Capítulo.- 25

No me importo salir de aquel lugar sin decirle nada al único hombre que estaba en el apartamento, creo que no debía ni siquiera avisarle a donde iría o que haría, solamente quise salir de ese lugar antes de escucharlo una vez más gritarme de una y mil maneras en las que terminara de pisotear lo último de autoestima y aquel pequeño porcentaje de felicidad que me quedaba

Sabía que Harry actuaria de una y mil maneras diferentes al decirle lo que estaba ocurriendo ahora conmigo y solo por su maldita acción de mierda que me sigue repugnando hasta el alma, reaccionó de manera "neutra" frente a Michael pero cuando él se fue, no dejo de lanzarme miles de críticas, tantos insultos y gritos que de verdad, las ganas de acabar con todo eran lo bastante fuertes.

Quiero borrar de mi mente lo que mi cuerpo sufrió... quiero dejar de ser aquello que toman por un momento donde pueden tocarme y hacer con mi cuerpo lo que mejor placer se les venga en mente.

Nunca nadie habia hecho que me sintiera tan afectada, ni el hermano de mi madre, ni aquel trabajador del IGI, ni siquiera Gregori o aquellos dos profesores... Pero Harry, Harry fue quien mayor daño me hizo en tan poco tiempo y solo por ser un doble cara que fácilmente pudo engañarme, pudo manipular todas las emociones que tuviera yo en ese instante, porque Harry podría pasarme el ánimo en un dos por tres pero... también pudo quitármelo al violarme, al gritarme y al haberme golpeado.

He caminado por las calles sola, con solo doscientos dólares en mi bolsillo el pantalón y mi celular en manos. El aspecto en el que salí no fue el mejor, mi cabello desarreglado, el poco maquillaje de mi rostro corrido, mis ojos hinchados por tanto llorar y con la tristeza por los suelos.

La gente me mira raro, pero nadie se detiene a preguntarme que tengo, si necesito algo, nadie lo hace, y creo que yo también lo pensaría si me topara con una situación así...

Hace minutos que Tristan me llamo, le pedí que nos viéramos de inmediato y solo porque tenía que contarle algo... que necesitaba de su ayuda y consejo urgentemente.

Él, pareció entender lo que con tanto nerviosismo quería que supiera, no puso excusas ni pretextos, siempre se ha mostrado para mí en los momentos que más dolor me ocasionan y esta vez, no es la excepción.

Me indico el lugar en donde nos veríamos, un Starbucks que quedaba antes de llegar a la preparatoria y eligió ese sitio porque él estaba en allí.

Son tantas cosas que atraviesan mi mente, tantas cuestiones que necesitaran una solución rápida y aún más para traer a Michael de regreso... No supe a donde se fue... lo he llamado y a la tercera fue cuando supe que habia apagado su celular.

¿Pero es que como puedo contárselo? ¿Cómo puedo decirle que su mejor amigo fue quien me violo? ¿Cómo puedo decírselo sin que mate a Harry a golpes por su acción?

A eso le temo, temo bastante porque sé de lo que es capaz Michael, porque sé que a él esas injusticias lo terminan cegando a tal punto de ser alguien que fácilmente podría reconocer. Me aterra que haga algo que nunca antes ha hecho con alguien, el asesinar, sé que eso no es de él, sé que eso para él es lo más inhumano que alguien pudiera hacerle a otra persona.

Pero tampoco vale la pena perderlo por un maldito mal entendido que ocasiono Styles, tampoco puedo quedarme de brazos cruzados esperando como Harry se regocija en el recuerdo de cómo me violo de qué manera termino por hacer de Michael y de mi dos tipos con un severo problema en medio impidiéndonos la maldita felicidad que solíamos tener antes de todo esto.

Pero... también sé que si le digo a Michael y Michael muele a golpes a Harry este podría actuar por cuenta propia e informarle a Charlie sobre lo que pasa con Michael y conmigo desde hace semanas que se han vuelto meses...

Porque viéndolo bien, Harry siempre ha sido el villano de mi historia...

Ni el hermano de mi madre, ni el chico del IGI, ni Gregori, ni los dos profesores... Ni Charlie, mucho menos Andrew... Harry, Harry, Harry y solo Harry es quien se ha ganado el premio de hacerme mierda con actos y palabras que terminaron por arrebatarme lo que más amaba en la vida.

Incluyendo al chico de piel morena y sonrisa escandalosa, al chico de cabello rizado y oscuro, al chico de risa incrédula y humor de mierda... al chico de ojos color café que me arrebataban los desvelos.

Cuando llegue al local decidí entrar con la mirada baja, sin embargo me atrevía a subirla para buscar el rostro de mi mejor amigo, solo hay dos personas en el sitio, un estudiante y un hombre con un portafolios, laptop, papeles y una calculadora científica, pero... al ver mejor por el sitio caigo en cuenta de que Tristan esta al fondo del lugar con su celular en manos.

Inhalo un poco de aire antes de comenzar a caminar hacia aquel chico quien con su cabello recogido en ese estilo man bun tecleaba su teléfono con una pequeña sonrisa humorística, encorvado, con la corbata un poco desacomodada pero la misma energía positiva en él.

Tomo el extremo del banco negro llamando la atención de mi mejor amigo, quien me dedica una sonrisa pero al ver mi estado decide esfumarla de inmediato.

Pasos sobre la madera llaman mi atención, frente a mi es colocado un café en aquel vaso color blanco y logotipo del Starbucks, a Tristan le han colocado uno igual y en el centro de la mesa un plato de cerámica blanco con galletas de chispas de chocolate y nuez.

─Pero... ¿Qué rayos, Diana? ─habla cuando la chica que colocó aquellos cafés y galletas se retira, succiono mis labios─ ¿ya viste como estas?

─Si... de la mierda, toda la gente me lo decía con las miradas.

─Pero ¿Qué rayos te ha pasado? ─de la mesa, toma una servilleta blanca y se levanta del banco para caminar a mi costado, una vez llega a mí se sienta en el banco que estaba junto a mí y más que decidido a ayudarme decidió limpiar mis lágrimas y el maquillaje corrido─. ¿Te han hecho algo? ─se detiene para mirarme─. Diana si el hijo de puta que te ha hecho llorar esta cercas, dime para ir a darle su puto mereci

─Tristan ─lo interrumpí y al mismo tiempo tome su mano para que se detuviera, me miro con su ceño ligeramente fruncido y una mirada nada prometedora de tranquilidad─. Necesito de tu ayuda...

─... Diana ¿Qué ha sucedido?

─...

─Diana

─Tristan... y-yo estoy metida en un maldito aprieto del cual no puedo salir, no hay una solución, una salida que me ayude a remediar lo que me pasa.

─...

─Confié en la persona menos indicada para contarle mis cosas, para pasar buenos momentos... Confié en la persona que aparentaba humildad ante todo.

─ ¿Michael te ha hecho algo? ¿Te ha obligado a hacer algo que tú no quisieras?

─No, no... no fue Michael ─succione mis labios y baje la mirada.

─ ¿Entonces? ¿Quién ha sido Diana?

Harry ─respondí y me atreví a mirarlo de golpe, entonces su semblante cambio a uno de impresión, molestia e incomodidad─. Harry, me ha hecho tanto daño Tristan, tanto daño que ahora solo quiero acabar con mi maldito sufrimiento.

─Diana, no digas eso...

─ ¿Qué más puedo decir Tristan? ─lo mire con nuevas lágrimas cayendo de mis ojos─ ¿Qué adoro que Harry me humille? ¿Qué amo cada vez que me violenta? ¿Qué disfrutaría una vez más que me violara?

─ ¡¿Qué mierda?! ─se levantó de aquel banco con molestia─ ¿Qué has dicho, Abbout?

─Lo que has escuchado ─seque las lágrimas─. Tristan... Estoy embarazada ─levo sus manos hasta su cabello─. Michael se enteró y... pensó que esto habia sido por voluntad propia cuando fue Harry quien abuso de mí.

─ ¿No le dijiste la verdad? ─calle cuando pregunto aquello─ ¡¿no le dijiste?!

─ ¡¿Y que querías que hiciera?! ─alce la voz al igual que Tristan, así mismo llamamos la atención de la barrista del Starbucks como de los dos clientes que estaban en el lugar─ ¿Qué moliera a Harry a golpes? ¿Qué por venganza Harry le dijera a Charlie lo que pasaba entre Michael y yo?

─ ¿Y supongo que es mejor el dolor y el asco a decirle la verdad al único hombre que te ha amado y cuidado como de verdad lo mereces? ¡Estas mal Diana! ¡Debiste decírselo y que Styles recibiera lo que mejor se merecía!

─ ¡Entiéndeme que no puedo decirle nada!

─ ¡No, entiéndeme tú a mí! ─gritó bastante molesto, tan molesto que ahora mismo no conocí al chico de estilo man bun y risueño que hacia mis mañanas en la preparatoria─. ¡Lo que ese hijo de puta hizo contigo fue algo que jamás debió hacer! ¡Lo que estás haciendo al ocultarle esto a Jackson solo traerá más problemas a tu vida!

─No le diré nada, Tristan ─mencione─. Porque prefiero esto antes que cometer un algo de lo que me pueda arrepentir.

─... Eres una estúpida, Diana ─su manera de hablarme me dolió hasta el alma, la manera de mirarme, la manera de hacer sus expresiones faciales, la manera en como el asco por mi actitud le incomodaba─. Una verdadera estúpida, Walker...

Caminó hasta su antiguo lugar tomando su mochila y celular, después, dejó algunos dólares sobre la mesa tomando el vaso del café.

─Tristan...

Y así como tomo sus cosas y dejo aquellos dólares en silencio, no dijo nada más, decidió pasar a mi costado con tanta serenidad y molestia que me dedique a seguirlo con la mirada, las demás personas hacían lo mismo, seguirlo con la sola mirada para cuando él saliera volver a sus asuntos...

Lleve la mirada al frente, subiendo los codos a la mesa para dedicarme a cubrir mi rostro con mis manos mientras cientos de lágrimas calientes se adueñaban de mí.

No dejo de perder personas importantes en mi vida...














***











Camino una vez más por las calles, con el recipiente del café del Starbucks y otro más con las galletas que no probé para nada. Solo fueron diez minutos los que me quede en ese sitio antes de levantarme y pedir aquellas galletas para llevar, pague lo mío y salí.

Ahora vago una vez más por las calles, con la mirada baja, en alto, baja y en alto, me turnaba bastante por ver las calles y las personas de mi alrededor, personas hablando por teléfono, personas con problemas pequeños o tan grandes como los míos... Personas con sonrisas grandes, de esas personas que, le sonreían a la vida.

Por un callejón, una mujer y dos niños llaman mi atención, ambos con caritas sucias y demasiado delgados, la mujer quien parecía buscar algo de comida en la basura se veía más que desesperada por obtener algo para sus hijos.

Antes de cruzar la calle fijo mi atención en los distintos vehículos que conducen sobre la calle y, al tener mi oportunidad corro hacia el otro extremo más que decidida a ir hacia aquellas personas.

Cuando estoy más cercas de ellos puedo escuchar con claridad las palabras de los niños "tengo hambre mamá" "¿ya has encontrado algo?" suenan ansiosos pero la mujer desesperada, no me imagino lo que debe estar pasando ahora.

─Hola ─digo casi en un susurro, la mujer me mira y esboza una sonrisa pequeña, se ve demasiado joven─. Amm... Los vi desde el otro lado y no pude evitar venir hasta acá y ofrecerles esto ─le di el recipiente de galletas al niño más grande quien parecía ser de una edad de diez años y a la mujer le ofrecí el café quien gustosa lo tomo─. No es mucho pero

─Oh, mi niña, cualquier ayuda es mucho, te lo agradecemos ─asiento lento y por ultimo bajo la mirada a los niños.

─Gracias señorita, las de chocolate son nuestras favoritas ─menciona sonriente, el más pequeño separa de puntillas para ver el contenido del recipiente.

También las mías... ─susurro y él sonríe─. Hasta entonces.

─Gracias niña ─la mujer vuelve a hablar y por mi parte me despido agitando mi mano de un lado a otro hasta darme la vuelta e irme por donde vine.








Mi atención está más que puesta en los hoteles que hay en la ciudad, desde los más pequeños y menos lujosos hasta los más grandes e importantes, donde los turistas dan sus mejores opiniones sobre lo que falta y conque los pueden complementar.

Suspiro agobiada cuando mi atención se presta a un hotel pequeño en donde vi salir a un par de adultos, la mujer lleva un bolso bastante elegante y el hombre una boina de color gris con un saco del mismo tono sin olvidar aquellos lentes de sol que hacían un buen conjunto en el sujeto.

No quiero ir al apartamento, de verdad que no quiero y sé que si lo vuelvo a pisar las cosas se pondrán mucho peor.

Me armo de valor y comienzo a caminar hasta aquel lugar, Bastián no me ha respondido los últimos mensajes que le mande hace minutos, solo me dijo que él y mi padre estaban fueras y que con suerte regresarían el día de mañana.

Cuando llego al lugar, entro en completo silencio con la mirada puesta en los diferentes cuadros del lugar así como la decoración nada exagerada. Llevo mi vista hacia mi izquierda mirando a una chica quien era la de recepción, al acercarme a ella su sonrisa incrementa un poco.

Blanca y delgada, con una coleta de caballo lo suficientemente alta como para notarla, viste una camisa blanca de manga larga con un gafete a la izquierda.

─Buenas tardes ─saluda amable─ ¿puedo ayudarte en algo?

─Si... si, quisiera... alquilar alguna habitación, solo por una noche.

─Por supuesto ─toma una agenda con cubierta de piel y me la extiende junto con una pluma.

Cuando la abre, me indica en donde debo colocar mis datos, sin embargo cuando estaba más que decidida a hacerlo me llamo.

─Necesito algo que compruebe que eres mayor de edad ─y mi plan se fue a la basura cuando dijo aquello.

─Rayos... lo siento, olvide mi identificación.

─Lo siento cariño, ningún hotel te recibirá con algo que compruebe que eres mayor de edad ─y de apoco aparto el registro, suspire bajando la pluma.

─Entiendo... gracias.

Completamente decepcionada de lo que acababa de ocurrir, decidí darme la vuelta y enfrentar la realidad de lo que estaba por sucederme y sobre todo lo que tendría que enfrentar si es que Harry estaba en el apartamento.

Sé que para mí será lo más duro y para él será una cosa más sin importancia si sus abusos vuelven a hacerse presentes en mí. Ni hablar.

















***














Tuve la fortuna de que Harry no se encontrara en casa cuando llegue, ahora se ha hecho de noche y me siento tan bien de que no haya llegado aún, me he duchado, he cenado un poco de lo que habia allí en la nevera.

He escrito tristes y amargas líneas en aquel diario que está en mis piernas, he hojeado sin apartar la mirada de los que pudieron ser los mejores recuerdos de mi vida y de los que han sido —en su mayoría— los más desolados.

He llamado de nuevo a Michael... no responde, sigue mandándome al absurdo buzón de voz y eso es lo más estresante e inquietante.

Tristan, tampoco me ha querido responder las llamadas y eso está más que claro que he perdido a un buen amigo y solo por ver las cosas desde otro ángulo...

Dejo el diario, me levanto y apago la luz devolviéndome a mi cama, un suspiro profundo me abandona cuando en lo único que comienzo a pensar es en lo que hare ahora con esto... Es algo que no quiero... es algo con lo que quiero acabar.
















***














¡Me importa una puta mierda con quien y a donde vayas a realizarte el maldito aborto, Walker! ─sus gritos retumban en mi cabeza, no he dejado de llorar─. ¡Me viene importando una mierda si sales viva de ese puto sitio!

─ ¡Cállate, cállate! ─le gritaba cuando pensaba que no podría más, le gritaba cuando mis manos se iban hasta mis oídos para taparlos con las palmas de mis manos─. ¡Esto también es tu puta culpa, me violaste, me violaste!

Y un tercer golpe llego hasta mí, caí en el sofá sintiéndolo posicionarse encima mío mientras sujetaba con tanta fuerza mis muñecas que podía sentir como la sangre llegaba a detenerse.

Estoy viviendo un infierno ahora mismo...

─Escúchame bien, Walker... si cuando llegue de la maldita tienda no tienes una solución para acabar con esta cosa ¡te advierto que yo mismo te la daré!

Y se apartó de mí tomando las llaves de su auto, enfurecido, decidió abrir la puerta del apartamento para salir y cerrar la puerta de forma violenta.

Y yo rota y con pensamientos en otro sitio me pare con rapidez yendo hacia el pasillo y girando hacía el baño.

Solo entre cerrando la puerta de golpe, colocando el seguro con mis pensamientos hacia adelante...

Gire los grifos de aquella vieja tina siendo consiente de cómo esta comenzaba a llenarse. Abrí una de las gavetas de aquel mueble del baño buscando lo que bien habia visto que tanto Michael y como Harry guardaban aquí.

No sentía miedo... solo coraje... solo sentía tanto coraje, tanta impotencia... tanta soledad de haber sido aquella maldita mujer de la cual todos podían reírse, de la cual le hicieron tanto daño en tan poco tiempo.

Cuando me miraba al espejo, solo podía ver mi yo del pasado, aquel yo donde nadie estaba conmigo, aquel yo donde solo era yo contra los problemas, contra el mundo.

Me sentía tan insignificante en ese momento, tan inútil... ¿Qué más podría hacer? Cuando él ya no volvería nunca más.

Solo abrí la caja de hojillas para afeitar, aun escuchando el sonido del agua llenar la tina, el único sonido ahora presente en aquel cuarto de baño. Baje la mirada y dispuesta a ir hacia aquel lugar que estaba aún llenándose.

Entre sin importarme que tuviera mi ropa puesta.

Es decepcionante... es tan cobarde lo que estoy por hacer pero... ya no puedo.

Me senté, sintiendo el agua helada sobre mi cuerpo... sobre las hebras finales de mi cabello. Trague saliva con dureza, empuñando mis ojos si entiendo las lágrimas calientes aun abandonarme.

Mi brazo derecho —el cual ya estaba empapado— fue subido por mí al punto en que mis ojos solo estaban puestos en él. No más pensamientos lindos, solo pensamientos que me daban calma de saber que esto podría terminar ya, que mi sufrimiento ya dejaría de ser ignorado.

Desde la muñeca coloque aquella hojilla, hice presión, y de forma vertical corte hasta el punto en el que el dolor impidió que siguiera haciendo aquella acción. Mis gritos y lágrimas delataban que tan duro fue aquel corte, uno segundo llego a centímetros del primero...

Pase la hojilla a mi mano derecha y débil e hice el mismo procedimiento en la izquierda. Era suficiente... era suficiente.

Con una respiración acelerada mis lágrimas seguían empapando mi rostro mientras mis manos ya estaban dentro del agua que comenzaba a pintarse del color de la sangre, el ardor, la sensación de entumecimiento era verdaderamente escalofriante, el sentirme de apoco debilitada era una sensación que me estaba costando articular...

Solo cerré mis ojos, succionando un par de veces mis labios esperando... esperando a que esto terminara en mí.
















***











Me está llamando...

Y yo reaccione después de escucharlo.

Mi tos era desesperante, sentía el agua escurrir por mi barbilla mientras sentía su brazo por debajo de mi nuca, empapado de las mangas de la camisa y yo completamente...

Mi vista es nublada, pero puedo verlo con claridad a él y a Harry, ambos con semblantes tan preocupados que no logro entender porque.

Siento molestias en mis muñecas y partes del brazo, no es hasta que veo que estan vendados y un poco rojos por la sangre que seguía escapando de estos.

Harry coloca un broche en el vendaje de la mano izquierda, Michael no deja de recorrerme el rostro y duras penas, yo puedo recorrer el suyo.

Harry le susurra algo a Michael y sale de manera lenta de aquella habitación. Me incomodo al instante en que mi vista se aclara un poco más, fue ahí cuando Michael giro sobre sus talones decidido a irse, a dejarme.

Abortare ─suelto haciéndolo parar, giró sobre sus talones mientras me sentaba con lentitud sobre la cama─. Abortare.

─... Diana

No quiero esto... no lo quiero...

─...

─No lo quiero Michael, ni Harry y sé que mucho menos tú.

─Es tu decisión Diana, no mía. Es tu vida con la que jugaras y comenzaras a jugar ¿crees que matarte te ayudaría?

─N-no pero

─ ¿Y porque lo hiciste? ¿A qué te llevaría eso que acabas de hacer Diana?

─... Solo quiero volver a tenerte a mi lado...

Yo no Diana... yo no.

─... ─y dolió bastante que me dijera eso, cuando su presencia es lo que quiero en mi vida.

─ ¿Sabes algo? El día en el bar, por la fiesta de compromiso de Charlie y Rachel, cuando Harry te dijo "perra" no sabía a qué mierda se refería... Ahora lo sé.

─Michael...

─Eres mi responsabilidad, Diana. Mía y de Harry... No me iré, pero tampoco quiero que me vuelvas a dirigir la palabra... No quiero saber de ti Diana... Tampoco quiero ser ese hombre insignificante de nuevo.

─Michael yo te amo...

¡Y yo a ti Diana! ─me grito con exaltación─ pero eso, eso de lo cual quieres deshacerte no es mío y aunque lo fuera, Diana, no lo querría cercas de mi por ningún motivo.

─...

─Y no lo querría por el simple hecho de perderte a ti Diana... porque tú para mí, has tenido un significado grande en mi vida, un significado que... estaría dispuesto a todo Diana, a todo por sacarte de este país.

─Aún podemos ─susurre entre lágrimas─. Michael aún podemos.

─No, no Diana... No podemos... No cuando el daño está hecho, no cuando me has hecho esto.

─Michael...

─ ¿Lo mereces Diana? ¿Mereces que te saque de aquí? ¿Mereces que te brinde protección?

─... No...

─Eso creí.














Y tenía razón... quizás no merecía que me brindara protección.

Salió de la habitación, sin nada que decirme... Dejándome con la palabra en la boca de querer contarle algo... Algo de lo que me paso.

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