10. Frustración entomológica
Ya era hora de partir otra vez. Flaere no vendría conmigo, pues yo quería despertarme bastante pronto para seguir por la ruta tres, y él era partidario de dormir un poco más.
Me había despedido antes de Ben, quien ya se había ido de camino a la ruta cuatro. Parecía decidido con lo de averiguar lo del Bosque Oscuro.
La ruta tres era la más larga de toda la región, abarcando toda la costa.
Aunque Thellos estaba muy bien provista de costas, la mayor parte de la población estaba bastante dispersa, y aunque hubiese un clima marino en el sur de la región, predominaba un clima atlántico por casi toda ella. Esto incluso teniendo un desierto al noroeste.
Todo estaba ocupado por el Bosque Oscuro y la pradera Floral, y al noreste había un lago increíble del que se contaban muchas leyendas de Pokémon raros que habitaban su fondo, pues el lago presentaba una transparencia de hasta veinte metros, y una profundidad de cuarenta o cuarentaicinco aproximadamente.
En nuestra región no teníamos el equipamiento necesario para alcanzar el fondo del lago, a pesar de su tranquilidad y aguas cristalinas, por lo que esto dejaba mucho espacio a la imaginación.
Pero claro, esto estaba muchísimo más lejos, y para llegar hasta allí debía recorrer antes toda la ruta tres.
Era capaz de recordar que al principio de la ruta, había una guardería Pokémon.
El profesor Aliso me habló de ese lugar, un sitio donde se encargaban de los Pokémon y de su crianza. Me preguntaba si mi huevo de Metagon habría surgido de un lugar como aquel, o pertenecía a algún otro Pokémon salvaje.
Emprendí mi viaje con muchas ganas, y una gran determinación en mi mirada.
Iba bastante feliz, con el huevo de Metagon en brazos, Illbis volando, e Eevee caminando tranquilamente.
Hiponea estaba en su pokéball, pues no podía andar y con el huevo yo no podía llevarlo en brazos.
El comienzo de la ruta parecía bastante tranquilo. Había algunos árboles más característicos de la zona costera, y me emocioné al saber que pronto oiría el rugido de las olas y vería el esplendor de los océanos.
También exploraría los distintos lugares de la ruta, y registraría todos los Pokémon posibles.
Vi a lo lejos una pequeña bandada de Leafbirds, que parecían haberse alborotado con algo, pero nada fuera de lo normal.
Ya había recorrido un pequeño trecho, cuando oí a alguien, seguramente un chico, maldecir bastante.
Parecía frustrado, cansado y furioso a partes iguales.
—¡Es injusto! Estúpidos Pokémon pájaros...
Seguramente se quejaba de la bandada que había salido volando hacía unos momentos. ¿Pretendía capturar uno de ellos?
—Si Hou* no se hubiese ido, esos estúpidos Leafbird no habrían espantado a ese Smokroach. ¡Con lo difícil que es verlos en zonas no contaminadas!
¿Un Smokroach? Pero si el Pokémon cucaracha sólo vivía en una de las dos islas de la región, en la que había un lugar bastante contaminado... Me extrañaba oir esas palabras, y más de alguien quejándose de que un Pokémon tan desagradable para la mayoría de la gente se le hubiese escapado.
El Pokémon insecto en cuestión tenía una coraza gris que cubría la parte superior de su cuerpo, con una especie de botón naranja en el centro.
Estaba dotado de dos largas antenas, y no era un Pokémon muy raro, pero sí resultaba fuera de lo común encontrárselo en un clima limpio.
Ya tenía este Pokémon registrado en la Pokédex, puesto que el profesor tenía algunos de ellos en su laboratorio de la capital, y los había registrado por nosotros.
—Muy desesperado tienes que estar para querer atrapar un Smokroach —. Dije yo, para hablar con el joven.
—¡Desesperado no! Es que me encanta el tipo bicho...
Seguía sin ver al joven, únicamente escuchaba una voz detrás de la maleza, que parecía aproximarse.
—Mi nombre es Jirke*, y adoro los Pokémon de tipo bicho. Crecen rápido, son bonitos, y abundan en todas partes. ¡Lo tienen todo! —Se presentó él tras salir de entre unos arbustos.
Era un chico más o menos de mi estatura, con el pelo negro y la cara redondeada. Tenía ojos castaños, y una mirada risueña. Parecía realmente decepcionado con el suceso.
—Encantada, me llamo Addie. Yo prefiero el tipo fantasma, pero el tipo bicho no me desagrada.
—La verdad es que el tipo fantasma también me gusta bastante —. Miró hacia el camino que seguía la ruta tres—. Una pregunta, no habrás visto a una chica rubia, con gafas, corriendo por ahí mientras gritaba "Davy", ¿No?
—Me parece que no...
—Bueno, si la hubieses visto lo recordarías, ya te digo yo que sí —Pareció reparar en Illbis y en Eevee, y me miró sorprendido, como si nunca antes hubiese visto ninguno de los dos Pokémon. Por el contrario, pareció no reparar en el huevo de Metagon.
—¿Tienes un Illbis? ¿Por qué?
—¿Cómo que por qué?
—Vengo de la ruta cuatro, de pueblo Terra, no sé si te suena —. Asentí —Allí que aparezcan Illbis es de mal agüero. Ya sabes, supersticiones. Dicen que traen la muerte. Para los habitantes de pueblo Terra, son los Pokémon que acompañan a la parca.
—Vaya, y yo que siempre había querido uno desde pequeña...
—Últimamente han estado volando hacia el sur. Me alegro, así habrá más Pokémon de tipo bicho. Oye, ¿Te hace un combate?
—Eres directo. Me parece bien, pero antes quiero hacerte unas preguntas. ¿Han estado migrando muchos Pokémon últimamente?
—Pues sí, la verdad. Pero yo soy feliz con mi Bulbasaur y mi Glowae hembra, Icequeen. Me preocupa que estén migrando la mayoría de los Pokémon del Bosque Oscuro, y alguno que otro de la pradera Floral, pero mientras esté con mis dos corazones seré feliz.
—¿Te importa que mientras combatamos los registre en la Pokédex? Creo que no tengo a ninguno de los dos. Sólo tengo al Bulbasaur de Kanto.
—Sin problema. ¿Qué tal si los registras ya? Total, ya te he dicho todo mi equipo —. Dijo él entre risas —. Pero da igual, pienso capturar muchos Pokémon de tipo bicho.
Le sonreí. No era mala persona, y sería un gusto combatir contra él. Illbis parecía mirar hacía uno de los lados, hacia el sur. Había algo que le inquietaba, pero no lograba saber el qué.
Me empecé a preocupar un poco, pero decidí prestarle atención más tarde, primero había que registrar los Pokémon.
—¡Salid! —Ordenó Jirke.
Un Bulbasaur forma Thellos radiante salió de una de las pokéballs. Nunca antes había visto uno de Thellos, eran raros de ver. Seguramente el profesor Aliso habría sido el encargado de que un joven como Jirke tuviese un Pokémon así.
—Es mi inicial. Lo tengo desde hace poco.
No era nada más y nada menos que Bulbasaur color verde azulado claro con el capullo de su espalda blanco con lunares rojos, y ojos del mismo color. Un Bulbasaur forma Thellos en todo su esplendor, de tipo planta/hada.
El siguiente Pokémon era un Glowae, un Pokémon larva de tipo bicho/hielo algo difícil de ver. Solía habitar las zonas cercanas al lago del noreste, el lago Cristal.
Tenía un cuerpo alargado, como todas las larvas, y algunos detalles de hielo.
Era de un color azul turquesa más oscuro, y tenía un ojo azul con leves detalles en amarillo.
Registré a ambos en la Pokédex, fascinada por no haber visto nunca ninguno de lo dos tan de cerca.
—Siento decirte, Jirke, que me alegro de que no hayas capturado ese Smokroach del que tanto te quejas. No habría pegado nada con tu equipo. Me gusta bastante, la verdad. No me malinterpretes, a diferencia de la mayoría de la gente, a mí Smokroach no me causa repulsión.
—Tranquila, lo entiendo. Por cierto, hace un rato que tu Illbis está nervioso. Eso tampoco es que sea muy bueno que digamos.
—Lo sé, quería saber a qué estaba mirando, pero antes prefería registrar tus Pokémon en la Pokédex. ¿Tienes tú una?
—¿Una Pokédex? No, la verdad. El profesor Aliso tiene otros planes para mí y para Hou. Que por cierto, se ha ido corriendo y me ha dejado solo.
—Comprendo —. Hice una pausa —. Creo que mi Eevee también se ha inquietado... No es buena señal.
Ordené a Eevee que regresase a la pokéball, y la guardé en mi bandolera. Dejé que Illbis nos guiase hasta lo que parecía inquietarle, que estaba a uno de los lados del camino.
La maleza se agitaba fuertemente, por lo que Jirke y yo dimos un paso atrás. Un extraño hedor inundó la zona, y por la cara que puso Jirke sólo podría ser un Pokémon; Kemikroach, la evolución de Smokroach.
Algunos árboles y arbustos se marchitaron al pasar el Pokémon, al hacer contacto con el ácido que recorría su cuerpo.
El Pokémon de tipo bicho/veneno presentaba un color verde amarillento, y a diferencia de su preevolución, era bípedo.
Parecía llevar una máscara de gas, y a su espalda tenía una calavera negra con dos tibias, síntoma de que ese ejemplar en concreto era muy venenoso.
—Jirke, siento decirte que este no lo capturamos. No parece muy contento.
—Creo que está furioso por que haya intentado capturar a Smokroach...
—Pues no nos queda más remedio... ¡Hiponea, adelante! —Exclamé yo, con afán de derrotar al gigantesco insecto.
—¡Vamos Glowae! ¡A por todas!
Habíamos pasado de querer luchar el uno contra el otro a luchar juntos.
—¡Hiponea, pistola agua!
—¡Glowae, rayo hielo!
Hiponea soltó un fuerte chorro de agua, y Glowae creó un rayo de hielo de una de las extremidades de su cabeza.
Al usar ambos el ataque a la vez, logramos asestar un golpe crítico a Kemikroach, pero esto sólo pareció enfurecerle más.
—¡Déjamelo a mí! ¡Bulbasaur, brillo mágico!
De los círculos rojos del brote de Bulbasaur comenzaron a salir destellos de colores, que impactaron y cegaron al gran Pokémon insecto.
Ordené a Hiponea que usase de nuevo pistola agua, y conseguimos hacer que por lo menos huyera.
Por suerte, en su huída pude registrarlo en la Pokédex.
—Menos mal... Es raro ver Pokémon como ese por aquí. ¿Qué estará pasando en el Bosque Oscuro para que Pokémon de las islas también migren? —Pregunté yo.
—Cosas muy raras, eso te lo aseguro. Qué, ¿Combatimos ya?
—Preferiría asegurarme de que ninguno de nuestros Pokémon ha sido dañado. Y si me lo permites, estudiar más de cerca tus Pokémon.
—Eso es algo extraño.
—Lo sé, pero me encanta estudiar Pokémon.
*Hou: Se pronuncia Jou
*Jirke: Se pronuncia Yirke.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top