53. Dudas
Jueves 14 de mayo de 2020
Me parece tan surrealista que haya llegado a este punto siquiera... Que esto era un diario de cuarentena, para entretenernos todos un rato. No sé cómo he llegado a esto, bueno, sí, porque soy gilipollas y no me quedé quietecito en mi casa cuando debería haberlo hecho. De esto sirve comportarse como un «buen ciudadano». Maldita la puta hora en que se me ocurrió intervenir.
Esta noche no he dormido una mierda, me la he pasado dándole vueltas a lo que debería hacer. Bueno, ni dormido, ni comido, ni nada de nada. El nudo que tengo en el estómago no me deja vivir. Me quedan poco menos de tres horas para decidirme y, aunque haya imaginado mil escenarios y leído vuestros comentarios, sigo sin tenerlo claro. Por si decidiera ir, he acordado con mi pareja enviarle un mensaje cada cinco minutos, diciéndole que todo va bien; si pasado ese tiempo no le escribo, él se encargará de avisar a mis padres y a la policía.
Sé que si lo cuento en casa me lo van a impedir, suponiendo que creyeran una palabra de lo que les cuente, y no les culpo; ni yo me lo creo. Pero necesito saber qué cojones está pasando, qué es esta mierda de thriller cutre en que se ha convertido mi vida en un par de semanas. Que envíe las fotos a mi vecino es lo de menos, la verdad. Sería una putada inmensa y puede que acabásemos de los pelos o en comisaría, pero ya lo siento; yo no me acuerdo de nada. Sin embargo, lo otro ya son palabras mayores... Encima, para la noche da lluvia y viento. ¿Puede haber algo más en contra?
He intentado hablarle por el WhatsApp, pero no responde. De hecho, los mensajes se quedan con un check, así que imagino que el número ese que estaba usando ya no funciona. Supongo que si quisiera decirme algo, lo haría.
Y en esas estoy, acojonado vivo y, al mismo tiempo, queriendo plantarle cara y quitarme este peso de encima. Por si acaso, me llevaré una navaja que me regaló mi abuelo. Mi intención es mantener las distancias todo lo posible, no darle la espalda y tener una calle por la que salir por patas si hiciera falta; pero bueno, de perdidos al río. Llevando una hoja de quince centímetros en el bolsillo me sentiría más «tranquilo».
Decida lo que decida, deseadme suerte y espero poder contaros mañana lo que pasó.
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