[Actualidad]

— Y... fin. — concluyó Alex, terminando de contar la historia. — Y ahora, si me disculpas, debería irme. Ya sabes, mañana seguiré con la iniciación y debo dormir bien...

Jeanine parecía perpleja e incrédula al mismo tiempo.

— Está bien. — murmuró. Se levantó y se aliso su falda azul antes de continuar. — Si eso es lo único que podéis contarme, nuestra reunión ha acabado. Podéis marcharos.

Alex tomó la iniciativa. Se levantó y se dirigió a la puerta rápidamente.

Al abrirla, descubrió que el chico de antes, Christopher, había escuchado toda su conversación.

— Vaya, vaya. — dijo Jeanine. — Christopher Powers.

— Lo lamento, yo... — comenzó él, muy avergonzado.

— No importa. — le cortó la líder de Erudición. — Puedes irte tú también, Christopher.

Él asintió con la cabeza y se dirigió al pasillo. Paula aceleró el paso para alcanzarle.

Ambos fueron hasta el sector dónde dormían los iniciados.

Los trasladados dormían en habitaciones, por parejas de distinto sexo.

Paula compartía habitación con Caleb Prior, un trasladado de Abnegación.

Caleb solía estar un poco apartado del resto del grupo de iniciados, tal vez porque Abnegación no era la más querida de las facciones y menos para Erudición.

La chica pensaba que eso debía dar igual, al fin y al cabo, lo que importaba era la facción a la que elegías pertenecer, no la de tu origen.

— Paula. — le llamó Christopher, justo antes de que esta entrara en su habitación, sacándola de sus pensamientos. — ¿Cómo llegaron a Erudición?

— ¿El qué? — le preguntó ella, confundida.

— ¿Cómo llegaron a Erudición los collares? — repitió el chico.

— No lo sé con exactitud. — dijo Paula, encogiéndose de hombros.

— Pero vosotras llevabais los collares, ¿no? — preguntó Christopher, ella asintió. — Las noticias dijeron que los encontraron en las granjas de Cordialidad.

— Alejandra y yo discutimos. — le explicó ella. — Y ambas nos deshicimos de los collares.