CAPÍTULO XIII: La Hipermeria.

El sonido de las pisadas y las risas llenaban los pasadizos.

La campana acababa de tocar y todos los estudiantes se encontraban dirigiéndose a las demás aulas donde recibirían la siguiente clase. Emerald, quien venia persiguiendo a Draven ya desde hace varios pasos más atrás, al igual que los últimos días, comenzó a esquivar a la gente que no perdía la oportunidad de querer estrechar su mano. Finalmente, al ver como el muchacho, ignorando su llamado, se encerró dentro del salón de su próxima clase, suspiró y se dio por vencida mientras comenzaba a subir la torre en dirección a la sala de hechicería.

Al llegar, introdujo ligeramente la cabeza en medio de la puerta entre abierta, y se aseguró de que Bristol aún no hubiera llegado. Cuando era niña, por pertenecer a la clase luchadora, jamás se le había permitido acceder a la clase virtuosa, pero ahora todo era completamente diferente. Ya no tenía que ocultar sus poderes y ya no perdía el control como antes.

Aunque claro, eso no reducía ni un poco su nerviosismo. Desde aquel día en Navidia no había vuelto a cruzar palabra con el docente y ni siquiera había tenido la oportunidad de darle las gracias por lo que había hecho por él.

—Que bajo ha caído esta escuela.

Emerald tomó asiento en una de las bancas al fondo del salón, posteriormente colocó su codo sobre la mesa y reposó el rostro sobre su mano para observar al frente. No había que ser un genio para saber de quién era aquella voz.

—¿Qué pasa Lagnes, te comió la lengua el ratón?
—¿No tienes nada mejor que hacer? —preguntó perspicaz—. Algo como no sé, ¿Mejorar tu forma de combate?

Tras decir esto el sequito de Trellonius y los demás compañeros del salón exclamaron al unísono un "Uh" que lo único que hizo fua aumentar la tensión entre ambos.

—¡Hiciste trampa y lo sabes, maldito! —replicó Trellonius al instante. Se puso de pie y dio unos pasos en dirección al banco de Emerald.
—Gané justamente —le dijo ella con absoluta calma—. No sé a que te refieres.
—Eres un hijo de...
—¡Trellonious Spica, cuida tu lenguaje! —gritó Bristol desde la entrada.

Los estudiantes, a excepción de Emerald, giraron el rostro para ver al maestro al pie de la puerta, y unos pasos más atrás se encontraba Julian quien traía una pequeña jaula que estaba tapada por una tela roja.

—Si tienen tiempo de sobra aprovéchenlo para repasar las lecciones —dijo con severidad—. Lo que pase durante su clase con Greyslan me tiene sin cuidado. Si tienen sus pequeños traseros en estos bancos ahora es porque son los futuros herederos de las naciones, déjense de niñerías y céntrense en sus estudios, están a puertas de acabar la escuela y lo que les espera allá afuera los terminará consumiendo si no se enfocan correctamente en lo que tienen que hacer.

Inmediatamente los alumnos se dirigieron nuevamente a sus asientos y prestaron atención a las clases, Julian, quien había traído consigo aquella jaula pasó al frente en cuanto Bristol dio una indicación y reveló lo que había debajo: Se trataba de una pequeña criatura de color crema que tenía aspecto adorable. Físicamente se asemejaba a un ave, pero sus patas y el cuerpo que tenían era mucho más gruesas que el promedio.

Al verlo, Emerald no pudo evitar recordar aquella noche en Navidia, esa criatura que la transportó en su lomo aparentemente pertenecía a la misma especie, pero ¿Por qué lucían tan diferentes uno del otro?

—¿Alguien sabe como se llama esta criatura?
—¿Una Hipermeria? —exclamó Emerald desde la parte posterior, los demás giraron el rostro como si hubiera perdido el juicio.

La Hipermeria, tal y como había describo su padre en un diario, era una criatura que según los textos antiguos, se encargaba de saquear el alma de las personas que se encontraban dormidas. Hace once años cuando ella todavía era una niña hubiera sido impensable ver una cría de estas, pero ahora que los seres del abismo se encontraban transitando con libertad de un lado al otro, posiblemente los maestros habían logrado capturar a uno de un nido cercano.

—Correcto joven Lagnes —dijo Bristol mientras abría la pequeña jaula.

La criatura, curiosa, propia de un ser de su edad, dio unos pasos con desconfianza afuera de la jaula y agitó sus pequeñas alas mientras picoteaba la superficie de madera.

—¿Alguien sabe que pasa si esta criatura es expuesta a magia corrupta?
—Con temor a equivocarme, profesor, creo que pierden su esencia... se vuelven criaturas de pelaje oscuro, cuadrúpedas y poseen una apariencia completamente diferente a la de ahora.
—Exactamente, joven Diamond.

Desde que el sello del abismo fue roto y las criaturas tomaron el control de los reinos, el enfoque en el cuidado y estudio de estos seres se expandió. Hace once años atrás únicamente teníamos conocimientos escritos sobre estos seres, pero ahora se nos brindó la oportunidad de conocerlos más a profundidad, aunque claro, obtener este tipo de especímenes no es nada fácil. Toma semanas poder ubicar un nido de Hipermeria y toma mucho tiempo más poder robar al menos una o dos crías para su posterior cuidado y crianza.

—Maestro Bristol ¿es seguro robar a las crías? Las Hipermerias se ven muy peligrosas —dijo una chica de cabello rojo al frente.
—Las Hipermerias tienen un ciclo de reproducción acelerado, al año pueden tener hasta tres nidos con cinco o seis huevos, es por eso que la población de estas criaturas ha aumentado rápidamente. Créanme cuando les digo que no se dan cuenta cuando faltan uno o dos.
—¿Pero no hay riesgo de que se vuelva como sus padres? —preguntó otro muchacho al extremo contrario.
—Desde que las criaturas son separadas de su madre tienen posibilidades de crecer y mantener su forma, a diferencia de las Hipermerias comunes y corrientes que están en constante exposición a grandes cantidades de magia negativa.
Hace muchos años, aproximadamente durante el periodo de los primeros reyes, la Hipermeria era nativa de Sudema, es por eso que este amiguito tiene este característico color de plumas en su cuerpo. Siempre se las ha relacionado como guías espirituales a la otra vida, pero desde que comenzaron a ser corrompidas por una extraña magia pasaron a ser seres perseguidos, y de guías fueron catalogados como ladrones que asesinaban gente dormida.

Para muchos reyes incluso en la actualidad estas criaturas simbolizan malas noticias o calamidades y nada está más lejos de la realidad.

—¿Cuánto tiempo tarda en crecer una Hipermeria?
—Aproximadamente en medio año este pequeño ya será todo un jovencito y poseerá la mitad del tamaño que tienen sus pares adultos.
—¿Seguirá siendo de ese color?
—En parte, sus plumas que asemejan los tonos de las arenas se mantendrán, pero aparecerán unas tonalidades marrones en varias partes de su cuerpo. Observen —dijo mientras sujetaba el pecho del animal—. En esta sección tiene unos pequeños brazos, estos crecerán y le brindarán la posibilidad de sujetarse, pero no impedirá que puedan volar, sus pares por lo general andan en cuatro patas la mayor parte del tiempo debido a su tamaño.
—¿Y si entra en contacto con magia oscura?
—Si eso llega a pasar este pequeño morirá calcinado por su propio cuerpo y de sus cenizas renacerá siendo una criatura como las que abundan allá afuera.

Mientras Bristol conversaba con los demás estudiantes, el pequeño saltó del escritorio y comenzó a picotear el suelo, cada tanto observaba hacia arriba y miraba con curiosidad a los estudiantes, pero finalmente se terminó deteniendo entre Julian y Emerald. La criatura, al ver al pelinegro emitió un extraño sonido y voló al regazo de Emerald mientras se acurrucaba sobre sus piernas.

—Parece que encontró a su cuidador —exclamó Bristol desde el frente.
—¿Perdón? —preguntó ella.
—¿No revisaste el silabo, verdad Diamond?
—Yo... bueno.
—Virtuosos, primer módulo, cuidado de criaturas mágicas: Cada estudiante será expuesto a una criatura que se volverá su compañero hasta que esta sepa valerse por si misma y pase a los criaderos con seres de su misma especie que tengan su edad —dijo Julian quien aparentemente estaba molesto por tal desplante por parte de la criatura.
—Claramente iba a hacer que todos se acercaran uno por uno para poder ver con cual él deseaba quedarse, pero aparentemente tomó su propia decisión.
—¿Pero que debo hacer con él?
—Cuidarlo, si llega a corromperse reprobarás la clase al final del año.

Y diciendo esto, Bristol dio media vuelta y comenzó a explicar aspectos generales de las demás criaturas mágicas que verían en los próximos días.

Emerald bajó la mirada y observó al pequeño polluelo que lo observó con sus pequeños ojos mientras abría el pico a modo de saludo.

Lo último que necesitaba era una responsabilidad más y ahora tendría que hacerse cargo de un bebé.

Al terminar la clase Bristol le dijo a Emerald que llevara a "la criatura" los establos, allá encontraría un pequeño espacio donde estaría colocado su nombre y donde todo ya estaría acondicionado para que él pudiera comer y dormir con tranquilidad.

—¿Ya pensaste un nombre para él?
—Ni siquiera sabía que tenía que ponerle un nombre —respondió ella mientras el polluelo agitaba sus pequeños brazitos en el aire—. Me hubiera servido mucho que me dijeras acerca de esto.
—Oye, traté de decírtelo, pero comenzaste a perseguir a Sallow por toda la escuela y te perdí el rastro —dijo él con recelo.
—¿Exactamente que le dijiste?
—No sé a que te refieres.
—Julian, no soy ciega, ese día del combate le dijiste algo.
—Solo lo estaba fastidiando, si una pequeña broma le hace perder la concentración entonces no está recibiendo un entrenamiento adecuado.

Antes de que ella pudiera responderle algo vio a Draven caminando junto a una chica de cabello rubio, ambos tenían el mismo uniforme, aunque claramente era dos años menor ya que no la recordaba.

—Allá va el casanova.

Y cuando Julian dijo esto Emerald aceleró el paso, si había una chica al lado era poco probable que Draven le hiciera un desplante. Tenía que aprovechar la oportunidad para conversar con él.

—Deberías dejarlo, aparentemente está ocupado.
—No empieces.

Tanto Julian como Emerald comenzaron a seguirlo, esta vez ya no lo llamó desde lejos para evitar que se escapara, pero en cuanto Draven observó por el rabillo del ojo y vio que se acercaban, se despidió de la muchacha con un beso en la mejilla y aceleró también el ritmo.

Emerald tuvo muy poco tiempo para verla, pero lo poco que alcanzó a ver, pudo darse cuenta que la muchacha era una preciosidad. Era pequeña, con una figura atlética, pero con rasgos muy finos. Y si algo llamaba considerablemente la atención, era que la chica estaba sonriendo apenada mientras sostenía su mejilla sonrojada donde hace poco Draven había depositado un beso.

—¡Por la santa flama de Neptys, detente en este instante! —gritó Emerald desde atrás mientras la pobre criatura que tenía en brazos emitía algunos sonidos a modo de queja por el movimiento brusco.

Los tres comenzaron a correr, llegaron a las orillas del lago que visitaron tantas veces cuando fueron niños, sujetó a Draven de la muñeca, pero un pequeño charco lodoso hizo que sus zapatos resbalaran y Julian quien venía más atrás la sujetó de la cintura.

En ese preciso instante cuando hubo indirectamente un contacto entre los tres fueron transportados a un espacio oscuro, Emerald fue la primera en observar a los alrededores, sus amigos habían caído sentados en ese lugar, y mientras su pequeño acompañante emitía algunos sonidos, poco a poco comenzaron a tener visiones de Diamond.

Su hermano aparecía en medio de un bosque, rodeado de algunos seres brillantes que no lograban distinguirse en su totalidad, y al centro de todo, había una esfera flotando. Al poco tiempo cuando aquellas criaturas desaparecieron él se acercó y tomó el objeto, en ese instante la misma Emerald sintió una extraña sensación en el pecho como si una especie de vacío se hubiera formado dentro, y al igual que su hermano, su cuerpo brilló ligeramente.

Luego, lo siguiente que vieron que a Diamond transitando un lugar horroroso lleno de almas en pena, vieron a un rey aprisionado en un trono, y también fueron testigos de como él introducía las manos al fuego robando de esta forma el poder de la flama y provocando la destrucción del templo y de unas montañas en un paraje lleno de arena.

La pequeña Hipermeria emitió un fuerte sonido que retumbó en todo el ambiente y los tres volvieron a la realidad.

Para cuando despertaron estaba tirados en el césped, el bebé Hipermeria aleteaba mientras picoteaba la cabeza de Emerald ligeramente, no para lastimarla, si no para despertarla, y una vez que los tres recobraron por completo el sentido tomaron asiento en el suelo.

—¿Qué demonios fue eso? —preguntó Draven mientras sujetaba su cabeza.
—¿Será una visión? —dijo Julian mientras observaba a la Hipermeria, quien ahora tenía unas plumas de tonalidades verdosas en su pecho.
—Ay no ¿qué le pasó? Así no era su cuerpo —dijo Emerald con desesperación— ¿Por qué es verde? ¿Qué significa que sea verde? Bristol dijo que sus plumas debían ser marrones, pero falta mucho para eso.
—Tal vez el haber sido expuesto a ese tipo de magia en este momento fue lo que provocó que cambiara sus plumas —acotó Julian.
—Deja de preocuparte por ese pollo —replicó Draven, la criatura emitió un sonido a modo de queja porque le dijeron asi—. ¿Qué fue lo que vimos?
—Por los dioses —Emerald sujetó su cabeza con fuerza, algo muy dentro de ella le decía que lo que acababa de ver no fue una visión, si no que eran los recuerdos de su hermano.
—¿Qué pasa? —preguntó Draven con evidente nerviosismo.
—Diamond está haciendo algo —su cuerpo temblaba conforme hablaba, no le gustó en absoluto lo que acababa de ver—. Julian, tú o Diomedes ¿tienen alguna idea de que eran esos objetos?
—Son las reliquias de los dioses... —esta vez fue Diomedes quien respondió con voz ronca—. Lo primero que vimos fue la reliquia de Azoret, esta simboliza la tierra, el vínculo de la vida con la muerte. Lo segundo fue la flama de Neptys, esto simboliza el fuego, el poder de la purificación que permite comenzar una nueva vida.
—Espera ¿me estás diciendo que esas cosas existen en verdad? —Draven sonrió nerviosamente sin dar crédito a lo que escuchaba—. Es decir, nunca antes nadie había encontrado esas cosas, siempre formaron parte de las historias que te contaban de los dioses.
—La única vez que se dijo que los dioses intervinieron fue en el año cero con el inicio de la dinastía Lagnes, cuando August aparentemente forjó a Silky para derrotar a Marie.
—Pero Silky nunca fue de August, siempre perteneció a Marie, él simplemente robó su espada y se encargó de transmitirla generación a generación.
—Pero algo de cierto puede haber, la única forma de derrotar a Marie quien fue corrompida por la oscuridad era con un gran poder, un poder que no era de este mundo.
—¿Entonces August pudo haber robado las reliquias antes?
—No lo sé —respondió Diomedes—. Pero de lo que si estoy seguro es de que Diamond está buscando las reliquias y eso puede ser muy peligroso.
—¿Cuántas reliquias faltan?
—Dos: La lágrima de Nereida, que simboliza el agua, y la brisa de Aretusa, que simboliza el viento.
—Tenemos que encontrarlas antes de que él lo haga.
—¿Perdón? —dijo Draven mientras los observaba con indignación—. ¿Han visto el exterior? Vivimos rodeados de criaturas, no hay forma de que podamos entrar a otra nación, ni siquiera tenemos alguna excusa para abandonar la escuela. Además ¿de donde vamos a sacar una lágrima y una brisa? Son objetos que no pueden tocarse.
—Al igual que la flama de Neptys, sin embargo, Diamond pudo robarlo —acotó Julian recuperando el control de su cuerpo.
—Bueno, va, puede que puedan tocarse, pero no responde mi primera pregunta ¿Cómo vamos a salir de la escuela? Vamos a morir si ponemos un pie fuera.
—El portal... —murmuró Emerald mientras sostenía su mentón—. Mi madre me dio acceso a los portales, puedo usar mi magia para activarlos.
—Hay un pequeño detalle —dijo el pelinegro—. Necesitamos que alguien del otro lado conceda el acceso al visitante, también necesitamos saber dónde está la lágrima de Nereida antes que Diamond.
—Eugene...

Tras escuchar el nombre de su antiguo amigo tanto Julian como Draven se observaron con sorpresa y luego la miraron a ella.

—Eugene controla de maravilla las visiones del futuro, es más preciso que cualquiera de nosotros en este punto.
—Emerald, piensa un poco, no sabemos nada de Eugene desde que éramos niños, ni siquiera sé si alguno de la escuela todavía mantenga comunicación con él, desde lo que pasó en la prueba lo retiraron de la escuela por protección, no hay garantía alguna de que quiera vernos si quiera ahora.
—Hay una persona que aún mantiene conversación con él.
—¿Quién? —preguntó el castaño.
—Privai, ambos nunca dejaron de mandarse correspondencia, incluso ella iba a visitarlo a Orfelia.

Emerald, luego de escuchar el nombre de Privai, la nueva prometida de Julian, no pudo evitar sentir una pequeña oleada de celos, aunque tuvo que disimularlo perfectamente para no levantar sospechas con el resto.

—Entonces necesitamos hablar con Privai.
—Wo, espera, podemos correr el riesgo de que nos expulsen.
—Siempre hemos corrido ese riesgo, Sallow —dijo Julian.
—Pero ya no somos niños, somos adultos pensantes.
—Prometiste protegerla ¿no? Eres su caballero, así que demuestra es lealtad que tienes por tu reina y acepta lo que se te está pidiendo.
—No, Julian, espera —esta vez fue Emerald quien lo cortó—. Draven, entiendo tu punto, las cosas no son como antes y sé que tú tienes muchas responsabilidades ahora, entenderé si no quieres arriesgarte. Pero lo único que te pido como amiga es que este sea nuestro secreto, por favor —conforme hablaba, Emerald inclinó ligeramente la cabeza, esto tomó por sorpresa a los dos muchachos—. Que Diamond no pueda descansar en paz es mi culpa, debo salvarlo cueste lo que cueste y debo asumir el riesgo, no puedo arrastrarlos a ambos a esto, ya no. No sería justo.
—Yo iré contigo, no tengo nada que perder —respondió Julian inmediatamente—. Además, vas a necesitar que convenza a Privai de que hable con Eugene para que nos brinde el acceso del otro lado.
—Siempre termino en problemas por culpa de ustedes —dijo Draven, y Emerald agachó el rostro por vergüenza—. Pero, aunque deteste admitirlo, Emerald, te juré lealtad y prometí que sería tu caballero y planeo cumplir mi promesa cueste lo que me cueste.
—Gracias, Draven —respondió ella mientras le daba un abrazo—. ¿Tregua? —preguntó esta vez observando a Julian mientras abría los brazos.
—Solo porque me lo estás pidiendo —respondió el pelinegro mientras se acercaba, aunque claramente, no dejó de observar con recelo a Draven.

Al separarse los tres sonrieron, aunque los otros dos lo hicieron con cierto recelo, y se dirigieron nuevamente a la escuela para ir al comedor central.

Cualquiera que sean los planes de Diamond, esta vez su hermana tenía la fuerza suficiente para hacerle frente y complicarle las cosas. 

¡Hola! espero hayan tenido unas hermosas fiestas, yo la verdad estuve muy estresada, pasaron varias cosas en mi casa y no tuve una muy linda navidad que digamos :'), por suerte ya todo anda mejor y por fin tuve tiempo de escribir. 

A continuación les dejo a La Hipermeria que tiene Emerald luego de que esta entrara en contacto con su magia. 

A la izquierda podemos ver como es actualmente, y a la derecha podemos ver como se vería en 6 meses cuando alcance la juventud (también dejé una referencia de los tamaños de cada uno para que se puedan dar una idea de sus tamaños).

PD: No soy muy buena dibujando XD pero al menos hice mi mejor esfuerzo para que tengan una referencia visual de como es esta criatura, en lo posible voy a tratar de hacer mis ilustraciones para que imaginen mejor a estos pequeños seres :D

¿Qué tal les pareció el capítulo?

Por fin estamos encontrándonos con algunos viejos amigos (al menos se los menciona) y pronto habrá interacción con ellos :p

¿Quieren saber quien era la misteriosa muchacha que acompañaba a Draven?
¿Qué piensan que pasará cuando logren reunirse con Eugene luego de todos estos años?

¡Los leo!

Muchas gracias por el amor, apoyo y paciencia.

Espero hayan tenido un muy bonito inicio de año, los adoro <3

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