Los ojos de algo oscuro como la noche miraban al pobre Amumu que descansaba en el suelo completamente inmóvil. La pequeña momia no sabia donde estaba, siquiera era capaz de ver pues tenia sus ojos vendados.

-¿Dónde estoy?- Pregunto con voz baja y temerosa. Incluso con algo de temblor en sus palabras.

Nadie respondió a su pregunta. Solo una risa se amplió en la oscuridad antes de desaparecer.

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Ziggs subió las escaleras hacia arriba. Nunca hubiera pensado que la casa del mago pudiera ser tan grande por dentro. Teemo y Tristana habían preferido quedarse en el piso intermedio y buscar por las habitaciones y el salón.

-Nos vendría bien una linterna como la de Teemo- Habló el Yordle girándose para mirar a Diamit. Quien caminaba cerca suya observando a su alrededor.

-Si quieres puedo encender otra...- Diamit iba a hablar cuando ziggs negó.

-Me encantaría ver una explosión ahora pero no es momento Diamit- Contesto Ziggs suspirando.

-Aguafiestas...- Refunfuño esta.

Mientras hablaban subieron al piso de arriba. Se podía ver un largo pasillo que iba de derecha a izquierda, aunque no era capaz de verse mucho mas que oscuridad.

-¿Por donde empezamos?¿Derecha o izquierda?- La voz de Diamit resonó por las paredes. Fue entonces cuando unas llamas se encendieron en los candelabros del pasillo izquierdo. Como si el propio pasillo le hubiera contestado aquella pregunta. Ziggs retrocedió algo confuso y asombrado.

-Bueno parece que la propia casa te dijo la respuesta...- Respondió Ziggs.

Diamit asintió.

-Ya veo... bueno vamos

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El silencio era algo que por el momento inundaba los pasillos.
Veigar miro entre la oscuridad. Aunque no le hacia mucha falta ya que conocía su casa a la perfección. Bajo abriendo una puerta algo pesada y grande. Era una parte desconocida para aquellos que no eran de confianza para Veigar. Lulu quien iba tras de el la cerró cuando el mago se lo indicó. Quedando los dos en una completa oscuridad hasta que el mago oscuro chasqueo sus dedos y todo se ilumino mágicamente.

- ¿Crees que pudo venir aquí?- Pregunto la yordle quien se mantenía pegada a Veigar.

- No lo se. Eso es lo que vengo a averiguar - Respondió dejando notar un tono frío en su voz. Paso una de sus manos por un pequeño baúl. Luego miro hacia la fría pared de piedra y de seguido a una enorme mesa con libros. Las paredes frías estaban vestidas con miles de libros viejos puestos en estanterías por un orden que solo Veigar conocía. Y que guardaban un poder... Mas allá de lo que un mago podría soñar.

Veigar tenia un mal presentimiento. Aquello le hacia dudar y tener unos pensamientos fijos. El sabia perfectamente que lo ocurrido no era una casualidad. Había mantenido la compostura pero... Sabia lo que realmente pasaba. Habían sido atacados. Atacados por la mismísima oscuridad.

- Veigar... No parece que este buscando a Amumu - Hablo Lulu mirándolo con cierta pena. Quería saber si aquella pequeña momia estaba bien. Veigar solo permaneció en silencio. Tomo un libro entre sus manos y lo dejo en la mesa cerca de varios mas.

- No esta aquí Lulu. No esta en mi casa... - La voz de Veigar sonó muy fría. Mas de lo acostumbrado para la yordle morada.

— ¿Como que no esta aquí?— Pregunto Lulu confundida por la respuesta del mago. Este se quedo en un silencio sepulcral. No sabia si contestar o no. Ni tampoco si Lulu entendería lo que iba a contarle.

Paso las hojas de aquel libro creando pequeñas humaredas de polvo. Era obvio que tendría su tiempo. Bastante mas del que el propio Yordle lo poseía o creía que tenia. Lulu se acerco con molestia al ver que no obtenía una respuesta.

—¡Veigar!— Grito llamando su atención.

Sus ojos amarillos mirando a los de Lulu bajo aquel gorro. Su rostro totalmente oscuro miro al contrario quien parecía realmente enfadada.

— No creo que lo entiendas Lulu — Respondió finalmente. Lo que no agrado a la otra Yordle.

— Vamos... Solo quiero saber que pasa — respondió de forma insistente. A lo que Veigar contesto con un soplido pesado mientras acercaba su libro a Lulu.

— Bien... Te lo explicaré —.

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Algo dio un paso en la oscuridad. Y otro. Y otro mas. Así seguidamente hasta que los pasos parecieron multiplicarse. Amumu se sentía asustado. Pero no era capaz de ver. Aunque tenia sus ojos abiertos era como si no les sirvieran de nada. Se sentía agobiado y comenzó a llorar.

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Todos se habían vuelto a reunir en la entrada de la casa menos Veigar. Lulu habia subido a despedirlos siguiendo las ordenes de Veigar.

— ¿Entonces Amumu esta bien?— Preguntó Teemo algo confundido.

— Si claro. No os preocupéis. Todo esta bien... Veigar se ocupara — Respondió con una simple sonrisa mientras cerraba la puerta. Todos se miraron los unos a los otros.

— Demasiado rara— Respondió Poppy mientras comenzaba a alejarse. Kennen la seguía junto a Rumble.

— Creo que esta pasando algo... Y Veigar no nos quiere decir —.

Todos miraron hacia Diamit cuando hablo. Todos parecían desacuerdo con sus palabras. ¿Que había pasado con Amumu? ¿Que les ocultaba Veigar? Y... ¿Que fue realmente aquella oscuridad?

//Se que este episodio es corto. Lo se. Pero lo he decidido hacer asi por una razón.

¿Cual?

Dejaron con la intriga.
Se que llevo mucho sin actualizar. Pero me pondré manos a la obra y escribire un poco mas a menudo.

Mientras tanto pasen lo bien y un saludo a todos los que leeis esta historia.

;D

Chau!//