Extra
Pues este es el capítulo extra del que os hablé, así que, sin más, disfrutadlo <3
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EXTRA
¿Qué tan complicado puede ser planear la cita perfecta? Para alguien tan organizado como Shion, al parecer, es toda una complicación magistral que no se compara con llevar un santuario entero. ¡Incluso eso parece más sencillo!
Dos semanas enteras son las que llevan siendo una pareja, y no es una sorpresa cuando se dan cuenta de que pocas cosas han cambiado entre ellos. Aparte de darse besos y estar más acaramelados, pocas cosas hacen que no hicieran antes. Sin embargo, el arduo trabajo de Shion como el gran patriarca, le impide pasar todo el tiempo que quiere con Dohko.
Estas dos semanas han dado para muchas cosas en sus vidas, sobre todo en la vida de Shion. Se ha dado cuenta definitivamente, que, aunque le gusta mucho ser el patriarca, lleva haciendo lo mismo por doscientos años. Quiere algo más. Ahora que está vivo de nuevo, quiere poder hacer otras cosas, y ser el patriarca no está en ellas. Si bien lo disfruta, ¿no es mejor dejarle eso a las nuevas generaciones?
Es algo que ya se lo ha comentado a Athena, y ésta se ha mostrado abierta a proponer un santo dorado en especial como patriarca. Ella, como la diosa de buen corazón que es, entiende que no le puede pedir a Shion otras décadas de lo mismo, y le deja retirarse del puesto. Claro que no significa dejarla de lado, pues todo lo que conoce Shion es sobre ser un santo, y el mundo moderno es casi incomprensible para él. Si bien no puede volver a ser un santo, ha decidido que se dedicará a enseñar a los alumnos que están llegando nuevos – es algo que le gusta más y se le da muy bien –.
Esta decisión no la conoce nadie más que Athena y la propia Dohko, pues todavía no han decidido cual será el sucesor al puesto. Es obvio que la diosa quiere que sea Saga, pues considera que tiene experiencia. Mientras el santo de géminis se mantuvo en el puesto, lo hizo sorprendentemente bien – hasta que se volvió un tirano, claro –. Shion, por su parte, no lo tiene del todo claro. No es que desconfíe del primogénito, sino que tiene dudas sobre cómo pueda tomárselo Saga, pues todavía se culpa.
Por otro lado, también han considerado la idea de que sea Kanon, el cual pudo mantener durante trece años el santuario de Poseidón y mandar sobre éste. Del mismo modo, Shion tampoco lo tiene claro, pues eso podría ser otro golpe a Saga.
En conclusión: no tiene ni idea de a quién escoger, y mientras no sepa, no se puede retirar, y lo peor es que Athena no parece decidirse tampoco. Solo tienen claro que debe ser uno de los dos gemelos, pues son los más mayores y con más experiencia.
Todo esto mientras Shion intenta planear una cita con Dohko, pues pese a llevar dos semanas oficialmente juntos, no han tenido ninguna salida que pueda considerarse una cita, y a ambos les gustaría tener una. Claro, siendo él quien es, se está tardando en decidir dónde y cuando llevarla a algún lado porque quiere que sea perfecta.
Vale, Shion es consciente de que puede ser estúpido, pues Dohko y él se conocen por tanto tiempo, que no necesitan de citas perfectas para seguir juntos, pero, ¿no sería bueno tener, al menos, una? Y claro, aquí entra el dilema de... ¿qué es una cita perfecta?
Pues todavía no lo ha resuelto.
Todo depende de lo que quieran tanto Dohko como él. Su imagen de cita perfecta puede resultar diferente a la de la amazona de libra; aunque claro, Dohko poco sabe de citas, y él tiene demasiadas cosas en mente como para dedicarle demasiado tiempo a pesarlo. Por eso mismo, Shion ha decidido consultar la opinión de otras personas, y hacerse una ligera idea de cómo tener una cita perfecta de principio a fin.
Entre descanso y descanso, alterna poder pasar tiempo con Dohko y recibir consejos distintos de diferentes santos alrededor del santuario. En su mente, se crea un mapa mental de posibles citas que podría desarrollar; todas dispares.
Y así, una semana más tarde, tiene su primera cita.
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A Dohko le hace mucha gracia lo mucho que Shion se preocupa por que todo sea perfecto, como si fuera una ofensa hacer lo contrario. Ella es algo más despreocupada en ese sentido, y es que la perfección la estresa. Antiguamente, su gran amigo y ahora pareja era como ella, pero parece que los dos siglos de patriarca lo han cambiado mucho en ese sentido.
Aunque Shion no le haya dicho nada, ella lo conoce lo suficiente como para saber que, esta simple cita, le ha costado muchísimo planearla; y está bien, a ella le gusta pasar tiempo con él, sea de la forma que sea. Lo único que la tiene ligeramente estresada es la evidente preocupación de Shion para que todo salga a la perfección, cuando eso es completamente imposible de conseguir. Incluso Shaka consiguió aprender que no existe nada parecido a no tener defectos.
La cita tiene una idea simple pero efectiva: un restaurante chino. Es ideal, porque ambos provienen de esas tierras, y las extrañan. Tiene un efecto nostálgico que siempre los suele rodear cuando hablan, ya que suelen tocar temas del pasado. Además, el restaurante tiene toques modernos que les recuerdan que, pese a todo, están en otra época, y es a la cual pertenecen ahora. En ese sentido, Shion ha sido un genio.
De nuevo, lo que falla es el nerviosismo del todavía patriarca para que todo salga bien, pues eso la pone a ella nerviosa.
Piden sus comidas y, mientras esperan, Dohko intenta mantener una conversación.
—No sabía que había restaurantes chinos en occidente. —comenta como si nada —. Parece que el mundo nunca dejará de sorprenderme.
Shion le sonríe, observando su rostro que ahora no está oculto por aquella máscara.
—Yo tampoco sabía eso. Incluso si he estado en contacto con el mundo más que tú, apenas salía del santuario y era para buscar aprendices. —explica —. Es sorprendente, pero parece que se ha vuelto algo común en la actualidad.
—¡Está todo ambientado! —ríe Dohko —. Es como tener China en Grecia.
—No solo sucede con China. Deathmask me dijo que por la ciudad de Atenas se pueden encontrar restaurantes con comida de otros países como Italia, España o India.
—La próxima vez podríamos ir a uno, ¿no crees? Sería bueno probar cosas nuevas. —opina la amazona —. Pese a que hemos vivido por mucho tiempo, apenas hemos tenido la oportunidad para experimentar cosas que otros sí han podido. Es nuestro momento.
—Lo tendré en cuenta, entonces. —Shion le sonríe con amabilidad —. Entonces, ¿te parece adecuado?
—¿El qué?
—Tener una cena aquí.
Dohko siente la tentación de rodar los ojos.
—Ya te lo dije, ¿no? Por supuesto que sí. —murmura, casi con cansancio —. Me da igual dónde tengamos la cita; si estamos juntos, entonces estaré feliz. No soy quisquillosa, Shion; deberías saberlo.
Claro que lo sabe, pero el patriarca no puede evitar preocuparse por cada maldito detalle, un hábito que ha adquirido con el tiempo, y que lejos de ser bueno, parece casi una maldición.
Un camarero trae la comida que pidieron y, tras desearles una agradable estancia, se marcha a atender otros clientes recién entrados. Su presencia es suficiente para que dejen la conversación de lado, que estaba empezando a ser incómoda, y se centren en probar.
—¡Está deliciosa! —exclama Dohko —. ¡Realmente me recuerda a China!
—Sin duda alguna, es una maravilla. —corresponde Shion.
Al final, ha valido la pena ir preguntando por todo el santuario, aunque al parecer no tenía que preocuparse demasiado por cómo iba a salir, pues Dohko es sincera en sus palabras. Todos los momentos a su lado, para la amazona de libra, son perfectos, y puede que tenga algo que ver con haberlo visto morir dos veces. Si bien el no poder verse en tanto tiempo a él también lo ha afectado, y es capaz de valorar cada momento con ella, no ha sido capaz de atribuir un valor tan altruista a dichos momentos. Shion se centra más en la perfección, mientras que Dohko solo disfruta el tiempo.
(Quizás, debería de pensar un poco más como ella...) piensa mientras sigue comiendo.
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Para cuando terminan de comer y salen del restaurante, el cielo ha terminado de oscurecerse por completo. Ambos no pueden evitar el alzar sus rostros para contemplar el cielo y las constelaciones, pero se dan cuenta que apenas y se ven estrellas desde la ciudad, algo que no sucede en el santuario, o en los cinco picos. Es... decepcionante.
—No pensé que dejarían de verse en la ciudad. —murmura Dohko —. Esto no sucedía antes.
—Creo que se debe a la contaminación.
Ella asiente, entendiendo.
—Un paseo bajo las estrellas habría sido romántico. —ríe la amazona, sin mayor intención que la broma —. Es una pena que permanezcan ocultas por la inadecuada actividad humana. No me extraña que últimamente los dioses estén más disgustados con nosotros, pese a no tener intenciones de iniciar otra guerra.
—Poseidón está particularmente molesto por la contaminación en las aguas. —añade Shion —. Espero que esto no sea determinante para que Zeus quiera darle la razón a los otros dioses.
Hasta ahora, han tenido suerte, pues Athena es la hija favorita del dios de dioses. Sino fuera por ese detalle, más importante de lo que parece, la humanidad habría sido duramente castigada por dioses como Poseidón, Hades e incluso el mismo Apolo – que está extrañamente agobiado con los humanos –.
—¿Quieres pasear? —cuestiona Shion, agarrando la mano de Dohko.
—Claro.
El aire es frío, y el ambiente de noche es tranquilo. Apenas hay gente a estas horas, mas que unas cuantas personas que recién llegan a sus casas de los trabajos, o que han salido de fiesta. Salvo eso, todo está tranquilo y apenas se puede ver gente caminar por las calles.
No se dicen nada, pues, como es habitual entre ellos, apenas lo necesitan. Se aman; eso es suficiente. Con sus manos unidas, solo necesitan de unas pocas miradas y unas sonrisas para decírselo todo. Tienen un amor tranquilo.
El todavía gran patriarca no puede evitar volver a alzar la mirada al cielo, posando sus rosados ojos sobre las pocas estrellas que pueden verse brillar sin mucha intensidad. La verdad es que le habría gustado poder tenerlas sobre sus cabezas, pero el momento es divino sin ellas. Aunque...
—Dohko, sujétate bien. —la avisa.
Aunque la amazona de libra no sabe bien dónde la quiere llevar, si sabe que usará la teletransportación, así que se sujeta fuerte.
Dicho y hecho, poco después se encuentran en otro lugar, el cual reconoce de inmediato.
—Esto es... ¡Star Hill! —exclama —. ¡Se supone que solo Athena o tú podéis estar aquí!
—Es cierto que no debería de traerte aquí, pero pensé en permitirme un capricho. —explica mientras se acerca a ella y la abraza por la espalda —. Athena podrá perdonarme esto. Además, pronto dejaré el puesto de patriarca, así que, sino lo hago ahora, ¿cuándo podría traerte aquí, Dohko? Este es el momento.
No sabe bien si es por el tono de voz que usa al hablar o, de lo contrario, por el abrazo, pero Dohko no puede evitar relajarse, apoyar su espalda sobre el torso de Shion y contemplar las constelaciones.
—Tú sí sabes cómo complacer, eh... —se burla entre risas —. Desde aquí se ven muy bien las estrellas.
También es el sitio dónde fue asesinado por primera vez, a manos de Saga, pero ninguno deja que ese recuerdo manche tan romántica escena. Las brillantes estrellas que dibujan un mapa sobre el cielo, iluminan la noche, y la luna las acompaña, creando un ambiente romántico sobre la pareja.
Es perfecto, más que cualquier otra cosa que ambos pudieran imaginar; más que la cena, el paseo o cualquier otro momento. Ellos dos, a solas, con las constelaciones sobre sus cabezas, es lo único que necesitan.
Shion la abraza más fuerte, sintiendo su delgado cuerpo entre sus brazos. Cierra sus rosados ojos y besa su cuello, sin intención alguna más que recordarle lo mucho que la aprecia. Ella sonríe y mueve su cabeza hacia un lado, dejándole más espacio para que juegue. Al final, tampoco puede evitar cerrar los ojos y disfrutar la cálida sensación que le está ofreciendo.
Esta es una nueva vida, se dicen. Una dónde, a partir de ahora, podrán vivir como siempre quisieron, fuera de batallas o muertes prematuras. Una de paz, amor y ternura.
Bajo las estrellas como testigos, sellan su amor en un beso lento y pasional, que promete más momentos como éste.
Únicos y perfectos.
Gracias a esas personas que leen y votan esta pequeña ocurrencia mía, de verdad; me hacéis muy feliz <3
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