Capitulo XXVI
-Dejate de aferrarte al pasado.
- Tu que sabés a eso, si lo siempre has pensado en ti misma.
- Entonces eso crees,-Aganchando la cabeza.-Si no eres capaz de olvidar, entonces son tiene caso que sigamos juntos.-Aprieta su quijada para luego aventar las cosas de los muebles con furia.
- No hables por mi como si supieras lo que siento solo eres una mocosa que no sabes nada.
- Tenía razón nunca serás capsa de amar esta versión mía.-Dando pasos hacia atrás se va de la habitación corriendo pásando aun lado de la ama de llaves.
- Señora- kikuo.-Viendo se aleja.
- Tonto Shu.-Dice comenzando a llorar y el pecho le dolía.
-¿Que le hizo?
- ¡Estoy harto que siempre me culpen!- Exaltado hartó arranca las cortinas de un jalón, la castaña mirada el dolor del joven lo que había guardado durante este tiempo.
Entre los pasillos corría hacia las escaleras que al bajar, sus pies tropieza a no fijarse cae, rodando.
-Desde lejos vio como caí Millouri sin reacción fue tan rápido que cuando volvió en si, se dió prisa , pero ya era demasiado tarde.-¡Kikuo!-Bauando los escalones viendo tirada al suelo boca abajo a la chica que se retorció juntando sus piernas a su cuerpo por el inmenso dolor que sentía en su vientre.-Estará todo bien.-Le dice llegando a su lado tirándose.-¡Zokami! ¡Shu!
Sintiendo algo caliente resbalar por su muslo, tocando con su mano y ver se alarmó "sangre" chillando como loca.
-¡No puedo perderlo!-Alterada.
-Tranquila.-Poniéndose a llorar igual.
-Señoritas.-Dijo Zokami hiendo rápido hacia ellas.
Se desmaya de la impresión.
-¡Kikuo!
- Hay que llevarla enseguida al médico.-Dice Shu apareciendo tomando en sus brazos para cargarla para teletransportarse.
Más tarde en el hospital Kikuo estaba dormida, hasta despertar y ver qué se encontraba en otro lugar, mirando a su alrededor se topo a su lado un muchacho de cabellos rubios.
- Despertaste al fin.-Le dice intentando acercar su mano a lo que ella no se lo permite.
- Ahora si te importo.
- No digas tonterías es evidente que si.
-¿Mi hijo...? ¿como está?-Pregunto con desesperación a lo que Shu se quedó callado y la mira con tristeza a lo que niega con la cabeza y no pudo contener las lágrimas.-Debes estar contento.
- Que dices.
- Ya no hay nada que nos ate.
- Deja de decir estupideces.
- No lo son, porque aunque sea una resurección y tenga mis recuerdos conmigo eso no quiere decir que cambiará las cosas tu atadura con Hiromi llegó a su fin, con Akisha solo es un compromiso que te ataba a tu anterior esposa con el cargo que tenías con ella pero no te preocupes, nadie te lo quitará.
- Estúpida, no me interesa ese cargo como Rey, nunca me importo.
- Entonces no te interesará que nos separemos.
-Si crees que te voy el divorcio estás muy equivocada.
- Porque te aferras tanto, ya no hay caso para seguir.
- Maldita terquedad deja de hablar por mi.-A lo que discutían, estaba caminando hacia la habitación una mujer ya mayor, entrando a esa puerta sin percatarse la pareja su presencia.
- Acaso no es verdad Shu.-Voltean al ver a la mujer de cabellos oscuros ojos rojizos.
- Achio-sama.
-¿Y usted es...?
- No me recuerdas aún todavía, pero soy tu abuela Kikuo.-Le dice regalando le una sonrisa, viniendo una imagen borrosa de una pequeña que estaba acostada en las piernas de una mujer mientras acariciaba su cabello, ella dormirá con tranquilidad.
- Achio-obachan.-Promuncia con ternura.
- Obachan está aquí para llevarte a casa mi niña.
- Con que derecho.
- Con el derecho que se me de la gana.
- ¿Por cierto como supo que estaba aquí?
- Eso no interesa mi niña, lo que importa es que Obachan te llevaré lejos de este infeliz.-Mirando con odio.-No permitiré que por su inconsciencia te pierda de nuevo.-Le dice acariciando su mejilla.
- No se la llevará, es mi mujer.
- Solo por contrato, no se te olvide que eso fue con Hiromi, para renovarlo debes beber su sangre pero eso pasara solo que cumpla la mayoría de edad.
Veía la discusión entra al cuarto un hombre de traje oscuro alto cabello corto y blanco.
- Shu deja que se la lleve.
- ¿Que dice?
- Estará mejor con Achio-sama.-Comenta aquel hombre.
- Milagro que me dé la palabra Karl Heinz.
- Me e pecartado que soy tan ciego no darme cuenta, desde la muerte de mi hija entrego su vida por sus hermanos teniendo más corazón y amor siendo un vampiro desmostro más sentimiento que yo nunca fui capas de verlo con mis hijos varones, solo con ella era la luz que anhele y ame.-Comenta.-No pienso cometer el mismo dos veces.-Dijo con firmeza.- Rompo todo contrato con su familia, no pienso perder a mi hijo y a ninguno de ellos por un destino que no tiene futuro.
- Algo si estamos de acuerdo después de todo su majestad, el futuro de nuestra raza no tiene fin, lo que solo conlleva de dolor y tristezas pero también paz y amor, si el Rey es fuerte no un debilucho como su hijo que dejó morir a su pueblo y su familia, solo es un fracasó.
Más tardar al darle de alta, recogiendo sus maletas los sirvientes de la mujer poniéndolo en la cajuela dónde en la limusina se encontraban esperando los Mukamis, Karl Heinz se enteró de su traición, a lo que los corrió y fueron acogidos por la vieja dama, Kikuo solo volteo y obsee o por última vez al muchacho de bellos rubios mirando a lado de Zokami que tenía una expresión triste y Millouri que no dejaba de llorar que corrió para abrazarla.
- Te extrañaré
- Yo igual.-Le corresponde.
- Vámonos querida es hora.-Le dice su abuela.
- Asiente.-Ya me voy Millouri.
- Si.-Limpiandose las lágrimas.
- Puede irle a visitar las veces que quiera.-Le comenta a la joven que asiente con tristeza.
Suben a la limusina los cuatros chicos en la parte de atrás en eso después Kikuo, cerrando le la puerta el chófer, mirando por la ventana como Shu se queda siguiéndola con la mirada observando como se iba de su lado, lo abrazo la ama de llavez. Alejándose de la mansión solo se ve como va alejándose cada vez más viendo solo su figura para después ya nada, llena de dolor en el pecho.
Transcurriendo los minutos en el sillón acotado xo si nada de nuevo en la la mansión con sus hermanos.
-Golpeteo con la punta de sus zapatillas y parada frente suyo, con los brazos cruzados y mirada molesta.-¿Que quieres?
- Como permitistes que se fuera.
- Fue su decisión irse no es mi problema ahora.
- Y tan fácil la dejastes, que fuerza de voluntad tuvistes.
- Ya basta Millouri.-Le dice dejandola sin palabras.
- También no le hables así a Bitchan.-Habla Ratito apareciendo
-No te metas.
- Es suficiente esa actitud tan detestable tuya.-Comenta Reiji.
- Bravo mi hermanito quejándose como mocoso que es.
- Que es lo que dijistes.
- No le hagas caso no sabe lo que dice.
- Y tú tratandolo como si fuese ese niño, eras tan patética.
- Deja de desquitarse con nosotros no tenemos la culpa que se la hayan llevado .- Dice Subaru .- Aquí el patético eres tú, si tanto te importaba hubieras luchado.
- Shu, no puedes borrar el pasado pero si puedes remediar tu presente.-Habla Kanato, abrazando su oso de felpa.
- Nosotros no seremos los expertos para aconsejarte, pero si podemos decirte que si vas estarte martiriciando toda la vida por un pasado que nunca volverá, pero si aprovechar su regresó. -Le comenta Laito.
- Ya perdimos a nuestra hermana.-Habla Kanato haciendo más presión en la abrazo sobre Teddy.- Ayato se fue de casa, ahora vas tú...
- Es verdad lo que dijo Ayato nunca nos hemos visto como familia pero eso tenemos por seguro .--Dice Raito. - Seguimos aquí...Juntos como cuando éramos niños viviendo este mismo lugar donde vivimos felicidad y tristezas , entre guardando esos recuerdos que nos llenas de nostalgia esa mirada llena ternura que nos dedicaba nuestra hermana y llenos de abrazos que solo ella podía darlos.-Las lágrimas brotaban de esos ojos color esmeralda.- No hay momento que no martirio por no haber hecho algo esa noche, solo quedarme ahí viendo cómo la mataban.
Apretando sus nudillos Subaru que cerró su quijada.
-Acomodandose los anteojos.- Extraño sus molestos quejas y hacerse llamar a si mismo Oresama.-Sonrie recordando ese pequeño pelirrojo.
- Puede quedarte ahí sin hacer nada pero no permitiremos perderte a ti también.- Comenta Laito sollozando a lo que Shu quedó sorprendido.
- Tenia razón me aferre tanto al pasado que no me di cuenta que también la quiero estar a su lado en su presente esta versión tan detestable de ella misma.-Dijo.- Lo lamentó por darles molestias.
- Idiota.-Dice Subaru.
[...]
En la mansión estaba en la oficina checando unos papeles que estaban sobre la mesa.
- Tocan la puerta.-Adelante.
-Mi señora la buscan.
-Dile que estoy muy ocupada.-Le dice .
-A lo que entraba sin previo aviso el muchacho.-Yo se que nunca fui de su agrado pero necesitamos hablar.
-Retirate lío.-Le dice a su sirvienta que hace una reverencia y se retira cerrando la puerta.
- Creo que no te quedó muy claro lo que dije.
- Más bien usted fue que no le quedó muy claro.
- Dejastes morir a mi nieta como quieres que lo tomara.
- El que debió morir en el incendio debí ser yo.
- Algo si estamos de acuerdo los dos.-Le responde.-Sabes lo que es perder alguien querido, y verlos por tus propios ojos.
- Lo se muy bien, esa noche cuando los lobos atacaron la mansión y ver cómo mi hermana se sacrificaba por nosotros, me sentí como el más débil dejando como me quitaban la persona que me entendía y con solo verme sabía lo que tenía, me consolaba cuando estaba triste, la única que no era como los demás vampiros, nos dió el amor que nuestras madres nos negaron.-Le comenta.-No diré Kikuo no fue una parte importante en mi vida porque si lo fue, enloquecí que tuvieron que borrarme la memoria temporalmente, a lo que no me fue fácil admitir la verdad.
- Tu odia esta versión y no te mereces-Escupiendo con enojo.-¡Sabes cuánto esperado este día con anhelo!-Apretando sus labios. - Para que tú no lo valores, desaprovechando está oportunidad que te han dado.
- Lo se y eso sido un idiota.
-Por eso Kikuo, estara mejor conmigo.
- Eso se equivoca.
-¿Que?
- Ella sigue siendo mi mujer.
- No por mucho tiempo, yo me encargaré que se separe de ti, para que tenga oportunidad que alguien más se encargue que la proteja y la hagan feliz.
- No lo voy a permitir, no puedo hacer cambiar los sentimientos de alguien de la noche de la mañana cuando ella y yo siempre estaremos unidos por la eternidad.
- Tu qué sabes de eso, si solo le haces dañó, recordándole que nos es Hiromi, como crees que le haces sentir.-Le explica.- Debes entender que no volverá y así será, aceptar quiero e eres afortunado de tenerla de nuevo, sabes cuántos quisiéramos que no los dieran ver nuevamente a nuestros seres amados.
- Aún así no dejaré de luchar y no pienso alejarme de su lado aunque usted no le agrade.-Se da la vuelta y se dirige a la puerta.
- En cierto modo tal vez Hiromi no fue la mejor esposa, pero... Te amo con locura, la hicistes feliz a tu modo, pero también date cuenta que tú tampoco fuistes el mejor esposo.-Le comenta.-Ella te daba órdenes no le hacías caso, tu se los dabas y ella obedecía sin negarse.
- No lo fui, había momentos que chocabamos mucho con nuestro carácter tan opuestos de ambos, pero eso tiene duda que la ame hasta el final.
- Entonces porqué la dejas ir...entiende será feliz con otra persona más, hasta para ti de ese cargo como el rey de la dimensión será un peso menos.
- Usted entienda que no es el cargo que me molesta, lo que deseo es a ella.
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