Harry tomó la libreta entre sus manos temblorosas.

¿Louis Tomlinson realmente tenía un diario? ¿qué otros secretos escondía aquel chico?

¿Por qué alguien como Louis tendría un diario?

Se puso los lentes de nuevo, si quería las respuestas a sus preguntas, sólo tenía que leerlo...

Lo volvió a abrir y leyó la advertencia de la primera página. Tragó saliva. Quería seguir viviendo con todas las extremidades de su cuerpo completas y pegadas a su torso.

Luego leyó sobre el asunto de su psicólogo... y eso lo confundió más. Esperanzado de encontrar la respuesta, dio la vuelta a la página y se encontró con la letra de Louis. Algo cursiva y brusca, fina y fuerte. Igual que él.

Sonrió un poco al observar el poco buen trato que le brindaba a la libreta, le hablaba como si ésta fuera una persona.

Pero luego leyó que escribía sobre él. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas ¿de verdad Louis pensaba eso de él? ¿pensaba que era un estorbo? ¿un niño sin cerebro? ¿un ''idiota''? ¿un ''imbécil''?

Con el corazón destrozado cerró el diario de Louis. Sabía que toda la química que pudo haber sentido entre los dos era imposible. Louis sólo había estado jugando.

Ya no pudo leer más. Ya no quiso saber las barbaridades que el chico decía sobre él.

Se recostó en su cama y lloró.

Sin saber que si leía unas páginas más, se encontraría con la sorpresa de que Louis también estaba enamorado de él.