Le temo al olvido.

Hoy frente al espejo me di cuenta cuan aterrada estaba realmente a ser olvidada.

Me he dado cuenta cuan insustancial puede ser mi vida en la eterna línea del tiempo.

Y tengo miedo.

Miedo a desaparecer entre un millón de gente. Que mi nombre se pierda entre tantos otros nombres y que mi historia se diluya entre el pasar de los años hasta que no quede nada.

Las generaciones se sucederán una tras otra y los antepasados no serán más que un nombre apenas visible en los anales del tiempo.

Mi pasado se autoreconstruirá a base de los recuerdos de quienes me conocieron.

Mutara de una persona a otra hasta que lo que se cuente no sea yo.

Y yo ya no existiré.

Tomaran mi nombre y crearan una caricatura basándose en lo que ellos creen que fui.

Tomaran mi vida y la desmenuzaran para crear un collage que desde lejos parezca una imagen, pero de cerca se verán las grietas.

No solo le temo a ser olvidada, le temo también a olvidar.

Temo que mi memoria se diluya y perder lo único que realmente me pertenece. Temo cargar con la conciencia de ser la única que recordara mi historia. Nuestra historia. La historia de todos quienes han rozado mi vida de una manera u otra.

Temo olvidar un paisaje, un olor, un sabor, una experiencia. Olvidar como se ve tu rostro en las primeras horas del amanecer. Como se ve es estrella después de una lluvia de otoño.

Temo algún día verme en el espejo y no reconocerme.

Temo olvidar una canción y que en los últimos días de mi vida solo recuerde un ritmo pero no saber a que pertenece. No poder recordar la letra.

Temo olvidar lo que he aprendido.

Y estar muerta, en mi mente, pero que el mundo siga mirando y gritándome que estoy viva.

Temo a que me obliguen a vivir después de haber olvidado.

Temo a morir y que no exista nadie que me evite ser olvidada.

En última instancia, creo que temo que a nadie le importe recordarme. Y que el mundo se conforme con la caricatura que crearan a base de mi recuerdo. Que nadie se esfuerce por ver entre las grietas e intentar descubrir quien fue la persona real y que es solo pintura de una fachada que se desmorona con los años.

A veces sueño con despertar y no recordar donde me encuentro. No reconocer los colores de mi entorno o mi rostro en el espejo.

A veces titubeo ante una acción e intento descifrar si lo que hago es real, si sé realmente como hacerlo o simplemente estoy imitando a mi entorno porque he olvidado que más hacer.

Temo perderme.

Ya sea en el tiempo como una memoria o en mi mente como un espectro.

Temo al olvido. A olvidar. A ser olvidada.

Porque nada existe si la sociedad desconoce su existencia.