·.· 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨𝐬 ·.·


Febrero, 1996

—¿Alguna vez has intentado hacer Legeremancia?

Neville lleva varios años compartiendo habitación con Ron, así que está acostumbrado a que, igual que Seamus y Dean, haga preguntas trascendentales antes de irse a dormir que desatan conversaciones hasta la madrugada. Neville es más de conciliar pronto el sueño, al contrario que su hermana, así que no suele participar en esas conversaciones porque, o está ya durmiendo, o no siente que tenga algo verdaderamente importante que decir.

Pero esta noche, Seamus y Dean no duermen en la habitación, así que, sin ellos, la habitación está solo ocupada por él y por Ron. La cama vacía de Harry separa las suyas, pero el silencio de la habitación deja que la voz de Ron llegue a sus oídos sin problemas. Neville decide responder antes de que el momento se vuelva más incómodo.

—No. ¿Por?

Ron tarda un poco en contestar. Neville se imagina unas diez respuestas a la pregunta en menos de cinco segundos. Se le da muy bien ponerse en los peores escenarios antes de que ocurra una tragedia. Siente que así siempre está preparado para la decepción posterior.

—Digamos que... ¿Cómo suele decir Hermione...? ¿Cuando dice que algo no es verdad, que solo se supone...?

—¿Hipotéticamente?

Viene del griego.

—Sí. Digamos que, hipotéticamente, he intentado leerle la mente a Cedric.

Neville se gira para mirar a Ron con desconcierto. El joven carraspea, percibiendo la gravedad de su acción. Desvía la mirada hacia el suelo con vergüenza.

—He dicho que es hipotéticam.... Hipotéti... ¿...co?

—¿Qué has visto?

Ron no intenta fingir más que aquello no ha ocurrido de verdad. Se sienta sobre su cama y mira a Neville. Su pijama es viejo y tiene un agujero en la manga, y con todo lo que ha crecido últimamente, empieza a quedarle estrecho en los brazos.

—Han sido solo unos cinco o diez segundos, no me ha salido muy bien, y creo que se estaba dando cuenta de lo que ocurría pero... Igual ha pensado que solo era un dolor de cabeza.

—¿Pero sabe que has sido tú?

Ron niega.

—No que yo sepa.

Neville está bastante sorprendido. No es que dude de las capacidades de Ron, pues sabe que es inteligente, a su modo. Él no se vería capaz de una magia tan avanzada, pero sobre todo no se ve capaz de emplearla con nada más y nada menos que Cedric. Antes de que fuera el novio de su hermana, le parecía alguien admirable que nunca cruzaría una sola palabra con alguien tan poco popular como él, hasta que se quedó enseñándole pociones hasta la madrugada para ayudarle a aprobar y Neville se dio cuenta de que Cedric era una persona con un gran corazón. Nunca osaría tratar de hechizarlo sin su consentimiento.

—¿Y por qué has intentado leerle la mente?

Ron carraspea otra vez más, casi como si quisiera fingir una tos para ganar unos segundos de tiempo. Cuando mira a Neville, él ya sabe la respuesta antes de que la formule.

—Quería ver si podía ver a Harry. En sus recuerdos.

Neville arruga un poco la nariz. Se aprieta las mantas a su alrededor y, finalmente, decide que esa conversación deben tenerla con él sentado también, no tumbado sobre la cama como un niño. Sale de entre las mantas, se pone su batín y da unos pasos hacia la cama de Ron para sentarse a su lado.

—Harry y yo no tenemos muchas fotos —confiesa Ron con mucho pesar, abrazándose a sí mismo—. Hay alguna, pero no del año pasado. Él estaba ocupado con el torneo y yo me pasé una gran parte de mi tiempo sintiendo envidia de él en lugar de alegrarme. O de preocuparme, que es lo que tendría que haber hecho.

Neville asiente. Él estaba presente cuando tuvo lugar alguna de las peleas entre el par de amigos, pero entendía ambas partes y nunca se terminó de posicionar. Escuchó a Ron cuando le contó que se sentía traicionado, pero también ayudó a Harry cuando se lo pidió.

—No pasa nada, Ron —dice Neville en un intento de consolarle—. Las fotos no son tan importantes como los recuerdos.

Dice eso intentando que sirva de consuelo, cuando sabe en el fondo que no es cierto. Él no tiene ningún recuerdo de sus padres antes del accidente, lo único que tiene son fotos, y eso que son escasas. Los Longbottom no tenían demasiado tiempo para hacerse fotos mientras estaban en guerra.

Pero Ron disfrutó de cuatro años de amistad con Harry, y Neville está seguro de que se acuerda perfectamente de todo.

—Supongo... —suspira Ron, despeinándose el flequillo—. Es que...

Neville se ha dado cuenta de algo importante: la gente tiende a confiar en él. Muchas veces, sin necesidad de que haga nada o diga algo en especial, las personas se abren con él y le cuentan sus más oscuros secretos o sus miedos más ocultos. Debe tener una especie de aura tranquilizadora, o esa personalidad amable y dulce que hace que los demás sepan que es alguien de fiar. Por eso, Ron se atreve a abrirse con él.

—Siento que no fui buen amigo —susurra Ron, al borde de las lágrimas—. Que no hice suficiente porque pensaba que tendría todo el tiempo de mundo para compensarlo.

—No es cierto...

—Le dejaba volver con su familia cada verano porque pensaba que mis padres ya tenían bastante con todos en casa, pero sé que en el fondo lo habrían acogido de brazos abiertos y... Y no lo invitaba porque tenía envidia.

Neville no está sorprendido por una afirmación como esa. Sabe a qué se refiere Ron, pero aun así, pregunta. Para que se desahogue.

—¿Por qué?

—Pues... mi madre quería mucho a Harry y... Sé que es una estupidez, pero cuando tienes seis hermanos es difícil sentirte especial entre todos ellos. No quería otro competidor.

—Estoy seguro de que tu madre te quiere igual que a los demás, Ron...

Lo escucha quejarse sobre Harry un poco más. Sobre cómo se le daba mejor el Quidditch que a él y cómo recibía atención de los profesores y de Dumbledore. Sobre cómo su padre estaba fascinado porque provenía de una casa de muggles. Neville está empezando a enfadarse porque, en el fondo, siente que Ron tiene razón cuando dice que es un egoísta y un envidioso.

Yo no tengo una madre por cuya atención competir.

Ni se me da bien el Quidditch, ni los profesores me hacen caso.

No tengo un mejor amigo. Entre Dean y Seamus soy el tercero. Y entre tú y Harry también lo era.

Y a ti no te quiere matar Voldemort.

Y tu abuela no piensa que eres incapaz de defenderte solo, igual que tu hermana, la de los poderes.

Pero no dice nada. Solo asiente.

Se intenta consolar a sí mismo diciéndose que no es justo que desestime el dolor de Ron solo porque considere mayor el suyo propio. Ron tiene su propia lucha interna y tiene derecho a quejarse. Neville no se queja en voz alta porque no lo ha hecho nunca y, ahora, no sabe cómo empezar a hacerlo.

Así que escucha a Ron como siempre escucha a los demás, y se le vuelve a romper el corazón sabiendo que eso es lo único que puede hacer: escuchar. La impotencia es un sentimiento al que está más que acostumbrado, como cuando escuchó a Ginny llorar por la muerte de Harry y la oyó prometer que no volvería a enamorarse nunca de nadie más.

—¿Qué has visto? Al entrar en la mente de Cedric.

Ron arruga el mentón antes de mirarle.

—Primero he visto a tu hermana.

Neville sonríe. Eso es algo que puede imaginarse, tan colado como está Cedric por Nyx.

—Y luego...

Ron frunce el ceño con incomodidad. Mira a Neville mientras piensa lo que tiene que decir, pero al final se deja embargar por el aura de cuéntame todos tus secretos de Neville y decide contarlo.

—Neville, ¿tú sabías que Harry era gay?

Neville abre los ojos de par en par.

—¿Gay?

—Lo único que he visto es que Harry le decía a Cedric que estaba enamorado de él.

Neville mira al suelo, avergonzado sin saber por qué. Es como si se hubiera puesto en los zapatos de Harry de repente y aquel fuera su secreto también. Mira a Ron para ver cuál es su reacción, como si esperara casi verlo repugnado ante esa idea.

Pero no, Ron está solo desconcertado.

—No... no tenía ni idea —confiesa después de aclararse la garganta. Piensa rápidamente si acaso alguna vez había pensado en ello, pero no necesita hacer demasiada memoria porque está seguro de que no encontrará nada—. ¿A ti nunca te había dicho...?

Ron niega de un lado para otro.

—Nada de nada, y dudo que Hermione lo sepa. Vamos, a mí no me lo ha contado.

El par de amigos se queda en silencio, sopesando la nueva información. La verdad es que, si Neville lo piensa detenidamente, no le sorprende tanto, y menos si estaba enamorado de Cedric.

—Bueno, Cedric es un chico... guapo, ¿no?

Ron arruga la frente en una mueca de incomprensión. Mira a Neville un segundo y luego borra la mueca, como si se diera cuenta de algo.

—No sé, no entiendo de eso —responde Ron, encogiéndose de hombros.

—Ya, yo tampoco...

Miente. Neville no sabe si es que él sí que entiende de eso, pero no le parece que haya que entender algo concreto. Es muy sencillo: Cedric es un chico guapo. No es tan difícil de comprender. No hace falta que te guste una persona para decir si es atractiva o no. No significa que a él también le gusten los chicos, ¿no?

—¿Por qué crees que nunca me lo dijo?

A Neville se le ocurren varios motivos, pero sabe que solo puede nombrar en voz alta aquellos que hagan sentir mejor a Ron.

—Tal vez no estaba muy seguro o... Tenía miedo de tu reacción.

—¿Tú crees?

O a lo mejor no le dio tiempo.

Ron se queda pensando un buen rato más. Empieza a despellejarse los dedos con las uñas.

—¿Crees que pensaba que no reaccionaría bien?

Neville no tiene respuesta para esa pregunta.

—No podemos saberlo y... Desde luego, no podemos preguntárselo a través de Cedric porque sabrá que has intentado leerle la mente.

Ron asiente, dándose cuenta de que es algo que tendrá que quedarse para sí mismo, por siempre. Se destroza los dedos un poco más, y Neville hace lo mismo con su labio superior.

—¿Te gusta alguien a ti, Neville?

Eso le pilla por sorpresa. Neville está acostumbrado a escuchar las confesiones de los demás, pero no a que los demás quieran escuchar las de él. Se le sonrojan las mejillas al sentirse especial, en cierto modo. Ha pasado mucho tiempo con él y Hermione desde que todo se puso patas arriba, pero seguía sintiendo esa sensación de falsa pertenencia, como si fuera una tirita muy poco útil intentando tapar la enorme herida que es la ausencia de Harry.

No va a decirle a Ron la verdad.

Que le gusta Hermione.

Que Hermione sí le pregunta cosas, a veces, y no es tan dada como los demás a desahogarse con él, y que desde primero ha sido una de sus verdaderas amigas y le ha ayudado en clase y defendido de los abusones. Hermione no necesitaba que Harry no estuviera o que Neville fuera un Elegido para ser amiga de él, y eso es algo de lo que Neville se ha dado cuenta recientemente y que no había apreciado lo suficiente hasta ahora.

Pero como siempre, Neville la ha escuchado hablar sin cesar sobre lo terco que es Ron, y cuánto la frustra su comportamiento en ocasiones, y ese tipo de quejas que hace una persona sobre alguien en quien no puede parar de pensar. Como cuando su hermana hablaba de Cedric.

Ron hace lo mismo con ella.

Así que no, Neville no va a confesarle su más oscuro secreto a Ron porque sabe que es un laberinto sin salida. No quiere perder a sus dos amigos por una tontería como esa. Ya se le pasará, igual que se le pasó lo de Ginny.

—No, la verdad. No tengo tiempo para esas cosas. ¿Y a ti?

Ron niega también.

—Yo tampoco. Tengo temas más importantes de los que ocuparme.

Su mirada se dirige sin querer a su mesilla de noche. Sobre ella, hay una foto de primer año. Harry, él y Hermione celebran haber ganado la copa de la casa. Neville está también esa foto, pero sale de fondo, celebrando también. Gracias a él ganaron varios puntos extra, pero nadie le invitó a posar para la foto.

Neville siempre es la segunda opción, ya lo sabe. Está acostumbrado. Y su secreto es, precisamente, que le gustaría empezar a ser la primera opción. El Elegido.


Bueno, a veces lo digo medio a broma, pero hoy sí que es verdad: este era un capítulo tranquilito.

Y ahora es cuando siembro el caos: los siguientes, no son tranquilitos para nada.

Y ahora lo siembro un poco más: me he dado cuenta de que, para llegar a subir el último capítulo de Díada el 24 de junio, como tenía planeado, tendría que subir un capítulo a la semana de aquí hasta entonces, sin interrumpir ni una sola subida 😊 ¿Es algo factible? En parte sí, porque lo tengo todo escrito, y en parte no, porque tengo la sensación de que se avecinan meses turbulentos. Veremos cómo lo hago.

Gracias por leer y votar. Vuelvo la semana que viene con un capítulo movidito 😶‍🌫️

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