CAPITULO XLIV
Viendo el rey como su primogénita estaba amarrada entre la cruz de madera y madera que era para la fogata que sería quemada ante el pueblo de su dimensión ver como su reina moriría antes sus ojos, entre lágrimas lloraban y suplicaban que se detuviera, pero el hermano que tomó control no cedería.
Entre la gente observaba una persona de túnica oscura. Siumiri sólo pedía que la vida dejaran vivir a su hijo a gritos, lo que los caballeros con el dolor desviaban la mirada y pedían perdón por lo que sucedería, entre las llamas descendían a su alrededor. Lágrimas rodearon sus cristalinos ojos azules de la gran mujer cumpliendo la petición de su hija sabiendo que no podría volver a la vida, salvando a la criatura que llevaba dentro de su vientre, desvaneciendose su cuerpo de la chica para que no sufriera en pequeñas esferas de luces, los llantos de un pequeño se hicieron presentes, plumas que caían del cielo apagando el fuego.
- ¿Eso es? -Dijo el hombre con gran coraje.
- Solo escucho las súplicas de su hija. -Dijo entre lágrimas el rey viendo cómo su primogénita fue llevaba sin sentir dolor.
Quitándose la gorra de la túnica dejando ver su apariencia de cabellos oscuro ojos rojizos, viendo como su hermana se había ido y nunca volvería, darse cuenta que cometió de no haberle dicho cuanto la quería pero podía remediar su error protegiendo a ese pequeño.
-¡Les ordenó que acaben con su vida de ese niño! -Lo que los soldados escucharon sin tener opción, dirigiéndose hacia el bebé, lo que rápidamente actuó la chica, sobresaltando de golpe haciendo un ataque oscuro saliendo del suelo punteaguda agujas que atrevesaron los cuerpos de los caballeros, teniendo el gran dolor en su pecho, un gran odio, tan injusto que eran permitiendo que cometiera tal atrocidad.
-¡Jumieth! -La llama su tío con una sonrisa llena de satisfacción lo que hizo enfurecer. -Fue un gran espectáculo no lo crees, que se sintió ver como moría quemada frente de ti, no fue divertido.
-In...feliz.-Llena de rabia apretó su quijada, pero sus sollozos de su sobrino la hicieron reacción, quitándose la túnica para arropa su pequeño cuerpo, era idéntico al idiota de su padre cabellos lilas, ojos del mismo tono, era su viva imagen pero podía sentir el aura pura de su hermana en el, lo que la entristeció. -Pagaras por todo lo que has hecho. -Sacando de su espalda un arma punteaguda, curvada que estaba hechos de huesos de demonios, teletransportandose a lado de él atacando lo de golpe lo que se aparto y tomó al padre de esta.
- Te acercas acabar con su vida.
-Jumieth, se que no soy tu padre verdadero y trate de hacer lo mejor para serlo, hasta remediar los errores que cometieron tu familia en el pasado, para que tu no volvieras a lo mismo de antes, pero una vez en tu vida salva la vida de este pequeño y el tuyo y olvidate de mi.
- No diga eso. -Por una vez en su vida cayó una lagrima de su mejilla. -¡No pienso abandonarlo! -Gruño de coraje.
- Si no lo haces ese bebe y tu morirán, porfavor, cumple la última voluntad de tu hermana. -Viniendo la imagen de la chica de cabellos verdes.
-Jumieth. -Siempre recibiendo la con esa sonrisa que brillaba como el sol.
-Sin dejarle una opción, se dio la vuelta. -Juro que este niño y yo volveremos y recuperaremos algún dia el reino, en nombre de mi hermana y todos los que han muerto a causa de este sujeto.
-Lo se. -Dijo el rey, viendo como se retiraba la joven desapareciendo del lugar.
Apareciendo en el mundo de los humanos, desde el bosque Jumieth, grito con fuerza.
-¡SIUMIRI! - Exclamó a todo pulmón, sintiendo como la desgarra Ban por dentro, sin soltar al pequeño que se quedó dormido entre sus brazos.
La lluvia se hizo presente, lo que se retiró caminando en medio de la oscuridad.
-Ruki, miraba a cada rato por la ventanal de la mansión mukami. -No deberías preocuparte ya sabes como es tu mujer. -Le dice Kou confortando a su hermano.
- La mirada de Jumieth, no era normal. -Habla Orami desde el sofá. -Algo la hizo que reaccionará de esa manera y saliera de prisa.
- Hay Orami, no vez como esta Ruki, y tu sales con tu cosa.-La regaña Kou.
- Tu insensible, te falta un poco humildad. -Pelando se entre ellos.
- Poniendo su mano en el hombro de Ruki, este voltea. -Ya veras que regresará. -Le dice Yuma.
- Eso espero. -Lo que a lo lejos ve una silueta haciendo que Ruki, reaccione y va hacia aya desapareciendo.
- Eso fue rápido. -Dice Kou sorprendido en la actitud de su hermano.
-Jumieth. - La llamas a sus espaldas lo que se detiene y se da la vuelta, viendo ahí a Ruki frente suyo, lo que se acerco hacia el, buscando el consuelo, lo que la abraza pero esta la aparta.
- Espera lo vamos a lastimar. -Le dice, dejando de vista al pequeño que con ella.
- ¿Y ese bebé ? -Tembalndo sus labios no podían salirle las palabras, se recargo su frente a su hombro, para sollozar.
Los tres hermanos junto a Orami que se dejó caer de rodilla y lágrimas en los ojos, comenzó a llorar como loca.
-Lo que Azusa la conforto.-¿Que tienes... Orami... ?-Abrazandola.
En la mansión de los Sakamaki, en unas horas lágrimas caían de sus ojos de Kamura en el pasillo que se dejó caer y grito que llamó la atención de todos. Lo que Zokami la abraza fuertemente.
-No llore señorita, todo está bien. -El dolor la agobiaba no entendía el porque.
-¿Que sucede? -Preguntan Ayato junto a Laito.
- La señorita está bien regresen a sus habitaciones. -Les dice.
- Kamura, no está bien Zokami. -Habla Kanato llevando entre sus brazos a su oso de felpa, mirándola con seriedad.
-Tienen razón no esta bien. -Dice una voz masculina haciéndose frente lo que un relámpago hizo un estruendo lo que iluminó donde estaba ellos.
Lo que estaba los hermanos Mukamis, junto a Orami y Jumieth a lado de Ruki. Acabando llegar los demás hermanos Sakamaki junto a Millouri, Kikuo y Luna.
-¿Porque están aqui? -Les pregunta Subaru, quien no comprendía lo que pasaba.
- Vinimos a entregarle algo que le pertenece a Kanato. -Habla Orami, lo que Jumieth, aún se nagaba en aceptar pero, no debía pensar egoísta observando al pequeño que seguía dormiendo.
-¿A mi hermano? -Dice Laito.
-¡¿Espero que no sean una trampa suya?! -Cometa Ayato Poniendose frente a Ruki, quien ambos se miraban fijamente.
- No lo es Sakamaki. -Dice Yuma.
-Jumieth, dárselo. -Lo que la chica aún se negaba era todo lo que tenía.
-No... - Responde.
- Jumieth, ya lo habíamos hablado.
- Es todo lo que tengo y no pienso entregárselo quien dice que lo tratara bien, si no lo fue con ella.
- ¿Hablen claro? -Habla Luna cruzando los brazos.
- Kanato, solo te pedimos que lo cuides como tu vid adependeriera de ello.
- ¡No se que quieren decir con eso... !
- Tuvistes un hijo... Kanato-kun... -Rompiendo tanta drama, Azusa lo dijo dejando en silencio a todos.
-¿Que?
- Lo que escuchaste, es tu hijo, tu yo y de mi... -Si poder contenerse a llorar.
-¿Siumiri, done esta ella? -Preguntó desesperado. -Porque nunca me dijo que estaba esperando un hijo mío.
- Por miedo, que se enterara su tío, al final acabó con su vida, pero salvando la vida de su hijo como muestra de su amor.
-Derrumbado no sabía cómo reaccionar. -¡Mentira! ¡Mentira-Repitió como loco, lo que Laito se acerco a Kamura y le dio una mirada a Zokami le rompía el corazón ver a su niño de esa manera a lo que a consolarlo, lo que Ayato actuó de manera madura acercándose hacia Jumieth.
- Es un Sakamaki después de todo y no dejaremos que nada le falte. -Con el dolor de su alma entrego al bebé en brazos de su tío, que al observarlo era un mini versión de su hermano, lo que sonrió. Apartándose de ellos se fue acercándose al mayor. -Kanato, escucha bien.
- ¡No quiero que me lo acerques! -Dijo exaltado.
-Kanato, porfavor no lo rechazes. -Le dice Zokami confortando lo entre sus brazos.
- ¡Kanato! -Le llama la atención lo que les extraña que este actuará de esa manera. -Se que estas mal, pero este niño te necesita más que nunca a perdido a su madre y necesitará a su padre fuerte más que nunca.
- Yo no seré un padre para el, soy un fracaso, solo le traeré dolor y tristeza, seria mejor que Jumieth lo tenga ellos le darán el amor que yo no puedo darle. -Comenta con tristeza.
- No lo será y sabes porque. -Se inca hacia el, este alza la mirada.
-¿Porque? -Le pregunta esperando que le tuviera la respuesta porque no lo sabía.
- Porque en muy en el fondo la amabas a su madre de este niño, se que es difícil de entenderlo, y tienes razón en decirme que no se nada de ti, y aún no me explico como pasó esto tan rápido, como fue su amor, y se conocieron, pero se que dentro de ti, adorar as este niño porque miralo es tu viva imagen, su amor vive en el. -Observando al recién nacido que latía su coranzocito y la sangre corría por sus venas, lo que Kanato, soltó a teddy, para estirar sus manos, lo que Ayato, se lo entrega con delicadeza. Sintió como el calor cito de su cuerpo calentaba sus manos frías y confortando helado alma del chico, que al mirarlo no podía negar que era suyo, una risilla de felicidad al tenerlo era como el resplandeciente luz del sol, idéntico que su Siumiri.
- Te prometo que nada te faltara, te daré el amor que tu madre me dio a mi. -Acurucandolo entre sus brazos, y lágrimas. -Y te protegere con mi vida. -Rompiéndose en mil pedazo al decir esa palabras, queriendo saber como pasó esto tan rápido, tener una respuesta a todas sus preguntas, pero sabía algo que estaría para su hijo hasta al final.
Notas de autora
Hola a todos espero que les este gustando la historia llore con esto, lo que resolverá sus dudas de cada parte de la historia resolviendo misterios y el drama como surge, provocando confusiones a ustedes.
Les mando un fuerte abrazando y agradeció sus votos y que lo lean sigan apoyando esta historia y sigan acompñanandome este misteriosa llena de secretos y rivalidades y amor.
Hasta la próxima...
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