Capitulo XXXV

-¡Que!-Entre su cabeza repetía las palabras del chico "Saliendo" como si fuera una grabadora para poder entender que esto era una bomba nuclear.

Alterada tomo de la mano de Shuki , llevándoselo lejos de ahí, casi estampadolo a la pared y poniendo sus en sus brazos a los lado en modo que no pudiera huir que su estatura no le ayudaba de mucho porque se topaba con su pecho, a lo que se aparto avergonzada por quererse ver como muy amenazante.

-¡Pero que te rayos te sucede!-Le dice como desquiciada.

-Quería ayudar.

-Lo único que acabaste hacer fue un gran detalle de tu parte, pero  ahora que haré cuando vea que tu y yo no salimos, y fue una mentira.

-Nadie lo sabrá si no decimos nada.

-Conociendo a Orami no descansara en descubrir si  tu y yo estamos saliendo.-golpeándose en la pared con la cabeza.

-Pero tu estas loca , quieres abrirte la cabeza.-Detendiendola.

-Haremos esto, cuando ella este cerca actuaremos como una pareja de enamorados.

-En cierta manera yo no se como actuar como una pareja.-Dijo Kikuo, dejando sin plaabras al chico.

-¿Pero tuvistes novio?

-Lo que pasa es que es dificil de entender esto.

-Soy todo oídos.

-Pero no lo entenderás.

-Pues intentare de hacerlo.

-Respira hondo.-Lo que sucede es que me acogieron y me forzaron a comprometerme con shu , como decirlo una relación forzosa cuando mi padre falleció.

-No sentías nada por el, al principio eso quieres decir.

-Exacto.

-Entiendo.

-Lo que nuestra relación fue extraña, estábamos juntos en silencio

-Como cuando te sientas en el metro , estas rodeado de gente, pero al fin de cuenta estas solo.

-Un modo extraño para explicarlo pero si.

-Mira yo nunca estado en una relación a lo que desconozco como es un noviazgo o salir con alguien.-Le explica.-Pero haré mi mejor esfuerzo para que esto funcione y por lo menos te de un tiempo que te dejen en paz.

-Porque haces esto por mi.

-Si te soy sincero ni yo mismo lo se.
.
.
.

Kamura tomaba un baño caliente, entre metida en sus pensamientos intentando de comprender pero es como si la malicia no le permitía entrar para que supiera que sucedía a su alrededor, solo veía pasar los días y cada vez la actitud de Laito, con ella se volvía como un juego de escondidas, ocultándose de los demás porque podrían meterse para que no viera lo que hacía ellos solos, sus cuerpos unirse.

-Kamura, te hará daño. —La voz del pelirrojo la saco de si misma, viéndolo cerca suyo a lado de la bañera.

- Parpadeo. —¿Ayato-niichan? Llegaste temprano a casa. —Le dice.

-Últimamente me has estado evitando. —Le comenta. —Me gustaría saber la razón.

- Las obligaciones me tienen ocupada. —Sonríe, a lo que Ayato no le creyó en nada, algo estaba pasando y tarde o temprano lo descubriría.

-No es eso pero...

-Si haya algo que te molesta haré lo posible para ayudarte. —Le dice. —Laito, esta haciendo algo que te incomode.

-¡No!—Responde de inmediato.

-Suspira.—Esta bien confío en ti pero si alguien esta haciendo algo sin tu consentimiento no dudes en decírmelo de acuerdo. —Asintió, para luego retirarse el pelirrojo desapareciendo del baño.

- Mi hermano es demasiado sobreprotector contigo. —Casi cubriéndose con sus manos su cuerpo desnudo en el agua al escuchar al castaño.—¿Que sucede? - Acercándose a la bañera casi con su manos salpicaba.

- Te pones diferente cuando estoy cerca tuyo y extraño como si no te gustara mi compañía. —Viendo que cuando era muy ingenua se percata a de las cosas.

- Sigo siendo el mismo. Le responde.

- Si, pero... No me miras como solías hacerlo al principio —Le responde.

- Claro que lo hago. —Dice con tanta calma.

-No es así me miras diferente, ya no es con llena de ternura si no de algo más que no puedo saber explicarlo.—Le comenta. —Se que dije que quería verte feliz, pero algo dentro de mi, me dice lo contrario que tu ya no sientes lo mismo por mi.

- Disculpame si te hice sentir mal, me deje llevar y fue egoísta  pensar solo en mi. —Alzó los hombros sin tomarle importancia lo que decía, lo que le parecía desgastan te estar discutiendo cosas de pareja lo que no eran. —Si quieres podemos divorciar nos.

Saliendo de la bañera dejando caer las gotas de agua hacia el piso, que su cabello escurría, rodea sus brazos a su cuello, mojando el uniforme del instituto del chico que queda impactado.

- Solo quiero que me mires. —Comenzando a sollozar, lo que no podía negarse verla tan abandonada le dio algo de lástima. Le corresponde rodeando sus brazos a su cuerpo desnudo de la chica. Despacio rozando sus labios con las de el, uniéndolos dejándose llevar.
.
.
.

Unos minutos más tarde en el instituto, mientras caminaba por los pasillos Laito faltando a sus clases como siempre por estar metiéndose con alguna compañerita por ahí, recordando ese placer tan satisfactorio, sus oídos fueron interrumpido por unos ruidos, que fue a seguir de donde venían. Entre buscando fue guiado al aula done ecasi nadie pasaba ni un mal y la luz estaba prendida lo que fue a ver. Al dirigirse hacia allá vio la puerta medio abierta.

Vio a Kamura en el aula de cocina recogiendo los trastes.

- Hola Bitchan. —Entro dándole un susto a su mujer.

-Laito-kun me asustastes.

- Tan feo estoy.

- No.

-Enserio, entonces te parezco atractivo. - Lamiendo sus labios

- Disculpa pero no se que quieres decir con eso. —Respondió dulcemente.

- Me refiero a esto Bitchan. —Dice tomando su mano y guiará, metiendo sobre abajo de su pantalón haciendo que apretara a lo que sintió incomoda, no solía ser el mismo.

- ¿Que haces? - Poniendo una mirada asustada.

- ¿Que ocurre Bitchan? hemos hecho este tipos de cosas como esposos, porque actuas tan distante conmigo acaso no me quieres.

- Si pero eres muy brusco y duele. —Dijo apartando lo con fuerzas, dando unos pasos hacia atrás.

- Te gusta que sea contigo porque ahora me rechazas—Humedeciendo sus labios con el filo de su lengua. —Eres mi mujer y debes obedecerme.

La avienta al sofá, y el poniéndose sobre de ella al modo que no pudiera safarse.

- Detente. —Le suplicaba entre ruegos y sollozos.

- No quieres jugar conmigo. —Dice deslizando el moño rojo lentamente. —Te va a gustar te lo prometo. —Susurrando le al oído, mientras desabotonaba cada botón de su suéter.

En medio del camino estaba Susumi con su torre de papeleo que debía llevar al aula, pero escuchando súplica de una chica en peligro no podía ignorarlos a lo que fue a ver dejando su papeleo en un sitio, y fue enseguida a saber que pasaba.

- Kamura pero no llores las niñas buenas no lloran te prometo que nos divertirnos, no dijiste que me querías y harías cualquier cosa para hacerme feliz como tu esposo. —Lamiendo su cuello y chupando dejando maracas rojas y moradas sobre su piel. —Entrelazaremos más nuestra unión como marido y mujer.

- No, por favor. —Rompiendo de un jalón los botes de camisa blanca.

- Yo te daré tu entrelazado maldito pervertido.—Abriendo de golpe la puerta y en aura oscura acercándose al castaño sin darle tiempo de reaccionar, para darle un puñetazo fuerte que lo sacó volando fuera de la escuela. — Y espero que con eso hayas entendido.

Sollozos la chica se intentaba cubrir.

- ¿Te encuentras bien? —Le pregunto preocupada. —Dime que ese idiota no te hizo nada.—Pero no pudo responder porque la abrazo por el miedo que había pasado esos segundos, lo que sabía que responder no era como que muy cariñosa y demostrar su emociones pero le daba una ternura Kamura verla tan indefensa como si viera atravez a su hermana Rusmerie. — Tranquila ya paso.

Unos segundos más tarde de intentar calmarla se dirigieron a enfermería pero se encontraron con Subaru, quien se abalanzó a él, temblando de miedo y Susumi contarle lo que había pasado, no faltó que en un rato la noticia fuera a los oídos de Ayato quien no perdió el tiempo de darle su merecido a su hermano mayor que le estaba dando una golpiza por tocar a su hermana. Ardiendo del coraje y el odio que lo cegaba de la rabia que lo inundaba, se culpaba haberle entregado a la menor.

-Nunca voy a perdonarte al haberla forzado.

- Ayato tranquilizate. —Kanato quien intentaba detenerlo, a lo Subaru dejo que le diera su merecido su trilizo por conociéndose el lo acabaría destrozandole, veía a Kamura como una hermana pequeña y saber que estuvo sola con un pervertidos como Laito no quería imaginar que hubiera pasado si Susumi no apareciera ese momento.

- Reiji has algo, lo va a matar —Le dice Millouri.

- No lo creo, aparte no llego a mayores así que dejemos lo que su enojo.

-¡Ayato, detente!—Le pide Kamura, a lo que Ayato se detiene.

- Pero que esta diciendo, el se atrevió a forzarte hacer algo que no querías.

-Laito, es mi esposo y es mi deber cumplir mis responsabilidades como esposa

-¡Infeliz! Te atreviste a decirle esas cosas a Kamura nunca te lo voy a perdonar. Dijo con furia. —Habla maldito. —Tomando del cuello de la camisa haciendo que lo mirarse a los ojos. —¡LO HICIERON! —Esperando una respuesta.

- Si. —Ya no le quedó otra que responderle. Como pudo ser tan ciego, se odio a sí mismo le entrego al peor postor creyendo que estaría en buenas manos, ni haber hablado con el sirvió en nada, quien le prometió el mismo que la respetaría le dio igual. Ganas de matarlo estaba furioso apunto de golpearlo, se a balanza Kamura sollozando.

-¡PERDON! —Se disculpa, a lo que Ayato va para consolarla dejándolo aun lado, sintiendo como el coraje lo inundaba.

- No fue tu culpa. —Le dice intentando calmarla. — Ya no lo haré por ahora. —Ocultando su rostro a su hombro. —Y tu si vuelve a tocar a mi hermana de nuevi, la próxima te mato entendiste. —Se tele transporta junto a la prometida desapareciendo del lugar.

- Dale gracias a Kamura que detuvo esto porque no, yo sería que te te mataría. —Se retira Subaru furioso.

- Laito como te atreviste tu... —Lo regaña Millouri a su cuñado quien no podría continuar con la frase.

- Sentí una rara sensación que era imposible negarme, me estaba seduciendo con esa ternura, que ni yo mismo podía detenerme, deseaba poseerla.

- Tanto sexo te a vuelto loco—Habla Kanato. —Ya dices incuherencias estupidas.

- Es la verdad. —Le da un fuerte golpe en la cabeza Reiji. —Porque hiciste eso. — Se quejo de dolor.

- Laito, pronto anunciare mi matrimonio con Millouri y necesito irme al saber que deje bien a mis hermanos y vivos, te lo pido o ruego como quieras verlo, no quiero perder a otro hermano o ver esta familia más separada que estamos, has entendido.

- Si...

- Evita causar problemas. —Dice Kanato.

- Pero si Ayato casi forzó a Kamura a casarme conmigo casi entregandomela en bandeja de plata.

- No es lo mismo. —Le dice Millouri molesta perdiendo la paciencia. —No era para que te la llevaras a la cama, es una niña no te das cuenta, idiota.

-Porque no es lo mismo, después de todo es mi esposa. —Responde. —De qué sirve estar casado si no puedo tener sexo cuando quiera o desean que tenga una amante.

-Te das cuenta de la gravedad, el te la entrego para que la protegieras no que la utilizarás como tu juguete sexual o como sea, tu te pasaste de la raya. —Le comenta Reiji intentando que entre en razón su hermano, porque le tenía que pasara esto.

–calló por unos segundos–– Esta bien me portare bien, pero no pediré disculpas.

-No creo que los quieran después de todo Ayato. —Dijo Kanato.

[... ]

Llegando a la mansión, tele transportando se a la habitación donde va a dejar a la chica a la cama.

- Sigues molesto conmigo.

- No estoy molesto contigo. —La acaricia la mejilla con ternura. —si no con el.

-Prometeme que no le hará daño a Laito.—Defendiendolo.

-Porque lo defiendes todavía, aún lo que te hizo.

- Es mi esposo y tu hermano, no es malo, solo actuó de manera extraña solo es todo. —Menciona. —Hermano.

-Dime.

-Tu aun quieres a mi hermana. —Al mencionarla ese nombre provocó un fuerte dolor en el pecho del pelirrojo.


- Es difícil de explicarlo, la quiero, la necesito pero lo que paso con Luna no fue lo correcto mentirme y casi te llevo en un riesgo también a ti.

- Pero si ambos se quieren deberían seguir lo que les dicte su corazón o eso decía la abuelita Jazumen.

-Tienes razón. —Acariciando su cabeza muy paternal. —Kamura...

- Si. —Rodeando sus brazos y acercando la hacía a él.

-Ocultando su rostro en su hombro
—Perdoname esto es mi culpa, te obligue a casarte y no supe protegerte como era debido. —Su camisa se sentía mojada lo que eran las lágrimas del pelirrojo. —Prometí que te cuidaría y te eh decepcionado. —Quedándose unos segundos en silencio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top