━━ epílogo

28 DE MAYO DE 2098.

—Te veo el próximo lunes, madre —dice la mujer. Se acerca para darle un beso a la anciana y luego se aleja para llamar a sus hijos. Se escuchan las risillas de los niños mientras corren por la casa para acercarse—. Despídanse de su abuela —ordena la madre, y la anciana sonríe antes de envolver a sus nietos en un fuerte abrazo.

—Cuídense y háganle caso a su madre —les dice, besándoles la frente a cada uno.

Los niños no le responden, solo toman sus juguetes y salen corriendo en una carrera fuera de la casa. La mujer se disculpa con su madre, regalándole una sonrisa y luego sus rizos se pierden al otro lado cuando la puerta se cierra.

La anciana sigue sonriendo hasta que escucha que las llamas de la Red Flu se apagan, y entonces se de la vuelta y empieza a caminar a su habitación.

Ahí dentro, se encuentra su esposa tranquilamente dormida, aunque eso es ignorando los aparatos que tiene a su alrededor para ayudarla a respirar. La anciana se acerca y besa su frente con ternura, acariciando su mano.

Su amada despierta poco a poco —nunca ha sido una persona de sueño pesado— y le mira con ojos somnolientos.

—¿Se han ido? —pregunta y la anciana asiente—. ¿Por qué no me despertaste? Quería despedirme de los niños.

—Te veías muy tranquila dormida. Además, no te preocupes: los verás el próximo lunes.

La mujer sonríe, y a pesar de que parece tener ganas de hablar, se le nota cansada y con sueño.

Ella la arropa antes de que pueda empezar a decir nada.

—Vuelve a dormir —le dice—. Yo tengo algo por hacer todavía. En cuanto termine, volveré aquí contigo, ¿está bien?

Su esposa parece querer protestar, pero el cansancio la vence y solo asiente con la cabeza antes de volver a acomodarse con cuidado sobre la cama. La anciana se encarga de asegurarse que todos los diagnósticos estén correctos y estables antes de caminar hasta la salida de la habitación y luego cerrar la puerta con cuidado.

Suspira una vez fuera. Su esposa está estable, no es nada terriblemente grave, pero algunas veces tiene estas especies de debilidades que la hecen tener que estar en cama durante algunos días. Siempre se recupera y regresa a ser la misma mujer carismática de la que ella se había enamorado, pero aún así le preocupa.

Sin embargo, se obliga a olvidar eso y empieza a caminar hasta el salón donde tiene su escritorio y su biblioteca privada. Entra y desliza las puertas detrás suyo, luego camina hasta la estantería cercana y realiza el hechizo para sacar el pequeño baúl.

Lo carga en manos y después camina hasta dejarlo sobre su escritorio. La anciana se sienta en su silla y, por unos minutos, todo lo que ella hace es solo mirar ese baúl de madera. Solo recordando todo lo que antes ha leído ahí.

Son cosas impactantes, cosas que nunca se había imaginado antes; pero que, de alguna forma, son lo que siempre había creído que hacía falta.

Se lame los labios antes de inclinarse hacia adelante y usar su varita como una llave para poder abrir el candado del baúl. Solo una persona con su mismo linaje de sangre puede abrirlo, pero nunca nadie lo ha intentado porque, hasta ahora, ella es la única que sabe de su existencia.

Dentro hay una fotografía de una chica morena de rizos y ojos miel abrazado a un chico rubio y ojos grises, ambos juntos en la cima de Cristo Redentor. Ella sabe quiénes son. La foto parece y es viejísima.

Y también hay decenas de cartas.. Muchas. Casi puede aventurarse a decir que hay cien o incluso más. Las ha leído todas y cada una de ellas una y otra vez, disfrutando cada letra, palabra, línea y párrafo.

Sobre todo la más vieja. Es la carta más intensa de todas, y está firmada por Draco Malfoy.

Hasta hace unas semanas, ella solo creía que Draco Malfoy era ese héroe fallecido que restauró el honor y orgullo de su familia con un acto tan osado y desinteresado. Hasta hace unas semanas, ella no creía que esa persona fuera alguien importante en su vida... o al menos algo así.

Ella nunca conoció a Draco Malfoy. Él murió años antes de que ella naciera. Tampoco creció en un ambiente donde su familia lo mencionara todo el tiempo, pero sí creció sabiendo quién era porque todo el mundo mágico lo sabía.

Hasta hace unas semanas, esa persona para ella era solo eso: una persona. Pero ahora... Parece que Draco Malfoy tiene mucha influencia en todo lo que conlleva su ser e incluso su vida entera. Su familia.

Ella toma esa carta entre sus manos con suma delicadeza. El pergamino es tan viejo que cualquier movimiento puede romperlo, a pesar de que lleva un encantamiento protector.

Mira la caligrafía, y de repente la parece muy conocida. Como si con solo tocar la tinta, la anciana pudiera sentir que Draco Malfoy está junto a ella.

Es por eso que ella necesita hacer esto. Jamás conoció al chico en persona, pero gracias a todas esas cartas, siente que probablemente lo conoce más que cualquier otra persona.

Por alguna razón, siente que se lo debe a ella.

La anciana saca una hoja y un bolígrafo del cajón de su escritorio. Su mano tiembla ligeramente al principio, pero pronto logra detenerlo y comienza a escribir, las palabras brotando con más facilidad a medida que sigue haciéndolo:


Draco Malfoy:

Se debe iniciar por lo primordial: es probable que nunca recibas esta carta porque... Sabes por qué, ojalá pudiéramos comunicarnos de esa forma, pero es imposible. De igual forma, siento que mereces esto, y mereces que sea yo quien lo haga.

Tú eres Draco Malfoy. Hay historias de ti por todas partes, te consideran un héroe... aunque no lo suficiente como Harry Potter, claro. Todos conocen tu nombre, y no hay ninguna persona que lo use para referire a algo malo sobre ti. Lo que hiciste se supo por todo el mundo mágico y eso logró restaurar el honor y orgullo de tu familia, regresaron a ser parte de la sociedad y nadie les hacía exclusión; aunque su linaje murió contigo.

Al principio sabía poco de ti, solo eras una figura histórica de la cual todos sabían el nombre, pero no te conocí realmente hasta que leí la carta que le dejaste a ella..., hasta que descubrí este baúl y leí todas las cartas que están dentro.

Todas las cartas que Hermione Granger te escribió a lo largo de su vida.

Te preguntarás cómo es eso posible. Cómo es que ella pudo hacer eso si se suponía que tú borraste sus recuerdos contigo. Déjame decirte que al principio yo tampoco lo entendía, pero no te preocupes, te lo explicaré. Vamos por partes...

Si te consuela esto, Hermione Granger tuvo una larga y feliz vida. Ella regresó a Hogwarts y se graduó con honores, consiguió un trabajo en el Ministerio y poco a poco fue subiendo de puesto sano y justo hasta que logró lo que nunca antes se había hecho: ser la primera mujer e hija de muggles en ser Ministra de Magia. Ella cambió el mundo mágico para bien, hizo tantas cosas que de verdad te sorprenderías de imaginar cómo es que siquiera lo logró. Parecía que siempre lograba sacar inspiración de algo... o alguien. Ella se enamoró, se casó y tuvo tres hijos, formó una familia tan bella a la que crió para ser las mejores personas del mundo, tan valientes y audaces como ella. Viajó por todo el mundo, haciendo cambios para bien, encontró a sus padres y les ayudó a regresar sus recuerdos. Vivió feliz junto a su esposo largos años... Luego murió mientras dormía a sus ciento dieciocho años.

Hace unos cuantos meses que eso sucedió, aún es algo que se intenta superar, pero cada día se aprende más a sobrellevar el dolor.

A lo que quiero llegar, es que ella hizo todo lo que le pediste. Hermione Granger triunfó y vivió su vida al máximo, fue tan feliz como pudo y la disfrutó.

Hubo un tiempo donde yo creí que ella hacía todo eso porque se sentía como una obligación. Todo mundo sabía que Draco Malfoy se había sacrificado por ella, así que se suponía que ella aprovechara la oportunidad y entonces creí que por eso se esforzaba tanto. Como si te lo debiera.

Pero no es así. No después de leer todas estas cartas.

Porque no son cartas cualquieras. Son de ella hablando contigo, contándote qué es lo que sucede con su vida y agradeciéndote por haberle dado la oportunidad de vivirla... Son cartas donde ella te dice lo mucho que te amará siempre.

Y ahí es donde las dudas me entraron.

Porque cuando en el colegio se habló de ti como un ejemplo sobre lo poderosa que es la magia de sangre y sus rituales, comencé a investigar y me enteré de lo que no siempre contaban:

Que Draco Malfoy y Hermione Granger habían tenido una historia de amor y por eso él se había sacrificado por ella, borrándole la memoria al final para no enfrentarla a un vacío de devastación.

Una vez, cuando iba en cuarto grado de Hogwarts, le pregunté a Hermione mientras ella estaba ocupada con unos papales del trabajo.

—¿Quién es Draco Malfoy para ti?

Ella había dejado de escribir sus notas y, por unos segundos, la miré quedarse pensativa con los ojos sobre los papales. Luego había alzado la cabeza hacia mí y me había sonreído.

—Él fue el amor de mi vida —contestó y luego hizo una mueca—. Es solo que no recuerdo nada sobre él.

—¿Cómo puedes amar a alguien que no recuerdas?

Ella se había quedado en silencio unos segundos antes de responder.

—Algunas veces no se necesitan recuerdos.

En esos momentos, yo no había entendido.

—Creía que el amor de tu vida era papá —le había dicho.

Hermione solo me había sonreído de nuevo.

—Él es el amor para mi vida —corrigió con su mismo tono de cariño materno—. Son distintos amores que algún día tal vez tendrás la dicha de conocer.

Después de eso, habíamos cambiado de tema de conversación. Pero debí haber dicho algo que la dejó pesando. Debí haber despertado un interés en ella aquella noche, porque justo después de esa pequeña plática, ella comenzó a salir una vez a la semana del país. Nadie sabía a dónde iba, solo papá. A nosotros siempre nos decía que eran cosas del trabajo, pero por la manera en que papá la miraba, yo sabía que no era así.

Intenté descubrir adónde iba muchas veces, pero nunca lo logré. Hermione Granger era demasiado buena para ocultar secretos cuando quería, como te habrás dado cuenta.

Un día me rendí. Dejé de querer saber qué era lo que hacía y luego solo lo olvidé.

Pero entonces ella falleció y yo me encontré con este baúl mientras limpiaba su oficina en casa.

Y cuando leí las cartas, por fin pude saber adónde iba.

Desde esa noche, Hermione contactó a un sanador de la mente para que la ayudara a recuperar sus recuerdos de ti poco a poco. Salía del país una vez a la semana porque era cuando debía ir a sus sesiones. Según el orden cronológico de las cartas, ella tardó casi diez años en poder recordar absolutamente todo de ti.

A pesar de que fue mucho tiempo, ella jamás se dio por vencida y poco a poco te recordó. Desde un principio hasta un final. Y aún así, no dejó de hacer lo que tanto querías: que viviera una larga y feliz vida.

Hermione te escribió mucho. Tal vez una carta al mes, ella siempre te contaba todo lo que hacía y lo feliz que era. Aunque también habían cartas donde todo lo que decía era lo mucho que te extrañaba.

Aún así, ella nunca dejó de sonreír. Envejeció junto a papá y, a pesar de que yo podía ver algunas veces que en sus ojos hacía falta algo, siempre la miré recuperarse.

Ella amó a todo el mundo, pero sobre todo te amó a ti. Y por eso vivió por ti. Vivió lo que no pudieron vivir juntos.

Y también escribió una carta donde te perdonaba por haber roto tus promesas. Donde te decía que estaba feliz con su vida y que todo era gracias a ti.

Hermione jamás le contó sobre ti a nadie, o al menos no a nosotros. Tal vez papá lo sabía, pero él era feliz mirándola feliz.

Ahora que ella murió mientras dormía, espero que se hayan encontrado en esa otra vida de la que hablabas en tu carta. Espero que estén los dos juntos y felices, amándose como el final que debieron haber tenido.

También te agradezco yo, porque tuve una vida feliz gracias a ti. Tú eres la razón por la que yo estoy aquí y por la cual tuve una maravillosa madre.

Solo quería escribirte esto para decirte que hiciste lo correcto. Le diste la oportunidad de vivir que tanto deseaba, y aunque no fue contigo, ella fue feliz.

Y me hace sentir tranquila que le hayas hecho conocer cómo fue el verdadero amor.

Gracias.

Con cariño,
Lyra Granger-Weasley.


Lyra levanta el bolígrafo de la hoja y la deja a lado suyo. Mira su propia caligrafía con cariño, y luego de leerla una vez y sentirse satisfecha consigo misma, sonríe y empieza a doblar la hoja.

Escribe el nombre del remitente y el destinatario encima, incluso cuando sabe que nunca le llegará a nadie. Luego se lleva la carta a los labios para darle un beso y después lo guarda en el baúl.

Lo cierra con el mismo encantamiento que su madre tenía y se levanta para guardarlo en la estantería donde estaba.

Regresa a su escritorio y se encuentra con esa fotografía que siempre le trae buenos recuerdos de solo mirarla. Es su familia completa: su madre y su padre, los dos se miran tan felices de estar el uno con el otro; y Lyra y sus hermanos, Rose y Hugo, los tres tan pequeños pero aún así puede recordar el día en que se tomó esa foto como si fuera ayer.

Hermione Granger tuvo una vida feliz. Tuvo una familia feliz. Y crió a una hija feliz.

Todo gracias a Draco Malfoy.

"Después de haber recuperado sus recuerdos, Hermione escribió en cada una de sus cartas lo mucho que extrañaba dormir a su lado, abrazándolo y escuchando su corazón latir."

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