Capitulo XXXVI

- Pues no creo que sea tan complicado en fingir que estamos saliendo tu y yo.

- Lo vez como si esto fuera un experimento o un juego.

- Quieres que te siga insistiendo Orami o que te deje en paz.

- Creo que prefiero la segunda opción.

-Nos estamos entendiendo. —Dijo con una sonrisa. — Que te parece si practicamos.

- ¡¿Prac... ticar... ?! ¿Que cosa....?

- Pues nuestra farsa o que pensabas que me refería.

- Olvidalo... no estaba poniendo atención.

-Tomándola del menton. —Kikuo, sabes que esta noche te ves tan hermosa de lo usual. — Su rostro estaba tan cerca que no podía evitar verlo, esa piel blanca como la nieve, ojos azules cabello en un tono rubio tan claro, ese pelo quebradizo y casi largo que le llegaba a los hombros y esa manera de verla la hacía recordarle mucho a esa persona pero era imposible, debía concentrarse.

- Oye Shuki, sabes cuando alguien sale hay un beso.

-Eso no le veo nada de malo.

- Cúando es en la boca si lo es. —Es como si destrozar a en mil pedazo su plan perfecto.

-Es... pe... ra... yo... nunca e besado a nadie y fingirlo, no es algo que se pueda disimular. —Dice alterado y nervioso, hasta ponerse sonrojado de las mejillas.

- ¿Si esto es falso no creo que pase a mayores o si?

- No lo sé, deberíamos intentarlo. —Dijo volteando de lado derecho, a lo que Kikuo también hizo lo mismo, ambos acercándose lentamente así apuntó sus labios de unirse.

- ¡Mira lo que me regalaron Kikuo! —Dice Orami abriendo de golpe la puerta sorpresiva mente, topandose con una escena de dos amantes apunto de besarse que quedaron perplejos, volteando con temor, la castaña se puso colorada de la vergüenza. —Perdón por interrumpirlo volveré más tarde. —Casi huyendo, cerró la puerta, lo que, no pudo cerrarse correctamente, fue cuando llegó el tío del chico, a lo que ver esto no le parecía una gracia, Shuki y Kikuo no sabía si alegrarse o haberse metido en un lio, al encerrarse solos en la habitacion.

Unos segundo más tarde, estaba en el comedor  reunido los tres. Sentados en silencio sin decir nada, el hombro tosio.

- No se que relación tengan ustedes dos, pero no hagan cosa indebidas cuando estemos en casa. —Se pusieron pálidos que estaba imaginandose.

- No estas molesto. —Hablo Shuki.

-Porque lo estaría.

- De qué Shuki y yo... —No podía terminar la frase le daba vergüenza de mentir de esa manera. Apretando sus manos con fuerza esperando dándose el valor de responder.

- Estoy feliz que si estas saliendo con Shuki me hace sentir tranquilo que este en buenas manos. — Quedando en shock y sus perplejos del impacto no esperaban esa respuesta. - Espero con ansias su boda en el futuro. —Diciendo con una sonrisa.

-¡¿Es... Pe.... Ra...?! Nosotros no somos—Intentando ambos de resolver esta mal entendido.

- Ya dejen de fingir si se notaba que ambos traía algo entre manos.

- Esto me pasa por meter mis narices donde no me llaman. —Dijo con un resoplido de resignación.
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- Regresando a la habitación pero ahora de Shuki. — Ya no podemos hacer nada, aparte parece que mi tío nos dio la bendición para futuros. —Sentándose en la silla que tenía a lado su escritorio.

-¡Ya ni lo digas! — Dijo exaltada moviendo la cabeza a los lados.

-Total lo hecho esta, no podemos hacer nada.

-Si. —Poniendo una de resignación.

- No te preocupes esto no durará por mucho...

-¿Porque lo dices de esa manera como si te fueras a morir?

-Será porque así será. —Comenta con seriedad. —Tengo una enfermedad incurable que se desconoce aun, mi vida siempre a sido de esta manera desde pequeño, no te preocupes por eso. —Pero al voltear ve a Kikuo con lágrimas en los ojos.

- Tu también te iras. —Apretando sus labios y su nudillos.

- Se que llevamos poco en conocernos, desconozco muchas cosas de la vida, por esa razón nunca me enamorado, así hazme el favor de no tener sentimientos hacia a mi.

- Sabes al principio yo no entendía esa palabras, pero cuando mi papá y Shu se fue comprendí al final, que la vida están corta que nos quejamos por pequeñeces como una enfermedad o que somos miserables, por no tener dinero o mucho, nada quedamos satisfechos. —Le comenta. —Así que permitame hacerte feliz el tiempo que sea, se que es una tontería al decir esto pero... —Siente unos brazos rodeandola. — Shu... ki...

- Eres una molestia lo sabias. —Le dice a lo que Kikuo no pudo evitar reír un poco que hace mucho tiempo no lo hacía. — Agradezco mucho tu ayuda, también me esforzarse en hacerte feliz, pero no quiero verte sufrir.

- Lo haré de todos modos, lo que haces por mi, las personas se encariñan y es inevitable no sentir, solo que fuéramos robot.

-Tienes razón en eso.

- Mira Shuki, salió el videojuego, juguemos. —Dijo su hermano entrando sin tocar alcuarto y al abrir se encontró a los tortolitos abrazados, una gota resbaló en su mejilla y casi entró en pánico. —¡Ah! ¡Lo siento volveré mañana! —Poniéndose rojo que casi a gritos se escucho en la casa.

-Oyendose el portason que dio al cerra. —Espera idiota—Sin darle tiempo de explicarle.

- No estamos a salvo verdad.

-Creo que no.
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En el piscina metidos sus pies al agua.

- No me digas que sigues molesta conmigo.

-Porque lo estaría. —Le responde una voz femenina muy dulce.

-Será por lo que dije el otro día. —Recordándole al llamarla “patio feo”

- Olvidalo Kou es algo sin importancia.

-Para mi lo es, actúe como los demás lo hacen.

- Ya estoy acostumbrada a que me llamen de esa manera y tiene razón para hacerlo no soy atractiva. —La jala hacia a el para abrzarala. —Kou... Alzando su mirada topandose con un rubor en sus mejillas.

-Tu para mi  eres la más hermosa aunque no te lo diga mucho. —Ruborizada ante ese algo o to su rostro en su pecho del chico.

-Te quiero.

- Y yo a ti...

-Babotas apurate que casi vendrán los demás estudiantes a la piscina. —Le avisa Orami desde la puerta casi gritándole.

- ¡Ya se! — se rasca la cabeza de la frustración de tener que ocultar su relacion escondidas de todos. —Es mejor que regresemos antes que noten que no estamos.

- Si.

-Perdoname si nuestro noviazgo sea de esta manera.

- Yo acepte que fuera así lo nuestro, así que me siento feliz que pasemos aunque sea un rato juntos.

- Rusmerie...

De salir del lugar cada quien tomó su rumbo, junto a Orami caminaban en silencio.

- Aveces no se como lo aguantas. —Regaña.

- Vas de nuevo con el sermón.

-Yo que ella te daría una patada en el culo.

- Nadie la obligó, sólita tomó su decisión yo que puedo hacer.

- Dejarla quesea feliz con alguien más.

- Uy! Orami te pones insoportable, parece que Azusa no te da tu dosis mucho verdad. —Se pone colorada del coraje que le dio un fuerte puñetazo en la mejilla que casi lo hizo caer en el suelo.

-¡ Imbecil !  Estoy hablando enserio cuanto tiempo vas a ocultarla, hasta que cumpla ochenta años.

- No exageres tampoco.

- Rusmerie, merece un hombre que la presuma antes los demás, ella no es juego.

- Ella no es un juego para mi.

- Entonce anuncia ante todos haciendo formal tu relación.

-Es que... —Kou, quería hacerlo pero algo siempre lo detenía, viniendo a la mente la silueta de una mujer. —No puedo.

- Te faltan huevos para poder confrontarla eso es.

- ¡ Entiende e Orami, mi madre nunca aceptará la relación que tengo con Rusmerie !

- Siempre dejándote manipular por esa mujer aún cuando te abandono de niño a tu suerte dejo vivir en esa sucia alcanrilla, y todavia la llamas “madre”

- Yo...

-Mejor no me digas nada porque me harás que te de otra golpiza por Imbecil. —Se va toda molesta dejándolo solo.

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