Capítulo.- 28

Tomo los extremos de mi blusa y los bajo, mientras que además de acomodar aquella prenda me dedicaba a acomodar mi cabello. Me doy un último vistazo antes de girar un poco y notar como él de la misma manera estaba abotonando aquella camisa.

Pudieron haber sido solo minutos, pero lo sentí de diferente manera.

Su mirada choca con la mia en segundos, una sonrisa corta se le dibuja, misma sonrisa que me contagio a mí de manera repentina. Vuelvo a llevar la mirada al frente recordando lo que paso y como termino, entre palabras de aliento, entre palabras que nunca habían escapado de él, entre nuevas propuestas para ambos que acababan en pequeñas y simples promesas que sabía, seria duro cumplirlas.

Y es que debo pensar bien si lo que quiero es volver a su lado... que aunque se lo haya dicho algo me decía que debía pensarlo mejor, ser más dura en mis decisiones y no solo aceptar porque lo quiero, porque lo amo, porque ha sido una de las pocas personas que más apoyo me ha dado y más decepción me ha brindado.

Pero quiero hacerlo...

Quiero volver a intentar nuevas cosas a su lado, quiero su apoyo, quiero darle mi apoyo... lo quiero a él a mi lado.

─Nunca pones "peros" a los lugares de riesgo, Diana ─menciona y suelto una pequeña risa antes de mirarlo con incredulidad. Extrañaba que me hablara de esa manera tan de él.

─Este ha sido el primer lugar de riesgo, Michael ─y vuelvo a sentarme en la mesa.

¿Y el centro comercial de Seattle?

─...

¿Los vestidores? ─y entonces rio sonrojándome por su comentario.

Mientras bajaba la mirada negaciones surgieron desde lo más profundo de mí, sus pasos eran sonados en aquel espacio hasta que se colocó en medio de mis piernas recorriendo mi cuerpo con su mirada marrón, con aquellas pupilas tan dilatadas que me estaban volviendo loca.

Muerdo con delicadeza mi labio inferior al verlo a los ojos, una sonrisa se plasma en sus labios mientras que sus manos estaban sobre mis piernas temblorosas recorriéndolas de arriba hacia abajo sin dejar de verme, sin dejar de sonreír por lo ya comentado.

─No fue tan riesgoso ─digo después de un tiempo─. Es decir... muchos adolescentes lo hacen ¿no?

─No soy un adolescente, Walker.

─Para mí lo eres ─tomo sus manos, me dedico a bajar la mirada hacia nuestros dedos entrelazados─. Ahora... somos como aquellas parejas toxicas que terminan y vuelven.

─ ¿Estas queriendo decir que aceptaras lo que te volví a proponer hace un rato? ─asentí mirándolo─. Vaya... puedo prometerme que jamás volvería a apartarme de tu lado.

─ ¿Es una promesa?

─Considéralo así, pequeña.

Tenía una manera muy peculiar de mover mi vida, me tenía pensando en él por más molesta, por más triste, por más perjudicada que estuviera por él... Me tenía pensando en él mientras esperaba vivir el momento de ver su mirada como antes y poder sentir sus besos en cada espacio de mi cuerpo.

Cuando volvió a besarme comprendí que no era un beso como cualquiera, fue un beso de aquellos donde dejas de usar los labios y abres el espacio al corazón, fue un beso de aquellos donde uno podía desear que el mundo se detuviera para poder morir en la satisfacción...

Donde sonreía a la mitad del beso.

El sonido de la puerta chocar contra la pared nos hizo pegar un brinco, baje de la mesa y él se dedicó a darse la vuelta para caminar en silencio hacia la mesa donde estaban algunos pequeños paquetitos de droga sin ser empaquetados.

Los tacones sobre el piso eran unos de los pocos sonidos que podían presenciarse en el área así como las voces de aquella mujer y hombre que a decir verdad tenía pensado que ya se hubiera ido a su casa.

Creo que Charlie ha estado metido más que nunca en los negocios, ya no solo piensa en matar a ciertas personas, ahora está más centrado en querer ayudar y fomentar aún más el trabajo.

Es un hombre que juega dos papeles a la vez; como el hombre malo que dice ser mejor que todos y debe mostrarse un respeto ante su presencia, pero también juega el papel del mafioso bueno que solo quiere lo mejor para sus trabajadores y para la ciudad. Claro que, le va más al papel del mafioso malo.

─Muchachos ─su llamado es natural, no suena si molesto─ ¿aún no terminan?

─Es mucho para solo dos personas ¿no lo crees Charlie? ─Michael le responde a lo que solo escucho una confirmación de Jolson─. Al menos necesitamos otras dos o tres personas para terminar pronto.

─No te molestes en pedir más personas hijo, por hoy solo necesito que lleven cierta mercancía a Leandro. Me está pidiendo más.

─Bien ¿supongo que mañana vendremos a terminar con más trabajos?

─Así es muchacho... dalo por hecho de que la paga será el doble. Para ti y Walker ─Mire a Charlie quien observaba a su alrededor─. Sabes cuánto es la mercancía que Leandro siempre compra Michael, eso es lo que quiero que le entregues.

─Bien ─Michael bajo la mirada para comenzar a apartar otra cierta parte de la droga.

─Ah, y... Michael ─preste atención─. Fred estará fuera por unos días como bien sabes, hará falta quien haga su trabajo.

─...

─En una semana podrías ganar dos mil dólares si me apoyas con su trabajo.

─Lo pensare Jolson ─Michael afirmo, así como Jolson quien se dio la vuelta para caminar por donde habia venido.

Subía las escaleras que estaban ocultas por dos estantes de cosas sin importancia siendo seguido por Scarlett. Sabia de lo que Jolson hablaba al referirse al trabajo de Fred, Michael ahora se ha quedado en silencio dedicándose a apartar las cosa que serán para el cliente de Jolson.

Se ha puesto a pensar si valdrá la pena... matar por un poco más de dinero.















***














Dos semanas después

Después de que Michael y yo nos perdiéramos por unos de los lugares del apartamento para tener un pequeño momento íntimo, nos decidimos a volver al ambiente que se estaba desatando en todo el maldito lugar.

Fred regreso ayer y las cosas con todo lo que hizo para saciar a Jolson se fueron más allá de lo que habíamos pensado... Logro hacer los dos asesinatos haciendo un total de tres con la victima de hace dos semanas, de la cual estaba profundamente orgulloso de haber aniquilado.

Ha habido un desperdicio excesivo en alcohol y drogas, la mayoría está bastante drogado, ebrio, las cosas no bajan de ser diversión para todos y desastre total entre las personas que estan en el sitio, hombres y mujeres de plena confianza para Harry y Michael, estan aquí.

Personas que no dejan de beber a tragos mientras compiten por ver quien beberá más, por ver quien consumirá mayor cantidad de cocaína y marihuana.

Otros, han traído otro tipo de drogas más fuertes; las famosas Etorfina y fentanilo son drogas tan potentes que en mi vida me atrevería a probar.

He bebido, no lo niego... he consumido al menos dos cigarrillos de cannabis y no puedo negar que el mundo me ha comenzado a dar vueltas. Pero es que me he vuelto a sentir con vida, me he vuelto a sentir feliz, he vuelto paso a paso a recuperar mi vida.

En días pasados cuando Harry y yo estuvimos solos en el apartamento no hubo más que palabras falsas por parte de ambos, "se disculpó" cosa que le dije jamás le perdonaría así como jamás lo olvidaría, pero... ¿Qué, que podía esperar de un tipo enfermo de celos y envidia hacia su mejor amigo? Le deje en claro que solo quería escucharlo para algo importante y de ahí, su existencia me vendría importando una mierda.

Cumplió lo dicho... solo me llama para opiniones de trabajos, para "apoyo" en lo que no puedo hacer, él lo ha dejado todo en el olvido, pero yo... yo espero contárselo un día a Michael aunque explote porque no se lo dije desde el primer instante en que Styles, su mejor amigo abuso de mí.

Me sorprende que los vecinos no hayan llamado a la policía, a estas horas ya deberían de estar aquí para pedirnos bajar el volumen de la música y de nuestros gritos.

Con mi vaso rojo en manos me dedico a caminar hacia aquel hombre que no ha dejado de hablar con Dylen, sus risas incrédulas me contagian hasta en lo más mínimo, pero ahora solo de verdad deseo pasar un rato más con él sin importarme que otras personas sepan de nuestra fuga.

Y es que solo quiero recuperar lo perdido.

Cuando llego hasta él solo tomo su camisa jalándolo un poco─: Me siento mal.

Me mira con su ceño fruncido y una pequeña sonrisa, Dylen se aparta de nosotros yendo hacia su hermano el cual estaba jugando a "forcejear" con Harry, Michael no comprendía nada, sabía que ahora estaba más centrado en el tema de la fiesta que en lo que yo pretendía obtener de él.

Juntos, caminábamos hacia el pasillo, escuchaba sus llamados y sus preguntas por saber si estaba bien... al llegar a la habitación solamente lo hice pasar así como cerrar la puerta detrás nuestro mientras el seguro era colocado por mi mucho antes de que me lanzara hacia él para besarlo.

No me importo dejar el vaso caer, tampoco me importo la velocidad con la que mis manos lo comenzaban a desprender de aquella camisa blanca, sus besos eran voraces tal cual los míos, gruñidos retumbaban de su pecho, siseos al momento en que besaba su cuello, gemidos al momento en que mis manos se pasaban por enfrente de su entrepierna.

Mi blusa fue desprendida, la falda escocesa fue retirada de mis piernas al solo quitar dos botones, y pronto... su cuerpo estaba encima del mío mientras sus labios carnosos devoraban mi cuello sin piedad alguna.

Pero se detuvo, no me explicaba porque, si íbamos tan bien...

─ ¿Qué? ─le interrogo, su risa delata lo que ha hecho que se detuviera, besa el dorso de mi mano izquierda y se recuesta a mi costado, momento en el que ahora soy yo la que se coloca encima suyo.

─No así, Walker ─suena gracioso, frunzo mi ceño y me acerco a sus labios, bajando por la barbilla y al final me detengo a besar su cuello─. Estas ebria, Diana ─sus manos acarician mi trasero mientras juega con el elástico de mi interior.

─No lo estoy...

─Me sorprende que sigas con esa energía ─sigue sonando divertido, pero por mi parte, solo me he recargado mejor encima de él─. Lo que bebiste y fumaste debió haber sido un cruce terrible... ya estaría dormido en tu lugar.

─...

─ ¿Diana?

─...

─ ¿Abbout?

─...

─... Descansa hermosa...












***












Tengo frio...

Me hago aún más pequeña en el espacio de mi cama mientras mis manos tomaban los extremos de la sabana para cubrir mi cuerpo y así, poder cubrirme más. Pero los molestos rayos del sol solo causan desesperación en mí por el inmenso dolor de cabeza que tengo.

Una maravillosa resaca y los recuerdos de la noche de ayer caen en mí como un balde de agua helada. Abro de apoco mis ojos tratando de acostumbrarme a los rayos del sol, parpadeo un par de veces antes de quedarme fijamente mirando hacia el techo.

Un aroma familiar y delicioso se apodera de mis fosas nasales, la loción dulce de Michael es la causante de que ahora este buscando de donde proviene ese fantástico aroma cuando solo estoy yo en ese lugar, pero caigo en cuenta que es la famosa camisa blanca que usó ayer por la noche.

Estaba encima de ella, arrugada y solo porque estaba mal puesta en mí, tomo el otro extremo de la manga y comienzo a colocármela con una leve sonrisa y es que es tan único despertar con un aroma dulce que solo te lleva a los recuerdos más buenos que has pasado con esa persona.

Me coloco de pie cuando termino de colocarla, miro por la ventana por unos segundos observando a distintas personas hacer su día mientras corren o riegan las plantas que hay en el sitio, otras más estan enfocadas en lavar sus autos, en leer el diario en las bancas.

Me doy la vuelta caminando hacia la puerta completamente descalza, al llegar solo tomo la perilla girándola y así abrirla y salir de la habitación caminado hacia el pasillo. Aunque sea una mañana soleada hace frío, tanto que incluso hay ráfagas de aire.

Me detengo al final del pasillo tras verlo a él, tan concentrado como siempre en las cosas que hace en aquel computador portátil. Me recargo en la pared sin dejar de verlo, sin dejar de recorrer su torso desnudo, sus brazos ejercitados, su rostro lleno de serenidad. Aquel porte tan inofensivo pero que a su vez, lo hace ver como un hombre peligroso y lleno de misterio.

Michael ─tallo mi rostro cuando digo su nombre.

Lleva la mirada hasta mi dedicándose a recorrer mi cuerpo de manera atenta, pequeñas sonrisas se aparecen por sus labios y solo por el porte que aún tengo después de haber salido de la cama, tengo sueño, aun padezco de los espasmos pequeños que dan aun después de haber despertado.

Llevo mis manos a los costados para comenzar a caminar hacia su dirección, lo vi dejar el computador en la mesita de centro y al estar frente a él mi acción fue sentarme sobre sobre sus piernas con mi rostro casi junto al suyo. Mis manos suben hasta su rostro y solo porque me encanta contemplarlo a esta distancia, un rostro tan perfecto, sin imperfecciones, con solo pequeñas expresiones que me dedicaba.

Sus manos, se colocaron en mi cintura atrayéndome más hacia él, hasta el punto en que mis pechos solo chocaron contra el suyo. Lleve mis manos a su cuello y solo para atraerlo hacia mí y comenzar a besarlo, mis manos ya habían comenzado el juego de tocarlo, de subir y bajar hasta el punto en que una de ellas se escabullo hasta los botones de su pantalón.

Mordía sus labios, mordía su cuello... y él me tomaba de los glúteos empujándome hacia él con tanta fuerza que los gemidos que salían de mi eran dedicados en sus oídos.

Ahora eran sus labios los que dejaban besos en mi cuello y sus labios, mordidas acompañadas de ese mismo procedimiento que me hacía gemir en bajo.

Son solo segundos cuando le exijo por mi propia cuenta que siga repitiendo esa acción tan placentera, pero no hace nada. Me aparto de él con lentitud para mirarlo a los ojos, muerdo mi labio inferior recorriendo sus hombros desnudos con mis manos.

Una tercera vez no hace daño ─digo recordando lo que pasó la noche de ayer al escabullirnos y divertirnos un poco, así como la segunda vez que terminamos en mi habitación. Pero él, rie ante mi comentario mientras se acercaba a mí y plantaba un beso sobre mi mejilla.

─ ¿Tercera? Di, anoche dormiste.

─... ¿De verdad? ─la pena me domina cuando asiente alzando ambas cejas, bajo la mirada ya sonrojada, pero no pasan ni cinco segundos cuando él me toma del mentón solo para verme.

─Después de que bebiste de aquella cerveza, dijiste sentirte mal, te lleve a la habitación e intentaste abusar de mí.

─Dios, Michael. Deja de ser tan mentiroso.

Golpeo levemente su brazo antes de capturar sus labios una segunda vez, me junto a su cuerpo susurrándole ciertas cosas que quisiera que repitiera, las sonrisas en medio de los besos me dan a entender que no es el momento de hacerlo y que abra otro momento en el cual las cosas puedan llevarse como lo quiero y como él lo quiere.

Ahora es él quien toma el control del beso, ávido y desesperado, sus labios muerden los míos en un intento desesperado de hacerme ver y saber tantas cosas que está explicándome ahora por medio de este acto.

Sonidos en la concia rompen la calma de aquel acto, pero lo que acabo por completo fue la risa de Michael la que me obligo a separarme de él.

Harry... ha despertado, está abriendo la nevera con tanta naturalidad que pareciera ser no le importo el vernos de esta manera ¿y porque debería importarle? Si cuando volvió a saber que Michael y yo habíamos vuelto no se preocupó ni siquiera porque le dijera la verdad de lo que Harry me hizo.

─Chicos de verdad, actúan como si mi presencia les valiera un carajo ─reclama "gracioso" tomando la garrafa de leche─ ¿no prefieres de esta, Diana? ─si ha tratado de sonar gracioso no lo ha logrado, si, su maldito sentido figurado de decirme las cosas fueron claras. Lo miro de manera "divertida" negando una y otra vez, entonces sonríe y cierra la nevera.

Tu presencia nos importa ─miento usando un tono de voz poco sarcástico─ pero suponíamos seguías dormido.

Siento como las manos de Michael se han ido a los botones de la camisa comenzando a abotónalos de manera lenta. Lo miro con ironía desabotonando los dos primeros y los dos últimos mientras mi miraba pasa de ser irónica a picara.

Bajo de sus piernas y me comienzo a encaminar hacia el pasillo y solo porque quiero hacer mi cama antes de que vayamos a desayunar.

Escucho sus voces, comentando asuntos importantes como lo que Fred hizo, Frank y Andrew han hecho algunos asesinatos a espaldas de Jolson, dichos asesinatos que les cargaran a Michael, Harry, Fred y hasta Dylen podría salir cobrando cuentas.

El plan de Frank y Andrew consiste en culpar a otros de las cosas que ellos mismos han hecho a espaldas de Jolson y solo para quitar competencia. Pero lo que no entiendo... es como Jolson podría caer en esas trampas cuando Michael jamás ha asesinado nadie.

¿Harry? Bueno... es una cosa diferente que a decir verdad, no quisiera meter en esto.

No cuando solo me interesa un hombre inocente que pronto será hasta acusado de vender drogas a los enemigos de Jolson, de venderlas, de robarlas, de matar gente de Charlie...














***












Y todo estaba más que decido...

Los tres en un auto, decididos a dejar esta ciudad en busca de un lugar mejor en el que nuestras vidas no corrieran un riesgo, Harry va al frente, más frustrado que nunca, luce demasiado nervioso tras avanzar de apoco en poco entre los autos, no me explico porque hay tanto tráfico desde temprano.

Antes de salir, Michael me dijo que solo seriamos él y yo en esto, que Harry pronto tomaría su propio rumbo en Seattle al quedarse por un tiempo con su madre y después se iría a Europa a seguir con su vida y tratar con otras personas de la mafia.

No sabía que teníamos destinado Michael y yo, pero solo sabía que el tenernos a ambos sería lo mejor, tenernos como apoyo en cada pequeño detalle que surgiera en nuestras vidas.

Acomodo mejor el gorro sobre mi cabeza aún estaba recargada sobre el cristal del auto, entro en cuenta de inmediato que Harry ya estaba saliendo por otro lugar con una sonrisa demasiado victoriosa.

Una salida demasiado larga y nada transitada es la que está frente a nosotros, mi ceño se frunce y sé que Michael se percatado de mi incomodidad al verme. Al llevar la mirada al frente la preocupación y el terror me domino de tal manera que no fui consciente de que hacer, como reaccionar ante lo que estaba frente a mis ojos.

Un auto, mismo auto que entro por donde nosotros lo habíamos hecho, llevo la mirada hacia atrás pero un grito me asalta al escuchar una detonación hacia el auto, estoy cubierta de pánico, estoy cubierta de un maldito miedo que no sé cómo describir...

Una mala palabra sale de los labios de Harry quien tiempo después se dedica a apagar el auto cuando ya no hay más salida ni echando reversa ni siguiendo hacia adelante.

─Con una mierda... ─Michael luce asustado, no hay más que hacer...

Del auto que estaba frente a nosotros baja Frank, mismo que no veía desde hace algún tiempo, Andrew detrás de él con una sonrisa radiante, dos más bajan del auto y al volver a mirar hacia atrás ya estaban apuntando hacia el auto.

─Pero miren a quien nos encontramos aquí ─Frank dice en alto estando más cercas del auto, uno de aquellos hombres que lo acompañaban abrió la puerta del auto, junto con otro más obligando a bajar a Michael y Harry─. ¿Van a algún lado? Porque, ese es el camino para salir de la ciudad.

─Íbamos de paseo ─noto la pequeña piza de nervios en Michael─. Despejarnos un poco.

─... Abran la cajuela del auto.

Andrew, no permitió que los hombres de apoyo se dirigieran a ábrela, fue él quien se dirigió a esta para abrirla y al hacerlo, su sonrisa creció el triple.

─Ropa y dinero suficiente como para vivir por años lejos de aquí. ¿Tomarían vacaciones por años, Joe? ─Andrew habla y al terminar cierra la cajuela, pero su mirada y la mia chocan y entonces, el mal se desata en mi sistema─. ¡Oh por Dios! ¡Diana, que alegría verte una vez más!

Cuando Banner camina hacia mi dirección, Michael trata de ir hacia mí pero Frank coloca su arma muy cercas de la cabeza de Michael causando que él se detenga en seco. Banner, sube al auto con tanta calma que me comienzo a asustar más de la cuenta y solo por su maldita mirada y esa puta sonrisa que lleva en su rostro...

Trata de acariciar mi mejilla, pero me niego a aceitar que sea él quien trate de tocarme una vez más...

─Andrew, por favor, te desquitaras después ─Carter luce divertido, Banner me mira de arriba hacia abajo─. Me temo que Jolson tiene prisa por ver a estos tipos. Súbanlos a la camioneta.

Los tomaron con fuerza de los brazos para llevarlos hacia aquella camioneta, Andrew me recalca tantas cosas "divertidas" que hará conmigo en unos minutos, la impotencia, el terror, el pánico por saber lo que se viene para los tres me está afectando de una manera nefasta.

Nos descubrieron... nos descubrieron...

















***












─ ¡Andrew, basta! ─los gritos que pego son desesperación pura, acompañada de un dolor que quema hasta las entrañas.

Vuelvo al inicio...

Donde era brutalmente golpeada por un hombre que no tiene sentimientos ni consideración por los demás.

Vuelvo al inicio, donde era brutalmente violada por un hombre al que no le importaba como me sentía y cuánto daño me hacía.

Vuelvo al inicio...

¡¡¡ME ESTAS MATANDO!!!

Porque sentía como me desgarraba... como me hería a tal punto de sentir punzadas dolientes en mi interior.

Sus manos hechas puño sobre mi cabello me estampan contra la dura mesa de madera que hay en el lugar, las astillas del material viejo estan clavadas en mi estómago, incluso en mis mejillas por estar boca abajo sintiendo los abusos de un tipo... que me violo con un compañero más...

Eran dos... eran dos los que abusaban de mi a tal grado de que me hicieron quedarme casi muda por pedir ayuda, por pedir ayuda de Michael y hasta de Styles...

¡¡¡POR FAVOR, BASTA, BASTA!!!

Sus dedos estaban clavados en la carne de mi piel, sus jadeos me daban repulsión, sus malditas palabras me daban asco...

Y lo peor era que nadie venía a auxiliarme... porque aunque Rachel supo lo que me estaba pasando... prefirió irse de paso e ignorar mis llamados.

Grito de dolor cuando Banner me proporciona su última penetración, tan dolorosamente que mis ojos fueron empuñados con dolor, tan fuerte que el grito logro por romper mi garganta en una explosión de dolor...

Y es que además, termino en mi interior...

Tengo mi interior puesto, solo siento el material elástico volver a su lugar y pasando un minuto me toma del cabello con fuerza arrojándome al piso frío y sucio...

Va a matarme... ¡va a matarme!

Patada tras patada, mis gritos ahogados lo llenan de coraje, sonríe irónicamente, patea mi rostro y el sabor de la sangre prueba mi boca...

Patea mi vientre... y mi mundo se derrumba de inmediato.

Los golpes se detienen, y mis lágrimas aumentan.

Jolson se los advirtió, Walker... jugaste a la misma mierda que tu puto padrastro. Dios... espero comprendas que con Jolson nunca se juega y que aquí... importa una mierda si te enamoras.

Banner la puerta es abierta y la voz de Frank es lo único que escuchamos ahora. Abandona ahora esto, ya.

Limpio como puedo la sangre de mi labio inferior, con dolor y temblores en todo mi cuerpo, veo a Andrew marcharse de la habitación acomodando mejor su camisa, su pantalón, hasta que la puerta es cerrada y mis ánimos una vez más tocan los suelos.

Fue un error, fue un error, fue un error...

No debimos intentar salir de la ciudad, no debimos dar ignorancia a lo que Jolson dijera o pensara... siempre debimos obedecerlo, siempre debí obedecerlo.

Escucho pasos y voces, y así como escuche los pasos y las voces, escuche la puerta ser abierta y cerrada de golpe al poco tiempo.

Pasos rápidos como si alguien estuviera corriendo hacia mí, pasos que me hicieron congelar y desear que el sufrimiento termina de una buena vez. Escucho algo ser colocado a mi costado, su tacto de pronto hizo mi piel cálida, hizo que la sangre regresará todo mi cuerpo.

Ha comenzado a levantarme, al menos ha colocado mi cabeza en sus piernas y un poco de la parte de mi espalda está recargándose de la misma manera en ellas. Esta golpeado... está asustado y llorando.

¡Lo siento, lo siento tanto mi amor! ¡Por favor perdóname, perdóname por esto!

Niego, niego con mi llanto cada vez más grande, me abraza con fuerza, mis músculos duelen, mi cuerpo entero me duele.

─... No quiero sufrir... No más...

Me miro con ojos enrojecidos, con cero palabras en sus labios... me miro con dolor y con una indiferencia que me hizo sentir impotencia... porque aunque estuviéramos peleados, me miraba como me gustaba que lo hiciera, pero ahora... hay algo que le ha impedido que me siga viendo como solo él lo sabía.

Y comprendo todo, al ver el arma a su costado.

... ¿Me vas a matar? susurro, me miraba con tanta atención buscando las palabras correctas para responderme ¿Michael?

Su respiración cambia, irregular, acelerada a tal punto de que siento el nerviosismo recorrerlo de pies a cabeza... Ha bajado la mirada llevándola hasta esa arma, luce derrotado, agotado... cansado... La toma, la empuña con fuerza y las lágrimas en él toman territorio. Mis manos toman algo, aquel gorro blanco que lleva apuesto está siendo sostenido por mí, como una niña pequeña que se siente segura con tomar una cosa material.

Por favor vámonos le suplico, con mi llanto abandonándome por... ¿Cuántas veces? ¡por favor vámonos!

Me intento poner de pie, solo me arrodillo y él me toma del brazo con fuerza impidiéndome que siga moviéndome. Está negando... mis labios tiemblan por miedo.

¡¿Por qué no nos vamos?! con frustración le grito. ¡¿Qué mierda estas esperando, Michael?!!

No podemos irnos todavía...

¡¿Por qué no nos vamos?! ¡¿Qué no te das cuenta del daño?! ¡De la gravedad del asunto!

─... Di... No... No es que no vea la gravedad del asunto... pero no quiero tener que ver como alguien más te hace daño... No lo soportaría...

─ ¿De que estas hablando? ¡Quiero irme!

Cargo el arma... lo mire con temor. Lo miraba con tanta atención, más de la que le dedicaba a vero cuando estaba en completa seriedad. Negué, negué al momento en que comprendí, en que estaba más claro para mí lo que me esperaría. Intente alejarme, quiera huir, pero me detuvo.

Comencé a suplicarle, le suplicaba porque no me hiciera daño.

Dijiste que me amabas...

─Te amo ─me interrumpió─. Te amo como a nadie en este mundo... pero no puedo ver como alguien te mata, y abusa de ti hasta destruirme... No puedo Di... No puedo dejar de pensar en eso... Te pido, me perdones por esto amor...

No mereces mi perdón... No lo mereces cuando me has prometido seguridad... y no esto.

Llevo la pistola hasta la altura de mi frente... trago duro mirándome, trago duro acercándose aún más hasta mí y al estar abrazándome suspiro cercas de mi cuello, un suspiro pesado que me hizo erizar la piel.

No sé si merecías mi amor... No sé qué merecía yo de ti mencione con mis ojos cerrados, con mis lágrimas deslizándose sin piedad alguna.

... Merecía amarte... Merecías amarme menciono.

Merecía alejarme de ti sabiendo lo que eras.

Abrí los ojos mirando como su mano, la que me abrazaba se posicionaba de diferente manera, al comenzar a sentir la cercanía de aquel material, suspire...

Debajo de la almohada... y se detuvo. Del lado de la pared... olvide algo.

─...

El ego de un hombre es tan frágil como el corazón de una mujer.

─...

Gracias... por todo.

Y por fin... el material pego en mi nuca con fuerza.

Todo pasó por mis ojos, mi vida... desde que fui la niña tímida que era abusada por su tío, desde que viví la propias discusiones de mis padres, su separación, mi hermano dándome todo para salir adelante y siempre tener una sonrisa en mi rostro.

Las veces que mi madre me gritaba, las veces que peleaba con Charlotte por tomar mis cosas, las ocasiones en las que Brynd se volvió un demonio en mi cielo...

Las veces que fui feliz con Gregori, las veces que fui infeliz.

Tristan, Lavanda, mis compañeros de la cafetería... Mis profesores, mis hobbies...

Rachel, Tatiana... Sami... Jake Jolson...

Harry, quien destrozo mi vida pero siempre estuvo allí para mí.

Mi Michael... mi primera vez, mis mejores momentos y los peores se los ha llevado el tipo quien me dio todo y me lo arrebato de tantas maneras que esta, fue la peor, la más trágica, la más falsa.

Si, podría decir que fuimos una historia que hizo eco con la eternidad, que me hizo conocer su cielo al amarme de una manera tan especial que podría jurar, jamás amaría a alguien como me amo a mí.

Pero Ahora me doy cuenta de algo y he vuelto a permitir que se pensamiento vuelva a tomar su lugar.

Si me amo o no, ahora no tengo permitido opinar y llevar las contrarias... ¿Qué si lo ame? Lo hice, y deje de hacerlo cuando comencé a sentir aquella sensación de que se convirtió en alguien que no era.

Jalo el gatillo... y ahí, termino mi historia.

En secretos, en actos... en odio.

















Viví a muerte lenta y aun así la llame vida.

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