Me pregunto cómo es que mantengo mi cordura en medio de esta locura a la cual llaman vida.

Tal vez, como muchos otros, solo imagino que soy cuerda cuando realmente estoy más demente que la mayoría.

O puede ser, que sea el mundo quien este loco y yo solo sea una anomalía entre un millón de almas que se creen cuerdas pero realmente no lo son.

Tal vez mi idea de locura difiera del resto.

Tal vez mi concepto de normalidad sea solo una manera de protegerme. De evitar que vea cuan desviado se ha vuelto mi mundo. Cuantos errores he cometido. Cuan lejana estoy de los cánones de la sociedad.

Me pregunto cómo la gente normal sobrevive.

¿Acaso tienen escudos que no puedo ver? Cristales traslucidos que les protegen del miedo a la vida misma. Mentes impenetrables que no se ven dañadas por el temor a pertenecer. Pilares irrompibles que no tiemblan ante ningún prejuicio.

Estoy a los límites de la realidad. Balanceándome sobre una cuerda tan delgada que corta mis pies desnudos.

Me balanceo.

Entre la normalización social y la locura autodefinida.

Grito en el vacío y solo escucho mi respuesta.

¿Acaso no es también esto locura?

Estoy dividida en tantas partes que ya no me reconozco. Tengo tantas mascaras que he decidido crearles un lugar especial. Así cuando las necesite no estarán manchadas, resquebrajadas. No tendrán grietas.

Hablo conmigo y me rio de las cosas que digo. Discuto cuando me llevo la contra y grito cuando no me estoy haciendo caso.

A veces golpeo las paredes, solo por el placer de hacerlas resonar en el silencio que me rodea.

Miro a la gente a mí alrededor y trato de saber sus historias.

Una niña perdida que compra helado.

Un hombre viudo que compra flores para un aniversario.

Una mujer que lleva muerta más de dos años sin saberlo.

Sé que no estoy loca, o al menos no creo estarlo. Sé que la gente negara eso por lo larga que son mis alas, o como hablo con el viento.

Tal vez este loca por el simple hecho de negar estarlo.

Tal vez la sociedad sea la loca y yo sea la única loca.

¿O ser la única diferente me convierte a mí en encarnada locura?

Ayer Salí corriendo y aun no he parado. El corazón me late en los oídos y la respiración me falla cada vez más, pero no puedo detenerme.

Si paro ahora me atraparan. Me encadenaran al suelo como están todos acostumbrados. Me obligaran a usar ropa y cortaran mis alas para que no se arrastren por el cemento.

Si dejo de correr ahora, me vestirán de blanco. Y llamaran a mi vida locura. Me colgaran un letrero en el pecho y la gente me señalara con el dedo preguntándose si soy peligrosa.

Si paro ahora, me encerraran en una jaula de cristal y no servirán mis mascaras, no servirán mis alas ni mis silencios.

Si me dejo atrapar por ellos, me perderé en su propia locura.