sí. Pero creo que no deberías ser tan celoso con tu novio. Confía en él, no necesitas que revisarle el celular. Apuesto que no te engaña con nadie y sólo tiene ojos para ti. No lo ignores, estoy seguro de que aquello le duele mucho.
Procesando... ¿Qué?
—¿Piensas que él y yo somos...? —Asiente y mis mejillas arden. En definitiva, soy un desastre con las primeras impresiones—. No, no, te equivocas. Es sólo un amigo. Te lo aseguro.
—Oh, ya veo... —se excusa entre risas—. ¿Pero se gustan?
—A mí nomás me gustan personajes literarios. —Me rasco la nuca, cohibido—. Y te juro que somos más normales de lo que parecemos al principio.
Luego de esto jamás intentaré quitarle el teléfono a Logan. Ni siquiera para admirar las penosas fotografías de cuando era pequeño que sube su madre. Ya aprendí la lección y no dejaré que esto se repita. Qué vergüenza.
***
🚨⚠️📣 BREAKING NEWS 📣⚠️🚨
A partir de ahora, las actualizaciones de la historia serán todos los domingos. Fin del comunicado.
¿Qué les pareció el capítulo? Espero que les haya gustado ❤️
¿Qué opinan sobre los personajes hasta el momento? ¿Creen que Axel se creará una cuenta en Wattpad?
¿Cómo descubrieron ustedes la plataforma naranja? ¿Cuánto tiempo llevan aquí? ¿Recuerdan la primera historia que leyeron?
Gracias por leer 💕 Volveremos a leernos el domingo de la semana entrante, ¡hasta pronto! No olviden tomar agüita de coco 🥥
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