Adiós Compañero

El bosque estaba cubierto por una neblina, la noche era bastante fría.

Los sonidos que se podían escuchar a lo lejos búhos y grillos.

Pero las pisadas de un pequeño, corriendo para salvarse de aquel ser que lo perseguía, asustado, sus ojos con indicios de lágrimas a punto de salir.

Una gran bestia, de pelaje negro, grandes garras, sus patas delanteras eran más largas que las traseras, su cabeza tenía unos cuernos y su cara no tenía pelaje o piel era su cráneo completamente expuesto, parecía no tener ojos solo de la cuenca ocular salía una especie de brillo blanco, esa bestia iba detrás de Ryan, ese monstruo era un experimento Kraang. Usado para capturarlo.

La desesperación mezclada con el miedo de que lo atrapara, lo sentía demasiado cerca.

La adrenalina aumentaba, sus latidos cada vez eran más rápidos.

Su cuerpo se transformó, en un animal que había visto en un libro días antes de encontrarse con ese tipo, un pequeño lobito, con la neblina era fácil chocar contra un árbol.

La sudadera lo cubría bastante, el lodo estaba fresco, llovió el día anterior.

Aún conmocionado por lo sucedido. La situación se complicaba a un más, lo perseguían muchos kraang, aún así tenía que ser rápido para perderlos.

Los kraang no disparaban pues sí el niño llegaba con un daño, sabían que les pasaría, kraang superior podía hacerles cualquier tortura.

Uno de ellos no obedeció la orden de no lastimar al niño, y disparó su arma.

El disparo alcanzo a rozar por mejilla ocasionando una pequeña herida, Ryan se quejó y debido al dolor se desconcentró en su transformación y volvió a su forma original. Sin perder más tiempo corrió.

Volteó una vez más, los kraang se veían de lejos, pero... Y ¿él monstruo?

No lo veía, de pronto sintió como unos filosos dientes lo tomaron, los caninos de abajo tocaban su pecho mientras que los de arriba tocaban la espalda, apretó y lo sacudió con tanta fuerza que pensó que no había escapatoria alguna.

No salía ningún sonido de su boca, tantas cosas se le vinieron a la cabeza, pero de pronto un herido Athos tomó dio un zarpazo al atacante de Ryan, Z-3 dió un grito que daba escalofríos.

Athos hundió sus afilados colmillos en una de las extremidades de Z-3.

Z-3 logró zafarse de él ataque de Athos, su atención ahora era Athos, Ryan quería usar sus poderes para defender a Athos pero lo podía lastimar, Athos aventó a Z-3 lejos para darle tiempo de lanzar a Ryan, al estar al borde del terreno Ryan rodó cuesta abajo. Dejo de rodar, pudo ver que la pelea aun continuaba.

Athos se levantó en dos patas al igual que Z-3 qué pesar de recibir una mordida de Athos aún tenía fuerzas para continuar peleando, los kraang comenzaron a disparar a Athos.

Athos volvió a morder a Z-3 y lo lanzó lejos, les rugió a los kraang, dio zarpazos para alejarlos, estaba distraído, Z-3 se le abalanzó a su lomo, a pesar de tener casi el mismo tamaño la masa corporal de Z-3 era menor que la de Athos, intentando librarse de él se levantó en dos patas otra vez Z-3 alcanzo la yugular de Athos, la mordió y la trono. Athos dejó de moverse. Z-3 había ganado.

Ryan tuvo que cubrirse con ambas manos aprentando su boca para contener su grito, se tenía que ir de ahí. Para que valiera la pena el sacrificio de Athos. Se alejó todo lo que pudo y se escondió en unos arbustos que estaban junto a un árbol.

Ya una vez escondido trato de volver a respirar pero le costaba, su corazón latía con tanta fuerza que un zumbido se hacía presente en sus oídos, le vino una sensación familiar, ya había experimentado todas las emociones que sentía en ese momento.

En la dimensión X.

Su piel se erizó, no tenía una memoria en su mente que le diera la respuesta para la reacción de su cuerpo. Los kraang hacian tantas cosas con él que no sabía de donde se originaron esas sensaciones.

Dolor..


Miedo..

Tristeza..

Esa sensación de que vez lo que más temes, y no puedes hacer nada. Te quedas paralizado. Tu cuerpo no te responde, solo puedes ver aquello que hace que sientas que estas en peligro, y no puedas moverte, que tu cuerpo empieza a temblar, un temblor incontrolable, y tu respiración deja de existir como si en esos momentos de manera inconsciente no necesitaras el aire.

Respiro hondo.

Uno... Dos.... Tres.... Cuatro...

Un recuerdo vago de su madre diciéndole que contar sus respiraciones le ayudarían a calmarse.

Inhaló y exhaló..

Cinco... Seis... Siete...

El zumbido en sus oídos poco a poco se iba, con cada respiración su cuerpo se relajaba.

Ocho... Nueve... Diez

Por fin, su corazón dejo de latir con esa fuerza agresiva que estaba antes. Ahora latía con más calma.

Se pudo observar bien sus heridas sangraban eran algo profundas pero nada grave, en cierta manera su caparazón le salvo a pesar de que no fuera como el de una tortuga normal, era más pequeño, más delgado, y en cierta manera más.....

Inútil

Esa palabra resonó en la cabeza de Ryan, si no fuera inútil, quizás... solo quizás Athos seguiría vivo, Kaled sus hijas y Hannah estarían vivos, B seguiría viva.... Su mamá seguiría viva.

No es valiente como su papá, su papá era un líder. Alguien que no abandonaría a quien más lo necesite.

Podría tener los poderes de todo el mundo y aún así no sería útil.

El crujir de una rama hizo qué sus pensamientos se disiparan.

Sus sentidos se pusieron en alerta.

Al estar escondido no podría dejarse ver, sería muy tonto hacerlo, eso era lo que lo mantenía a salvo de lo sea que estuviera afuera.

De pronto en la niebla se oían susurros, no se entendían, eran raros.

Pero entendió uno.

Puedo verte..

Observó en la oscuridad unos ojos brillantes lo observaban a lo lejos. Antes de que su cuerpo sediera al miedo, corrió.

Quería gritar, quería llorar esa cosa lo seguía. No sabía que hacer si gritaba lo encontraría rápido o peor aún atraería a los Kraang.

El sonido de los pasos de él y las grandes pisadas de ese monstruo eran lo único que se escuchan en ese bosque.

Como un rayo de esperanza vió una cabaña encima de una pequeña colina, se podía ver un granero aun lado de ella. Se podia esconder ahí.

Corrió hacia el granero, pero ese monstruo lo alcanzo, a escasos metros del granero, el monstruo ya hacía encima de él, Ryan viendo como ese ser horrible abrió su boca mostrando todos sus dientes llenos de sangre.

La sangre de Athos

No se veía su color de dientes  original. Los ojos de Ryan empezaron a llenarse de lágrimas. Y hizo lo que no pudo hacer cuando vio a Athos morir.

Gritó

Era un grito de miedo y de auxilio. Antes de que el monstruo lo mordiera una flecha le dio en el ojo. Haciendo que este rugiera de dolor.

Ryan volteó en dirección de donde vino la flecha, la cabaña estaba con las luces encendidas y la puerta abierta, cuatro tortugas y dos humanos salieron de esa casa, una de las tortugas tenía en su poder un arco y una flecha lista para ser disparada.

Lo reconoció de inmediato.

Esa tortuga qué tenía un arco y flecha era Leonardo, su padre.

Lo había encontrado.

N/A

Buen día, tarde o noche me tarde años, literal en continuar con la historia y en un inicio empecé a ver si podía darme el tiempo de escribirla y espero que les haya gustado me di mucho tiempo y quiero retomar todas las historias Pendientes que tengo.

Pero si les digo que esta historia no la cancelare.

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