Capítulo.- 12
Lo estaba disfrutando...
Disfrutaba tanto el ver a Brynd siendo brutalmente golpeado por Charlie y por supuesto por su hermano Will, quien al enterarse que Brynd estaba en los paramentos de negocios de Charlie, no dudo en dejar de hacer lo que hacía para venir hasta acá y, es que fue Frank quien llamo a Will para decirle lo que estaba pasando y lo que podría pasar si su presencia tocaba las puertas del lugar.
Dicho y hecho, el segundo mayor de los Jolson se apareció en el sitio lleno de una felicidad inigualable, Will quería divertirse junto con su hermano, Will lo único que quería era hacer agonizar en dolor a Brynd hasta que consiguieran que el tipo les diera lo que tanto querían ambos.
Dinero...
Dinero, dinero, dinero y más dinero de deudas que Brynd no pudo ni cumplir al venderme a Jolson, deudas que según Charlie, no... aplicaban conmigo de alguna manera.
Debo admitir que cuando comenzaron a golpearlo me sentí aterrada, los gritos de dolor que el tipo pegaba eran tan jodidamente escalofriantes que lo único que podía hacer era empuñar mis ojos e imaginar algo diferente.
Pero... por alguna razón el miedo se fue, la repulsión que llegue a sentir por largos minutos también desapareció y admito que se convirtió en algo que me encanta ver, en algo que disfrutaba, que gozaba...
Porque Brynd, se merece eso y más.
Cuando entró al despacho del robusto, Jolson no tardo en iniciar aquella revolución de golpes contra el esposo de mi madre, tampoco tardo en darse cuenta que Brynd podría tomar su maldita arma y matar a Jolson si tenía la oportunidad, o claro —aunque lo dudo— que lo golpeará con el mango del arma, así como un par de veces que lo llego a hacer conmigo.
No sé cuánto tiempo ha pasado desde que uno de los dos Jolson soltó el ultimo puñetazo a Brynd, el rostro del hombre luce irreconocible, lleno de sangre que escurre por su nariz, por su boca, sangre que por tantos puños dados en el mismo lugar se manchaban de sangre y así, embarraban todo lo demás si podían.
El rostro de Brynd no es lo único que ha sido brutalmente golpeado, le han sacado el aire por los puñetazos y patadas, el ver a estos dos hombres en este tipo de acción de verdad, me hacen tenerles respeto, un respeto que ni por nada en el mundo quisiera quitar y echarlo a la basura.
Para Michael y Harry parece la cosa más normal del mundo, imagino que después de estar tantos años trabajando para Jolson no se han perdido de nada, supongo que conocen cada expresión de los hermanos, supongo que saben cuándo algo los saca por completo de sus casillas, los veo increíblemente relajados de brazos cruzados, o incluso paseándose alrededor del despacho sin dejar de ver a Brynd.
Frank por su parte, no deja de sonreír, no deja de apuntar a Brynd con su arma, aún más cuando la situación se pone un poco más dudosa, pero vamos, presiento que espera el mejor momento para matar a Brynd aunque Jolson no se lo pida, pero Brynd, apenas si es consiente del lugar en el que está.
Gemidos de dolor escapan del hombre que está en el suelo retorciéndose de dolor, gemidos y quejidos que son un poco fuertes y estremecedores, todo lo demás ha quedado en completo silencio, no hay pasos, no hay golpes secos, solo los dos Jolson mirando a Brynd.
─Jace Bracco me ha llamado mucho antes de que Jackson, Styles y Abbout estuvieran aquí, Brynd ─Jolson, toma un pañuelo de tela para pasarlo de una a otra mano y así limpiar el exceso de sangre que adornaba sus puños─. ¿Pensabas ir de viaje a Suiza, Walker?
Brynd no dice nada, sigue quejándose, sigue tirado en el piso con la sangre aun escurriendo de las zonas ya nombradas anteriormente. Brynd, niega después de un minuto de silencio, niega pero... ¿riendo? Sí, he escuchado una risa salir de los labios de aquel hombre, risa que comenzó a incrementar conforme pasaban los segundos.
─Oh, Brynd... Brynd, Brynd, Brynd... Jace me conto que planeabas irte, cambiar de país, irte con tu esposa y olvídate de tus hijas, o al menos de Charlotte. ¿Irte sin pagar el dinero que nos debes a Will y a mí, Walker? ¿En dónde cojones tienes la cabeza? ─Charlie suena fastidiado, acción que a Brynd ya ni parece importarle.
─Jace solo... solo es un hijo de puta que te ha mentido ─Apenas si Brynd puede hablar, escucho una risita por parte de Michael lo cual me hace mirarlo─. ¿Por qué escaparía, Jolson?
─Vamos Brynd, me debes casi cien mil de las drogas que según tú, has vendido, pero... queda claro que solo las consumes.
─Te pague con Diana ─dice y entonces llevo mis brazos a mis costados sin dejar de verlo─. Creí que habia quedado saldada la cuenta.
─Hay cosas que ni tus hijas podrán saldar, Brynd ─Will responde─. Después de todo, las mujercitas hicieron lo que mejor les convenía ─me miro─ una trabaja con las dos perras de mi hermano y la otra... se la vive follando con Andrew Banner y Frank, aquí presente.
─ ¿Perras? ─pregunto con mi ceño fruncido, Harry solamente me mira y sonríe.
─Charlie nos tiene mucho cariño ─responde con calma─. Tanto como para llamarnos sus perras favoritas.
─Perras, que han hecho un estupendo trabajo hasta ahora ─Charlie habla con aire exasperante. Mira a Frank como si de este dependiera algo, y al momento en que Frank mira a Charlie el hombre se acerca al escritorio de madera para abrir uno de aquellas gavetas.
El sonido que esta produce me hace sobresaltar debido a que fue un sonido algo fuerte por la manera en que Frank, cerró la gaveta. Tres sobres de color naranja, dos más gruesos que otros, comprendo lo que es cuando comienza a repartir cada sobre a Michael y a Harry y por último, a mí.
Sé que es dinero, sin embargo, hay algo más que se siente en el interior del sobre, algo pequeño, rectangular quizás, no sé con certeza que figura tiene pero sé, que el contenido se relaciona con algo que Tatiana me habia dicho que estas contenían.
─ ¿Querrán días de descanso? ─Charlie pregunta mirando a Michael, quien asiente de inmediato.
─Supongo, nos merecemos algunos días, Jolson. Hemos trabajado de más. Incluso por las madrugadas. Al menos yo me conformo con algunos días para ir a ver a mi familia.
─ ¿Styles? ─Charlie mira a Harry.
─Lo mismo que Joe. No hay mucho que pedir después de todo Jolson.
─Bien, supongo que Walker querrá lo mismo ─me miro y solo asentí─. Bien. Ya les diré que días pueden hacerlo, mientras tanto... Harry, necesito que te quedes, hay... algunas cosas que quisiera hablar contigo.
Michael, palmeo un par de veces el hombro de Harry antes de pedirme que nos fuéramos, asentí mirando una última vez a Brynd quien difícilmente podía incorporarse por sí mismo.
Por último, agradezco a Charlie lo de la paga y salimos de aquel despacho en completo silencio. Con la puerta completamente cerrada, con nadie más en ese piso del edificio, solo Michael y yo ahora.
Comenzamos a caminar en completo silencio hasta las escaleras, no es hasta que vemos a Charlotte entrar con lágrimas en los ojos y claro, no podía faltar aquella mujer embarazada que poco a poco, su embarazo comenzaba a ser más notable, trague saliva con dureza, con la mirada en alto seguí mi paso aún más decidida que nunca a querer abandonar ese sitio.
Solo pasamos a un costado de ellas para ignorarlas por completo...
***
Cuando Michael abre la puerta del departamento, entro en completo silencio con el sobre de dinero en mis manos, sosteniéndolo de ambos extremos, mi mirada se va hacia la mesita de centro de aquella sala vieja en donde puedo notar algunos papeles y por supuesto algunos dólares, no son muchos pero si son algunos esparcidos.
La puerta se cierra, llevo mi mirada hacia atrás percatándome de que ahora ha dejado las llaves pegadas en la perilla de esta, no ha dicho nada desde que subimos al auto, imagino que se ha quedado pensando en lo que ha pasado con Harry, es decir... ¿para que lo querría Jolson? Sé que uno se puede imaginar lo peor, con Rachel y él obviamente pero... no sabremos con certeza que es lo que Jolson quería de Harry en este momento.
Michael, camina con su sobre en manos hasta la barra de la cocina, en donde se dedicó a rasgar el extremo del sobre para sacar su contenido, un fajo de billetes de cien dólares, es lo que puedo ver, aunque veo que no son solo de cien cuando quita la liga que los unía a todos.
Una bolsita pequeña con contenido blanco es la siguiente que llama mi atención, él la toma para observarla por segundos y después dejarla con todo ese dinero que esta sobre la barra, entonces me acerco hasta él para abrazarlo por la espalda sintiendo sus frías manos sobre las mías.
─ ¿Estas preocupado por Harry? ─pregunto con la mirada fija en la puerta, solo un suspiro es lo que escucho de Michael, poco después, me aparta para mirarme de frente volviendo a tomar mis manos.
─No... No es eso...
─ ¿Entonces?
─No es nada ─me dedica una pequeña sonrisa antes de apretar mi nariz con una de sus manos, medio sonreí para dedicarme a abrazarlo por el cuello.
Él, me toma por la cintura pegándome un poco a su cuerpo y, es que decidí besarlo cuando me dedico aquella mirada que tanto me encanta sentir.
Mis manos estan entrelazadas para impedir que se aparte de mí, siento ligeras sonrisas que aparecen en él, mismas que me contagian, mismas que se esfuman cuando la calidez comienza a renacer de ambos en un abrir y cerrar de ojos.
Hay una ligera fuerza que pone en sus manos mientras sus dedos se aferran al saco del uniforme escolar, mis manos dejan de estar entrelazadas y solo porque ahora me dedico a acariciar su rostro, a tocar su cabello, a deslizar mis manos por su pecho mientras nos encaminamos a tropezones hacia el sofá.
En realidad... soy yo quien lo guía...
Golpeamos con la mesita de centro rompiendo aquel beso solamente porque fue él quien se llevó el golpe, reímos por lo sucedido pero el impedimento que nos habia separado por segundos, se fue volviendo a crear lo que hace momentos habia sucedido en ambos.
Él cae en el sillón de sentón, no pierdo el tiempo, creo que lo que menos quería era dejar de besarlo, así que me senté sobre sus piernas teniendo una accesibilidad más fácil de poder besarlo, de poder acariciar como bien me gustaba su rostro y enrollar mis dedos en su cabello rizado.
Sus manos han vuelto a parar en mi cintura una vez decidió incorporarse un poco en el sofá, no está recargado en el respaldo, está tan pegado a mi cuerpo que casi —puedo jurar— siento los latidos de su corazón.
Nuestras respiraciones estan lo bastante aceleradas, mis manos tiemblan cuando siento las suyas sobre mis piernas y, es que la falda se ha levantado un poco más de lo normal y él no ha perdido el tiempo en pasar sus suabes manos sobre ellas.
De pronto, mi respiración se atasca cuando sus labios abandonan los míos guiándolos por un camino de mordidas desde mi mandíbula, cuello y finalmente hasta el lóbulo de mi oreja.
Succiono mis labios colocando mis manos en sus hombros, mientras su camisa era empuñada por las mismas.
Sus labios vuelven a los míos con un poco más de urgencia que la anterior, mordiendo mis labios con un poco de fuerza de la cual puedo decir me ha dolido en momentos...
Pero entonces, todo toma otro rumbo cuando aparto mis manos de sus hombros y solo para bajarlas a la fila de botones, uno, dos, tres y niega rompiendo el beso cuando estaba por desabrochar el cuatro botón.
Toma mis manos bajándolas hasta donde nuestros cuerpos se unen, su frente está ligeramente pegada a la mia, en donde nuestras respiraciones agitadas trataban de tomar su ritmo adecuado.
Su mandíbula se aprieta en ocasiones, así como tal traga de una manera dura y poca normal de él, sus ojos estan fijos en los míos, me cuesta trabajo reconocer la mirada del hombre que esta frente a mí, me cuesta trabajo acostumbrarme a la profundidad con la que ahora mismo está observándome.
─No así, Diana ─mi cuerpo se estremece cuando su voz ronca y pastosa sale de él, una ligera sonrisa se dibuja en mis labios.
Sus manos, sueltan las mías, procedo a quedarme completamente quieta porque no sé que mierda hacer, bajo la mirada a las suyas cuando estas viajan al moño rojo que adornaba la camisa, tira del listón con suavidad haciendo que este se desprendiera por completo, una risa me asalta tras verlo sonreír de aquella manera tan divertida, siento mis mejillas arder, aún más cuando ahora son sus manos las que se dedican a desabrochar los botones de mi saco escolar.
Cuando lo desabotona por completo, comienza a deslizar las mangas de este por mis brazos, saco mis manos cuando ya estan por el final sin dejar de verlo a los ojos, divertida y sobre todo, llena de nerviosismo por sus acciones que me dejan un tanto... confundida.
Quedo ahora solo con la blusa y el resto del uniforme escolar, sus manos toman las mías entrelazándolas para dedicarse a acariciar mis manos con sus dedos largos, sube y baja la mirada sin quitar aquella sonrisa, sin embargo, puedo ver un leve sonrojado en él, llevo mi cuerpo un poco hacia atrás haciendo que él me tomara con más fuerza para no caer de espaldas.
─Diana... ¿puedo preguntarte algo?
─ ¿Qué cosa?
─... ─y entonces guardo silencio después de que una sonrisa grande lo asaltara, se está sonrojando aún más.
─ ¿Qué, Michael?
─Siento que me arrepentiré de esto ─dice mirándome.
─Oh, vamos ¿te puedes arrepentir de eso pero no del día que me trataste de la mierda en el IGI?
Una risa carente de humor lo asalto, me jaló hacia él volviendo a besarme, pero esta vez más relajado. Cuando me separo de él, suelta una de mis manos para apartar los mechones de cabello que estaban sobre mi rostro.
─N-no quiero llevar algo... abierto ─dice con nerviosismo, frunzo mi ceño un poco─. Es decir... Bueno, sa-sabes que eres diferente, es decir, tu sentido del humor, tu manera de ser... eres más sencilla.
─ ¿Te molesta?
─ ¡No, no! ─dice rápidamente, sonrío aún más porque ahora ha comenzado a rascar su nuca con desesperación─. M-me gusta que seas diferente, que seas así de sencilla y que tengas un jodido humor, aunque sea negro, amo tu humor.
─ ¿Aunque el humor negro lo aplique hacia ti? ─digo y él asiente riendo.
─Aunque apliques hacia mí... Diana, no me siento cómodo de esta manera ¿me entiendes?
─... Michael
─Diana es que... te veo y me llevas por completo a mi ruina, hermosa ─susurró muy cercas de mis labios, lleve un mechón de cabello detrás de mí oreja─. Diana, te quiero. Y te juro que no es para un jodido rato.
─...
─Y sé que es algo muy "tonto" para ti, o algo que es muy rápido, pero te he conocido por un mes entero y...
─ ¿Y? ─pregunto insistiendo a que siga, la verdad, me encanta la manera en la que se está sonrojando cada vez más.
─... Ame que me escupieras el café ─sonríe mirándome y yo simplemente explote en una carcajada llena de incredulidad─. No te rías, es verdad.
─Puedo escupírtelo de nuevo si te interesa ─bromeo.
─Me encantaría ─admite colocando sus manos una vez más en mi cintura, suspira, dejando escapar toda aquella tensión que tenía consigo, se recarga por completo en el respaldo del sillón aun con sus manos en el mismo lugar.
─Sé a dónde vas con todo eso, Mike ─bajo la mirada─ y me gustaría que saliera de tus labios.
─ ¿Quieres ser mi novia? ─dice con tanto nerviosismo que apenas si logro completar mi sonrisa, aun con mi mirada baja, noto como una de sus manos deja mi cintura para conducirla hasta mi barbilla, entonces una vez procedo a mirarlo.
Sé que apenas si tengo un mes de conocerlo, sé que esto parece una relación de la cual se llevan en las primarias, ya saben, el niño que les gusta se les declara y ustedes aceptan en secreto de sus padres, profesores e incluso quizás de amigos.
Pero respóndanme algo... ¿Ustedes dejarían pasar la oportunidad con un hombre como él?
Con alguien que las escucha, con alguien que ha dado algunas cosas por ustedes, con alguien que se ofrece a hacer las cosas por ti cuando tú no puedes hacerlas, con alguien que emana felicidad cuando esta junto a ti, con alguien que te hace carcajear, correr, llorar de la risa y sentirse en el mismísimo cielo... con alguien que te hace sentir segura, son el que puedes mirar por horas a los ojos en silencio y comprender todo lo que dice...
Con alguien quien al acariciarte o besarte te hace salir del infierno para entrar al cielo...
Pues él, es así...
En solo un mes, logro tanto por mí, se metió en mi cabeza por completo a un nivel en el que solo pienso en su sonrisa brillante, en sus ojos marrones, en como sus manos toman las mías y nuestro dedos se entrelazan, solo pienso en lo mucho que lo quiero, en lo mucho que amo estar con él...
Mojo mis labios con la punta de mi lengua, nerviosa, porque sé que solo seguiremos como actuando como ahora, no podremos decirnos lo mucho que nos apreciamos estando con Jolson, solo...
Todo se quedará aquí. En este lugar.
─Si ─susurro mirándolo, observando como el fantasma de una sonrisa se dibujaba en su rostro─. Claro que quiero serlo.
***
Abro los ojos de golpe...
Hay voces que vienen desde la cocina hasta la habitación en donde ahora me alojo, dos voces en realidad.
Llevo la mirada a la mesita de noche para tomar mi celular y ver la hora, es la una de la mañana, la mayoría de las personas yacen descansando a estas horas, claro, acepción de los que tienen trabajos nocturnos.
Coloco el celular en la mesita de noche, junto a esa colección de libros y cuarzos que estan en un recipiente de cristal, rosados, verdes, morados, trasparentes, amarillos y uno que es un color lila, entre otros más brillosos y menos brillosos.
Tallo mis ojos quedándome inmóvil por unos momentos, las voces son un poco más fuertes, un poco más... exigentes y testarudas en su manera de hablar tan golpeada.
Quito las cobijas de mi cuerpo para sentarme en el borde de la cama, con mis pies en el frío piso y mis manos frotándose sobre mis brazos, la pijama de pantalón y camisa de manga larga no me abrigan lo suficiente para estos tiempos de frío, en realidad... ninguna prenda abriga lo suficiente.
Cuando me coloco de pie, las voces se convierten en gritos, gritos molestos y de reclamo, es entonces que con mi ceño fruncido y consiente de lo que hago, salgo a toda marcha de la habitación caminando hacia el pasillo, donde al final de este, Michael estaba recargado en la pared.
Un pantalón para dormir color negro y una camisa blanca con cuello en forma de V, cuando gira para verme puedo ver su cabello completamente desarreglado, me dedica una sonrisa pequeña antes de que yo lo hiciera.
En la sala estan Rachel y Harry, terriblemente molestos, con rostros demasiado serios a excepción de la mujer quien parece más que enfurecida con Harry. Michael me abraza pegándome a su cuerpo, creo que ellos también lo despertaron a él, ya que su rostro me lo dice todo.
Harry no se habia parecido en todo el día, solo me llamo y me dijo que iría a hacer algunas cosas con Banner y después iría con un socio de Charlie. Fue todo lo que dijo.
─ ¿Terminaron? ─Irónico, Michael pregunta─ ya me despertaron a mí, a Diana, seguramente la vecina de alado ya está pegada a la pared para ver que mierda escucha.
─Yo he terminado ─Rachel habla con afligides─ pero temo que Harry no, su cara lo dice todo... anda, sigue hablando a lo idiota, Styles.
─ ¿Hablo a lo idiota cuando te digo que es injusto que salgas con dos al mismo puto tiempo Rachel? ¡¿Qué mierda pasa por tu cabeza?! ¡Acaba con tu puto teatro de mierda!
─ ¡¿Me lo dice el imbécil que se ha ido a follar al prostíbulo de Banner?! ─Rachel grita de nuevo, miro a Michael quien ni siquiera sabe a quién mirar.
─ ¡No fui a follar, Rachel!
─ ¡¿Me lo asegura el amigo de Banner?! Jodete Harry.
─ ¡No tengo porque follarme a nadie, Rachel! ¡Pero vaya! ¡A alguien le gusta ser una maldita puta!
─ ¡Harry! ─le grite un tanto molesta por su comentario.
Harry, simplemente decidió adentrarse al pasillo a toda velocidad para escapar de la situación que comenzaba a ser aún más incómoda, mas asfixiante. Me separe de Michael solo poder verlo caminar hasta su habitación en completa molestia, azotó la puerta una vez adentro y fue ahí que vi a Michael caminar hasta la puerta de la habitación de su mejor amigo.
Tocaba la puerta y lo llamaba con fastidio, comprendo que... no sea de su agrado darle una solución a las cosas, sobre todo cuando no fue él quien cometió dichos errores.
Giro sobre mis talones hacia Rachel, se ha dedicado a sentarse sobre uno de los sofás con su rostro empapado en lágrimas, camino hasta ella con un poco de prisa y al llegar a su lado, me siento para abrazarla con fuerza, ella corresponde, ella llora sobre mi hombro con un llanto desgarrador.
Llamar "puta" a una mujer que no tiene la culpa de ser abusada por Charlie Jolson, es algo de lo que me gustaría que Harry se arrepintiera por completo... ¿Qué, como que violada? Si, la mujer me confeso que Charlie abusa de ella sexualmente desde hace un tiempo, lo peor, es que Jolson la tiene bajo amenazas...
Rachel tiene un hermano menor que tiene leucemia, sus padres estan fuera del país, solo es ella, cuidando de un niño de ocho años con leucemia... ocho años.
Y la vida de ese niño depende de Rachel, si no ha dicho nada, es por simple hecho de que Jolson haría cualquier cosa para hacer de Rachel miserable, si ella dice que Jolson le paga, es por eso... Le paga, sí, pero a un costo que ni ella soporta al estar con un hombre como Jolson.
¿Y quién soportaría estar con alguien como él?
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