8. Mr. Sandman

Domingo 22 de marzo de 2020

Bring us a dream


Hoy hace una semana que empecé este diario. Cómo pasa el tiempo de rápido, ¿eh? Y empiezo igual que el primer día, anunciando que el periodo de cuarentena se amplía otros 15 días, hasta el 12 de abril. ¿Qué tendrán los domingos?

Lo cierto es que se veía venir. Además, como algunas personas se lo siguen tomando a broma, más todavía. A mí, personalmente, me parece lo más sensato, aunque reconozco que para muchos es una putada enorme y que las cosas se pueden poner aún más tensas según pasen los días. Tendremos que armarnos de paciencia.

Por lo pronto, parece que van a emitir una programación especial, de tipo educativo, para los jóvenes de 6 a 16 años. Otro acierto. No es lo mismo que ir al colegio, socializar y aprender con un profesor, aunque al menos, y para variar, no es el puñetero y continuado reguero del coronavirus 24/7. Que sí, que estar al día es importantísimo, pero no sé yo si los medios de comunicación tienen tan clara la delgada línea que separa la (des)información del pánico social. Además, que pongas el canal que pongas, a la hora que sea, están siempre hablando de lo mismo. Y ya cansa. Mucho. Yo no veo la tele, no os voy a engañar. Sin embargo, para muchas personas es su fuente de referencia, su conexión con la realidad que hay más allá de los muros de sus casas. Conque, un poco de contenido educativo no está nada mal.

Madre mía cómo llueve, ¿no? Que me parece estupendo, no me malinterpretéis. Es solo que se me van a ahogar las pobres plantas. Estoy por salir y echarles un chaleco salvavidas. ¿Que debería haberlas puesto a cubierto antes de que diluviara (sobre todo los cactus)? Seguramente. ¿Que soy una mierda de hortelano? Deberíais saberlo. But... shit happens.

Igual tanta lluvia tiene que ver con el loro que hemos escuchado esta mañana. A juzgar por el color y el tamaño se trataba de un guacamayo. Era precioso, pero me da penita el pobre. ¿Se habrá perdido y no sabrá volver?, justo ahora que sus dueños no pueden salir a buscarlo. ¿Se podrá alegar la búsqueda de una mascota como motivo de fuerza mayor? No sé, solo espero que esté bien.

Es que yo también tengo un pájaro en casa, aunque el pobre está muy viejecito y tiene artrosis en las patas. De pensar que le suceda algo... se me hace un nudo en el estómago. Puf, si hasta el otro día tuve una pesadilla horrible con que se me moría en las manos. Me da muchísima lástima e impotencia ver que le cuesta apoyar una de las patitas. Ojalá le pudiera ayudar de alguna forma, pero es un pájaro exótico y el veterinario no tiene ni idea. Tampoco es que sea el animal más sociable del mundo (en eso se parece a mí), e intentar ponerle un calmante y hacerle pruebas para determinar lo que le sucede lo pondría tan nervioso que resultaría contraproducente.

A ver, esto ya le había pasado una vez y se acaba recuperando con los días. Además, está contento, come bien y repite sus decenas de sonidos hasta volvernos locos a todos. Otro dato importante a tener en cuenta es que ha sobrepasado con creces su esperanza de vida, que suele ser de 12-14 años y tiene más de 20. Pero preocuparse es algo que no se puede evitar.

Hablando de sueños, hoy tuve uno rarísimo que os voy a contar aunque no os importe una mierda. Iba viajando en avión, en uno absurdamente ancho y espacioso, con luces de neón y gente que parecía pasárselo bien (¿un avión cómodo? Debería haberme dado cuenta de que era un sueño). De repente, dejaba de estar en la cabina y aparecía en tierra. Era de noche, y por algún motivo sabía que el avión había seguido su trayecto sin mí y un puñado de gente más. No sabía qué cojones hacer, así que trataba de llamar a la compañía aérea para informar de lo sucedido. Sin embargo, para mi sorpresa, resultaba que el número pertenecía a una tienda de bocadillos en Chile. Lo normal, vaya. Qué ansiedad más tonta me daba por el avión de los huevos. Luego, en otro sueño, me convertía en un personaje del anime Naruto (ナルト). No recuerdo bien qué era lo que pasaba, pero me he despertado sudando.

Al menos me alegro de que no soñara, otra vez, con que tenía que hacer un examen para el que no había estudiado. Esos sí que son pesadillas de verdad. Qué paranoia son los sueños, ¿no os parece? Nos metemos en la cama, cerramos los ojos y, si tenemos suerte, nos dormimos antes de que la vocecilla de nuestra cabeza se ponga a recordarnos las cosas que no hemos hecho porque estábamos muy ocupados procrastinando. Lo que sigue es un misterio. Ni siquiera existe consenso científico acerca de su finalidad o significado, si es que lo tienen. ¿Por qué soñamos lo que soñamos? Y eso sin mencionar los sueños lúcidos, que son un desfase cerebral. ¿Alguna vez habéis tenido alguno? Yo no, pero debe ser increíble tener tanto poder, ser capaz de, literalmente, hacer cualquier cosa que se te ocurra y acordarte de ello.

Total, que ese ha sido mi día, grosso modo.

A ver qué me depara Mr. Sandman esta noche. Ojalá soñar que soy una medusa, o una ameba. Qué fantasía «flotar» en la nada con la «cabeza» llena de agua.

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