Capitulo XXXII
Siendo una horrible pesadilla, se despierta de golpe.
-¿Dónde estoy?—Con exasperación se levanta de la cama, pero sus piernas tambalean al intentar ponerse de pie, al observar las vendas , incluyendo en sus brazos, no lo tomo importancia. Cómo pudo se encamino hacia la puerta, que abrió y en tropezó cayó hacia el suelo.
Por el pasillo estaba la ama de llaves, cuando vio a KIKUO intentando incoporarse , enseguida corrió.
-Kikuo-sama, que hace levantada aún no se a recuperado, venga vayamos a qué descanse.—Le dice pero la joven meneaba la cabeza negandose en volver.
- ¡¿Dónde está Shu?!—Con ojos de ruego pidiendo una respuesta, no le quedó opción a la mujer que hablar.
Sollozos y gritos se presenció en esa mansión que solo ellas era las únicas que podían oírlos, abrazando a su señora , que pareciera irse la vida. Al poco rato, la acompañó a la mansión familiar dónde estaba velando al vampiro, que en su estado de poco presentable que solo llevaba un camisón blanco, la observaron los hermanos, Millouri, que fue directo a la jóven, y ahi estaba la segunda esposa de Shu, quien la miraba con repulsión, de arriba y abajo a lo que Kikuo, se acercó sin ayuda de nadie caminando hacia el ferretro , que se interpuso el hombre .
-¡Tu no tienes nada que hacer aquí!—Le dice el hombre a lo que lo tomaron del saco el pelirrojo que venía acompañado de Kamura que estaba atrás de él.
- Tu eres menos indicado para decirle que debe o no hacer.—Aventandolo hacia las escaleras. Karlheinz , ni estaba presente en el funeral de su hijo mayor, los hermanos y la ama de llaves se encargaron de todo, ya que la segunda esposa ni siquiera se tomó la molestia en hacer nada y eso que supuestamente lo amaba.
- ¡ Tu no tienes nada que ver con el !
- Sigo siendo la primera esposa de Shu, aunque estemos separados, tengo los mismos derecho que tú tienes. —Le responde con seriedad.
Comienza a carcajear.
- ¡Eres idiota! Sabiendo que el compartía la misma cama.
- Te equivocas ustedes dormían en habitaciones diferentes.—Hablo Reiji.
-¿Tu de quién lado estás Rei?—Dijo eufórica.
- Del lado de nadie, pero es suficiente, que tú siendo una mujer de buenos modales, actúes de manera tan repugnante, pero que se podía esperar de ser solo un simple reemplazó.
-Maldito, ¡Todos ustedes lo son! Yo soy la señora a lo que tengo derechos como la Reina de los vampiros, haré que los maten.
- Hasta eso te equivocas querida.—Apareciendo al fin Karlheinz.
- Señor.—Haciendo una reverencia.
- A lo que dice el contrató, solo ese poder será heredará a la primera mujer, a lo que ese poder va a manos de Kikuo.
-¿Yo?
- Pero mi señor, su hijo se separó de esa humana, a lo que perdió todo, por esa razón se casó conmigo.
- Hay querida, quien dijo esa tal barbaridades.—Se rio.
- Usted señor.—Dijo la ama de llaves.
- La realidad es que nunca hubo ese divorció, fue planeada , aparte necesitábamos la firma de Kikuo, para que fuera concretado pero como nunca supimos dónde se encontraba , no se pudo realizar como era debido.
- Solo utilizo a mi hija como uno de sus juegos...
- Exactamente, pero ahora que falleció mi hijo, ustedes ya no sirven más.—Dijo una mirada fría, acabando con la vida de ese hombre y en las paredes se podía ver las sombras de ambos como en un solo movimiento le arrancó la cabeza y gritos de la chica se presenciaron.
Cayendo hacia atrás la joven con una mirada de terror, ante el Rey de los vampiros, que estaba apunto de matarla , pero se interpuso la chica de cabellos oscuros a lo que quedaron sorprendidos a tal valor.
-Kikuo, ¿ Que estás haciendo?—Le pregunto Karlheinz.
- Ya no quiero ver más muertes.—Contesto, a lo que gotas caían en el suelo, a lo provenian de sus ojos negros.— Déjela vivir se lo suplico.
- Porque me ayudas aún cuando quise arrebatarte tu lugar.
- Porque todos merecemos una segunda oportunidad.
- Está bien , no haré nada pero no quiero verla en esta casa, porque acabaré con ella en lo menos inesperado.
- Se lo agradezco.—Dejqndose caer de rodillas.
- Kikuo.—Se acercó Millouri, abrazándola.—¿Que bueno que estás bien?.—Mirando el ferretro se le rompió el alma, nunca imagino pasar por esto nuevamente, sabiendo que tal vez nunca lo volvería a ver.
[...]
Caminando por las calles de Kioto, con sus auriculares puestos a sus oidos, escuchando música desde su celular con tanta atención, la brisa de los árboles de cerezo eran movimos , haciendo que se cayera una en la pantalla. Lo toma y lo ve atención, cuando imágenes de su cabeza de un muchacho de cabellos rubios, colmillos , sangre, gritos, una mujer de cabellos oscuros.
Haciendo caer su celular, y intentando mantener la calma, por la falta de aire, desabotonando los botones de su camisa con desesperación, las imágenes venían más fuertes, sentía como su cuerpo le quemaba por dentro.
-¡SHU!
Porque lo estaban llamando esa chica.
-Siempre será un bueno para nada.—La voz de ese muchacho azabache ojos carmesí, mirada autoritaria
- Yo siempre estaré a tu lado.—La voz dulce de aquella mujer de cabellos oscuros ojos color esmeraldas, lo abrazaba con lleno de ternura.
Hasta sentirse tan débil, y ligero fue desplomando se lentamente hacia el suelo, intentando luchar con este suceso extrañó.
-¡Shuki!— A lo lejos venía gritando exasperada una chica y un muchacho, que venían corriendo.
Ya llegando dónde encontraban lo llamaban y poniendo su mano es su rostro y con lágrimas lo tomo en sus brazos y abrazándolo.
- Que sensación tan confortable.— A lo que cerró sus ojos hasta quedar completamente en oscuridad.—¿Porque parece, que los conosco en algún lugar?
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