Espíritu

En el presente

- ¿A dónde vamos, papá? - preguntó Ryan mientras Leo le tomaba de la mano.

- Bueno Ryan vamos a buscar comida - le dijo.

- ¿En dónde? - preguntó el pequeño.

- Si Leo, ¿en dónde? Llevamos horas caminando - preguntó Mikey.

- Al norte se encuentra un arroyo alrededor del arroyo hay plantas con moras. - dijo Leo. - Donnie, tú y Mikey recojan las moras, mientras que Raph y yo iremos de cacería.

- Suena bien para mi - dijo Raph.

- ¿Y qué haré yo? - preguntó Ryan.

- Irás conmigo - dijo Leo. - te enseñaré a rastrear, fue una de las cosas que aprendí de tu madre.

- ¿De verdad? - Leo asintió - gracias papá. - Leo acarició la cabeza del más pequeño.

- Ok chicos nos vemos al medio día, Donnie Mikey si terminan antes regresen a la cabaña, igual va para ti Raph. Nos vemos.

Raph y Leo se fueron juntos se separarían más adelante. Ryan caminaba un poco más adelante que ellos pero siendo vigilado por su padre y tío.

- Oye Leo, ¿estás seguro de esto? - preguntó Raph mientras acomodaba el arco en su caparazón.

- Seguro, pasando del arroyo hay un pequeño prado ahí es donde los venados comen.

- No hablo de los venados - dijo Raph. - Hablo de Ryan, ¿te parece buena idea llevarlo con nosotros?

- ¿De qué hablas, Raph? - preguntó

- Leo, lo estamos llevando de cacería, literalmente Ryan verá como matamos venados. - dijo Raph.

- Diana y sus hermanos acompañaban a su padre a las cacerías, esto es algo que ella hubiera querido enseñarle. - dijo, Leo observaba a Ryan brincar de roca en roca.

- Diana no tuvo la vida de Ryan. - contestó Raph.

- Deja que me preocupe de eso Raph - Leo apoyo su mano en el hombro de Raph - además lo que me enseñó Diana son sus tradiciones, parte de ella, es bueno que Ryan aprenda eso. - dijo.

- Tú mandas. - dijo Raph.

Caminaron un poco más hasta llegar al prado, los tres se detuvieron.

- Raph ve por la izquierda, Ryan y yo iremos a la derecha.

Raphael asintió y desapareció entre la hierba del prado.

- No te separes de mi. - dijo Leo agachandose a la altura de Ryan.

- Ok - dijo el más pequeño.

Moviéndose entre la hierba del prado Leo buscaba cualquier rastro. Se adentro un poco más al prado, hasta que vio unas huellas.

Leo las examinó, Leo miró a su alrededor, las huellas eran frescas.

- Ryan. - el pequeño se acercó a su papá. - mira eso, huellas de venado

Ryan miró las huellas.

- Guau..

- No debe de estar lejos - vio a su hijo - vamos a buscar huellas iguales a éstas.

- Ok - caminaron un poco más, evitando hacer cualquier ruido posible.

Leonardo estaba más atento, ya había sufrido un ataque de un vendado conocía la fuerza de estos animales.

Las huellas llevaban de nuevo al bosque.

Ryan iba detrás de Leo, al denterse Leonardo, Ryan se detuvo.

Leonardo le hizo una seña a Ryan para que se moviera. Seña que entendió a la perfección.

Leonardo tenía el arco en su espalda y un carcaj lleno de flechas. Cerca de unos arbustos algo llamó la atención del líder.

Caminó hasta llegar a los arbustos y lo tomó, era un asta de venado había muchas huellas alrededor.

- Ryan acércate - le dijo, Leo le mostró el asta del venado - esto es del venado, o bueno era.

- ¿Y qué es? - preguntó curioso, Leo le dio la asta. Casi estaba del tamaño del pequeño.

- Un asta, el venado esta mudando de cornamenta. - Leo caminó un poco buscando más huellas. Al encontrarlas las huellas se adentraban más al bosque.

Llamó a Ryan, éste aún con el asta se acercó.

Caminaron un poco más hasta llegar a un claro.

Ahí estaba, un venado en el otro extremo del claro, conservaba la otra parte de su cornamenta.

Era de gran tamaño.

- ¿Ese es un venado? - preguntó en un susurro mirando a su papá.

- Si. - susurró - Quédate aquí. - Ryan asintió.

Leonardo agachado caminó, acercándose lo más posible del venado. Tenía que ser muy cuidadoso el más mínimo ruido y no encontraría a otro venado.

Leo se detuvo en seco, el venado levantó su cabeza, atento a cualquier movimiento o ruido que lo hiciera sentir que estaba en peligro. Al no ver nada bajo la cabeza para comer.

Leo suspiró de alivio, al estar en una distancia considerable, preparó la flecha, no tenía un tiro muy certero con la cabeza del venado abajo, había que llamar su atención o esperar a que levantará la cabeza pero eso tomaría tiempo.

Leo con un corto silbido captó la atención del venado, éste levantó la cabeza, Leo sin tiempo que perder disparo la flecha acertando en el venado.

Un disparo a la cabeza, le dio una muerte rápida y sin dolor.

- ¡Si! - celebró el líder. Se acercó a su presa, quitó la flecha del cráneo del animal. - Ryan..

Al voltear buscó al pequeño pero no estaba. Leonardo gritó de nuevo el nombre del pequeño. No hubo respuesta. Al acercarse a donde había dejado a Ryan vio la asta que el niño había llevado consigo al igual que un rastro de pisadas el pequeño.

Leo dejó su presa para seguir las pisadas de Ryan.

(Minutos antes)

Ryan agachado observó a su papá acercándose al venado, cuando el venado levantó su cabeza se agachó a un más. Al ver que éste volvió a agachar su cabeza, se levantó un poco.

En el suelo vio algo, lo tomó.

Una pluma completamente blanca, escucho algo que lo extrañó.

Una voz.

Alguien cantaba. Ryan se asomó en la entrada que daba al claro, volteó a ver su papá, Leo estaba muy concentrado en el venado.

No se oía lejos.

Ir a investigar solo tomaría unos minutos. Con cuidado salió del claro. Dejando en el suelo el asta que había recogido con su padre.

Cada paso que daba Ryan se alejaba más y más de su papá, la curiosidad de saber de donde provenía la voz pudo más que obedecer la instrucción de su padre.

La voz desapareció cuando llegó a un arco de piedra. Se veía antiguo, el musgo invadía la mayor parte del arco y lo que no estaba invadido por musgo tenía grietas.

Siguió adelante, algo se sentía extraño pero no de peligroso. Más bien, era algo extrañamente familiar.

Llegó a un prado, en medio de éste había un árbol, el más grande que pudo imaginar.

No solo estaba el árbol, habían estructuras de piedra que formaban un camino hasta el árbol. Cada estructura tenía un símbolo y al igual que el arco estaban invadidos de musgo y gritas.

Otra pluma apareció, blanca como la que había recogido. Ryan observó los símbolos de cada estructura, cada una tenía un símbolo diferente.

Caminó hasta llegar al árbol, había algo durmiendo junto al tronco. No podía ver que o quién era.

Solo notaba que tenía un pelaje muy oscuro. Parecía como si él tronco tuviera un hueco.

Al estar más cerca, éste extraño ser se levantó.

Un gran lobo negro.

El lobo miraba fijamente al pequeño, era imponente pero a la vez compasiva su mirada.

Ryan acercó su mano para poder acariciar al lobo.

- ¡Ryan! - un grito lejano hizo que el niño se volteara, su padre lo buscaba.

Ryan volteó a ver el lobo, el lobo estaba observando de donde había salido la voz, al volver su mirada al niño con un leve movimiento de cabeza caminó. El lobo quería que Ryan lo siguiera.

Ryan sin decir nada se fue con el lobo.

Llegaron de nuevo al arco de piedra.

- ¡Ryan! - se escuchaba más cerca.

El lobo se detuvo. Se giró al pequeño y con un leve golpe con su hocico hizo que Ryan se moviera y siguiera con su camino.

El lobo lo seguía con la mirada asegurándose que no le pasara nada.

Solo caminó unos cuantos metros del arco de piedra cuando vio a su padre buscándolo, desesperado.

- ¡Papá! - gritó el pequeño y Leo al verlo se calmó. Corrió hacia él y rápido lo abrazó. Ryan acepto el abrazo.

- Ryan, ¿por qué te fuiste? - preguntó, Leo examinó su hijo si se había lastimado pero estaba bien. - Te dije que no te movieras.

- Es que.. - explicó el pequeño - oí una voz y la seguí... no pensé que me alejaría tanto - Ryan bajo la mirada - lamento haberte preocupado.

- Ryan.. No debes desobedecer, pudo haberte pasado algo, en esta parte del bosque no es seguro. - dijo con el tono más cálido posible.

Leo colocó ambas manos en los hombros de Ryan.

- Mi trabajo es protegerte y eso significa que tienes que obedecer lo que diga.. ¿De acuerdo, Ryan? - dijo Leo.

Ryan asintió.

- Regresemos por el venado, espero que no se lo haya llevado un animal. - Ryan camino a lado de su padre, Leonardo posó una mano en la espalda de Ryan.

El pequeño volteó una vez más a aquel arco de piedra donde estaba el lobo pero éste había desaparecido.

Ryan y Leo continuaron su regreso.

En el arco se posó una lechuza blanca y de nuevo el lobo apareció.

El lobo asintió a la lechuza y ésta alzó el vuelo siguiendo a las dos tortugas.

Al llegar aún estaba el venado. Leo cargo aquel animal para regresar a la cabaña.

(..)

Los cinco mutantes se despieron de April y Casey, con toda la comida que reunieron podían hacer un trueque por suministros y medicamentos.

- Leo, ¿crees que si se pueda intercambiar todo eso? Los humanos también salen a cazar.

- Créeme Donnie, es difícil encontrar un venado si no sabes como rastrearlo, dudo mucho que encuentren uno..

- La verdad no estuvo difícil, pero para los humanos si será un verdadero reto. - comentó Raph.

- Ya que terminamos podemos ir a ver ¡Crognar! - Mikey se regresó a la cabaña corriendo, sus hermanos y sobrino caminaron a la cabaña.

Al atardecer volvieron April y Casey con todos los suministros necesarios para el regreso de Nueva York.

Todos cenaron, un buen ambiente para aquel día de duro trabajo, Leo y Ryan fueron los primeros en irse a dormir.

Al quedarse Ryan profundamente dormido, Leo iba a apagar la lámpara pero vio el collar que había dejado en la mesa.

Lo tomó, sonrió mientras tocaba suavemente con sus dedos aquella águila tallada.

Bostezó ya era hora de dormir, dejó su collar en la mesa de noche y apagó la lámpara. Se acomodó con cuidado de no despertar a Ryan.

Cerró sus ojos, para quedarse dormido.

- Tengo un regalo para ti. - dijo la ojigris.

- ¿Y qué es? - preguntó el líder

- Ya verás - dijo cubriendo aquel regalo en sus manos. - es esto... - abrió sus manos para que el mutante viera el regalo.

- ¿Un collar? - preguntó Leo.

- No es cualquier collar Leo es un tótem.

- ¿Tótem? ¿Cómo el de tierra de osos?.

- Sabes que mi tribu es muy diferente a la tribu de tierra de osos Leo..

- No lo sé, cada vez que me cuentas algo se me viene a la cabeza tierra de osos.

- Somos tribus diferentes.. Pero ese no es el caso. - dijo la chica. - Lo hice, y quiero que lo tengas y...

- Así funcionan los regalos - sonrió amaba fastidiarla

Leo recibió un golpe en el hombro.

- Ya no diré nada.

- Lo dudo mucho.. Como decía, el tótem es un guía.. Y quiero que lo tengas para que te ayude a tomar buenas decisiones.

Leonardo se puso el collar. Estaba encantado con su regalo.

- ¿Tú también tienes un collar? - preguntó Leo.

Diana lo mostró, un tótem de una lechuza.

- ¿Un búho?

- No es un búho, Leo es una lechuza. - dijo - es muy diferente.

Ambos se sentaron en el borde del techo.

- ¿Para que sirven los tótem?

- Te lo dije es un guía es lo que debes aspirar para ser mejor.

- ¿Me saldrán alas y pico? . - recibió otro golpe en el hombro.

- No me refiero a eso, hablo de sus cualidades, Leo.

- ¿Y el tuyo Diana? ¿Qué significa?

- Sabiduría.. dicen que aquellas personas que fueron elegidas por la lechuza pueden ver más allá de lo físico..

- ¿Tus hermanos también tienen totem?

- Claro, recibimos nuestros totem cuando nacemos, mi hermano Jay tiene el puma como su guía espiritual y Asher tiene el lobo como su guía.

- ¿Y qué representan? - preguntó Leo.

- El puma es el guía de la fuerza y perseverancia.. Y con Asher el lobo es el maestro de maestros.

- ¿Enserio? - asintió Diana.

- Sip, los lobos conocen todos los secretos por eso son maestros de maestros...dicen que cuando partimos de éste mundo, nuestro espíritu asciende con nuestros ancestros al mundo espiritual y cuando un ser querido o alguien con conexión a la familia, volverá con la forma del totem que tenían en vida.

- Es impresionante. - dijo Leo.

Ambos miraron el cielo estrellado.

Un ululeo, llamó la atención de Leo.

Observó a todos lados, hasta que vio en una antena una lechuza blanca, no recordaba a la lechuza.

Lo miraba fijamente, al voltear Diana ya no estaba. Ahora no se encontraba en los techos, estaba un pasillo largo parecía interminable.

Escuchó un canto.

- ¡Diana! - siguiendo la canción.

Llegó a lo que eran una especie de celdas. Estaba más cerca, al asomarse a una celda, la encontró acostada con Ryan, abrazados.

Cantándole, se podía escuchar los sollozos del pequeño. No podía verles el rostro, pudo ver cortes en brazos y piernas de ambos. Eran recientes aun salía sangre, trató de abrir la puerta, usando sus katanas lo logró.

- Diana.. - entrando en la celda, Leo caminó con cuidado. - Soy yo.. Vámonos los sacaré de aquí.

Cuando Leo la tocó, Diana levantó su cabeza mostrándole el rostro. Leo se alejó impactado.

Aquellos ojos grises no existían eran remplazados por aquel color del mútageno.

Era tanto el mútageno que salía de sus ojos como lágrimas, su boca también tenía ese color. Su cara estaba cubierta de venas verdes brillante.

Diana emitió un grito tan desgarrador hizo que se tapara los oídos. La piel de ella se estaba desprendiendo, emitía un olor tan desagradable un olor putrefacto.

- ¿Porque no viniste? - susurró.

- No tenía idea.. Creí que no estabas en Nueva York.

- ¡Es tu culpa! - lo señaló - ¡Mira lo que nos hizo el Kraang! - Diana separó a Ryan de su cuerpo.

Los ojos de Ryan no estaban, de las cuencas salía mútageno al igual que en su boca. No tenía plastron, el corazón estaba afuera sujetado por venas, no había latidos al igual que Diana desprendía un olor a putrefacción.

- ¡Esto es tu culpa!

Leo despertó sobresaltado, su corazón latía con fuerza, parecía que se le saldría. Miró a su alrededor, estaba en su habitación. Todavía era de noche.

Volteó, Ryan dormía profundamente, Ryan le daba la espalda, Leo llevó su mano al caparazón del pequeño, sintiendo sus latidos.

"Solo fue un sueño"

Salió de la cama necesitaba tomar agua. Con cuidado caminó hasta la cocina para servirse aquel vaso de agua para refrescarse la garganta

Sus manos temblaban, todavía no se recuperaba del sueño.

Un poco de aire fresco lo ayudaría a calmarse. Salió de la cabaña, el aire fresco nocturno le hizo bien. Se sentó en la entrada de la cabaña.

Con respiraciones profundas dejó de temblar. Pensó en aquel sueño, no podía negar lo que le decía en el sueño.. Era su culpa.

La voz de una chica lo desconcertó, se oía en el bosque. Alguien cantaba una canción con una tonalidad tan atrayente y demasiado..

¿Familiar?

Tal vez se lo estaba imaginando, puede que todavía no se despertaba del todo.

Entre los árboles notó una figura, alguien escondido, el líder se frotó los ojos, puede que lo este imaginando.

Pero no, la extraña figura era la que cantaba. Se acercó con cuidado, no debía de confiar.

Al acercarse pudo ver un poco más esa extraña figura..

- Diana.. - La chica empezó a adentrarse en el bosque sin dejar de cantar. - ¿A dónde vas?

Leonardo la siguió, empezó a correr pero ella era más rápida, de alguna forma no podía alcanzarla.

Se detuvo en seco cuando llego a un extraño arco de piedra. No vio a donde se fue, era como si simplemente desapareciera.

Un ululeo hizo que mirara al arco.

La lechuza voló alrededor de él para seguir volando. Ululeando una vez más Leo la siguió. Todo parecía irreal.

La lechuza se detenía para revisar que aquel ninja de bandana azul lo seguía.

Cada estructura de piedra que Leo veía contenía un símbolo extraño, lo había visto en uno de los libros de Donnie, eran una especie de runas..

Al llegar a un árbol notó que alguien lo esperaba.

Un lobo negro, Leo se detuvo.

La lechuza aterrizó en el lomo del lobo. Leo no dejaba de ver el lobo, desconfiaba algo que notó el lobo.

"No tengas miedo"- la voz del lobo la podía escuchar Leo en su cabeza. "no voy a lastimarte"

- ¿Quién eres?, ¿Eres un mutante? - preguntó, el lobo se acercó lentamente a la tortuga.

"No soy un mutante y mi identidad todavía no lo puedo decir."- el lobo camino alrededor de Leo, como si lo analizará.

- ¿Porqué estoy aquí?

"Eres muy apresurado, ¿no crees?" - el lobo se coloco enfrente de Leo

- No suelo estar con lobos que hablan en mi cabeza. Lo preguntaré de nuevo, ¿porqué estoy aquí?

"Desde hace tiempo he querido hablar contigo. Fue difícil contactarte, Leonardo"

- ¿Cómo sabes mi nombre?

"Te he estado observando, acompañame debo enseñarte algo"

Leonardo lo siguió, caminaron un poco más. Un momento de silencio hizo que el camino fuera algo incómodo.

- ¿Porqué me estabas buscando?

"Tu vínculo fue lo que hizo que te buscará."

- ¿Vínculo?

"Antes de que la historia que conoces fuera contada, estas tierras pertenecían a varias tribus, todas compartían un vínculo a pesar de tener diferentes tradiciones. Éste era un antiguo santuario que pertenecía a una tribu, ellos buscaba la guía de sus ancestros. Pero nada dura para siempre.. Gente externa intentó destruir las tribus, lograron acabar con muchas vidas, y tristemente varias tribus perecieron y con ellas varios conocimientos, las que sobrevivieron fueron obligadas a someterse a su ley. Y al final todo esto se volvió ruinas olvidadas. Pocas tribus sobrevivieron pero solo en la oscuridad escondiéndose en otras tribus para pasar desapercibidos.. Como fantasmas. Tres tribus están así, los Uzuri, los Sahek y los Ralú.

- ¿Y todo eso tiene que ver conmigo?

Llegaron a un lago. La lechuza voló hacia una rama de un árbol cercano para descansar. Tanto Leo como el lobo se sentaron.

"Bueno.. ¿Recuerdas que te dije que compartes un vínculo? - Leo asintió -"Pues Diana forma parte de los Ralú, viene de esa tribu. Tu vínculo con ella es lo que me ayudó a contactarte, por eso se todo de ti incluyendo tu pesadilla.

Leo lo miró intrigado.

- ¿Cómo sabes de mi sueño?

"La lechuza, ella me lo mostró. Intentó llamar tu atención para que despertaras del sueño pero como sabrás no lo logró, ¿te sientes culpable de lo que le pasó?"

- Si, yo.. le fallé, se que aún estaba viva y puedo solucionar lo que no hice pero.. Me siento mal por que no lo pude hacer antes.

"Aunque no lo creas yo también me siento mal..comparto un vínculo con ella. Pero se que jamás te culpara por eso, Diana es de espíritu gentil y bueno es una guerrera ."

- ¿Tú la conoces?

"Digamos que.. Tengo un pasado con ella, la conozco desde siempre."

- De acuerdo, esto es muy extraño.. Jamás creí que algo como esto sucedería.

"Haz enfrentado mutantes que son experimentos de alienígenas y que seas una tortuga que sabe ninjitusu que vive con sus tres hermanos tortugas y su maestro roedor en una alcantarilla combatiendo ninjas ¿te parezca raro un lobo que habla telepaticamente contigo es más extraño?.. Bueno si tienes razón."

- Sabes, pensé que había enfrentado mis dudas pero con el saber que Diana y Ryan fueron torturados me hace sentir.. Como un fracaso.

"Leonardo nadie nace sabiéndolo todo, aprender es parte de la vida y debido a eso cometemos errores, Te entiendo por eso vine ayudarte"

- Dijiste lo mismo que Diana. - dijo Leo - No dejo de pensar en ella.. La extraño. Me hubiera gustado que estuviera con nosotros, conmigo y con Ryan, siendo una familia.

"No pierdas la esperanza. Ella volverá y ¿sabes porque lo se?"

- ¿Nuestro vínculo?

"Si, jamás lo dudes, ese vínculo hizo que Ryan te encontrara"... - suspiró - "Hablando de él pequeño, hay algo que debo de decirte"

- ¿Y qué es?

"Se supone que no debo de decirte esto, pero es muy importante, Ryan es más valioso de lo que puedas imaginar.

- Sabía que Ryan era buscado por los kraang, por lo que le hicieron...

"Va más allá de eso Leonardo, Ryan tiene un poder oculto, todavía no lo ha despertado, pero cuando lo haga el kraang hará todo lo posible por capturarlo.

- Tenía dudas de ir a Nueva York con él, el kraang controla la ciudad y ahora que se todo esto es posible que encuentren a Ryan.

"No, solo yo puedo sentir ese poder, los kraang no lo sabrán al menos en un tiempo. Cuando necesites ayuda ahí estaré. Es tiempo que vuelvas a casa, pronto amanecerá."

- Espera aun quiero saber algo más.. ¿Eres un espíritu?

"Digamos que sí, la lechuza te llevará de regreso a casa. Nos volveremos a ver, Leonardo.

N/A

Este capítulo espero que les haya gustado la neta me rompí la cabeza en más de una ocasión.

Nos vemos.

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