Capítulo.- 10

Les deseo muy felices fiestas navideñas a lado de sus seres queridos, así como no olvidemos recordar a las personas que no están con nosotros en estas fechas, recordemos que después de todo siguen presentes tanto en nuestras mentes como corazones.
Sueñen, disfruten, háganse ilusiones... Simplemente que esta fiesta sea de completa emoción para ustedes ❤

¡¡¡Feliz navidad!!! 😄🎄🎁❄🎅

_____________




Los brazos me queman, el cansancio es algo que desearía que desapareciera. A decir verdad creí que el trabajo que Jake tenía para mí sería algo con el que fácilmente podría lidiar, pero me he equivocado.

Me encuentro en un almacén con unas dos chicas más de las cuales apenas si he cruzado palabra, una de ellas es blanca, con el cabello negro y ojos un poco rasgados, es un poco delgada y nada amistosa, la segunda chica es morena con un cabello largo y demasiado rizado, muy delgada así como amable, desde que llegue aquí Jake me explico lo que debería de hacer, sin embargo el hombre no me explico de la manera más adecuada.

Tatiana como se hace llamar la chica del cabello rizado me ha ayudado mucho a entender de lo que se trata este negocio así como sus movimientos.

Tiene un año metida en esto y para mí ya es una verdadera experta en lo que hace y sobre todo la manera en como habla, es decir como dirige.

Grandes paquetes de cocaína estan siendo envueltos por nosotras, paquetes de color marrón que son envueltos con cinta para mayor seguridad, es demasiado agotador tener que hacer esto sin que el contenido tome otro lugar o se salga de este.

No he visto otra cosa que no sea la cocaína ser sacada de cajas y que estén solo en pequeñas bolsitas transparentes, nuestro deber es tomar alrededor de veinte bolsitas y empaquetarlas todas juntas en una sola haciendo un paquete del tamaño de una mano adulta.

Dejo uno de aquellos paquetes recién terminados a mi costado, donde una pila estaba en espera de ser acomodada de la misma manera por mí, sin embargo me dedico a tomar algunas otras bolsitas de la caja de madera para colocarlas en la mesa en la que me apoyo.

Tomo una de las bolsitas de cocaína, es increíble pensar que mucha gente solo se está matando por obtener todo esto, es decir, la cocaína ha dado gran paso un paso más grande que la misma marihuana, simplemente es impresionante que por unos gramos de esta droga la gente sea capaz de todo, incluso de matar a sus mismos familiares.

─Nos dan al menos dos gramos de cocaína a nosotros ─miro a Tatiana quien estaba colocando un paquete en una de las cajas─ o marihuana, cual sea tu preferencia.

─Creí que pagaban con dólares.

─Oh, lo hacen ─afirma─ Jolson nos "consiente" dándonos un poco de droga sin pagar nada, claro que solo es cocaína o marihuana, queda prohibido que sus hermanos o gente a supervisión nos regalen cristal o heroína, eso solo se lo llevan los de rango más alto. Ya sabes, los preferidos.

─Igual, no me interesa esto ─deje la bolsita en la mesa─ ¿a ti te interesa?

─Si me interesa, es algo con lo que al menos puedes lidiar por un rato. Claro que, hay que tener bien en claro que no debes abusar por más excitante que sea el drogarte. Es mejor que el alcohol, con eso te digo todo, Diana.

─Bien... me quedare con el alcohol, a ser necesario usar drogas creo que las probare, quizás... solo por curiosidad, la única que un día probé fue la marihuana, nada fuera de lo normal.

─Bueno, puedes cambiar la cocaína por la marihuana cada vez que Jolson te la ofrezca.

Tatiana no dijo nada más, termino por guardar silencio cuando la puerta de aquella bodega se abrió, la atención de las dos chicas y de la mia fue llevada hacia la entrada en donde la presencia de dos figuras —una femenina y la otra masculina— nos hicieron enmudecer por completo.

Reconocí a la mujer en cuanto entro a aquel lugar, vestida con un pantalón negro a lo cual solo aquel cinturón plateado resaltaba en la chica, una blusa de encaje de manga larga a la cual a simple vista podía ver solo su sujetador, no habia ninguna blusa color negra debajo de esta, unas zapatillas de color plateado hacían del conjunto de la mujer el más perfecto y, con esa figura cualquiera quedaría plasmado con su belleza.

Su cabello es largo de color rubio, sus labios son rosados y carnosos, su nariz es pequeña y respingada ¿Qué puedo decir de sus ojos? Son celestes, un celeste que apenas si deja ver lo negro de la pupila. Una mirada demasiado penetrante y atemorizante, cejas de color negro bien delineadas y un maquillaje nada exuberante.

Sus dedos tienen anillos, su cuello un collar con la inicial de su nombre. Su mirada recorre el sitio junto con aquel hombre que ha plasmado su mirada en mí, siento un terrible escalofrió cuando Banner me sonríe procediendo a morder su labio inferior.

Bajo la mirada y vuelvo a mi trabajo, escuchando ahora los pasos de aquella mujer bajar por los pequeños escalones de aluminio, sus pasos son demasiado pausados, es como si de alguna manera estuviese recorriendo todo el lugar, como si de alguna manera estuviese recorriendo cada parte de mí.

Sus pasos dejaron de ser pausados a ser normales, pero... estaba caminando hacia mi dirección con determinación, fue ahí que mis manos comenzaron a temblar por el simple hecho de que esta mujer, viene hacia mi dirección.

Con mi cabeza baja, con varías bolsitas de cocaína en mis manos, pude ver por el rabillo del ojo que estaba a mi costado, mirándome. Fue ahí que me detuve por completo en el procedimiento que hacía, solo para girarme y encarar a la mujer quien hacia una mueca.

─El imbécil de mi hermanito Jake, me dijo que eres nueva en esto ─dice llevando sus manos a sus caderas, asiento─ ¿Cuál es tu nombre?

─Diana... Diana Abbout.

─Creí que habia dicho que tu apellido era Walker.

─Mi madre se casó con Brynd Walker... claro que, aunque me haya dado su apellido no quise dejar el de mi padre.

─Ya veo ─asiente─ ¿tus cuidadores? Trabajabas con este hijo de puta ¿Quiénes son tus supervisores ahora?

─Michael... Michael y Harry.

─Me lleva la mierda... ─negó mirando a Banner─ bueno... creo que estarás mejor con ellos dos que con este enfermo... ¿tienes arma?

─Ah... n-no, creí que solo estaría aquí empaquetando.

─No, siento decirte que no ¿Por qué no dejas eso por un momento y vienes conmigo? Hay que aclarar porque no tienes un arma, sabiendo que estas en este tipo de trabajo.

─Es solo que... mi confirmación para estar aquí fue hace apenas unas horas.

─Aun así ─sonríe con ironía─ Jolson sí que es un cabron de mierda, Jake es tan imbécil que no puedo creer que no te diera una así que... andando.

La mujer se dio la vuelta comenzado a caminar por donde habia venido, Banner solamente me indica que la siga y así lo hago, no lo hago por obedecerlo pero, prefiero ir rápido tras aquella mujer antes que quedarme aquí atrás con Banner, soportando una vez más sus asquerosidades y falta de respeto hacia mi persona.

Sigo a la mujer quien camina perfectamente con aquellas zapatillas plateadas, tiene una forma de caminar muy coqueta así como segura, con su cabeza en alto, moviendo sus manos de una manera sutil y las demás extremidades de su cuerpo al ritmo de cada paso que da.

Hemos salido del almacén que estaba a un costado de aquellos edificios, nuevamente caminamos hacia la entrada de uno de estos, el principal por el cual Michael, Harry y yo entramos hace algunas horas.

Una vez dentro de este, nos dirigimos a una habitación que estaba en la misma planta, habitación repleta de armas, de todo tamaño, de todo tipo, habitación en la cual solo estaba una chica haciendo inventario a lo que parecía.

─Anota en el inventario una Glock 19 ─dice aquella mujer cuando toma una de las armas de la estantería, la chica solo asiente─ dos cartuchos y dos silenciadores.

─ ¿Uso permanente? ─la chica pregunta sin dejar de anotar en la libreta.

─Así es ─fue lo único que la única mujer en la familia Jolson dijo, me indico que diera la vuelta y así lo hice, gire sobre mis talones sintiendo su presencia detrás mío─ Diana ─me llamo una vez estábamos frente a las escaleras principales del edificio─ sabes que esto no es un juguete ¿verdad?

─Lo tengo bien claro ─digo con nerviosismo, ella me extiende el arma con los dos cartuchos y los silenciadores, cuando los tomo, los pego contra mi cuerpo para evitar que cayeran.

─Jackson y Styles te enseñaran a disparar, si no lo hacen, házmelo saber ─menciono mirando hacia las escaleras, y al llevar mi mirada hacia estas los tres hombres con los que estaba en un principio se estaban encaminando hacia nosotros.

Jake mira a su hermana con indiferencia y puedo notar que ella lo mira de la misma manera, sé que la relación de los Jolson varía mucho, Charlie el mayor, Will el que sigue y luego Scarlett, la que creían que sería la última de los hermanos pero... el último de los Jolson, Jake, es quien menos es querido por sus hermanos.

Siempre se considera al hermano menor como una "carga" cuando se trata de estos trabajos, no hay momento en que el hermano menor no deje de ser una carga para los que creen tienen más poder y claro, eso lo he visto con los hermanos mayores de Jake.

Paso mi mirada por Michael quien tiene su vista puesta en la entrada del lugar, en donde sé, Banner está atento a lo que pase, Harry tiene manchas de sangre en su camisa delatándolo en lo "bien" que se la pudo haber pasado divirtiéndose con aquel hombre de hace horas.

─Si a esta chica la llegaran a intimidar por saber que trabaja para Charlie, Jake, ya la hubieran matado por no tener una maldita arma ─la mujer habla con molestia y arrogancia, Jake solamente rueda los ojos al techo y al llegar por completo abajo se cruza de brazos sin dejar de ver a su hermana.

─Iba a dársela, Scarlett ─dice él con determinación─ la chica acaba de llegar, creo que debes saber que no se entregan hasta cierto tiempo.

─Me viene importando una mierda el tiempo ─la chica se acercó de manera peligrosa a Jake─. Se pierde más tiempo al decidir cuándo es el momento adecuado para entregarlas, después, estan suplicando porque les devuelvan a los malditos hombres que la policía toma o que otros bandos toman como posesión. Razona un poco Jake, si quieres que al menos se te tome enserio en este maldito trabajo.

─Yo razono, Scarlett ─Jake suspiro con pesadez─ pero... ¿para qué darles un arma si no saben dispararla? El tiempo, estúpida, es para eso, para que aprendan, para que sean capaces de valérselas al ver y aprender, pero claro... solo se trata de joderme a mí, en ese caso deberías de joder a Charlie, es quien la metió en esto, no yo... ¡Oh! ¡Claro! La estúpida de Scarlett solo se va contra el menor, contra el imbécil hijo de puta, te recomiendo que vayas a follar más "hermanita" al menos tus putos cambios de humor se irán alejando.

─ ¡Vaya, vaya! ─mire hacia la entrada, topándome con la silueta del segundo de los Jolson, Will, aquel hombre poco parecido a Charlie y digo poco porque a pesar de ser robusto, él tiene corte a cepillo, pero... lo que llamo mi atención fue que él no estaba mal acompañado.

Charlotte, aquella mujer no deja de verme con su ceño fruncido, no deja de mirarme con su cara de duda y por supuesto de molestia, reconozco al otro hombre que está a su costado, fue uno de los que estaban en casa de Brynd la noche que Banner abuso de mí.

─Que función... ustedes peleando y estos tipos disfrutando de la función ─Will parece calmado, pero su mirada me hace saber lo contrario, miro a Michael quien me hace una seña de que vaya con él y Harry, solo obedezco colocándome detrás de Michael.

─Ya terminamos, Will ─Dice Jake─ la perra ya se iba, esta no es su zona.

─Tampoco tuya, Jake ─Scarlett respondió.

─Siento decepcionarte ─Jake sonríe─ Charlie me ha dejado a cargo junto con Carter, la puerta está frente a ti.

─De hecho... Jake ─Will habla caminando hacia la puerta y al abrirla sonríe con avaricia─ hay cosas que hablar con los dos, Joe, Styles, retírense y espero den el aviso a todos, habrá junta dentro de unas horas, no queremos a nadie en el edificio, así que por favor... si pueden actuar ya, háganlo.












***











Las órdenes que Will dio fueron bastante claras y, era verdad lo que decía ya que minutos después de que salimos de aquellos edificios, autos de lujo estaban estacionándose fuera de cada uno de estos condominios, camionetas blindadas de personas de alto rango, personas que lideraban en todo estados unidos el tráfico de drogas.

Nunca creí que me encontraría con rostros que solo veo en las noticias, desde el famosísimo Milton Russell quien desde su adolescencia se ganó el mando, el respeto de personas en partes de estados unidos, Alaina Banks mujer que presencio el asesinato de su madre a manos de su pareja, la mujer se convirtió en alguien que decidió dirigir solo un rincón de estados unidos, Oregón, es el lugar que ella tiene bajo su mando.

Estoy recargada en el auto de Michael, con mis brazos encima de este mientras mi mirada se paseaba por el nuevo auto que entro a la zona, blindado, neumáticos de rin tan llamativos por el nivel de limpieza, así como el auto como tal. Las puertas son abiertas, bajan dos hombres y un tercero que recorre el lugar con su mirada, reconocería aquella apuesta figura masculina en donde fuera, aquella barbilla partida, aquella lujosa vestimenta y por supuesto, la mirada impotente y dominante de Jace Bracco.

Se detiene a mirarme desde lejos, se detiene mientras un saco de color gris estaba sobre su espalda y un cigarrillo siendo sostenido por su mano. Poco después Will, llega hasta él irrumpiendo entre el contacto visual de aquel hombre y mío, sin embargo yo no dejo de analizar cada uno de sus movimientos, desde como aquellos dos hombres que lo acompañaban caminaban tras de él como si fuera el mismo presidente en persona.

─No duraras ni una semana aquí, Diana ─la voz de Charlotte irrumpe mis pensamientos, simplemente me aparto del auto para girar hacia su dirección─ ¿con que puto derecho vienes a meterte aquí? ¿es que te ascendieron por follar bien con los clientes de Banner?

No quise decirle nada, sabía que las cosas con Charlotte jamás tendrían una finalidad, nunca tendrán un "hasta aquí" así que simplemente tome la manija del auto y abrí la puerta, acto seguido que ella hizo fue tomarme del brazo con fuerza, la encare al momento en que una sonrisa irónica escapo de sus labios.

─Mi padre se enterara de esto y, ansió que te de una maldita paliza como la vez pasada... Eso y más te mereces.

─Tu padre puede irse a la mierda ─me zafe de su agarre─ al igual que la perra de su hija.

─ ¿Perra yo? ─se señaló soltando una estruendosa carcajada─ me lo dice la puta barata que tuvo sexo con dos profesores, me lo dice la puta barata que tuvo sexo con un ex compañero de trabajo... me lo dice la perra que se arrastró con Gregori en busca de que la follaran tan duro para callarte.

─Charlotte, basta ─el hombre que habia llegado con ella la interrumpió cuando este llego, ella no deja de mirarme─. Deberías de ser un poco más educada.

─ ¿Hablaremos de modales, Frank? ─giro un poco observando a Michael caminar hacia nosotros─. Supongo que las palabras altisonantes las saco de ti, es decir... para que estuviera viviendo contigo desde hace días, es comprensible.

─Eso se acabó, Joe ─Frank responde─ un sapo canto de más a Jolson. Que considerado eres con una adolescente de dieciséis años Joe.

─Lo soy ─afirmo mirándome─ tan considerado que tuve que sacarla del infierno en el que Banner la tenía ¿quieres contarme más de que has hecho con la hija de Brynd? Charlotte, supongo que conoces las movidas de esto, tú padre habla maravillas de ti para que las cagues al acostarte con Frank y Banner a la vez.

─ ¡¿Pero quién mierda te crees para decir eso?! ─Charlotte alzo la voz, sin embargo, no se acercó, no hizo nada, simplemente grito así como llamo la atención de algunas personas─ ¿lo dice quien tuvo que lamerle los ovarios a Scarlett?

─Por el amor a Dios, no soy tan imbécil como para meterme con Scarlett, Charlotte... deja de creer que solo tú puedes recibir "atención" cuando la atención, se la vienen ganando mujeres como Diana, como Tatiana... Mujeres como Rachel, Charlie se equivocó al decirle a Banner que Diana debía trabajar para él, viéndolo mejor, deberías ser tú la que tendría que follar para Banner y sus clientes... No me hagas abrir más la boca, Charlotte, se cosas que difícilmente podrían solucionarse... Diana, al auto.

Gire hacia el auto en seco, con un amargo sabor de boca debido a lo que aquella mujer habia dicho, mi atención ahora solo estaba presente en subir al auto e irnos de este sitio, escapar de esta situación que se estaba poniendo más tediosa cada vez.

─No te fíes, Joe ─Charlotte habla una vez más, la miro antes de subir al auto─. Con una puta como Diana, nadie está a salvo.

─ ¿Qué? ─Michael frunció su ceño con una sonrisa irónica.

─Lo que has escuchado, es decir... esta tipa hizo que despidieran a dos profesores por follar con ellos ¿Qué les espera a los hombres de Jolson?

Michael ignoro lo que Charlotte le dijo, lo hizo al levantar su dedo medio en dirección a la mujer cuando ya estaba rodeando el auto para introducirse al lado del piloto, por mi parte, mire una última vez a Charlotte antes de introducirme por completo en el auto y así poder abrochar el cinturón de seguridad.

Con mi mirada al frente, con esas ganas de llorar, con ese sabor amargo aun sobre mi boca, presencie como el auto se iba moviendo de apoco, hasta que logramos salir de aquellos edificios en donde autos seguían llegando y otros claro ya estaban dejando la zona.













***











Acomodo una vez más el violín alrededor de mi clavícula, tomo el arco y lo deslizo sobre las cuerdas de aquel violín por cuarta vez. The four seasons es la melodía que he comenzado tocar de nuevo, desde la cuerda más baja hasta la más alta, deslizando el arco sobre las cuerdas gruesas que desprenden el sonido más maravilloso.

Poco a poco la velocidad de mi mano va en aumento, el deslizarse de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba se vuelve un juego para mí, aun mas cuando por fin el dulce sonido se vuelve más fuerte, más rápido y menos pausado.

Las hojas de las partituras de las demás melodías estan sobre la cama, estaba practicando algunas otras piezas sin embargo algo me intuyo que debía practicar esta pieza una vez más, pieza de la cual he sacado todo el enojo, toda la molestia que tenía conmigo.

Lo que dijo Charlotte, lo que paso hoy en la preparatoria, todo eso se me ha juntado de una manera demasiado incomoda... Y lo que dijo Charlotte, el cómo lo dijo... Hace que me den ganas de...

¡Mierda! ─grito cuando siento el corte en uno de mis dedos por la velocidad que estaba aplicando sobre las cuerdas de aquel violín con el arco.

Molesta, arrojo el arco al piso con tanta fuerza que no me importo si sufría algún daño, en cuanto al violín simplemente lo solté dando un duro impacto en el piso. Llevo mi dedo índice a mi boca como único confort de tranquilidad, el sabor metálico de la sangre es tan grande que prefiero sacar el dedo de mi boca y caminar hacia fuera de la habitación.

Pero choco con Michael, quien con preocupación me examina de pies a cabeza hasta notar lo que está mal conmigo.

─Mierda, Diana ─me toma de la muñeca con suavidad para hacerme caminar hasta el lavamanos, giró una de las llaves introduciendo mi dedo sobre el chorro de agua tibia─. ¿Con que te has cortado?

─Con la puta cuerda de mierda ─digo molesta tras soportar el ardor del agua, él rie y frunce su ceño─. No te rías, duele.

─Y dolerá más al ponerle alcohol ─dice cerrando aquella llave.

Me da una pequeña indicación de que lo siga, así lo hago cuando lo veo caminar a la habitación que está a un costado de la mia, abre una de las gavetas de un pequeño mueble y de esta toma una caja que al verla mejor me doy cuenta que se trata de un botiquín.

Me siento sobre la orilla de la cama en silencio, viendo como de mi dedo aun brotaba algo de sangre, una herida bastante escandalosa y una cuerda que seguramente me hubiese cortado a más profundidad si subía el ritmo de aquella nota.

Deja la caja a mi costado y una vez tiene lo que necesita se sienta haciendo que el botiquín quedará en medio de ambos, toma mi mano con tanta suavidad que me hace mirarlo, un pequeño ardor se hace presente en la herida, frunzo mi ceño bajando la mirada a los pequeños toquecitos que él me daba con el algodón que si bien ahora lo veo esta húmedo de aquel liquido transparente.

Me quejo un poco, debido a las presiones que ha estado haciendo para que termine de salir la sangre faltante y cuando no hay más, simplemente toma otro trozo de algodón así como la botella del líquido para remojarlo.

─Tocas bien el violín ─dice tranquilo aun humedeciendo aquel algodón, sonrío.

─Gracias...

Lo miro, atenta a lo que hace y como finaliza su procedimiento, succiono mis labios y al momento en que vuelve a colocar el nuevo y fresco algodón, me mira curioso.

Por alguna razón no puedo dejar de mirarlo, por alguna maldita razón me parece poco increíble que esté haciendo esto... es decir... me corte, una cortada bastante escandalosa pero... pude haberlo hecho yo y evitar que él perdiera su tiempo en esto.

Sus ojos son marrones, un marrón oscuro con una mirada demasiado dulce, demasiado sincera, una mirada tan piadosa y reconfortante que si fuera por mí me quedaría observándolo por horas.

─Estuviste llorando ─susurra y entonces aparto la mirada─ ¿por qué?

─No lo hice.

─Diana, lo has hecho. Créeme que, conozco personas que van al baño a llorar por un tiempo por pena a que los vean... al menos conmigo no debes sentir pena, Diana... ¿puedo ayudarte en algo?

─...

─ ¿Diana?

─... ─succione mis labios y negué con delicadeza.

─Si fue por lo que dijo Charlotte créeme que yo

─ ¿Po qué lo hiciste? ─pregunte interrumpiéndolo.

─ ¿Hacer qué, Diana?

Tratar de defenderme... tratar de abogar contra las respuesta de ella... no me conoces, no puedes decirme que no le crees a lo que dijo o lo que sea que estaban a punto de decirme... No puedes.

─... No pensaba decirte eso ─dice apartando su mano de mi dedo, deja el algodón a un costado y toma un curita─ no puedo abogar contra algo que me es desconocido. Si te defendí fue porque... debía hacerlo.

─...

Me mira con dulzura, recorriendo su mirada por mi rostro, con suavidad, tan concentrado en cada una de mis facciones. No podía ignorar el dulce andar de sus ojos, la manera de deslizarse sobre mi rostro y el ver sus labios abrirse un poco para recolectar aire.

Baje la mirada... creo que para él pudo haber sido un error el que yo haya hecho eso.

Siento sus dedos colocarse debajo de mi barbilla, así como hacer que subiera mi mentón y poder verme una vez más a los ojos, siento sus dedos cálidos deslizarse sobre mi mandíbula, hasta llegar a mi mejilla, cierro los ojos disfrutando de su tacto, disfrutando de su calor... De esa serenidad que me llenaba el alma de calma.

─Solo creí algo de Charlotte, Diana ─susurró y entonces abrí mis ojos mirando directamente los suyos.

─ ¿Qué cosa?

Que no estaré a salvo contigo...

─...

Te veo y me llevas a mi ruina, Abbout.

Me encanto que me mirara de aquella manera, con una bonita sonrisa, con una mirada que me hizo temblar causando que mis arterias perdieran cuenta de lo que hacían, porque me hacía sentir bonita, me hacía sentir querida... me hacía sentir que curaba mi alma con aquel dulce café de su mirada que quitaba los desvelos...




















Y sin previo aviso, me besó en los labios con ternura, intentando dejar una huella suya en mis labios.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top