2. Mucho gusto... soy Stefan
Querido diario:
Logré pasar el día, debí decir "estoy bien, gracias" por lo menos 37 veces y no lo dije en serio ni una sola vez. Pero nadie se dio cuenta. Cuando alguien pregunta, ¿cómo estás? Realmente no quieren una respuesta...
Después de clase decidí ir a visitar a mis padres al cementerio, algo que no podía hacer antes, ya que no tenía la fuerza para ver una lápida que dice:
"En memoria de Grayson Gilbert y Miranda Sommers Gilbert... Mayo 23, 2009... Amados padres"
Mientras escribía justo al frente de la lápida de mis padres- bueno, puede parecer un poco extraño pero era la única forma que tenía de estar más cerca de ellos-un cuervo negro aterrador, más grande de lo común se asentó en la lápida, justo en frente mío. Era muy espeluznante pero intenté ignorarlo hasta que una espesa neblina invadió todo el cementerio, fue muy extraño. De inmediato me levanté e intenté espantar al aterrador cuervo, éste rápidamente voló, pero cuando di vuelta, de nuevo estaba ahí, solo escuchaba esos graznidos del cuervo... tomé lentamente mi mochila y corrí deprisa para alejarme del lugar, la niebla era cada vez más espesa. Me asusté aún más cuando dentro de la neblina, al lado de una estatua en forma de ángel, vi una silueta de un hombre, acechándome...
Corrí tan deprisa que tropecé y rodee un poco, pero logré pararme y seguir corriendo sin dejar de mirar atrás, tenía que salir de ese cementerio. Al mirar al frente me llevé una gran sorpresa...
— ¿Estás bien? —a él lo conocía, era imposible olvidarle, fue el chico que alborotó a todas las chicas del instituto... incluso a mí, el chico que según Bonnie no dejaba de mirarme.
— ¿... Me estabas siguiendo?—pregunté después de calmar mi fuerte respiración, con la intención de que me respondiera que se encontraba donde yo estaba y esa silueta que había visto fuera de él.
— No, simplemente te vi caer— dijo muy seguro.
— Y resulta que estabas... pasando el rato en un cementerio— era muy extraño que un chico estuviera a esas horas en el cementerio... bueno yo tenía mis razones y ahora que lo pienso estaba un poco loca.
— Estoy de visita, tengo familia aquí.
— Guau, que indiscreta—me sentía la peor persona de este mundo—Lo siento, es la niebla, me confunde—no sabía que decirle o que hacer para pedirle disculpas, pero de verdad estaba muy asustada por lo sucedido hace unos minutos—y luego, ahí detrás estaba ese pájaro y por un segundo fue todo muy Hitchcock... Hitchcock es el de la película de "los pájaros" ¿no? —Me detuve al ver una pequeña y hermosa sonrisa en el rostro del chico—Soy Elena.
— Mucho gusto, soy Stefan—lo dijo de una manera muy dulce.
—Lo sé, tenemos historia juntos.
—Inglés y francés también—contestó dejándome un poco sorprendida, él estaba más informado que yo.
—Claro.
De repente, Stefan estiró su mano hacia mi cabello y logró quitar unas hojas que se encontraban incrustadas en el.
— Gracias— fue lo único que pude responder. Al estar al lado de él sentía que las mejillas se me enrojecían, por lo que tuve que bajar la mirada—Bonito anillo—dije al ver un enorme anillo de color azul que parecía muy antiguo y que llevaba en su dedo medio.
—Sí, es un anillo de familia. Lo tengo que llevar, ¿Es raro, no?
— No, no. Es solo, hay anillos y luego está eso—tenía que ser sincera, sin embargo me mostró de nuevo una sonrisa mientras tocaba su anillo y yo se la devolví. Definitivamente ese chico me encantó.
— ¿Te has hecho daño? —preguntó después de bajar su mirada y poner cara de pocos amigos.
— ¿Eh? —no le había escuchado bien, fue un cambio drástico en la conversación.
— ¿Te has hecho daño?
— No lo sé—la verdad sí sentía un poco de dolor en la pierna, pero estaba tan cómoda con él que no me había percatado antes del dolor. De todas maneras me acerqué a una roca, apoyé mi pierna y me subí la basta del pantalón— ¡oh! Mira eso—dije al ver una gran abertura cubierta de sangre—no es nada bonito—voltee para mostrárselo, pero Stefan estaba mirando hacia otro lado— ¿Estás bien?
— Deberías irte— dijo en un tono de dolor sin ni siquiera voltear a mirarme— Cuídate eso.
— Realmente no es nada—dije mientras bajaba nuevamente la basta del pantalón, cuando miré hacia donde él... ya no estaba.
¿Cómo pudo irse tan rápido? ¿Qué le había sucedido? ¿Dije algo que le molestara? O simplemente ¿Le tenía fobia a la sangre? No hallaba explicaciones, de verdad era un chico misterioso y eso me atraía más a él.
Stefan Pov's
Querido diario:
Hoy perdí el control, todo lo que había mantenido enterrado en mi interior salió rápidamente a la superficie. Simplemente, soy incapaz de resistirme a ella, su mirada, sus labios todo de ella me atrae como alguna vez me atrajo, no sé si fue un error entrar al instituto o el simple hecho de acercarme a ella, pero no lograba resistir más, definitivamente tenía que volverla a ver. El día fue muy aburrido, excepto por los encuentros con ella, se ve tan igual, pero a la vez es tan diferente... era la única chica que me importaba en ese instituto, pobre de las otras que fueron atraídas hacia mí, un monstruo con sed de sangre... Ya estoy viendo las consecuencias de no probarla, hoy tuve que hipnotizar a la secretaria, pero siento que la hipnosis no durará con el tiempo, sin embargo no me importa, haré lo imposible para volver a verla... cuando la vi saliendo del baño de hombres, cuando su mirada se cruzó con la mía, su sola respiración me mataba, quería que fuese solo mía, abrazarla, tenerla entre mis brazos, besarle, acariciarla. Es tan frágil como siempre lo fue y noto en su mirada una enorme tristeza, puede engañar a todos pero a mí no.
Solo recuerdo la plática que tuve con aquel chico y me dan ganas de ir a buscarlo y partirle cada hueso, pero tengo que controlarme, no puedo convertirme en lo que era, ni en cómo es él...
...
— Hola, ¿cómo estás? Soy Stefan.
— Hola soy Andrew.
— Andrew, ¿ves a aquella chica de allá? —dije, mientras con mi rostro le mostraba a la chica que estaba buscando, la hermosa chica con blusa roja.
— Sí claro amigo, ella es Elena Gilbert, la chica más hermosa y popular del instituto, Dios santo, cuanto daría por acostarme con ella, ¡es muy sexy y caliente! Creo que tengo oportunidad ahora que terminó con Matt Donovan, necesita a alguien que la consuele por la muerte de sus padres, puedo ser yo, tengo mucho amor para darle
...
Olvidando aquel recuerdo, me dispuse a arreglarme para verla, tenía algo muy apreciado para ella y era mi deber devolvérselo, además lo usaría como excusa para volver a apreciar su rostro. Mientras me ponía la camiseta, Zach irrumpió en mi habitación bruscamente.
— Lo prometiste— dijo muy iracundo mientras me mostraba el periódico. Quería mostrarme la noticia de una pareja que fue mutilada y asesina por un animal salvaje muy cerca de aquí.
— Esto fue un ataque animal— estaba seguro de eso, yo no había sido ni tampoco había visto a... otros como yo cerca de acá.
—No me digas eso. Conozco el juego. Los desagarras lo suficiente para que piensen que es un ataque animal. Dijiste que lo tenías bajo control.
— Y lo tengo.
— Por favor, tío Stefan. Mystic Falls es un lugar diferente ahora. Ha estado tranquilo durante un tiempo, pero hay gente que aún recuerda. Y el que estés aquí ahora, solo va a complicar las cosas.
— Esa no es mi intención.
— Entonces, ¿qué es? ¿Por qué volviste? Después de todo este tiempo, ¿Por qué ahora?
— No tengo por qué explicarte.
— Sé que no puedes cambiar lo que eres, pero tú ya no perteneces aquí.
— ¿A dónde pertenezco?
— Yo no puedo decirte que hacer, pero volver aquí fue un error.
Zach tenía razón, era un error haber regresado, pero solo había una cosa que me conectaba a este pueblo... tomé uno de mis muchos diarios, el de 1864, aquel que poseía los recuerdos más hermosos y dolorosos para mí, justo en la primera página había una fotografía, la única imagen hasta ahora que tenía de ella...
Katherine.
Elena pov's
Cuando no estaba con sus malas compañías, mi hermano se encontraba en el Mystic Grill, el restaurante, café y bar más importante y conocido de Mystic Falls. Es un sitio rustico pero acogedor, mis amigos y yo solemos divertirnos ahí, y mi hermano suele buscar a la hermana de Matt quien trabaja como camarera en el sitio.
—Estoy trabajando— es lo que siempre le dice a mi hermano cuando él va a buscarla.
— Gracias Vick— le dijo Matt ya que ésta le sirvió un rico sándwich
— ¿Necesitas que te lo rellene? —ahora Vicky se dirigía a Tyler que se encontraba sentado con Matt.
— Me encantaría—dijo antes de que ella se llevara el vaso vacío.
— Por favor, dime que no te estás enrollando con mi hermana.
— No me estoy enrollando con tu hermana.
— Qué imbécil eres— Matt conocía los alcances de su amigo.
—Oye, ¿cuál es tu problema? —Jeremy se volvió a dirigir a Vicky muy molesto—En verano actúas de una manera y luego empieza la escuela y no te puedo dirigir ni una sola palabra.
—Mira, Jeremy, de verdad que aprecio todas las drogas, pero no puedes estar siguiéndome como un cachorro abandonado.
— ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo con un cachorrito?
— Hey, baja la voz, no quiero contarle al mundo entero que le quité la virginidad al hermanito de Elena.
— Sí, una y otra vez.
— Nos acostamos unas pocas veces, en un momento de calentón. Se acabó. Vas a tener que retractarte de las cosas crueles que dijiste de mí y de Tyler.
— Oh, vamos, el tipo es un completo imbécil. Solo te quiere por tu culo.
— ¿Sí? ¿Para qué me quieres tú?
Mientras Jeremy lidiaba con sus problemas amorosos, mis dos mejores amigas se reunieron a platicar en el Grill.
— Su nombre es Stefan Salvatore, vive con el tío. En el piso de arriba de la vieja casa de huéspedes Salvatore. No ha vivido aquí desde que era un niño, familia militar, se han tenido que mudar muchas veces. Es géminis y su color favorito es el azul—dijo Caroline muy contenta.
— ¿Conseguiste todo eso en un día?
— Oh, por favor, conseguí todo eso entre la tercera y cuarta hora... estaremos planeando nuestra boda en junio.
(...)
Me alisté para reunirme con ellas, me puse un vestido negro y me arreglé el cabello para que no fuese tan lizo como siempre.
— Voy a reunirme con Bonnie y Caroline en el Grill— le avisé a Jenna.
— Vale, diviértete. Cogí esto... No estés fuera hasta tarde, mañana hay clase.
— Bien hecho, tía Jenna—le dije con una sonrisa en mi rostro.
Cuando abrí la puerta para salir, me sorprendí mucho, vaya, y qué enorme sorpresa fue.
— Lo siento, estaba a punto de tocar— Stefan estaba parado justo en frente de mi puerta—quería disculparme por mi desaparición de antes. Sé que fue... raro—terminó con una enorme sonrisa de arrepentimiento.
— No te preocupes, lo entiendo, la sangre te pone nervioso.
—Algo así— nuevamente, el uno no paraba de mirar al otro sin decir ni una sola palabra, me gustaba esa situación— ¿Cómo está tu pierna?
— Oh, está bien. Es solo un rasguño de nada... ¿Cómo supiste donde vivía?
— Es un pueblo pequeño. Le pregunté a la primera persona que vi—de repente de su chaqueta sacó un libro verde... mi diario —pensé que podrías querer esto de vuelta.
—Oh, lo debí dejar caer, gracias
— No te preocupes, no... lo leí.
— ¿No? ¿Por qué no? La mayoría de la gente lo habría hecho.
— Bueno no me gustaría que nadie leyera el mío.
— ¿Tienes un diario? —realmente estaba sorprendida, no pensé que alguien además de mi escribiera en un diario aun a esta edad.
— Sí, si no escribo, lo olvido. Los recuerdos son muy importantes.
— Sí...—Quedé perpleja con aquella respuesta, pensaba igual a mi... los recuerdos son aquellos que nos mantienen vivos... —Iba a... no tienes que quedarte ahí afuera.
— Estoy bien— me devolví a dejar mi diario pero regresé tan pronto como me di cuenta que Stefan no entró a la casa—Lo siento, ¿ibas a algún sitio?
— Sí, he quedado con unos amigos, ¿Quieres venir? —era la mejor oportunidad para poder conocer mejor a este chico... Stefan.
(...)
— ¿Cómo le va a Elena? —le preguntó Matt a Bonnie en un tono preocupado.
— Su madre y su padre han muerto, ¿Tú qué crees? Está esforzándose en poner buena cara, pero solo han pasado unos meses.
— ¿Ha dicho algo sobre mí?
— No, pero deja de tratarla así tan indiferente, coge el móvil y llámala.
— Me siento extraño llamándola, rompió conmigo.
— Dale más tiempo, Matt.
Al instante entré al Grill y justo a mi lado se encontraba Stefan, era obvio que todas las miradas estaban puestas en nosotros, Bonnie, Tyler, Caroline, personas desconocidas, absolutamente todos, incluso Matt.
— Más tiempo ¿eh?
Después de ponerle mala cara a Bonnie, Matt se levantó de su silla y se dirigió directo hacia nosotros.
— Hola, soy Matt, encantado de conocerte—dijo de una forma seria pero no odiosa. Matt es un chico gentil y amable, son las cualidades que más me gustan de él.
— Hola. Stefan— dijo mientras ambos se estrecharon las manos.
— Hola—le dije cuando cambió su mirada hacia mí.
—Hola— me respondió de una manera triste.
Mis dos mejores amigas se sentaron junto a mí y a Stefan. Adivinen quien no paró de hablar...
— Entonces, ¿naciste en Mystic Falls? —preguntó Caroline muy interesada y coqueta.
— Sí, y me mudé cuando aún era muy pequeño.
— ¿Tus padres? —siguió preguntando
— Mis padres fallecieron— con aquella respuesta Bonnie rápidamente dirigió su mirada hacía mí.
—Lo siento— fue lo único que pude decirle, y ahora que recuerdo, ¿acaso se encontraba en aquel cementerio por la misma razón mía? En esos momentos me sentía muy mal y apenada— ¿Algún hermano?
— Ninguno al que hable. Vivo con mi tío— nuevamente, nuestras miradas se encontraron. No pude dejar de mirarlo y él también me miró fijamente con una sonrisa muy linda...
— Entonces, Stefan— escuché una voz que en esos momentos se me hizo un poco fastidiosa—si eres nuevo, no sabrás sobre la fiesta de mañana— dijo la inoportuna Caroline.
— Es una cosa de regreso al instituto, por las cascadas—prosiguió Bonnie.
— ¿Iras? — Caroline no logró su cometido, Stefan volvió a fijar su mirada en mí.
— Claro que irá—dijo Bonnie muy entusiasmada, ni siquiera me permitió responder, ni siquiera sabía si en verdad tenía ánimos de ir... pero ahora sí que tenía muchos ánimos de estar ahí.
Le sonreí a Bonnie y luego pasé mi sonrisa a Stefan, su mirada era muy linda, hizo que tomara mi cabello y lo pusiera detrás de mí oreja, no de forma coqueta, sino de forma natural. Su mirada hacía que mi corazón se acelerara y sintiera algo que nunca antes había sentido, algo que me hacía sentir viva, su mirada me trasportaba a otro mundo y me hacía olvidar todos mis problemas.
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