Capitulo XLIX SORPRESAS INESPERADAS" PARTE DOS
El gran acontecimiento dejó impactados a los presente, y desaparecer Hakuy, junto a sus víctimas que tenía controlada un poder prohibido. La espesa sangre escurría en sus brazos de las cortadas que se había echo la joven de cabellos verdes al dárselo beber a la criatura, dándole más energía vital.
Pero en el transcurso del camino los seguía Kanato junto a Jumieth que tomaron una de camionetas de los invitados, que estaba manejando con desesperación sin darse cuenta que llevaban al pequeño al peligro.
Por lo rápido que fue esto, Ayato no podía dejar solo a su hermano que venía montado en Luna que se había transformado en lobo, saltaba por los edificios de manera increíble, como se impulsaba de esa magnitud
Parecía que por este poder, evitaba que se teletransportaran los seis hermanos de la manera que sabían hacerlo como vampiros, Jors que se había quedado atrás, llevó a los Sakamakis como los Mukamis junto a las chicas, la ciudad estaba solitaria como si los humanos se hubieran esfumado pero se debía al conjuro de los demonios, que hacía transportarlos el otro lado de la dimensión.
-No permitiré, que se salga con la suya. -Dijo Kanato cerrando su quijada, mientras conducía, aumentando más la velocidad.
-Esos mocosos siempre actuando de manera incorrecta. -Dijo Jorsh.
-No sólo tienen a tu ama si no al parecer a su hermana. - Contestó Ruki, mirando de reojo a los cuatro Sakamakis.
-Ella es... - Dijo Kikuo sorprendía al conocer a la primogenitora.
-"Luna Sakamaki" -Dijo Shu con dureza aunque pasará los años seguía doliendo, viniendo en su mente, recordando esa dulce voz llena de ternura, esos ojos color esmeraldas que fueron el consuelo de cada uno de ellos de niños.
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-Kanato, a este paso no los alcanzaremos. -Le dice Jumieth que llevaba en brazos a su sobrino.
- Tengo una idea. -Dice con una sonrisa llena de malicia.
- Como son molestos. -Dijo Hakuy al ver el carro aproximándose, lo que la criatura se detuvo y girandose, comenzó a atacarlo con fuerte golpes, lo que esquivaban con trabajo, el bebé reía divertido al balancear aún lado a otro, mientras como loca Jumieth gritaba. -Acabalos. -Obediciendo ordenes viendo su ataque de nuevo directo a ellos.
-¡Ahora! -Dijo Kanato, lo que abrieron las puertas de frente, salieron del auto rodando, su cuerpo protegía al pequeño que estaba disfrutando la diversión ni entendía que sucedía.
A lo lejos viendo como en un solo golpe el carro era destruido lo que Ayato quedó aturdido.
-¡Kanato! -Exclamó, lo que con rapidez se apresuró Luna, en llegar a ese lugar.
Intentandose de incorporar Kanato y Jumieth de la fuerte caída.
-Feliz de la vida el bebé estaba como si nada. -Se nota que es tu hijo. -Dijo la chica de cabellos oscuros mirando a su sobrino, lo que sonrió el chico pero luego cambió su expresión al observar a la gran bestia oscura.
- Veo que aún no se rinden. -Dijo . moviendo sus labios al decir el conjuro, haciendo aparecer una tormenta de arena que acabo cubriendo la cuidad, lo que causo que fuera mas dificil de ver.
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-No es un enemigo cualquiera.-Dijo Reiji, sujetaba con fuerza entre sus brazos a Millouri.
-Solo debemos acercarnos un poco mas.-Kikuo le costaba ver en medio de la tormenta, lo que se oyeron el sonido de las aves, lo que se alcanzo ver alateos y oscuras figuras volando cerca de ellos.
-Maldicion.-Contesto Shu, al poder ver que estaban rodeados de las aves que provenian de "Reino de las almas", que comenzaron atacarlos, gritos de las jovenes, y los vampiros les era dificil de observar a donde se dirigian.
Lo que uno de ellos jalaban a Shu y Kikuo hacia la orilla , provocando que cayeran, solo pudieron oirse los gritos de la chica.
-¡Kikuo!-Dijo Millouri.
Abrazandola con fuerza sin pensar en soltarla, protegiendola con su cuerpo, haciendo que cayeran hasta suelo, amortiguando la caida el chico de cabellos rubios.
-Shu, te encuentras bien.
-No te preocupes por mi, tu estas bien.-Asiente, lo que aun no acaba, las aves venian hacia ellos, lo que se podian escuchar,rapidamente se pusieron de pie, corrieron en la fuerte ventisca, pero mas allá, una luz brillante fue directo a la pareja que hicieron se separan aparatndose del uno al otro .
-Si creyeron que esto acabo.-Dijo una voz femenina .-Es solo el inicio.-Sus pasos al resonar de sus tacones aproximandose, lo que Kikuo, observaba como la figura se acercaba.
-¿Usted?-Hablo Shu, como si la conociera a esa mujer.
-Si pensastes que dejaria las cosas de esa manera te equivocastes, antes de acabar con tu patetica vida.-Usando su poder, lo que hizo que su mano se convertiera en un humo oscuro que se alargaba hasta la chica , atrapandola completamente, estrujandola provocando un agonizante dolor.
-¡Kikuo!
-Acabare con la patetica vida de tu amada, asi como acabastes con la vida de mi hija.
La fuerza del viento hizo que los que estaban arriba de la criatura , fueron llevada y separados, unos estaban arriba de algunos edificios y otras en el suelo inconsientes.
Shu trató de levantarse, pero cayó pesadamente al piso por la fuerza de aquella mujer, que lo atacaba sin piedad alguna, ambos corrian peligro que causaria su muerte de ambos. se veia realmente muy mal, las profundas heridas que causaba el torbellino que habia hecho, que sobresalian cristales que cortaban cada parte de su piel.
-Veo que no tienes suficiente.-Aumentandolo mas su ataque.
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-En el cielo se apreciaba las luces de la electricidad que se avecina en ese instante, hasta que un rayo cayo cerca de Jumieth que la obligo apartarse rapidamente. Las fuertes corrientes se debian al ataque de la criatura, que rodearon a Kanato, cuatro rayos que estaban apunto de destruirlo sin tener salida, la primera vez que sentia asustado, solo sus pensamientos estaba Siumiri y su bebe, hasta vino a su mente sus hermanos, cerrando los ojos esperando lo peor. Los rugidos de la bestia, llamaron su atencion, quien Jorsh tomandolos como si nada , siendo electrificado, quitandoselo de encima.
-Jorsh.-Susurro Kanato.
-Si crees te dejare morir asi de facil estas equivocado, aun me debes una pelea.-Asombrado por la accion del pinguino, no esperaba algo asi.
- ¡Idiota! -Apreto los puños, y se alejo para buscar a su cuñada y su hijo, entre esta tormenta.
Jumieth se protegia con el escudo que habia hecho, para evitar que los rayos se acercaran mas, pero esto no eran suficiente, abrazando al pequeño bebe , que comenzo a sollozar.
-¡¿Donde estas?!-Grito desesperado Kanato, hasta oir los llantos de su hijo, que fue dirigiendose alla.
La proteccion, se veian las grietas que se hacian no aguantaria mucho tiempo y el temor la inundo, no era lo mismo combatir sola, que tener aun ser que no tenia la culpa de nada. Los crujidos como cristal estaba apunto de destruirse, rodeando sus cuerpo para proteger la vida de su sobrino, cerro los ojos, adentrandose una figura corrio como desquiciado, entrando al campo de proteccion, jalandolos al modo de sacarlos de ahi antes que acabaran siendo destruidos.
-Siendo un demonio de sangre fria, se te ocurre quedarte como idiota.-Lo regaña la voz masculina, abriendo sus ojos la choca de cabellos oscuros y ojos rojizos, topaba con esos ojos lilas que se veian molesto.
-Solo a ti se te ocurre dejarme sola con un bebe.-Dandole al pequeño, que no dejaba de llorar, y al sentir al chico comenzo a calmarse.
-Olvidalo, debemos salir de aqui.-Tomandola de la mano, a lo que se apartaron del lugar.
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Las numerosas heridas en el cuerpo, provoco que ya no pudiera incorporarse .
-Y tu ibas a ser nuestro gran Rey de los cuervos, que protegeria nuestra dimension.-Se rio.-Mirate lo patetico que te vez ahora, la decepcion de nuestro antepasados en escoger alguien de tu clase, los vampiros nunca llegara hacer como nosostros.
-Y tampoco tu vieja bruja.-grito una voz femenina apareciendo, dandole un puñetazo en el rostro a la mujer, haciendo que la castaña se quejara de dolor , sintiendo como su mano palpitaba.
-Pero si el "Reina del olvido", siempre metiendo las narices donde nadie te llama.-Dijo aventando el cuerpo de la chica que estaba desmaya por tanto estrugulamiento.-Hare que te acuerdes de mi por toda la eternidad.
-Quien podria olvidarte de lo zorra que fuistes durante decadas, pero aqui estoy, dame tu mejor ataque.-Dice retandola Orami, haciendo señas con sus manos .
Ya estando cerca Luna salto junto ayato que seguia montado en ella en su lomo, dando un salto donde se encontraban Hakuy, lo que fue oportunida del pelirrojo darle el impulso y caer sobre de el, darle una paliza.
-Pagaras por esto, no solo controlas a la mujer de mi hermano, si no te atrevistes a sacar el cuerpo de mi hermana mayor eso no tiene perdon.-Al volver a golpearlo, hizo un ataque el hombre haciendo aparecer un remolino de agua , un riesgo, rodeandolos, junto un relmpago que cayo directo, electrificandolos.
Kikuo recuperaba la conciencia, se oia los golpes de las espadas, ambas mujeres peleaban a muerte, lo poco que pudo observar a lo lejos se encontraba la figura de shu tirado en el suelo, lo que trataba de levantarse a pesar de su condicion del chico, avanzo arrastrandose hacia a el.
los gritos desgarradore que preovenian de Ayato, al sentir como su cuerpo no podia tolerar la electrica que le recorria y sentia la falta de aire , saliendo de su boca burbujas, junto a su mujer se derrumbaba, las manos de la mujer se comenzaron a mover , sus ojos verdes reflejaban al pelirrojo, pidiendo ayuda con desesperacion. Luchando por el contro de aquel hombre, moviendose por su voluntad , caminando hacia Siumiri, con una fuerza dando una puñalda atrevesando su mano , directo a su pecho, salvandola de la dominacion , haciendo que la tormenta, junto los relampagos y el remolino fueron disminuyendo, tambien ayudando a su hermano menor, que tosio.
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Cuando llego Zokami, que venia montada de la bestia del mundo de los relojes, viendo el caos que fue provocado, a lo lejos.
-Sera peligroso si continuamos.-Le dice la bestia que su apariencia de un leon dorado que brillaba como el oro y cuatro colas, que su forma era de serpientes se movia a los lados.
-Solo acercame ahi.
-Sabes como podria acabar esto.
-Lo se.-Responde con tristeza.-Pero es mi deber protegerlos a toda consta, no voy a dejarlos morir tan facilmente, ellos tienes que vivir.-juntando sus manos a su pecho aprentandolos con dureza, lo que el leon no tuvo opcion, y continuo.
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La situación no podía ser más desesperada. Orami combatiendo a esa mujer, pero un descuido, de un solo golpe hicieron que su espada cayera lejos, haciendola que estuviera desprotegida.
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La sangre goteando en un charco a acausa de la herida que hizo la Sakamaki, Ayato miro a su hermana, que sonrio como lo hacia en vida, perdiendo la movilidad, haciendo que ambos cuerpos cayeran.
-¡No!-Grito el pelirrojo. la licantropo se apresuro cayerndo hacia el precipicio rescatando a la Sakamaki y Siumiri, pero amortiguar seria una muerte que nada la salvaria, pero al llegar Jorsh atrapándolos en el instante, sin esperar que kokona seguia en control de ese hombre, atravesando su aleta directo a su pecho, los rugidos de este se escucharon.
-¡Jorsh!-Empezo a gritar Jumieth, Kanato quedó perplejo, ese pingüino con quien llevaba gran rivalidad, era asesinado frente a sus ojos. Pero eso no permitirá para la bestia morir de esa manera si no antes salvar a su querida Kokona de la manipulación, haciendo la misma acción.
- Sólo podemos obedecer a una sola persona y eso es nuestra ama Siumiri. - Mirando a la chica de cabellos verdes, junto a la Sakamaki y la loba que se transformaba a humano.
La pingüina recuperaba su forma natural con los rugidos.
- No te salieron las cosas como esperabas. -Una sonrisa de dibujo en los labios del pelirrojo, que corrió hacia Jorsh que seguía manteniendo de pie aguantando un poco más para poner a salvo a las tres chicas. Hakuy, molesto se desvaneció como polvo....dura penas podía moverse, escurría la sangre del gran agujero en su pecho, arrastrándose con dificultad, se arrodillo, bajando su aleta hacia al suelo, Luna, lcargando entre sus hombros a las dos, bajo junto con ella, al igual que Ayato.... Inmediato comenzó a recuperar su cuerpo diminuto el pingüino, que no tenía fuerzas, fue cargado entre los brazos del vampiro.
-¡Jorsh! -Jumieth corría hacia su amigo que conocía desde niña, llegando hacia allá, Ayato se lo entregó enseguida, esta lo tomó al instante. -Idiota, porque...
- M-mi... deber es mantenerlos a salvo, sin importar, que me cueste la vida.-Podia apenas hablar, Kanato, estando ahí, vio herido a Jorsh, que agonizaba, su hermano puso su mano en sus hombro, este le entregó al pequeño para que lo tomará, lo que hizo, fue acercándose.
-Jorsh...
-Mocoso... -Volteando a ver a ese chico de cabellos lilas. -Ya por fin te desaseras de mi. -Rio, lo que tosio haciendo que saliera la sangre, abrazando o la chica mientras sollozaba, apretando su quijada Kanato.
-¡Aún no te puedes! -Casi dando una orden este sonrió.
- No me digas que te encariñastes de mi. -Dirigiéndose hacia ellos.
- Me prometiste que no nos abandonarías.
-Es verdad, pero aveces las cosas no salen como uno espera. -Le dice. - Puedes prometerme algo. -Mirando atentamente. - Se que no te es fácil por tu carácter ser perfecto, pero intenta cambiarlo, hazlo por Siumiri y ese niño que los unirá más que nunca.
-Si...
-Cuida de mi Kokona y de Jumieth.
- Tonto, yo puedo cuidarme sola.
-Puedes cumplirmelo . -Ignorando a la chica, Kanato asintió. - Sabes algo me recuerdas tanto a mi, ese carácter sádica. -Le dice, la chica se lo da en sus brazos, lo que agarra al pingüino. -Pero lo que me cambio fue el gran amor y dedicación de mi querida Kokona, por eso tengo las misma espectativas que Siumiri hará lo mismo contigo mocoso.
- Eres tan molesto. -Cayendo las lagrima en el rostro de Jorsh que venían de Kanato.
- Fue un gusto conocerte Kanato Sakamaki. -Dicho hecho su cuerpo fue desvaneciendose lentamente, dejando este mundo.
-Maldito pajarraco. -Sin soltarlo, lloró.
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Kikuo concentró su mirada hacia la espada que estaba a unos metros lejos de ella, lo que lucho para alcanzar, arrastrándose, estirando su brazo y su mano abría para poder tomarlo
Ahogó un grito de angustia Orami al sentir como las sombras que sobresalían del suelo, formando en picos afilados, atrevesaban cada parte de su cuerpo.
- Ahora si maldita mocosa acabare con tu estúpida existencia di una vez. -Mientras cerraba poco a poco su mano, tomando el control de su poder.
-¡Nooooooo! -Grito, escrustando la espada, lo que giró la mujer, donde podía ver la viva imagen de su anterior yo, acompañandola, fundiendo de furia, de un solo movimiento aventó a Kikuo, al mismo tiempo sacando el arma, para abrirse su cuerpo a la mitad, transformándose la gran criatura, mostrando su verdadera forma, teniendo la apariencia de una horrenda ave de ojos zaltones, cola de fuego, lo que empezó mover sus alas, alzando en el aire.
- Destruir todo lo que rodea, así como lo hice con tu patética madre. -Kikuo se puso de pie con dificultad, tomando la espada en sus manos, y aunque nunca había peleado, se pone ne posiscio para atacar.
- ¡Que esperas! ¡Terminemos con esto! -Con firmeza.
-¡Kikuo! -Grito Orami.
-No te enfrentes a ella. -Dijo Shu.
- Eres poca cosa para dañarme" -repuso, que aleteaba haciendo una brisa fuerte al mover sus alas, voló directo a ella atacandola, lo que empuñando su espada golpeaba pero no tenía éxito, esta seguía haciendo lo mismo, hasta atraparlo con sus garras, para volar lo más alto.
-Maldito animal. -Orami no podía alcanzarla a esa altura.
Lo que forzogeaba Kikuo, en poder zafarse pero no lo conseguía.
-Acabare sacando cada órgano de tu patética existencia, que debiste quemar hace décadas ¡Muerta!
Creyendo que era su final, una luz resplandecío de su pecho, el palpitar de su corazón, el retumbar de su cuerpo, ¿Que era esa sensación? Desde el suelo las sombras de las almas salían descontroladas salieron de cada parte de la ciudad, se elevan a dirrecion de Kikuo, rodeandola.
-¿Que es esto?-El brillo como la oscuridad era demasiado, que no pudo tenerla más retenida más tiempo, soltando la mientras las almas la cubrían como escudo, algo dentro de su ser estaba despertando, transformándose en la gran cuervo proveniente de su antepasado.
Mirada penetrante de esos ojos oscuros, se fijaban en la ave, la mujer no podía aceptarlo que fuera la descendiente del antiguo Rey de los cuervos, eso era imposible que una bastarda pudiera tener el poder de convertirse, atacó, lo que mismo hizo Kikuo, chocando sus garras entre si.
- Hermanita. - Dijo Orami, que estaba junto a Shu, que observaban hacia arriba la pelea.
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- Esto no se puede quedar así. - Dijo Hakuy, furioso de que sus planes no salieron como esperaba. —Ya verán acá are con todos ustedes.
-Creo que eso no sucederá. -le contesta Reiji, que se afloja a la corbata, fijaba sus ojos carmesí en el hombre.
-Arrugando su frente con molestia. —Tu debes ser uno de los niños que crió Zokami, con tanta dedicación, la razón que ella dejó su cargo como la descendiente del tiempo, para acabar siendo la protectora de unos patéticos vampiros.
-“¿Descendiente? ”
- Veo que no lo sabían, tan buena es para ocultar las cosas. —Dijo con una sonrisa burlona.
- Si vas a decir algo, dilo di una vez.
-Zokami, es la hija progenita de nuestra madre y creadora de la especies, ella era escogida como la siguiente “Reina del Tiempo” —Menciona con durezay enfado. —Pero que rechazo por culpa de ustedes, diciendo que su destino era estar a su lado, sin aún existir, decidió permanecer en el mundo de los humanos, siendo una simple criada, obedeciendo órdenes de un ¡Vampiro!
- Tu enojo es por nosotros o que tus planes se fueron destruyendo porque no salió como esperabas.
- Zokami era mi prometida. —Dijo, haciéndose para atrás su cabellos con su mano derecha. — Sabes lo que es un honor ser escogido, para ser pareja de la futura Reinas de las dimensión y de gran nivel, todo hijo esperaba ser parte de su mundo y sentir ese poder que puedes obtener.
- Ahora entiendo, tu molestia es porque ese don que te seria concedido no fue acompletado, dejandote sin nada. —Acomodándose los anteojos.
- Se nota tu inteligencia, siendo un vampiro. —Contesta, remangandose las mangas de la camisa blanca. — Pero es hora que pagué, haciéndole daño lo que más ama en el mundo ustedes.
-Por eso te robaste el cuerpo de mi hermana.
- No solo eso, como fui causante de muerte. —Una sonrisa se dibujo, lo que provocó una rabia dentro de Reiji, al enterarse de esa manera. —Es una lástima que mi plan no salió como esperaba, la acción de su hermana mayor entregar su vida por ustedes, fue voto del gran amor que les tenía.
- Entiendo.—Quitandose el saco de su traje, aventandolo aún lado. —Pagaras todo el daño que causastes. —Estaba decidido esto sería una pelea de a muerte.
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La mujer ya estaba decidida en acabar con Kikuo, abrió su pico, dejando ver la espada sobresalir para comenzar atacar con furia, lo que esquivó, apartándose de ella, para hacer su ataque juntando su alas y un torbellino se formará sobre de ella, saliendo de esto, cristales y contraataca, lo que golpeaba con facilidad.
- Es todo lo que tienes. —Dijo burlándose de su patético poder. - Basta de juego niña, es hora que te vayas donde permaneces.
Shu, pensaba como ayudarla lo que recordó que el Rey de los cuervos, lo hacía practicar la arcaderia, lo que se maldijo no tenías las armas para hacerlo, pero sus dedos brillaban como diamantes, lo que junto entre sí y salían un delgado y transparente hilos que sobresalían, como si supiera que hacer... Haciendo un movimiento formando un arco, y jalando, si tuviera una flecha, esto se hacía atrás, fijándose en su objetivo, soltando lo, haciendo el sonido, la ráfaga se oía, casi al mismo tiempo. Apunto de acabarla fue retenida, por la flecha que se incrustó en abdomen, provocando que se comenzarán a convertir en piedra enseguida, y fueron derrumnadose poco a poco a pedazos, cayendo hacia el suelo dejando agujeros por el impactó.
Había acabado, lo que Kikuo, regresó con los demás... llegando al suelo, retrocieron, lo que su transformación hizo que volviera a la normalidad.
-Hermanita.
- Kikuo. —Hiendo hacia su esposa para abrazarla.
- Shu. —Correspondiéndole, ocultando su rostro en su pecho.
-Aún no cantemos victoria, esto aún no acabado. —Dijo Subaru que llevaba en su espalda a Millouri que estaba inconsciente, juntos a los tres Mukamis, Yuma, Azusa y Kou.
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-Seré considerado contigo niño. —Dijo Hakuy, haciendo aparecer dos par espadas, tomándolo uno se lo entrega a Reiji aventandosela.
Al tomarlo poniéndose en posición, lo que empezó los choques de espadas, casi frente a frente, se apartaron por el impulso.
- ¿Que sucede? El futuro “Rey de los hilos“ no puedo con algo tan simple. —dijo con una risita, con un moviendo un tornado de fuego se dirigió a Reiji, rodeando lo sin tener escapatoria.
-Como saldrá de esta su majestad. —En tono de burla.
Horrorizada Zokami ver como estaba atrapado en medio del fuego, que no le daba tiempo para llegar, lo que junto sus manos hacia arriba, una luz brillante se hizo presente, se reflejaba la imagen de su madre acompañándolo a tal acto de amor y devoción, la bola de luz fue directo al cielo, haciendo que la nubes se oscurecieran y empezará a caer, plumas, apagando el gran ardiente fuego, lo que Hakuy, molesto que sabía de quien se trataba.
Buscando a todas direcciones donde se encontraba la castaña sin esperar el golpe de Reiji, que fue directo hacia a el, que hizo retroceder hacia aún lado, haciendo que la espada se atorara dejando indefenso al Sakamaki, haciendo que fuera oportunidad de Hakuy en atacarlo en segundos... U. Rozor en el brazo lo que pudo causar a este antes que acabará muy mal, pero sin saber que la espada contenía potente sustancia que hacía que tu piel arderá como si fuera quemandolo, soltandolo de sus manos, era demasiado el dolor que lo hizo caer de rodillas hacia el suelo.
- Es maravilloso lo que puede hacer la espada “Ichijiri” su poder mortal puede causar graves heridas como una quemadura. —De reojo miraba Reiji, mientras se agarraba el brazo. —Pero para un ser humano la muerte, derritiendolo.
- Infeliz... —Sin fuerzas, su rostro palidecio más de lo normal, el ardor era insoportable, le alegraba ser vampiro, si no esto ya lo hubiera matado, su brazo enrojecida, pero tomando fuerza en sus pierna para incorporarse poniéndose de pie, sacándole la espada, donde estaba atrapada. —Esto no acabado aún. —Con firmeza, plenaria aunque fuera con una sola mano.
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