Capítulo.- 27


La chica que estaba atendiendo los pedidos de algunas personas caminó a toda marcha hacia la cocina, entendía perfectamente su fastidio de ir de un lugar a otro, así como entendía que era una nueva mesera que habia ingresado a trabajar en el IGI ¿desde hace cuánto? Bueno, su paciencia para tratar con las personas me daba la respuesta que necesitaba, apostaba cualquier cosa que tenía apenas un día de trabajo aquí en el sitio.

Hace tiempo que no me daba una rápida visita por el IGI, pero hoy fue diferente y fue solamente porque Michael quería salir a desayunar fuera del apartamento. Solo nosotros dos, sin Harry, que por cierto, no estaba en casa esta mañana.

El noticiero reporto un asesinato en la ciudad, asesinato a un hombre de 27 años de edad, acribillado fue la manera en cómo murió el sujeto. Ahora entendía porque Michael conducía tan nervioso esta mañana cuando nos dirigíamos al IGI, veía un auto de policía y prefería rodear a pasar por su costado.

Otra cosa que decir es que anoche lo escuche hablar con Harry de mi asunto... Harry mintió en tantas cosas que a decir verdad me lleno el alma de más coraje y un sentimiento tan ajeno al dolor que sentía por él.

Sabe lo que le conviene al mentir de esa manera, porque lo último que Michael le dijo a Harry me ha dejado la piel helada hasta ahora.

─Huevos revueltos, Diana ─la voz de mi ex compañera de trabajo me saca de mis pensamientos, la miro dedicándole una pequeña sonrisa antes de tomar el plato de cerámica blanco y colocarlo en la mesa, poco después coloca un vaso lleno de jugo de naranja a mi costado.

─Gracias, Esme ─digo mirando el vaso con jugo.

─Y para ti lo mismo ─coloca el plato de huevos revueltos frente a Michael y después una taza de café─. Salvo que lo único diferente es el café.

─Gracias ─es lo único que dice antes de llevar su mirada a mí, le doy las gracias una vez más a Esme quien me dedica una sonrisa amplia para mirar a Michael de manera divertida, sus expresiones dan mucho de qué hablar cuando mira a Michael y a mí de aquella manera.

Mi amiga se retira para ir hacia otras mesas y retirar platos o tazas, llevo la mirada hasta el plato de huevos revueltos tomando el cubierto puntiagudo de mi costado y picar un trozo de estos.

Cuando lo llevo a mi boca mastico y saboreo, el mismo sabor que recuerdo de los huevos revueltos en este lugar sigue siendo exactamente el mismo, sigue siendo cocinado con mantequilla y un poco de aceite, sin una exageración de sal y extremadamente esponjosos.

─Diana ─dejo de masticar para llevar mi mirada a Michael, se me hacía bastante extraño que no dijera nada hasta ahora─. ¿Puedo preguntarte algo?

─ ¿Qué?

─ ¿De verdad te iras con Jolson?

─Si ─bajo la mirada y vuelvo a tomar más de aquellos huevos revueltos─ es lo que quiero ─y los llevo hasta mi boca comenzando a degustarlos.

─... ¿Por qué?

─Michael por favor ─lo miro con mi ceño fruncido─. ¿Aun tienes el cinismo de preguntarme por qué?

─Mi cinismo me lleva a pensar tantas cosas que te han hecho querer dejar el apartamento... Tú, yo... Harry.

─...

─Diana yo

─Yo inicie todo ¿bien? Harry no me forzó a nada si es al punto al que querías llegar ¿puedes dejar de cuestionarme?

─Walker...

─ ¿Disfrutaste follarte a Elin? ─y su semblante cambio─. ¿Pensabas en cómo me veías la cara de imbécil mientras te la follabas? ¿También te follaste a Charlotte? ¿Cuántas veces Joe? ¿Qué fácil no? Me tiro a Diana y a Charlotte.

─...

─Solo... solo déjame ¿sí? ¿Qué otra explicación quieres cuando tú mismo me llamaste perra?

─D-Diana y-yo lo siento, l-lo siento mucho y-yo

─No digas nada... ya no digas nada frente a mí por favor.

─...

Lleve la mirada a la entrada del lugar, sorprendida por lo que estaba frente a mí, me dedique a ver a ese chico y chica tomados de la mano, con sonrisas grandes en sus rostros mientras se aproximaban a la chica que estaba detrás del mostrador donde una variedad de postres estaban frente a ellos.

Tristan y Lavanda, aquellos dos chicos que hacían de mi vida una locura en la preparatoria, aquellos dos chicos que fácilmente llamaba amigos porque siempre estaban para mí y yo para ellos.

Era triste que las cosas cambiaran de la noche a la mañana, que ahora ambos me hayan eliminado de toda red social y me hayan dejado sola como si yo en algún momento de mi vida hubiese hecho lo mismo con ellos, peor aún... como si yo les hubiera hecho algo terriblemente malo.

Michael se percata de aquello y decide llevar su mirada hacia atrás, son solo segundos antes de que vuelva a mirarme, su mano derecha se coloca sobre la mia haciendo que repentinamente lo mirara de golpe, sus dos cejas se alzan y sus ojos me dan a la indicación de que siga comiendo, pero vuelvo a llevar mi mirada hacia Tristan, chico que recorre el lugar hasta toparse conmigo.

No hay emoción en su mirada, describo la decepción y el coraje por las decisiones que he tomado en mi vida estas últimas semanas y, lo entiendo, yo también estoy decepcionada de mi por las malas decisiones que he tomado en estos meses que han pasado a lado de estos tipos, pero... lo hago por un bien que no termino de entender.

─Diana... desayuna ─Michael murmura pasando sus dedos por mi mano─. Se enfriaran y sabrán mal.

─... ─volví a mirarlo.

─Necesitas fuerzas, no lo olvides... hay trabajo en la bodega de los edificios.

Me dedico a asentir antes de llevar una última vez la mirada a Tristan, el chico niega a la chica del mostrador y después abraza a Lavanda dándole un beso en su frente, suspiro entrecortadamente antes de comenzar a comer una vez más.

Sí que duele bastante que por un capricho, por una mala decisión las cosas cambien bastante entre dos personas que se querían como locos, que cambien en dos personas que lo único que hacían era convivir de una manera envidiable... y no hay más tratos así, no hay más convivencias así, solo los tristes recuerdos que jamás se llegaran a olvidar y solo se quedaran para hacer de las personas almas torturadas.












***










Una hora después de haber salido de aquel sitio, nos dedicamos a ir hacia los edificios donde los Jolson estarían dando indicaciones a la mayoría de los trabajadores para así poder cumplir de la manera más discreta las indicaciones de cada uno de estos.

Sé que Harry se ha dedicado a ir hacia donde sea que los Jolson lo hayan mandado, Harry siempre quiere llevarle la delantera a Michael en todo, se la ha pasado compitiendo con él desde que los conocí.

Pero a decir verdad es lo que menos me importa ahora, si compiten o no, si llevan buenas relaciones o no, a decir verdad me ha importado una reverenda mierda como lleven sus métodos de convivencia después de que Michael se enterara sobre lo que paso.

Bajo del auto cuando este se estaciona, Harry esta recargado en su auto fumando lo que pareciera ser un cigarro de marihuana, no me sorprende, Michael también la llega a consumir dos o tres veces a la semana.

Scarlett está con él, mostrándole sonrisas carismáticas y por supuesto su porte de autoridad, con aquella blusa demasiado escotada y esa mini falda que deja ver sus esbeltas piernas, es una mujer que sabe cómo vestirse y cómo actuar para traer a los hombres babeando por ella.

Andrew, quien ahora salía de los edificios con porte sereno y su arma favorita en manos, saludo a Harry y a Scarlett mientras a esta la barría con la mirada de pies a cabeza hasta que al estar a pocos pasos de ella el tomo por la cadera pegándola a su cuerpo.

La chica solo reía cortejando de cierta manera a Banner, él no dejaba de hacer el mismo procedimiento deteniéndose un sinfín de veces en los pechos de aquella mujer quien poco a poco comenzó a alejarse cuando el mayor de los Jolson salió de aquellos edificios siendo acompañado por el más chico.

Miro hacia atrás asegurándome que Michael siguiera mis pasos, y en efecto, al llevar mi rostro hacia atrás solo me indico que siguiera caminado mientras él solo iba atrás por unos cinco pasos.

Cuando vuelvo a mirar al frente, la sonrisa de Harry poco a poco va disminuyendo hasta el punto de perderse en la nada. No pasa mucho cuando llegamos hasta ellos saludándolos de manera "cortes", tampoco pasa mucho tiempo antes de ver al peor enemigo de Harry salir a toda marcha de aquellos edificios con Elin y Charlotte, Ian me saluda con tanta rapidez que apenas si soy capaz de responderle de manera clara.

Supongo que él ya se dirige a cumplir las órdenes de Jolson...

─Harry ─me atrevo a llevar la mirada a Charlie quien está atento mirando a su hermano menor─. Todo está listo, Jake ha hecho las llamadas necesarias hacia las personas que distribuirán la droga.

─Bien ¿ha dicho algo Tatiana? ─Harry pregunta y Charlie niega de inmediato.

─La chica estará trabajando con Rachel ─y entonces, Harry hizo una mueca pequeña─. Fred ha viajado hacia donde Jace, ya sabes su trabajo.

─Bien ─Harry se aparta del vehículo en el que estaba recargado con el cigarrillo bajo─. Michael, no esperes noticias mías hasta la noche o mañana, saldré de New York con Jake.

─Bien, ¿has hecho lo otro que te correspondía? Me refiero el empacar la mercancía correspondiente y distribuirla en Brooklyn.

─Diana y tú harán eso Michael ─Charlie habla─. Quiero todo listo antes de las cuatro. Después irán a distribuirla.

─ ¿Solo nosotros, Charlie? ─Michael suena un poco inconforme, sin embargo Jolson solo asiente.

─Hijo, tengo gente que está distribuyendo, gente haciendo guardia, gente que ha comenzado a seguir la pista de dos hombres de Jace Braco que me han tocado los cojones. Tengo a dos chicas empacando armas, confió más en ustedes dos para empacar la mercancía.

Solo hubo una enorme mueca por parte de Michael, sé que está inconforme, sé que él quería hacer otro tipo de cosas que no se vieran reflejadas en algo tan bajo como ser empaquetador.

No dice nada, se encoge de hombros soltando un suspiro pesado antes de darme la indicación que esperaba de él. Bajo la mirada y comienzo a caminar hacia aquella bodega donde las drogas que no estan empaquetadas son colocadas por algunos trabajadores.

Charlie le da una última indicación a Michael quien le responde de la manera más educada posible, si, está molesto...













***










Como lo dije, ha estado molesto... No ha dicho nada más que no sean quejas entre dientes. Quisiera decirle algo pero la verdad es que no encuentro ninguna palabra adecuada para hacerlo.

Hace dos horas que estamos en esta bodega, en ocasiones Scarlett viene a dar sus rondas para asegurarse de que todo esté bien.

Se me ha hecho algo extraño que Harry y Jake salgan a hacer trabajos juntos, jamás los habia visto hacer un trabajo juntos si, los habia visto convivir pero jamás juntos en un trabajo que los beneficiara para un bien.

La paga o la distracción, era algo que me dejaba un tanto curiosa...

─Que harías... ¿si tuvieras todo esto a tu disposición? ─pregunto con la mirada en la mesa que esta frente a mí.

─Que Jolson limpiara el escusado del apartamento ─lo escucho decir en un murmuro bajo─. Esto jamás ha estado en mis planes, Walker... Prefiero salir de la ciudad a hacer trabajos que no sean esta porquería.

─Entiendo.

Lleve la mirada hacia unos paquetes de cocaína que ya habían sido empaquetados desde hace minutos por mí, sin embargo no me habia dado el tiempo de quitarlos de la mesa y colocarlos en otro sitio que no fuera este, ya que en estos trabajos de empaquetar siempre nos dijeron que debíamos mantener un área de trabajo limpia sin ninguna cosa que nos pudiera estorbar en empaquetar más y, a esto me refiero a que nos distrajéramos en contar las que ya estaban empaquetadas de las que no.

Tomo los tres paquetes medianos de aquella droga sin dejar de verla, sin dejar de pensar por cuantas cosas tiene que pasar para no ser descubierta. Hace poco me entere que la habían estado distribuyendo en latas de atún con el producto intacto, en otra ocasión y la más extraña fue su distribución en dentífrico dental, y aun no me explico como hicieron para sellar tan bien el empaque, sin dejar marcas de que habia abierta por la mitad.

Camino hacia una mesa que está a seis pasos de distancia de mí, donde marihuana, cocaína y la famosa heroína estaban empaquetadas y listas para pasar al siguiente nivel.

─ ¿Y tú, Diana? ─su pregunta es sencilla y nada escandalosa, dejo los tres paquetes de cocaína en la mesa y suelto un suspiro llevando mi mirada hacia él─ ¿Qué harías con todo esto?

─No lo sé... tal vez ─calle, lo hice porque no estaba segura de continuar hablando, de compartiré mis pensamientos de nuevo, calle porque no me sentía como antes al hablarle de mí y mis planes o pensamientos.

─ ¿Tal vez... ─su manera de indicarme que siguiera hablando era entusiasta, con un hilo de voz autentico y nada del otro mundo, una sonrisa pequeña se me escapo antes de que pudiera bajar la mirada hacia aquella mesa.

Tirarla, revenderla yo que sé... jamás me ha interesado este negocio Michael y lo sabes perfectamente... solo, me gustaría ver la ciudad y el mundo de diferente manera; sin crímenes, sin bandos dominando cada rincón de las ciudades, sin un hombre que lo tiene todo y que con solo mover un dedo puede desaparecerte.

─El mundo ya no funciona así, Diana ─dijo dándole la espalda a la mesa que estaba a su costado─. Aunque uno quisiera cambiarlo es imposible, lo has dicho... el mundo siempre estará gobernado por crímenes y bandos y una cabeza que lo controle todo... El gobierno o la misma sociedad son quienes tienen el poder de las cosas.

─...

Uno nunca conseguirá que el mundo cambie de a gratis.

Y tenía razón, porque cambiar algo tan grande en el mundo con más miles de millones de personas en el mundo es una tarea difícil, el mundo siempre estará regido por personas buenas y no tan buenas, malas y no tan malas, personas que querer ver un cambio para bien y otras para mal.

Es una balanza, que se inclina de derecha a izquierda sin cesar... pero confió, que existe un gran cambio por más bajas que sean las respuestas.

Puede haber un cambio... ─susurro mirándolo, él solo me mira y frunce un poco su ceño─. Confió que puede haber un cambio en esto para bien.

─No lo entiendo ─suelta de pronto aun con ese ceño fruncido, mientras daba pasos cortos hacia mi dirección.

─ ¿Qué no entiendes?

─A ti, Diana... No te comprendo.

─...

Has pasado por tantas cosas que sigo sin entender, como es que lo haces... Actuar de esa manera tan positiva... aun viendo lo jodido del mundo, lo jodido de tu alrededor, sigues con ese estado positivo en ti.

─Porque sigo teniendo un diez por ciento de fe en la humanidad... porque espero un día, volver a sentirme segura.

─...

Solo asintió, antes de colocarse a mi lado y cruzarse de brazos en un silencio poco estremecedor, sentí su calidez, era como sentirla por primera vez...

Me estaba estremeciendo con cada pequeño roce que su brazo hacia junto al mío, me hacía temblar y era una vez más la sensación de que me fallara la respiración.

No sé en qué momento me decidí a mirarlo, tal vez fue en el momento que trague la saliva y exhale un poco de aire, tal fue en ese mismo instante en el que él se atrevió a mirarme de la misma manera, con esa mirada triste y desolada de emociones.

Una pequeña sonrisa se me escapo, una tan pequeña que pude jurar el fantasma de una estaba dibujándose en sus perfectos labios...

─Diana... ─mi nombre prueba sus labios en un susurro tembloroso, lo observo con más atención antes de verlo suspirar─. Siento mucho no poder protegerte como lo deseas.

─Hiciste tu mejor esfuerzo... y te lo agradezco.

Pude haber hecho algo más que solo gritarte, humillarte... golpearte.

─Me lo merecía ─dije mientras él se dedicaba a negar en seguida.

─Jamás mereciste nada de eso, y nunca lo merecerás.

─Michael

─Quiero sacarte de aquí, Diana ─me interrumpe con brusquedad antes de colocarse frente a mí, mi mirada choca contra la suya, solo contra esos ojos marrones que destellaban una severa desesperación a sus palabras.

─Michael

─Las cosas con Jolson estan empeorando, Diana... Cuando Jace se entere de lo que Jolson está haciendo tras sus espaldas no dudara en matar a todo aliado de Jolson incluyendo a sus trabajadores.

─...

No sabes cuánto me arrepiento de todo lo que te hice...

─Mike

─Permíteme remediar mis errores contigo Diana... permíteme brindarte la seguridad que deseas... permíteme sacarte de esa ciudad a salvo Diana.

Sus manos cálidas subieron hasta mis mejillas, deslizando sus dedos por cada minúscula parte de mi rostro, sus ojos se estaban humedeciendo, su respiración estaba más normal, y sus labios solo se abrían un poco para inhalar un poco de aire.

De mis ojos solo comenzaban a caer lágrimas, por su tacto, por su manera de mirarme, por esa mirada tan compareciente que me hacía erizar la piel, esa clase de mirada que quería que me siguiera acariciando a cada segundo que pasaba.

Sus dedos pulgares estaban pasándose por los rastros que las lágrimas dejaban hasta llegar a esa pequeña gota que quitaba deslizando su pulgar hacia un costado.

Comencé a temblar...

Lo hice cuando su frente choco con la mia, cuando su mano izquierda bajo a mi brazo y su mano derecha se dedicó a acariciar mi mentón, con tanta suavidad que me hacía que cerrara mis ojos muestras disfrutaba de su tacto tan caluroso... besaba mi frente, besaba mi nariz... beso mis mejillas y por último, beso mis labios de manera suave, de manera tierna... de una manera tan única que las penas, el miedo, la traición, el dolor y el descaro se me fueron arrebatados, trayéndome de nuevo la felicidad, la compasión, la tranquilidad... ese sentimiento de amor y compatibilidad hacia él.

Esa intensidad del beso creció a tal punto en que solo mis manos estaban en las hebras de su cabello, forzándolo a no separarse de mí, obligándolo a que terminara de arrebatarme todo el dolor que estaba sintiendo desde hace ya mucho tiempo.

Sus manos, se colocaron en mis caderas alzándome hasta lograr sentarme en aquella mesa. Sus labios estaban desenfrenados contra los míos, nuestras manos más que ansiosas por querer tocarnos como lo deseábamos desde hace mucho...

Solo quería sentirlo, solo quería volver a sentir ese sentimiento tan ajeno nuevamente... quería saber que se volvería a sentir entregarse al único hombre que pudo construirme y destruirme al mismo tiempo, quería saber que se sentía ser esa clase de chica querida por el único hombre que pude odiar y amar a la vez...

Hombre, que sigo amando a pesar de todos estos problemas que estaban atravesados en nuestras vidas... hombre, que quiero recuperar.

Por favor... quédate conmigo ─susurro cuando se aparta de mí, su mano derecha se desliza hacia mi mejilla dedicándose a acariciarla suavemente.

Hasta la muerte, amor.

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