(𝟒) · 𝐓𝐞𝐫𝐚𝐩𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐜𝐡𝐨𝐪𝐮𝐞 ·

Cedric camina en dirección al campo de Quidditch. Todd y Philip le acompañan, inseparables como siempre. A Cedric le gustaría decir que se lleva bien con todos sus compañeros de habitación, ya que, al fin y al cabo, con Connor también se lleva muy bien, pero Asher parece soportarle por mera educación.

Es difícil caerle bien a Asher, de todas formas. Él tiene muy bien escogido su grupo de personas en las que confía y con los demás solo habla cuando es necesario. Es serio, disciplinado y el golpeador más grande que Cedric haya visto jamás. Se alegra de que esté en su equipo y no tenga que enfrentarse contra él, porque recibir un golpe de una de las bludgers que lanza él podría llevarle directo a la enfermería.

Llega al campo y sus amigos se despiden en dirección a las gradas, deseándole suerte para lo que sea que les ha llamado la profesora Sprout. Cedric se cambia en los vestuarios, bromeando con sus compañeros de equipo, Malcolm y Chase, y comentando la necesidad de encontrar a un buen cazador en las pruebas para entrar al equipo.

—¿De verdad que no te han nombrado capitán, tío? —pregunta Malcolm, atándose las botas.

—Qué va, no he recibido ninguna notificación.

—Con todo el respeto, Diggory, yo pensaba que se lo darían a Nyx —dice Heidi Macavoy, desde la otra punta del vestuario mientras se peina el cabello en un moño alto—. Prefiero una chica de capitana, estoy cansada de que me manden los hombres.

Malcolm y Chase se ríen amistosamente ante aquel comentario. Cedric se ríe también.

—¿Solo la prefieres porque es una chica? —comenta Cedric, con su orgullo ligeramente herido.

Pero su cabeza sí que siente el dolor un segundo después, cuando la puerta del baño sobre la que estaba apoyado se abre de golpe y le da en la parte trasera de la cabeza. Nyx le mira desde el interior con cara de pocos amigos antes de sonreír de lado con falsa alegría.

—Me prefiere porque juego mejor que tú.

Los compañeros del equipo exclaman a la vez con mofa, sabiendo que se van a enfrentar. Es lo que siempre hacen Diggory y Longbottom todos los años. Están más que acostumbrados a verles hacerlo, pero nunca deja de ser divertido.

Cedric mira a Nyx de arriba abajo. Lleva puesto el uniforme de Quidditch y le está ligeramente estrecho en comparación al año anterior. Al igual que él, ambos han pegado un estirón durante el verano, solo que los padres de Cedric se habían asegurado de comprarle un uniforme nuevo. Nyx parece ligeramente aprisionada en esos pantalones, pero sale del baño caminando con toda su dignidad, golpeando el hombro de Cedric al pasar. Solo es unos pocos centímetros más baja que él, tal vez seis o siete, pero se yergue tanto que casi está a su altura.

Deja un aroma a romero y algodón a su paso y Cedric finge fastidio por que le haya golpeado en el hombro, intentando centrarse en eso y no en su olor. O en lo ceñidos que le quedan los pantalones.

No seas tan idiota, Cedric. No le mires el culo, joder. No te reduzcas a eso.

—Si jugaras mejor que yo, tendrías el título de capitana.

—Tú tampoco lo tienes, lerdo —le responde ella cruzándose de brazos.

Se miran el uno al otro con tanta intensidad que casi se pueden ver las chispas a su alrededor por la tensión del ambiente. Cedric se esfuerza mucho por no retirarle la mirada, porque le gustaría aprovechar la proximidad para examinar muchas otras cosas sobre ella en busca de qué es eso que tanto le atrae, porque de verdad que no lo entiende.

Debo ser masoquista.

—Claramente ha habido un empate —resuelve Asher junto a Nyx, mirando con impaciencia a Cedric—. Y creo que Sprout piensa resolverlo hoy mismo.

Asher tiene razón. En cuanto salen al campo, Sprout está junto al antiguo capitán, Dustin McCall, esperando con impaciencia al equipo. Su puesto de cazador todavía está por suplir, ya que debía rellenarse con las pruebas de acceso, pero sin un capitán, es imposible elegir un día para que todo el equipo acuda.

Cedric saluda a Dustin estrechándole la mano con fuerza, mientras que Nyx solo le dedica un asentimiento de cabeza. Es enormemente rencorosa, y claramente no le ha hecho gracia que él no haya dicho nada a favor de hacerla capitana.

—Bien, ya os habréis dado cuenta de que no he elegido a ningún capitán este año —saluda Sprout, sin demasiados rodeos. No lleva puesto su característico gorro marrón claro y Cedric está ligeramente extrañado mirando los rizos que adornan su cabellera—. Dustin y yo no nos poníamos de acuerdo.

—En realidad, la capitanía está entre Diggory y Longbottom, no es ninguna sorpresa —confiesa Dustin, señalando a los nombrados—. Chase es demasiado temperamental, Asher no está interesado en absoluto en la responsabilidad que conlleva —cuando lo dice, Asher asiente con seriedad—. Malcolm no sirve para dar órdenes... Lo sabes, Preece, no pongas esa cara, y Heidi, con todo mi cariño, te concentras demasiado en tu quaffle como para fijarte en lo que ocurre alrededor del campo.

—No me ofendes en absoluto. Mi posición es la más interesante de todas, y esa es la verdad.

Cedric se ríe entre dientes, con nerviosismo. No puede dejar de mirar de reojo a Nyx para ver qué le parece a ella aquella conversación. Ella está cruzada de brazos, mirando a Dustin con cara de pocos amigos. Cedric tiene ganas de suspirar con resignación: Nyx no tiene ningún don de gentes. Está seguro de que eso le ha costado el título de capitana.

—Entonces, Nyx y Cedric son buenos candidatos. Los dos son buenos buscadores...

—Y sin embargo siempre termino yo de golpeadora —gruñe Nyx. Asher se coloca a su lado y la mira con advertencia.

—Tienes muy buen brazo —se excusa Dustin—. Y Cedric tiene mucho carisma, y es rápido sobre la escoba.

—Diggory tendría buen brazo si practicara de vez en cuando con el bate —se queja Nyx.

—Longbottom, esa no es la actitud adecuada para una capitana —la advierte Sprout, con una sonrisa sabia. Todos conocen a Nyx y saben que no es la alegría de la fiesta.

—Una capitana tiene que ser buena jugadora, tiene que saber tomar decisiones independientemente de su relación con los otros jugadores y tiene que saber crear estrategias —continúa ella, de brazos cruzados—. McCall, nos pasamos el año pasado organizando estrategias. Sabes que valgo para el puesto.

Dustin se encoge, como si la cosa no fuera con él. Cedric sonríe con sorna. Tiene el puesto más que ganado si Nyx sigue comportándose así.

—Diggory también es buen jugador y además se lleva bien con todo el mundo.

—¿Qué tiene que ver eso con ser capitán? —musita Nyx entre dientes.

—Soy encantador, Longbottom, supéralo —se burla Cedric, guiñándole el ojo. Eso solo la enfurece más.

Es muy fácil hacerla enfurecer. Cedric no tiene más que hacer que entrar en una habitación en la que esté ella previamente para hacer que cambie su humor, y durante años le ha divertido hacerlo y se ha acostumbrado, igual que hace ella con él. Solo que ahora el primero busca llamar su atención por un motivo muy diferente.

—Bien —Sprout da una palmada en el aire para atraer la atención de todos—. Hemos decidido realizar unas pruebas para ver qué tal se os da eso de dirigir. Después, votaremos.

Cedric es el primero en probar suerte como capitán. No le resulta demasiado difícil. Como siempre, la única que puede generar algún tipo de problema era Nyx. Sin embargo, tras cuchichear con Asher antes de elevar el vuelo, parece dispuesta a poner de su parte por jugar. Probablemente, su amigo la ha advertido de que, si le pone la zancadilla a Cedric, jamás la elegirán como capitana.

Conoce bien a los jugadores de su equipo, y es una suerte que Dustin haya accedido a rellenar el puesto de cazador, porque cuando Cedric menciona una de las figuras que utilizaban el año anterior, todos la conocen a la perfección. Dar órdenes es casi natural para él, así que avanza con naturalidad por el campo, volando alrededor de los jugadores que tratan de meter un gol en la portería de Chase.

Tiene tanta seguridad en sí mismo que se atreve a colocarse cerca de Nyx para molestarla, como siempre hace.

—Qué buen brazo tienes, Longbottom.

—¿Quieres ver lo fuerte que golpeo? —le responde ella con ironía, dando vueltas a su bate sin parar—. Trae esa cara bonita.

—¿Me acabas de llamar guapo?

Vaya, desde que nos dimos la mano te veo más simpática.

No se lo dice porque sabe que se pondrá furiosa y tampoco quiere ser el culpable de que no sea la capitana. Al menos, no quiere serlo de manera injusta.

En realidad, sabe que Nyx le agarró con desesperación en ese compartimento porque necesitaba ayuda mientras estaban los dementores, y sabe que nunca, ni en mil años, lo admitiría porque se moriría de la vergüenza. Así que no le ha contado nada a nadie. Puede guardarle ese secreto sin problemas.

—Te acabo de distraer, idiota, eso acabo de hacer —se burla Nyx antes de hacer una mueca y volar en dirección contraria.

Le ha funcionado a la perfección, porque Cedric se queda unos segundos observándola volar con rapidez buscando la bludger. Tiene que obligarse a centrarse de nuevo en el juego y olvidar por unos segundos que ella le ha llamado guapo. Aunque sea para distraerle. Aunque claramente no fuera en serio.

Joder, Cedric, eres idiota.

Te mira una vez y ya te pones así. ¡Es Nyx Longbottom! ¡Te ridiculiza siempre que puede! ¡Os lleváis mal!

Deja de mirarla.

Su tiempo como capitán termina y ahora es Nyx quien está al mando.

Y lo hace muy, muy bien. Cuando decía que sabía organizar estrategias, lo decía en serio. Además, aunque Malcolm no está tomándose el juego en serio e intenta molestarla para que falle, ella no se enfada y le grita una orden sin miramiento alguno.

Cedric, supliendo el puesto de golpeador porque no hay ninguna snitch volando en ese partido, intenta golpear la bludger con fuerza cuando ella pasa por delante.

¿Estás intentando impresionarla, Cedric?

Patético.

Ella ni siquiera mira en su dirección. Está demasiado centrada en el juego. Sería una capitana espectacular.

Dustin, incluso, la busca en el aire y empieza a comentar algo con ella entre susurros. Cedric piensa que Nyx se ha ganado su voto, pero entonces el puño de la chica viaja con violencia a la mejilla del cazador, y se pueden ver unas gotitas de sangre volando en el aire en ese mismo momento. Sprout utiliza el silbato para terminar el partido.

—¡Longbottom! ¡¿Se puede saber qué ha sido eso?!

Los jugadores bajan de sus escobas y se lanzan en dirección a Dustin, que se sujeta la mejilla con los ojos cerrados.

—Nada, nada —dice él, limpiándose la sangre con la manga del uniforme—. No ha sido nada, no me ha hecho daño.

Pero la sangre le cae sin parar y Nyx está respirando con fuerza. Asher se la ha llevado unos metros más allá para intentar calmarla, pero ella no deja de negar con la cabeza. Cuando vuelve al círculo, se coloca lo más lejos posible de Dustin, y Asher pasa una mano alrededor de sus hombros para intentar mantenerla en su sitio.

—Espérame en mi despacho después del entrenamiento, Longbottom —espeta Sprout, levantando un dedo con autoridad—. No permito violencia en mi equipo.

—No ha sido nada, directora —asegura Dustin—. Ha sido un malentendido, ¿verdad, Nyx?

Nyx aprieta los labios con fuerza. Cedric conoce perfectamente esa expresión. Está a punto de mentir.

—Sí. Un malentendido.

—No vamos a frenar la votación por esto, directora, en serio —insiste Dustin.

Cedric quiere sonreír, pero no deja de mirar en dirección a Dustin y a Nyx. Sprout suspira y asiente con resignación.

—Bien, ¿Preece?

—Diggory —responde Malcolm, guiñándole un ojo a Cedric.

—¿Macavoy?

—Nyx. Tiene mal genio, sí, pero lo necesitamos si queremos ganar a Slytherin y Gryffindor.

Sprout sopesa esa información. Es cierto que esos dos equipos son muy fuertes este año. Cedric conoce a Oliver Wood, el capitán de Gryffindor, y sabe que hará lo que sea necesario para ganar. Nyx sería capaz de hacerlo.

—Yo también voto a Nyx —adelanta Asher.

—¿Foster?

—Yo... Yo voto a Diggory.

—Eso son dos votos para cada uno, bien, sigamos. ¿Dustin?

Dustin, que ha dejado de sujetarse la mejilla, mira en dirección a Nyx, con recelo. Intenta sonreír con maldad, pero cuando lo hace le duele demasiado la comisura del labio como para hacerlo.

—Después de lo que ha pasado, claramente, mi voto va para Cedric.

Cedric siente nervios en el estómago. Va ganando, pero no está en absoluto orgulloso de ganar de esa manera. Solo falta la decisión de Sprout.

—No lo tenía demasiado claro —confiesa ella, cruzándose de brazos—. Sabía que tenías mal genio, Longbottom, pero esperaba que pudieras dejarlo de lado para centrarte en la capitanía. Sé que te gusta el Quidditch y sé lo que significa para ti, pero no puedo aceptar un comportamiento así en un partido. En Hufflepuff no aceptamos la violencia, lo siento.

Se gira en dirección a Cedric. Lleva la insignia en la mano.

—Eres el nuevo capitán, Diggory. Enhorabuena.

Le coloca la insignia sobre el pecho y, de verdad, ojalá se sintiera orgulloso mientras todos le dan palmaditas en la espalda y le felicitan. Les da las gracias de manera automática, sin pararse siquiera a dárselas a Sprout. No puede porque sus ojos se pierden en la distancia, buscando a Nyx, que se marcha a los vestuarios escoltada por Asher y por quien parece ser su novio, Fred Weasley.

Cedric finge durante dos segundos más que está agradecido por el nuevo título y se marcha corriendo al vestuario en busca de Nyx.

La oye lamentarse en voz baja. No está llorando, parece más bien enfadada. Cedric escucha un golpe fuerte contra la puerta del baño y, en lugar de entrar al vestuario, se queda escuchando en la puerta.

—¿Se puede saber por qué le has dado esa hostia a McCall, Nyx? Porque te puedo asegurar que te habías ganado el puesto antes de eso, joder —espeta Asher con angustia.

—En su defensa, seguro que McCall también se había ganado esa hostia —la excusa Fred con admiración—. Menudo gancho, Nyx. ¡Esa es mi chica!

Se quedan en silencio mientras Nyx murmura algo inentendible. Asher sigue insistiendo porque quiere saber qué le ha dicho McCall.

—Prometedme que no vais a hacer nada —advierte Nyx—. Juradlo.

—No pienso jurar nada —dice Asher.

—Entonces no lo cuento.

—Vamos, Nyx —la anima Fred—. No haremos nada, lo prometemos.

Nyx tarda unos segundos en confesar.

—Me ha dicho que tenía su voto si... Si le devolvía el favor después, de rodillas, en el vestuario.

Cedric aprieta los puños. Por supuesto que el gilipollas depredador de McCall le ha dicho eso a Nyx. Ni siquiera le sorprende; le había visto decir ese tipo de cosas sin parar el año anterior, pero ninguna chica se había animado a darle un puñetazo como el que le había dado Nyx.

—Le voy a partir la cara —decide Fred en ese instante.

Cedric entra al vestuario y se encuentra a Nyx agarrando el jersey de Fred para que no vaya a ningún sitio y es él quien tiene que frenar a Asher, que es bastante más grande y fuerte que él.

—Podmore, ¡Podmore! —le grita Cedric, intentando calmarle—. Si le das una paliza te echarán del equipo, ¿eso quieres?

—¡Me da igual!

—¡Asher, me lo has prometido! —chilla Nyx, obligando a Fred a sentarse en el banco y corriendo a aguantar a Asher de los brazos para que no se vaya.

—Eh, Nyx, ¿de verdad te ha dicho eso? —pregunta Cedric, empujando a Asher para que no salga del vestuario—. ¿De verdad?

—¿Qué más te da, Diggory? Ya tienes tu título —se queja ella, apretando el mentón.

—Pero no es justo, no...

—¿Justo, eh? —continúa ella, forcejeando con Asher—. Soy una chica y soy jugadora de Quidditch, Diggory. Nosotras nunca lo tenemos justo.

—El puesto era tuyo, Longbottom. Ha sido culpa de él que...

—Es injusto, ¡joder! —Asher le da un puñetazo a uno de los bancos y eso parece relajarle, porque deja de intentar escaparse y se sienta con exasperación.

—No quiero que hagáis nada —les advierte a Fred y a Asher. Por un momento, le parece que le habla a él también.

—Se lo voy a contar a Sprout.

—Ni se te ocurra —Nyx da un paso hacia delante y le dirije una mirada asesina—. No necesito la lástima de nadie. Y mucho menos la tuya.

—Venga, Nyx —Fred la toma por la cintura y la gira en su dirección—. Si no quieres que hagamos nada, no lo hacemos, pero me sigue pareciendo mal.

El comportamiento de Nyx cambia al instante. Se relaja entre sus brazos y su ceño deja de estar fruncido.

—Le he partido la cara, ¿lo has visto? —le dice, con una sonrisa—. Con eso tengo suficiente. Si se me vuelve a acercar, le partiré algo más doloroso.

Cedric se aleja a la otra punta del vestuario, donde ellos ya no le ven, y se quita la camiseta y los protectores, lanzándolos con fuerza al interior del armario. Se suponía que ese debía ser uno de los mejores días de su vida: había soñado con ser capitán de Quidditch desde que tenía seis años. Entrar en el equipo le había costado sudor y lágrimas, y siempre, desde que había competido con Nyx, había pensado que nunca lo conseguiría porque estaba ella.

Ahora tiene por fin lo que quería y solo tiene ganas de pegarle puñetazos a la pared, igual que Asher se ensaña con el banco de madera. Ha conseguido el puesto por culpa de un gilipollas que ha decidido arruinarle el momento a Nyx.

Eso enfurece enormemente a Cedric y no le permite saborear su victoria en absoluto, pero es muy consciente de que escuchar los besos de Fred y Nyx a tres metros de distancia y la risita tímida de ella solo alimentan su ira.

Tiene un pensamiento intrusivo que no frena jamás en su cabeza, que se repite una y otra vez. No lo entiende. No quiere entenderlo. Quiere reprimirlo, pero no se marcha desde hace meses.

Yo quiero hacer reír a Nyx. Yo quiero consolar a Nyx.

Yo quiero estar con Nyx.

Se gira, de manera patética, buscándola con la mirada, para ver si verlos besándose es una especie de terapia de choque que le cura de ese inexplicable enamoramiento adolescente que siente por ella. Ni siquiera se atreve a llamarlo enamoramiento, pero la forma en la que le late el corazón y le da vueltas el estómago viéndola entre sus brazos se burla de él sin parar.

Entonces, Nyx abre los ojos y lo ve mirándoles. Y entonces es ella quien se burla.

—¿Qué miras tú, pringado?

Mi dinámica favorita de estos dos es Nyx siendo la persona menos amistosa del mundo y Cedric el chico más simp (y hormonal).

¿Es una pena y es completamente injusto que Nyx se quede sin ser capitana por un gilipollas? SÍ.

Muchas gracias por estar apoyándome tanto con esto ewlkjfbgb os quiero mucho. Nos leemos el jueves que viene <3

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