Capitulo XV
En medio de la madrugada que aun seguía oscuro las calles de Tokio . dormía una joven de largo cabellos oscuros, se despierta al movimiento del colchón, tallándose los ojos.
-Dejen dormir.-dijo adormilada que se envolvió entre las sabanas, acurrucarse muy cómoda en su almohada abrazándola con una sonrisa en sus labios.
-Eres una floja, lo sabias.-Se despierta al escuchar la voz masculina tan familiar.
-Tan temprano me molestas, eres un fastidio.-Se quejo la chica crubriendose por completo.
-Luego no te estés quejando que llegas tarde al instituto.-Le dice.
-Ya entendí el mensaje.-Cuando las luces de su cuarto son prendidas sin previo aviso provocando un gran destellos para sus ojos de la joven.
-¡Idiota! casi me dejas ciega.-Lo regaña cubriéndose con sus manos su rostro.
-Chasquea la lengua.-Di que Ore sama se tomo la molestia de levantarte.-comenta el pelirrojo con una cara de pocos amigos, cruzándose de brazos.
- Eso significa que ya se te quito el enojo del otro día.-Dice, haciéndole que le aparezca una vena en medio de la frente.
- ¡Quieres pelea verdad!-Le fulmina con la mirada.
-Tengo la culpa que siempre te celes de todo.
-Ore sama, no comparte a su mujer con nadie.-Se tele transporta a donde estaba a ella, quedando cara a cara.
-¿Estas seguro?-Dice con una mirada seria que lo dejo pensativo.
-¿Bueno? con cierta persona si te comparto pero solo con ella.-Le responde a lo que la chica sonríe y rodea sus brazos alrededor de su cuello de Ayato, jalándolo hacia atrás que casi quedara acostado sobre de ella.-Tonta, ¿que estas haciendo?
-¿Abrazándote genio?
-Eso lo se...
-¿Quien te entiende? Te enojas que soy poca atenta y lo hago te pones así eres todo un bipolar.
-No es eso...
-¿Entonces?.-Mientras discutían, no se percataron que la puerta se abría para dejar paso aúna joven de apariencia infantil, de catorce años vestía un camisón blanco de figuras de ositos que se venia todo somnolienta tallándose los ojos.
-Luna-neechan, estas despierta.-Dijo, a lo que ambos jóvenes se sobresaltaron al oír la voz de pequeña, se giro del lado de la cama donde los ve algo asustados como si se hubiera visto un fantasma.
-Buenos días Ka...kamura.-La saluda en un tono nervioso.
-Ho...hola.
-¿Ayato-niichan ? También estas aquí.-dice con ternura dándole con gusto de verlo.-Venistes a despertar a neechan.-El asiente como niño pequeño.
- Que bueno.-dice acercándose a la cama para luego acostarse aun lado y quedarse completamente dormida.-A lo que los dejo sin palabras aunque era ya costumbre que lo hiciera pero aun no se acostumbraba de ver la acción de la hermana menor de la joven de cabellos oscuros.
-Hasta parece fantasma cuando hace eso.
-Ya llevamos dos años de novios y aun no te acostumbras las acciones de Kamura.
-Tengo la culpa que lo que hace , hace verlo tan tierno.-Dijo ruborizándose.
-Que lindo de Ore sama que adora a su Kamura.
-Deja de burlarte de mi-Se enoja.- Aunque, en cierto modo... Esta niña acabo convirtiéndose una parte importante para mi.
- Y dices que los vampiros no tienen sentimientos.
-La sobreproteges demasiado.
-Como mi hermana menor es obvio que la cuide como a ti.
-Pero tu exageras.
-Cuido lo que es mio.
-Deja de molestarme que llegaras de nuevo tarde a la escuela de nuevo.-Le dice señalado el despertador que marcaba la hora, y dio grito que lo escucharon sus vecinos.
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Desde la mansión, estaba a su lado la ama de llaves cuidando los sueños de la joven que continuaba dormida.
- Hmm...-Se quejo.
- ¿Mi señora?
-¿...Zokami-san?-Dijo, topándose con unos ojos color jades, que la miraba con preocupación.
-Que alegría... -Suspiro aliviada.-Ha despertado.
-¿Donde estoy?
-En su habitación mi señora.-Le responde.
-Entonces ...¿todo fue un mal sueño?incluyendo.-Pone sus manos en su vientre.
-Debo decirle que no lo fue, lo que vivió ayer fue real.-Le comenta.-Por favor descanse en su estado no debe tener muchas preocupaciones por su bebe.
-Eso quiere que yo estoy...
-Estaba embarazada.-Le afirma.-Shu-sama trajo al doctor, como no despertaba casi cuatro días.
-¡¿Cuatro días?!.-Se alarmo.
-Así es mi señora, a estado durmiendo este tiempo a lo que nosotras la estamos cuidando.
-¿Nosotras?
-El señor, yo y Millouri-san.
-Enserió, ya veo...Espera... ¿Shu?-Se quedo sorprendida.
-Exacto, el señor no se separo de usted ni un segundo, la cuido como su sombra.
-¿Pero el no estaba molesto conmigo?.-Se dijo así misma dentro de sus pensamientos.-¿Y donde esta?-Pregunto sin verlo en ningún lado.
-Lo llamo Karl Heinz-sama, por un asunto del consejo, para su cargo como el siguiente Líder y pronto la celebración del nuevo miembro de la familia.
-Comprendo.
-Iré avisarle que despertó.
-Esta bien.
-Mientras relájese.-Le dice, para retirarse.
Cuando se fue dejándola sola, salio un gran suspiro, lo que no soporto mas estar en la cama y se puso de pie caminando hacia la ventana, para jalar las cortinas dejando paso a los rayos del sol pasar, la luz era tan brillante que le molestaba a sus ojos que se cubrió con su mano derecha.
-¿Que haces fuera de la cama?.-Dijo una voz masculina regañándola, se gira, sin darle un momento de reaccionar se encontraba rodeada en los brazos de su esposo, que la acercaba contra su pecho.
-Sh...shu...
-Si que te gusta causar problemas.
-Lo siento.-Respondió, brotándole las lagrimas en esos ojos oscuros.-No quería hacerte sentir mal, por mis actitudes.-A lo que noto que la chica no recodara que ya habían arreglado las cosas esa noche, como que tenia una falta de memoria.
-Es mi culpa, yo de entenderte pensé egoístamente.-Le contesta.-Tienes razón.
-¿En que?
-Eres una niña y yo te obligue que cumplieras tus obligaciones como una adulta rápidamente, sin ponerme a pensar en lo que tu querías.
-Te sientes mal.-Pregunto.
-Solo que me di cuenta que casi te pierdo.
-¿Te preocupaste por mi, aun cuando fui mala contigo?
-Como no lo voy hacer si eres mi esposa.
- Solo por eso.-Alza la mirada topándose con unos hermosos color zafiro.
-También porque...-Acercándose a ella, casi estar a unos cuantos centímetros separado de sus labios.-Estoy sintiendo algo por ti y no tengo duda que quiero estar a tu lado.
-No lo dices porque es tu deber cumplir las ordenes de tu padre.
-Tonta,.-Junta su frente con la suya.- Lo hago porque quiero hacer una nueva historia contigo, con este niño que vendrá en camino en algunos meses.-Ambos sonríen de felicidad.
Un muchacho de cabellos rojizos entraba a su habitación muy tranquilo sin notar la presencia de aquel chico de cabellos oscuros que se acomodaba los anteojos y una mirada seria, mientras estaba sentado en la orilla de la cama.
-Al fin que te apareces.-dijo con seriedad, provocandole un susto grande al menor.
-¡Maldito Reiji! -Contesta furioso.-Que modo de recibirme es esta.
-¿Donde estabas?-Le pregunta esperando respuesta.
-¿Que? ¿Desde cuando te preocupas donde ando?
-Yo siempre estado al pendiente de ustedes si no te no te has das cuenta.
-Rodo los ojos.-Eso nadie te lo cree, ¿que quieres?
-Llevas una semana sin ir al instituto.
-Ya se me hacia extraño que te hicieras el mártir, si es por eso, andaba por ahí.
-Nuestro padre esta muy furioso.
-¿Y...?-Se da la vuelta, caminando hacia la puerta no estaba para escuchar sermones del mayor.
-Me dijo que si no cambiabas esa actitud tuya te comprometería con lady Janeth.-Le dice, a lo que Ayato se detiene.
-Si me niego.
-Que como te sientes muy adulto, que busques otro lugar donde vivir.
-¡Bien para mi!-Dice saliendo de la habitación, donde pasaba Laito y Kanato sin entender nada, se miraron entre si.
-¡Ayato!-Lo llama , para ir tras del menor, a lo que los dos hicieron lo mismo .
Llamándolo, mientras lo seguía, lo que el pelirrojo no hacia caso al mayor.
-¿Que sucede?-Pregunta Laito.
-No esta pensando bien las cosas.
-¡Si cree el viejo , que me dejare manipular por sus advertencias! ¡Esta muy equivocado!
-Si te vas, que vas hacer.
-Ese sera mi problema.
-Si te vas te quedaras sin la protección de padre.-Le dice a lo que Ayato casi llega a la puerta de la entrada de la mansión.-Dijo que si te negabas , olvidaras que tienes una familia.
-¿Que esta pasando?-Pregunto Subaru apareciendo al escuchar un gran escándalo.
- Se ríe.- Aveces me da risa, se lo creería cuando era niño, cuando me dejaba manipular por mi madre, pero ahora.-Aprieta sus manos.- No siento que haya tenido algunas vez una familia.-Al decir eso abre la puerta, para salir y nunca volver.
-Ayato.-Dice Laito, Kanato abraza fuertemente su oso de peluche, Reiji solo se quedo en silencio, Subaru solo observo como veía la figura de su hermano despareciendo ante sus ojos y diciendo esas palabras que le provocaron un mal sabor de boca sin saber la razón del porque.
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