Capítulo.- 11
─ ¿Me dirás que son entonces?
Es la décima vez que Tristan me lanza aquella pregunta con una mirada divertida y una sonrisa lo bastante grande como para terminar de hacerme reír por lo tonto que ha sonado desde que iniciamos con la hora libre que teníamos.
Estamos en el auditorio de la preparatoria, yo tocando violín y él simplemente amargándome la vida con sus preguntas que se han vuelto incomodas y difíciles de tolerar y, es que esa no ha sido la única pregunta que ha lanzado hacia mi persona para saber qué es lo que ha pasado en estan cinco semanas que he estado viviendo con Harry y Michael.
Han sido cinco semanas en donde grandes y significativas cosas han pasado con aquellos dos hombres pero, me sincero al decir que con uno de ellos he vivido algo más grande que creí, no podría obtener después de todo lo que ha pasado en mi vida.
Las relaciones que he llevado con aquellos dos han sido de completa confianza, claro que, aun no me siento preparada para contarles lo que ha surgido desde mis seis años y hasta ahora mi adolescencia, siento que me verán como una tipa que necesita ayuda inmediata, como una tipa enferma de la cabeza, quizás y reaccionen de la misma manera en la que mi madre lo hizo el día en que vino aquí a la preparatoria, quizás y me llamen de la misma manera en la que todos lo han hecho desde que recuerdo.
En especial él...
Desde aquella vez que me corte el dedo, desde la vez que le me puso aquella curita y paso lo que hasta ahora, ha sido uno de los mejores momentos de mi vida, se comenzó a repetir más constante, mi cercanía con Michael va más allá de la que tenía antes con él, me siento... bien, a su lado me siento contenta, feliz... es un sentimiento que no sé cómo describir cuando estoy a su lado.
Porque la verdad es que amo estar cada segundo, minuto u hora a su lado, disfrutando de su cercanía, de su calor cuando me abraza o cuando los dos bromeamos hasta estar carcajeando por perseguirnos por todo el departamento, amo estar a su lado aun cuando estamos con la gente de Jolson, sin embargo... con ellos ponemos limites a los abrazos, a las caricias que acciona en mí, a los pellizcos en mis mejillas y besos en mis labios.
Es tanta la contención que tenemos cuando estamos fuera de ese edificio que al llegar, lo primero que hace es abrazarme y besarme mientras sus manos acarician mis mejillas, mi cabello... ¿hace cuánto que no me sentía de esa manera?
Claro que... estoy ocultándole algo que me ha hecho sentirme mal en severos momentos y, es que no puedo decirle lo que viví en mi infancia, no puedo decirle como me siento y la diferencia a como me siento cuando estoy con él.
Me he detenido en tantas ocasiones para contarle aquello y lo hago por la simple razón de que, no somos nada...
Tan solo un par de locos que disfrutan de la compañía del otro, una adolescente y un adulto que disfrutan de correr por las habitaciones, una adolescente que disfruta ser cargada por aquel tipo para ser colocada en el sillón o cama lista para sufrir un ataque de risa por sentir sus dedos en mis costillas.
¿Qué si Harry sabe? Lo sabe, y es que un día nos vio a Michael y a mi demasiado empalagosos, a tal punto en que llegamos a besarnos, a tal punto en que él me dijo algunas cosas que me dejaban maravillada. Harry lo único que hizo fue ignorarnos aunque Michael y yo estuviéramos al borde de un colapso nervioso.
Al día siguiente, Harry solo bromeaba con eso, creo que no le importo y fue lo que mejor agradecí del hombre que, hasta ahora sigue intacto con la relación que hay con él y Rachel, mujer que de la misma manera ya sabe lo que ocurre entre Michael y yo, tuvo una larga charla conmigo, una charla en la que me dijo que yo debía ser como ella, mantener un perfil bajo en ciertas áreas así como ella con Harry.
Me toco la gente buena y comprensible...
─ ¿Abbout? ─llevo la mirada a mi amigo después de ir aislando mis recuerdos de todo lo que ha pasado en esta semana, bajo el violín llevando mi mirada a las otras personas que estan en el lugar, las vacaciones estan próximas, tres semanas es lo que nos han prometido para descansar y, es que conforme vamos aumentando de escolaridad, los descansos duran poco.
─No somos nada, Sayer ─digo mirándolo─. ¿Contento?
─Bueno, ya no actúan como los mismos extraños, es..., agradable verlo, tanto por las mañanas como por las tardes ─dice y sonrío.
Algo que olvide resaltar, es que Michael se ha dedicado a traerme a la preparatoria y a recogerme, tampoco se me ha olvidado resaltar que siempre que salgo él está fuera de su auto, con la vista fija en mí, así como en la vista fija en Gregori, quien solo se dedica a molestarme dentro de la escuela, evita molestarme fuera, así como sus amigos. No es imbécil, dudo mucho sobre su conocimiento hacia Michael o Harry. Sé que al menos los ha visto más ocasiones, o que, ha comprado drogas con ellos o cualquier otro trabajador de Jolson.
─Mantienes alejados a los patanes ─dice divertido.
─No dentro de aquí ─digo volviendo a colocar el violín alrededor de mi clavícula, el arco de nuevo pasa sobre las cuerdas y mis dedos ayudan a tocar un poco de las cuerdas para que una melodía relajante abandone aquel instrumento.
─Dile que se meta a estudiar ─su voz es divertida, lo miro con ironía para negar de inmediato─. ¿No tienes miedo de lo que pueda suceder?
─ ¿Por qué? Somos precavidos, además... ya te lo dije, no somos nada Tristan, tan solo dos tipos que disfrutan de la compañía del uno y del otro.
─Me aterra que Jolson se dé cuenta ─susurra y yo dejo de tocar aquel instrumento─. Sabes que Jolson no es ningún imbécil, ninguno de los Jolson son imbéciles, Diana.
─... Jake Jolson lo sabe ─resalto y él se levanta de donde estaba─. Es el único Jolson que esta cuerdo.
─ ¡¿Cuerdo?! ─alza la voz y los presentes lo miran.
Tristan, nota lo que ha causado el elevar de esa manera su voz, así que me toma del brazo y comienza a guiarme a las escaleras del escenario, las bajamos de manera rápida y a tropezones, estoy riendo por el comportamiento de mi mejor amigo, sé que es algo de gran duda, de gran riesgo el que un Jolson sepa de esto, pero Jake, Jake es otro tipo que he estado tratando desde hace semanas y... aunque este un poco mal de la cabeza, es alguien en quien descubrí que puedo confiar.
Pasamos por las hileras de asientos de color negros hasta que nos alejamos lo suficiente de los demás para poder sentarnos en unos asientos, aun con mi violín en manos y una sonrisa incrustada en mis labios, Tristan luce más que preocupado, más que afectado por lo que pudiese pasar.
─ ¿Estás jugando Abbout? ¿Jake Jolson?
─Es agradable, él se ha abierto conmigo, además... él se dio cuenta por sí solo. Yo jamás le dije, solo me dijo que tuviera cuidado con lo que hacía.
─Por el amor de Dios, Diana... espero de verdad no te arrepientas de lo que estás haciendo. Sabes que ese hombre está enfermo de la cabeza.
─Lo sé pero... es agradable. Tristan, de verdad.
─Confió en ti, Diana... lo hago ─suspiró con pesadez.
Sé que lo que ahora pasa por la cabeza de mi amigo es preocupación severa, preocupación que en algún momento llegue a tener por no saber cómo reaccionarían ciertas personas, una de esas personas fue Harry, la siguiente fue Rachel pero... ellos reaccionaron bien y, al saber que Jake lo sabía también creo que mi preocupación fue más grande pero... él, él no parecía ser como sus hermanos, es decir, él no respetaba las reglas que estos impusieran.
Veo a Tristan levantarse de uno de los asientos, uno de sus amigos lo ha llamado con urgencia "entrenamientos" es lo que dice el chico antes de ver a mi amigo girarse hacia mi dirección para dedicarme una cara de pena por tener que irse.
─No te preocupes ─le sonrío─. Diviértete, Sayer.
Lo veo girar sobre sus talones dirigiéndose hacia la salida del lugar, bajo la mirada hacia el violín y cuando estoy decidida a abandonar la estancia, me coloco de pie y salgo en seguida de esta con el violín y arco en manos.
Hace frío, ha estado nevando estos días, el frío es un poco tolerable sin embargo no dejo de decir que cala hasta los huesos, en especial por las mañanas.
Esta es mi última semana de clases y por primera vez en mucho tiempo me urge salir de la escuela, ir a visitar a mi padre y a Bastián es lo que me gustaría hacer, solo los he llamado para saber que tal estan, me he prometido ir a verlos pero, las cosas con Jolson se han puesto más severas de lo que eran.
Hay estudiantes fuera de sus aulas, conversando, otros sentados en pleno pasillo escuchando música o incluso jugando con sus celulares, creo que esto va para todas las escuelas, no hacer nada en sus últimos días de clase, siento que es cuando a los profesores les importa un bledo si enseñan algo o no.
Llego a mi casillero y después de colocar la clave lo abro sacando el estuche del violín, me arrodillo para poder colocar el estuche en este y al hacerlo simplemente me pongo de pie introduciéndolo en este.
─ ¿Tu padrastro te puso escolta, Diana? ─cierro mi casillero de un portazo cuando la voz de Gregori viaja a mí─. Oh, ¿es un tipo que ridículamente se fijó en una puta como tú?
No le dije nada, simplemente decidí darle la espalda y comenzar mi camino por el pasillo, con mi mirada baja y mi oído intacto en escuchar las pisadas de Gregori caminar hacia mí, decidí darme la vuelta y encararlo, una sonrisa lo asaltó debido a mi cambio tan repentino, es más alto que yo y sé que eso es lo que le causa gracia.
Lleva una de sus manos a mi barbilla, misma de la cual aparto con desagrado, su sonrisa va desapareciendo al verme más seria de lo que ya estaba.
─Deja de molestarme, Gregori... has caso a lo que te pido.
─Jaja ─su risa llamo la atención de unos cuantos─ Diana ¿me pides que te deje tranquila? Por el amor de Dios nena, eso será imposible. Siento decirte Diana, que por algo me perteneces.
─No soy un maldito objeto, Gregori ─frunzo mi ceño─ no tengo una jodida etiqueta donde diga que le pertenezco a un maldito bueno para nada.
─Diana... si ya he arruinado parte de tu vida con esos videos e imágenes, sabes que lo volvería a hacer, sabes que hay más.
─Tristemente ya no puedes humillarme con eso, Gregori... me has humillado bastante... pero, adelante, muéstraselos a toda la puta escuela y que ahora seas tú quien reciba malos comentarios, ya que una perra como yo, es muy poco para el capitán del equipo ¿no? Qué vergüenza...
─...
─Déjame tranquila, o te juro que de verdad hare algo que jamás le hubiese pedido a una persona, Jakov.
─ ¿Les dirás a unos de los dos imbéciles a los que tanto les hablas que me den una paliza, Walker? ¿Ese es tu plan?
─Mi plan es, que uno de esos "imbéciles" haga que te orines en tus malditos pantalones de marca y aprendas a respetarme de una jodida vez.
─...
─Porque juro, que cuando sepas lo que son capaces de hacer por ayudarme, ni tu puto hermano querrá entrar a defenderte.
─Las amenazas no te dan, Diana.
─Oh, pero no es amenaza, es una advertencia.
Y sin más que decir, decidí volver a darme la vuelta y así poder caminar tranquila por los pasillos, sé que debió haber sido un gran error tener que decirle eso a Gregori, pero... a veces pienso que esta es la única manera en la que me dejará tranquila, sé que el tipo es un mar de problemas, pero conozco dos tipos que también son un mar de problemas y, aunque no me haya gustado nada tener que meterlos a ellos en esto, quiero decir que fue lo mejor que pude haber hecho.
***
Los estudiantes salen de sus aulas tras el fin de las clases, entre charlas y risas demasiado escandalosas, así tal cual que solo estan sumidas en su propio mundo. Yo soy una de esas.
Perdí de vista a Tristan cuando el tipo se quedó platicando con dos de sus mejores amigos los cuales también pertenecen al equipo, ha estado bastante empeñado en lo que hace y como ha demostrado que ha valido la pena el haberse unido. Sus padres, querían que él hiciera algo de deporte, pero lo que no saben es que mi mejor amigo adora tocar el violín tanto como yo.
Pero el problema que él tiene es que su padre piensa que los instrumentos son cosa para mujeres, en especial estos instrumentos tan delicados como el violín o incluso el piano, "deportes rudos dignos de un hombre" son las palabras que su padre usa tras referirse a él.
Salgo del enorme lugar y por fin elevo mi mirada, su bonita sonrisa me hace sonrojar cuando lo veo recargado en su auto, con las manos en los bolsillos de aquella chaqueta y su cabello completamente suelto, rizado y negro, cabello que he amado desde hace semanas así como aquella bonita mirada y sonrisa que no deja de crecer.
Bajo los escalones con todo el cuidado del mundo, estan demasiado resbalosos y quisiera evitar un accidente, el violín está siendo sostenido por mis manos mientras que mi morral esta sobre mi espalda.
Las risitas coquetas de April Hawk, Violet Dewey y sus demás acompañantes son un poco altas, miro sobre mi hombro observando que era por él, esas miradas que ambas lanzaban y sobre todo "suspiros" eran cosas que por alguna extraña razón me hacían enojar, pero sobre todo, habia algo más que me estaba dominando.
Trato de ignorar lo que hablan, pero me es imposible, aun cuando comienzo a caminar hacia Michael quien saca sus manos de los bolsillos para estirar una de ellas y ayudarme con el violín, le agradezco en un susurro y, cuando llevo la mirada al interior del auto, veo a Harry ahí, frotando sus manos con su cabello atado en un estilo man bun, le devuelvo la sonrisa cuando él me sonríe.
─ ¿Qué hace Harry aquí? ─susurro en dirección a Michael, él medio sonríe.
─Tenemos que ir con Jolson, día de paga Diana... si pregunta dile que has estado practicando.
─ ¿Y si me pide que dispare a algo? ─me cruzo de brazos y veo a Harry bajar la ventanilla del auto.
─Deberás hacerlo, al menos conoces como cargar y desarmar un arma ─hago una mueca de desagrado─ Di, sabes que tienes que hacerlo.
─Y tú sabes que detesto tomar un arma... ─lleve la mirada a otra dirección, un suspiro cansado brotó de sus labios, cuando lo mire rascaba su nuca mientras Harry nos miraba atentos.
─Solo... olvidemos esto ¿quieres? ─pide─. Sube al auto anda.
Él, se aparta de la puerta trasera para permitirme el paso, tomo la manija del auto y abro la puerta en silencio, quito mi morral y lo arrojo dentro de este haciendo que cayera justo en medio de los asientos.
─Walker ─la voz de April me hace detenerme a mis acciones, llevo la mirada hacia ella con mi ceño completamente fruncido, Michael de la misma manera se ha detenido antes de entrar al auto.
─ ¿Qué? ─respondo de mala gana al llamado de la chica, quien se tambalea lentamente de un lado a otro de manera lenta.
─ ¿No vas a presentarnos a tus amigos?
Y me llamaba resbalosa a mí...
Michael me mira desde el otro extremo del auto, en cuanto a Harry mantiene su porte de seguir asomado por la ventana del auto. Un suspiro abandona mis labios y miro a April quien ansiosa esperaba que le dijera los nombres de ambos.
Mis dedos comienzan a golpear la puerta del auto, con una sonrisa poco larga y mis pensamientos en lo que esta mujer me habia dicho, quizás lo mejor sea darme la vuelta y olvidarme de que me ha pedido que le presente a estos hombres, quizás debería recalcarle quien es la "puta" que ha comenzado a sacar sus "encantos" con otro chico, teniendo una relación.
─Harry ─Harry habla de manera normal, la chica lo mira y le dedica una enorme sonrisa─. Yo soy Harry y el novio de Diana, es Michael.
Abro los ojos como plato tras la respuesta de Harry, April ha comenzado a borrar su sonrisa de apoco, cosa que me llena de alegría. Miro a Michael quien tiene el fantasma de una sonrisa en sus labios, no ha dejado de dar ligeros toquecitos al auto y pronto se introduce en este llamándome desde adentro.
─Y ¿tú, cómo te llamas? ─Harry pregunta un poco desinteresado, miro a April quien solamente sonríe con afligides.
─April... April Hawk.
─Pues un gusto.
Fue lo último que se dijo, me adentre al auto y cerré la puerta sin dejar de ver a aquella mujer con la mirada puesta en mí, error o no error... Jamás olvidare su maldita cara de perdida...
Michael, arranca el auto saliendo de la fila de espera y cuando estamos lo bastante apartados, los tres soltamos estruendosas carcajadas.
─ ¡Eres un tonto, Styles! ─digo colocándome en medio de los asientos, el tipo solamente me ve y me sonríe.
─Vamos Diana, debiste decírselo tú misma, si esa es la tipa que te saco del equipo, al menos debiste de usar la lógica por un momento.
─Ajá, si... ¿y si Michael abría la boca?
─ ¿Por qué la abriría, Abbout? ─dice y entonces lo miro─. Por mi encantado de que hubiese salido de ti.
Y entonces, succiono mis labios medio sonriendo, Michael me mira para besar mis labios de manera rápida, un roce que me hizo sonreír aún más, Harry solo niega aun sonriendo y con la mirada al frente, vuelvo a sentarme sobre el asiento llevando mi mirada hacia el espejo retrovisor, chocando con su mirada marrón...
Con esa bonita y única mirada...
***
Bajamos del auto en completo silencio y al estar ya un poco más apartados cerramos las puertas en un ligero portazo, Harry y Michael me indican que camine, agradezco la amabilidad de ambos al momento en que nos comenzamos a dirigir al interior de aquel enorme edificio.
Se me ha hecho una costumbre venir aquí casi a diario, creo que son solo dos veces por semana en las que nuestra presencia no toca las puertas de este lugar.
Al entrar, no hay ninguna diferencia al clima, sigue siendo un lugar helado, no es un lugar muy acogedor o del cual se disfrute del calor. Comenzamos a subir las escaleras de manera normal escuchando las voces de los trabajadores de Jolson, personas que dan órdenes y piden sobre todo apoyo en ciertas áreas, sé que ahora lo más pesado es lo que hay abajo en el sótano y por supuesto en la bodega donde se empacan las drogas.
Cuando llegamos a la segunda planta, nos encaminamos a donde es el despacho de Jolson, la puerta está entre abierta así que solamente esta se abre de manera moderada cuando Harry coloca su mano en esta y empuja.
Jolson, Frank y un hombre y una mujer estan aquí, con una suma de dinero ni muy alta ni muy baja, es una suma de dinero con la que fácilmente uno podría vivir por un tiempo.
─ ¿Interrumpimos, Charlie? ─Michael pregunta.
─No muchacho, entren.
Recibimos las órdenes de Jolson quien al parecer esperaba algo más de aquella pareja que estaba sentada frente a él, mi atención se posa en la mujer que me mira con un aire lleno de angustia, no comprendo el porqué de su mirar así que entro un poco más a la habitación hasta quedar de espaldas de aquella pareja.
La puerta es cerrada a nuestras espaldas, Frank fue quien la cerro con la atención puesta en aquella pareja, Jolson solamente suspira con pesadez antes de recorrer un poco aquella silla y recargarse por completo en esta.
─Es al menos la mitad, Jolson...
─Collins ─dice el apellido del hombre─ ¿la mitad? No es ni la cuarta parte.
─Jolson es la mitad
─Cobro más por cada vez que mis hombres van a buscarlos, Collins, la mayor parte del tiempo solo estan sus hijos solos, o eso hacen pensar.
─Hemos estado trabajando hasta tarde para poder pagarte, Jolson ─dice la mujer─. Sé que nos atrasamos bastante pero... hemos traído algo de dinero...
─Pues más vale que sigan trayendo más, de lo contrario... sus hijos conocerán maneras de ganar dinero por sus estúpidos padres. Diana ─mire a Jolson─. Llévalos a la salida.
Asentí al momento en que Jolson me pidió aquello, camine hacia la puerta para abrirla y posar mi atención en la pareja, ellos, se levantaron bastante preocupados para comenzar a caminar hacia mi dirección y por ultimo salir de la habitación.
Voy detrás de ellos, recorriendo los pasillos hasta haber llegado a las escaleras donde las comenzamos a bajar en silencio.
Era verdad lo que Jolson dijo, en ocasiones habíamos ido a casa de los Collins a cobrarles el dinero que Jolson en algún momento les habia prestado, pero solo la voz de un niño y de una chica, eran las únicas que hablaban a través de la puerta, dando aviso que sus padres no estaban.
Cuando salimos del lugar, la mujer paro de caminar en cuanto a su esposo decidió seguir caminando hacia el auto en silencio, la mujer que estaba dándome la espalda giro sobre sus talones y con una media sonrisa me miro.
─Gracias ─ella susurró y por mi parte le asentí con una media sonrisa.
─Espero encuentren la forma de saldar las deudas con Jolson... este no es un lugar muy bueno para sus hijos.
─Mi querida Lily trabajaba para ayudarnos a su padre y a mí en esto... pero mi esposo era un mal agradecido con ella. Es como de tu edad...
─Con justa razón... debería encontrar manera de pagarle a Jolson... sé lo que le digo.
Cuando ella iba a decir algo, un auto se estaciono en la entrada del lugar, auto que hizo que un escalofrió recorriera toda mi espina dorsal por la manera en la que aparco, de una manera tan violenta que me hizo pedirle a la mujer que lo mejor era que se retirara y así evitar que surgieran mal entendidos.
Ella, solamente asintió sin saber lo que ocurría.
Llevo la mirada hacia donde aquel auto esta y en automático Brynd baja del auto completamente hecho un mar de ira, conozco sus expresiones, conozco la dura expresión que lleva en su rostro así como las malditas acciones que hace con sus manos al convertirlas en puño, me doy la vuelta cuando veo que más que dispuesto a entrar al lugar, entro cerrando la puerta para dirigirme a correr a las escaleras y subirlas.
Sin embargo, siento una de las manos de Brynd tomarme con fuerza del brazo, así como tal la siguiente me toma con fuerza del cabello, emito un grito por el dolor, grito que sé pudo escucharse hasta el despacho de Jolson.
─ ¿Así que te vas de la casa y sigues abusando de mi maldito dinero al estudiar? ¡Eres una maldita descarada, Diana! ─hizo su mano puño la cual iba directamente a mí.
─ ¡Brynd Walker! ─el grito de Jolson trajo por primera vez la paz a mí, me sentí tan aliviada de escucharlo gritar en ese tono de molestia─. No tienes derecho alguno de tomarla así, mucho menos de golpearla... eso ya no es de tu incumbencia.
─ ¡Es mi hijastra y puedo hacer con ella lo que se me dé la puta gana!
─Hazlo Brynd, y te arrepentirás mucho, más aun cuando sepas que has venido en mal momento ─Jolson habla de nuevo─ ¿Por qué no la sueltas y hablamos, Brynd? Hay... cuentas claras que arreglar.
Brynd, miro con duda a Jolson, yo solo esperaba que me soltara e ir subiendo hasta donde sé, tendré la seguridad que tanto me gustaba sentir.
Con enfado y desconformidad, Brynd comenzó a soltar mi brazo con lentitud y una vez soltó mi cabello, subí hasta arriba corriendo en donde Michael me tomo de un brazo para solo colocarme detrás suyo, su arma está siendo sujetada por si mano derecha, así como Harry quien no deja de mirar a Brynd.
Brynd en cambio ha comenzado a caminar para subir por las escaleras con la mirada fija en mí, sé que no ha venido solo por esto, pero lo que no me queda claro es lo que dijo de estar pagando él aun mis estudios, cuando hace una semana Michael pago la mensualidad para que yo siguiera estudiando...
Jolson, le indica que entre al despacho y de mala gana lo hace.
─Diana ─Jolson me mira y yo simplemente pongo mi atención en el robusto─ ¿Por qué no entras a disfrutar de la función?
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