74.
15/07
Ayer no pude escribir, traté pero los temblores de mis manos no me permitían nada, pero, en cambio a los días anteriores, ha sido por la explosión de muchas emociones, mi cuerpo quería explotar, por lo que no pude conciliar en el sueño sonriendo, actualmente me duele mucho las mejillas.
Ahora que estoy más calmado, he podido agarrar el lápiz escribiendo con mayor velocidad, no me importa si es inentendible, necesito desahogar el pozo completo de arcoíris, así que partiré desde la tarde de ese día, no hacía un buen día, el cielo estaba nublado y yo como los días anteriores no tenía muchos ánimos, veía la ventana tomando un poco del té que me había recomendado Dream para destensar mis huesos, aunque parecía una droga por el sueño que me daba.
La puerta sonó con los respectivos toques que me permitía reconocer quien estaba del otro lado, no obstante me habían sobresaltado casi botando el contenido de mi taza, salvé de mojarme, pero mi pulso había empeorado y estar muy ansioso, no tenía que preocuparme, me decía, no es nadie malo, es Error, con ello me dispuse y me di ánimos de pararme y abrir la puerta.
Allí estaba Error en una de sus tantas visitas, pero esta era especial, me tenía una sorpresa que me ayudó a distraerme al esperarla, entró tras un breve saludo oral, un "Buen día" para suspirar, miró a los lados preguntando por Dream y respondí que se había ido a comprar ya que mañana (hoy) tendríamos una cena y no tardé en invitarlo tal como dijo mi amigo. Torció el gesto, pero solo demoró dos segundos para decir "Vale".
¿Partimos? Preguntó, me revisé la ropa, estaba abrigado, solo ordené la manta que estaba usando y llevé la taza que tomé rápido a la cocina, estaba caminando algo torpe, y Error no tardó de tomarme la mano, sentí paz, pero seguía inquieto. Sí. Terminé por decir.
Por más que estaba con él, a lo largo de la semana no había podido alegrarme, o mejor dicho esbozar una sonrisa, solo quería quedarme quieto por lo menos a su lado, los días grises solo combinaban con mi estado. Caminamos hasta su vehículo, sin decir mucho y tras los minutos llegamos a su departamento. Ahí caí en cuenta que no sabía a dónde íbamos, y llegar a su hogar solo me hizo mirarle buscando respuestas, me sonrió.
Con tu estado, no podremos ir a otro lugar más que en los departamentos, seguramente si te miran o algo te desmayas. Explicó, apreté los labios sin replicar, tenía razón, no me sentía capaz de ir más allá de un lugar privado, asentí y bajé del auto, Error se apresuró para ayudarme a bajar y con su mano en mi hombro me guiaba.
Creo que será mejor ahora poner los diálogos con comillas para que pueda entenderme a mí mismo.
"¿Entonces cuál es tu sorpresa?" "Magia." "¿Qué?"
Con tal respuesta quedé en el aire, me senté en el sillón abrazándome a mí mismo, mientras él se fue a la cocina a calentar agua, luego, se sentó a mi lado, quitándose el abrigo para colocármelo, dudé pero captar su aroma no me hizo rechazarlo, era un remedio natural que me proporcionaba calidez, y mi cuerpo buscando por instinto la seguridad, me incliné a su cuerpo, él me abrazó por el hombro.
"Solo hagamos un poco de tiempo hasta que sea de noche" "Eso es... En tres horas" "¿Tiene eso de malo?" Negué con la cabeza, sin mucha habla, actualmente, pareciera que había vuelto a como era... Ser vacío, palabras vacíos, silencios vacíos, todo se concentraba en el intento de Error en hacer que me divierta y deje pasar las penas que tengo sin motivo aparente.
"Solo... No sé si puedas soportar hablar por tres horas." "¿No me crees capaz? ¿Me estás retando, acaso?" "¿No te incomoda que hable poco...?" "Estás pasando por un momento difícil, apartando todo el lío de la amnesia otro peso de estar con ataques de pánico, es lo menos que puedo hacer, distraerte."
Actualmente, contaré las veces que sucedió el siguiente hecho, él me sonrió de una forma que parecía ser otra persona, no un esqueleto que se enojaba o irritaba con facilidad, sus mejillas perturbadas por su extensión de sus comisuras, y sus párpados medios caídos me cautivaron, me dejaron enlazado a su mirada donde sus penetrantes ojos compartían una misma dirección, a las cuencas adversas, estuvimos así por unos segundos, me quedé embobado de su sonrisa.
Desvié la mirada acomodando la ropa que me fue prestada, y él se levantó para hacer un poco de café, uno con leche para que la cafeína no me afectara y se apaciguara, también trajo unos bocadillos, pequeños panes con algunas pastas encima, me había despertado el apetito.
"¿Cómo te va en tu trabajo?" Pregunté, vi que estaba comiendo chocolate, algo que no estaba en la mesa junto a los aperitivos. "Desde que cambié de trabajo me ha ido bien, si es que enojarme con medio mundo lo es." "Si no te estresas, ha de estar bien" "Ah. Siempre hay un jodido empleado que da estrés, y ese es el jefe."
Sentí mis comisuras elevarse ligeramente, pero no duró mucho, ver mis manos temblar un poco solo me daba terror de lo que pudiera pasarme, como si fuera más grave, pero me insistían que era normal, que solo era algo que yo podía superarlo... Y sí, lo puedo hacer pero no solo.
"En tu antiguo trabajo ¿Lo era?" "Todos los jefes sacan de quicio, Ink, solo que a veces te juegan en contra y es mejor tirarles por saco e irse" "...Entonces ya no estás obligado a quedarte en el país." "Pues no, tengo pensado volver a mi ciudad natal, nuestra ciudad natal." "¿Me... Me estás invitando?" "No planeo irme sin ti, por lo que primero quiero ganar dinero para que después logres avanzar en tu nuevo empleo, ¿Qué te parece? Tienes todo el tiempo que desees de pensar."
Tal propuesta no fue captada por mí de forma adecuada, estuve bastante consternado y dudé si responder o no, hacer de mi tienda un lugar más oficial, sofisticado, un local que sería solo mío, me había dado ilusión, coraje, pude responder al terminar mi bocadillo.
"¿Y Dream?" "Él decidirá si quedarse o no, no podemos obligarle." "Ah... ¿Tienes hermanos?" "Dos, uno mayor y otro menor, Geno y Fresh, los dos eran también tus amigos..." Su detención provocó que mi curiosidad aumentara, quizás sea un poco difícil para él que tuviera que contar todo lo que incluso yo había vivido, o quizás salvarme de los nervios y mis reflexiones existenciales que tengo a menudo, pero insistí, bajando la mirada. "¿Cuántos amigos tenía?" "¿Tú?" Asentí. "Muchos que no creo contarlo con los dedos de las manos, eras muy popular." "¿Y a ellos los veré cuando volvamos a la ciudad?" "...Por eso quiero que el tiempo pase, será más seguro para tu salud. Apenas llevamos unos meses con todo esto, quizás... en seis más diría que sí. Los verás. Pero de apoco."
Nos quedamos en silencio, pues yo estuve algo desilusionado al querer oír más de lo que sería mi pasado, no debía insistir, por lo que me resigné de comer un poco más y acurrucarme en él, ello me hace pensar que por más que en un principio me había costado aceptar lo que siento por Error, ahora que podía desenvolverme más y regocijarme en su calor se me era imposible separarme de su cuerpo, era una especie de necesidad, como si lo estuviera buscando después de mucho tiempo, no quería que me lo arrebataran, sentía mucha paz, por más que mi anatomía, mi mente estaba cansada y alerta, pareciera que ya tenía claro que él era quien me podía salvar de todo, mi caballero azul como dirían los cuentos. Fue la segunda mirada que nos hicimos, donde sus cuencas solo observaban mis facciones adormiladas, mi desaire no duradero, le dio una caricia a mi mejilla, y un escalofrío placentero me recorrió, fue tal que bostecé, volviendo a ser feliz.
Después de ello, mis cuencas habían abierto con somnolencia, al parecer me había quedado dormido, pero debido a la falta de calidez había despertado, deduje que el azabache se había alejado de mí, levantado, y no tardé en verlo observando desde el ventanal cerrado, murmuré bajo su nombre, y se giró, cerrando la ventana.
"Perdón si te desperté" "No importa... ¿Ya es de noche?" Asintió, tomó una manta y antes de dirigirme a la terraza, habló: "Hay algo que no te he contado, y era uno de tus lugares favoritos, o mejor dicho, la mejor vista" Caminamos hasta llegar a la orilla, y abrió la entrada o salida según perspectiva, dejando ver la plena oscuridad despejada, no creía que el día nublado de la tarde podía ahuyentar los nubarrones, dejando la vista de quizás no el manto estelar a su viva disposición pero sí una gran luna que brillaba con magnificencia, sin importarle que su luz no fuera propia, sino perteneciente del astro rey que nos gobierna.
No sé por qué antes no me había quedado del mismo modo al ver la luna, quizás porque no le presté tanta atención o estaba envuelto en mis pensamientos que como ya he citado múltiples veces, siempre me aturdían sin piedad alguna, pronto sentí el peso de la manta que llevaba Error, la brisa había colapsado fríamente en mí pero hice caso omiso por mi estupefacción, mi boca entreabierta al igual que mis cuencas abiertas, hipnotizado por una nana muda, me senté donde me indicaron y Error no tardó en sentarse a mi lado, acercando el asiento para no despegarnos.
"Dream me contó que hablaron sobre cómo te conquisté." "¿Sigues hablando con Dream?" "Puede... Puede que solo fue un soporte, pero sigue siendo tu amigo al fin y al cabo preocupados por ti." "Sí... Me contó, pero del cómo –yo- te conquisté." Error rió. "Yo te conquisté con mi adorabilidad y perfección visual. Aunque nuestro comienzo no fue muy bueno, debido que tú y yo éramos de clases sociales distintas."
Comenzó a contarme su propia versión de la historia, sintiéndome atraído por su voz, parecía ser un cuento, uno del que ambos estábamos incluidos, a las últimas oraciones, su tono tan soñador y anhelante venció la batalla, desviando mis pupilas hacia él. Tenía una duda, sintiendo mis labios fríos por la brisa que colapsaba insistiendo, temblé, dudoso, ignorando por completo todo el terror que me carcomió la semana completa, esos días tan tensos, sin disfrute alguno, se disolvían sin más.
"¿Cómo...Cómo fue nuestro primer beso?" Dije de una forma tan... extraña, como si su respuesta dependiera mi vida entera, ahí Error también me miró, intercambiando miradas, la luz lunar solo lo hacía más misterioso, y saber que era cercano, que estaba conociendo mucho más de lo que cualquiera me llenaba de un luto interno, peligroso pero complaciente, es tan raro ser egoísta. "Fue con la misma luna alumbrándonos".
Me di cuenta tarde, pero ambos estábamos con nuestros rostros cerca, quizás yo me acerqué inconscientemente, y al darme cuenta, no me detuve, quería estar cercano a su aliento, nuestras respiraciones al unísono. No obstante algo me estaba deteniendo, me había paralizado, mis párpados estaban algo caídos, al igual que los de él, ambos expectantes de quien tomaría el paso, no me sentí capaz, todo estaba siendo más tenso, delicado, frágil, me estaba arrepintiendo quizás, de no poder decir primero lo que sentía, que lo aceptaba en mi vida antes del beso, ¿Tenía que seguir las formalidades?
Posiblemente esa misma pregunta dijeron sus labios al juntarse con los míos, tan suaves, y a la vez fríos, los dos estábamos así, nos representaba por todos los dolores que sufrimos, como él tuvo que vivir años sin mí, buscándome, tratando de enamorarme otra vez, y yo tener que ser alguien nuevo, poder seguir mi vida y aprender lo que es ser una persona, pero ahora estábamos complementados, me llenaba de vida, mis mejillas hervían, mi cuerpo entraba a sensaciones gratas que creyendo que me desmayaba de buenos deseos, tomé de su ropa.
Los segundos pasaron lentos, pero no fueron más de cinco al parecer, mi respiración estaba intacta, no quería alejarme, no, nunca, quería unirme a él, tomé su mejilla y le obligué a volvernos a besar, esta vez decidido de que nosotros sí teníamos un lazo especial, que nada estaba perdido. Nuestros labios ya no estaban fríos, tibios de la presión, por la pasión que nos teníamos, sentí mis lágrimas caer, y al separarnos, me puse a reír tímido, hasta convertirse en un pequeño llanto que secó, sabía que estaba confundido, pero le sonreí, eran lágrimas de felicidad.
"Gracias... G-Gracias por seguir conmigo pese a todo, Error... te quiero... Mucho más de lo que creí en u-un principio" Error titubeó, pero sonrió aliviado, esta vez acunó mi rostro entre sus manos para llenarme de pequeños choque de dientes por mi cara, más en frente y boca. "Gracias por no olvidarme por completo..."
Me siento feliz, solamente quiero seguir rodando en la cama sintiéndome el esqueleto más feliz pese a sus condiciones. No pasó nada más en esa velada, aquella tercera mirada había sido la que provocó nuestro beso, mágico, sanador, volvimos adentro, hablamos y por la hora me devolvió al departamento.
Ahora tengo que irme, gracias hojas por poder despejarme aquí.
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