11. Estridencia

  Tras haber descansado un rato, Jirke y yo decidimos echar al fin el combate que teníamos pendiente.
  Yo no tenía ninguna prisa en avanzar más rápido mi viaje, y Jirke lo único que quería era ver Pokémon de tipo bicho, por lo que antes de combatir nos centramos en charlar un poco más de nuestras ambiciones y aspiraciones para el futuro.
  Le conté lo de que quería ser la campeona de Thellos, y él me dijo que no era lo suyo. Al final quedamos en que cuando volviese a casa después de mi viaje le dejaría mi gran libro de todos los Pokémon de tipo bicho.
  Una vez acabada la charla y el almuerzo para mí, desayuno para él, nos pusimos en pié dispuestos a combatir.
  —Me da igual que tengas ventaja, Addie. Te venceré sin problemas.
  —Ya veremos, Jirke. Ya veremos. Tu Bulbasaur de tipo planta y tu Glowae de tipo bicho no pueden contra mi Illbis de tipo volador y veneno.
  —Qué pesada con Illbis... Pero no creo que puedas contra mí. ¡Vamos Glowae, tú primero!
  Jirke envió a Glowae a combatir. Al final decidí que sería mejor idea enviar a Eevee. También debía entrenarlo.
  —¡A por todas, Eevee!
  Como todos nuestros Pokémon se encontraban fuera de sus pokéballs, no tuvimos nada más que hacer que ponernos uno frente al otro para combatir.
  —¡Glowae, usa Estoicismo Helado! —Ordenó él.
  El movimiento en cuestión, era uno de los característicos de Glowae y su línea evolutiva. Consistía en lanzar las  semillas en forma de pequeños proyectiles del movimiento original estoicismo, pero congelados para provocar más daño.
  Un gran número de semillas heladas que salieron con gran velocidad de la boca de Glowae impactaron sobre el lomo de Eevee, y lo dejaron mal herido.
  Pensaba que no podría luchar mucho, pero haciendo gala de una gran valentía se levantó y se preparó para recibir mis órdenes.
  Su velocidad parecía haber incrementado de un momento para otro, por lo que ordené a Eevee usar arañazo todo la rápido que pudiese.
  Con una destreza increíble que nos dejó asombrados a ambos, Eevee acabó con Glowae a base de arañazos.
  Jirke hizo que Glowae regresase a la pokéball, y su inicial, Bulbasaur, saltó al campo de combate decidida a combatir. Yo hice que Eevee descansase. El estoicismo helado le había hecho mucho daño.
  Podía usar a Illbis para acabar muy rápido, puesto que tenía doble ventaja con un Pokémon de tipo Veneno/Volador sobre uno de tipo Planta/Hada. No obstante, decidí combatir con Hiponea.
  Sabía que necesitaría un fuerte entrenamiento para poder ganar al siguiente líder de gimnasio, por no decir que me apetecía uno de esos clásicos combates de inicial contra inicial.
  Estaba en desventaja, pero me importaba poco. Aún así, tenía un movimiento de tipo acero ideal para la ocasión.
  —¡Bulbasaur, brillo mágico! —Ordenó Jairo, con un gran ánimo.
  Las joyas en el brote de Bulbasaur comenzaron a brillar, emitiendo unos fuertes destellos que chocaron contra el cuerpo de Hiponea.
  —¡Rápido, usa placaje metálico para protegerte! —Chillé yo.
  El movimiento sirvió para desviar los deslumbrantes rayos de luz hacia otros lados, e Hiponea avanzó a gran velocidad hasta arremeter contra Bulbasaur.
  Ambos Pokémon estaban exhaustos, pero tras un cruce de miradas, usaron ambos el movimiento anterior sin que les diéramos ninguna orden.
  Todo ocurrió como la primera vez, pero esta vez con la "pequeña" diferencia de que ambos Pokémon comenzaron a emitir el brillo característico de la evolución.
  El fenómeno se produjo a la vez. Bulbasaur evolucionó a una Ivysaur que registré en la Pokédex al instante.
  Seguía siendo de un color verde azulado claro con los ojos rojos, y su brote blanco había derivado en una especie de estructura blanca hueca con un orbe rojo en el centro.

  En cuanto a Hiponea, su forma no había variado mucho, pero aumentó de tamaño.
  Ahora se había convertido en un Ripocamp, el Pokémon Caballito de Mar.
  Tenía una figura mucho más esbelta, y había aprendido danza espada al evolucionar.

  El combate continuó un rato de la misma forma, hasta que derivó en empate porque ambos Pokémon se cansaron y cayeron rendidos al suelo por el agotamiento. Yo no quería verlo como una victoria porque llevaba gran ventaja en cuanto al número de Pokémon se refería.
  Había sido un gran combate, y estaba muy orgullosa de que mi Hiponea hubiese evolucionado a Ripocamp.
  Tras combatir, nos sentamos ambos en el césped. Se movía ligeramente con el viento, y a veces si uno se concentraba mucho, se podía llegar incluso a oler la salinidad del mar, en forma de una brisa fresca y radiante.
  Era una calma que sin duda, con Flaere no se podía disfrutar. Y una calma que se rompió al instante con unos fuertes gritos.
  —¡Jirke! —Se oyó en la distancia.
  —Lo que faltaba —... Dijo él, exhasperado. Se levantó y dio unos pasos seguido de su Ivysaur.
  —¡¿Qué quieres?! —Respondió él también, a voz en grito —. ¡Primero me dejas aquí sólo para capturar no sé qué Pokémon, y ahora interrumpes mi descanso antes de comer! ¡Hou, yo esto no te lo perdono!
  Me levanté seguida de mis Pokémon, y caminé hacia la zona en la que Jirke se encontraba, hablando con una chica que no me sonaba de nada y que había aparecido corriendo; la que seguramente fuese Hou.
  La joven en cuestión tenía el pelo rubio claro, y una estatura parecida a la de Jirke. Sus ojos eran de un color verde como el de las grandes extensiones de hierba de la pradera Floral, y brillaban de emoción tras los cristales de unas gafas de pasta gruesa de color negro.
  A su lado se encontraba un pequeño Charmander que estaba comenzando también a brillar, justo como Hiponea y Bulbasaur habían hecho antes para evolucionar.
  Era otra forma Thellos, y uno de los iniciales que el profesor Aliso les habría dado.
  En vez de ser totalmente naranja como los Charmander convencionales, este tenía la mayor parte del cuerpo de color negro, y los ojos violetas.
  A diferencia de sus congéneres de Thellos, andaba menos erguido, lo cual me hizo un poco de gracia. Parecía más divertido.

  —¡No te lo pierdas! —Exclamó Hou —. ¡Charmander está evolucionando!
  Procedí a registrarlo rápidamente en la Pokédex, antes de que cambiase de forma.
  —Ivysaur ya lo ha hecho. Mira lo guapa que es ahora —. Señaló Jirke —. ¿Has capturado ya a tu Ancshark?
  —Davy. Se llama Davy. Y sí, lo he capturado. ¡Pero Charmander va a evolucionar!
  Preparé la Pokédex para ver la forma regional de la evolución de Charmander, Charmeleon.
  Cuando el brillo que rodeaba el cuerpo de Charmander se desvaneció por completo, mi Pokédex registró al instante el nuevo Pokémon.
  Charmeleon, al igual que su preevolución, era de un tono negro con detalles naranjas, y en vez de caminar a dos patas, andaba a cuatro.
  Tenía un aspecto más tosco y feroz, demostrando así que a diferencia de los Charmeleon de Kanto, era poseedor del tipo dragón como tipo secundario, y no sólo del tipo fuego.
  Presumía de un fuerte ataque y gran velocidad, que le dejaba igualado a la resistencia de un Wartortle o de un Ivysaur. 

  Cuando el fenómeno de la evolución terminó, Hou reparó en mí. Me miró de arriba abajo, y también observó con detenimiento a mi equipo.
  Su Charmeleon hacía lo mismo, pero con un toque desafiante en su mirada. Luego ambos pasaron a mirar a Jirke y a su Ivysaur, para después volverme a mirar a mí.
  —¿Quién eres? —Preguntó la chica rubia.
  —Mi nombre es Addie, Addie Thegt, y soy de pueblo Loza. Yo también estoy de viaje. Supongo que tú eres Hou, encantada —. Le tendí una mano para que me la estrechase, pero en vez de hacer eso me miró recelosa.
  —¿Cómo sabes mi nombre?
  —Me lo ha dicho Jirke. ¿Te importa que registre a tus Pokémon en la Pokédex?
  —Vale... Pero sólo a Davy, que Dinovolv está agotado. Por poco Davy se me escapa.
  No podía esperar a saber qué tipo de Pokémon era Davy, por lo que ansiosa, preparé mi Pokédex paea registrarlo nada más se abriese la pokéball.
  Hou comenzó a revolver en su bolsa la cual tenía un dibujo de una pokéball en de Davy, pero por los nervios que logré distinguir, parecía que no encontraba su pokéball.
  —No, no, no, no, no... No puede ser...
  —¿Ocurre algo? —Preguntamos Jirke y yo.
  —Me he dejado a Davy —. Dijo tras ponerse más blanca que la leche de Miltank.
  —¿Dónde? —Pregunté yo.
  —¿Cómo te has podido dejar un Pokémon? —Se quejó Jirke —. Tan pesada con Davy, para que al final lo pierdas.
  —¡Cállate, Jirke! Es sólo que me lo he dejado en el centro Pokémon de ciudad Maroz...
  —¡¿Has ido hasta ciudad Maroz y has vuelto en un solo día?!  —Me sorprendí yo.
  Hou asintió, y nos explicó que su padre era el dueño del negoció de venta de la Máquina Oculta "Vuelo", la cual permitía a los Pokémon aprender ese movimiento y transportar personas e incluso usarlo en los combates.
  También nos contó que en caso de que uno no tuviese un Pokémon pájaro, siempre se podía usar un mega Charizard por cortesía del negocio.

  Pasamos el resto de la mañana y la hora de comer hablando del Ancshark que Hou había capturado, y nos contó, o más bien me contó porque Jirke y ella ya se conocían, que quería formar parte de la élite de su padre, la Élite Charizard.
  Era como el cuerpo policial de Thellos, y gran parte del mismo se encargó de derrotar al Equipo Oscuro.
  Pude notar una profunda admiración por parte de Hou hacia su padre y su trabajo, además de una gran pasión por el tipo dragón.
  Una vez llegada la hora de comer, nos disponíamos a comer todos juntos cuando recibí una llamada a partir del reloj. Por lo que pude distinguir, el profesor Aliso me estaba llamando.
  Me alejé de Jirke y Hou y cogí la llamada muy preocupada de repente.
  —Addie, ¿Qué tal te va en tu viaje?
  —Oh, muy bien profesor Aliso. Hiponea ha evolucionado a Ripocamp, y he conocido a dos de los entrenadores a los que usted dio un inicial de Kanto.
  —Jirke y Hou, ¿Cierto?
  —Sí. ¿Qué hay del tercer inicial, Squirtle?
  —De eso quería hablarte. Lo hemos perdido.
  —¿Perdido? ¿Se ha escapado? ¿Su entrenador lo ha liberado? ¿No se habrán...?
  —Y a su entrenador también —Me cortó él.
  —Oh, quizás se hayan adentrado en el desierto, y...
  —No me refiero a perder en ese sentido, Addie —. Me interrumpió de nuevo, con un tono muy triste en la voz.
  Hice una pausa para asimilar las palabras del profesor Aliso. Sabía de sobra que no había sido un accidente por el mero hecho de que el profesor me lo estuviese contando.
  —Por Arceus... ¿Tiene que ver con el Bosque Oscuro o con Catacove?
  —Me temo que sí. Malvatross Addie, Malvatross. Es lo único que nos queda. Y tanto tú como yo sabemos perfectamente a qué nos referimos con eso.

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Guilmon37, disfrútalo.

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