Capitulo XLII

Mientras conducía Shu por el túnel, junto a Kikuo,que estaba muy callada todo el recorrido.

-¿Te sucede algo?-Sacándola de sus pensamientos, aprieta sus manos, desde su asiento.

-¿No crees que es mucha responsabilidad para Ayato ser el siguiente sucesor?

-Sin quitar la vista al conducir el auto le respondió.- Te mentiría que no lo es, pero desgraciadamente es una responsabilidad tan grande que ni tiempo da para estar en casa, tu lo viviste.

-Por eso mismo lo digo, siento feo por ambos.-Refiriéndose Ayato y Luna.- No sera fácil los obstáculos que se les avecinara ahora en adelante.

-Por ahora, mi padre le esta dando cargos leves pero cuando llegue la partes importantes ni tiempo le dará estar en la mansión.

-¿Tu también estarás ahi?-Le pregunta con curiosidad.

-Es evidente, fue el trabajo que me dio mi padre es para guiar Ayato como su mano derecha, al fin acabo nos ayudará mucho pagar los gastos. -Le dice-Al fin acabo el es mi hermano no podría abandonarlo a su suerte, con trabajo entiende lo que dice Conciliación de anciano que son muy estrictos.

- Me siento mal que trabajes por ambos.

- Eres mi mujer es mi deber de cuidarte y protegerte.

-¿Aun cuando tu y yo estamos...?-Dijo bajando la mirada al recordar que estaban divorciados, por un impulso de enojo debido aun sentimientos de celos hacia su anterior persona.

- Nunca firme esos estúpidos papeles de divorcio... pensaste que te dejaría ir fácilmente.

-¿Eso significa que tu y yo? -Lo que asiente, sintió mucha felicidad.

-¿Que sucedio con tus estudios?-Le pregunta.

- Cuando nos separamos, busque un modo para terminarla antes de tiempo.

-¿Y que paso...?

-Solo tenia que presentar unas tareas pendientes...-La dejaba con la incertidumbre.-Le pedí ayuda a Reiji, es raro que lo hiciera pero pude terminarlo antes del tiempo que me pidieron, lo que pude pasar. Ahora estoy estudiando la Universidad pero...

-Paso lo de tu muerte, verdad.-Desviando la mirada hacia la ventana.

-Así es, pero ya lo resolvió eso el viejo esa parte.

-Que alegría.-Sonríe.-Lo que hiciste sin mi ausencia, debió ser mucha ayuda.

-Te equivocas.-Le contesta.- La peor parte es dejarme manipularme en casarme con otra mujer y convivir en el mismo hogar.-Llegando al estacionamiento del edificio de los departamentos donde vivían.

-¿Tu estuviste con ella?-Sobándose los brazos con nervios.

- Y que harías si respondiera con un si, ¿me dejarías?

-¡Que tonterías dices!-Contesta enfadada.- si yo fui quien se fue, casi te abandono. aparte tienes tus necesidades.- Se ríe.-Yo no le veo la gracia a esto.-Un nudo en la garganta se le estaba formando.

-Kikuo...-El auto se detuvo.- Con la única quien podría compartir la misma cama y dar mis caricias es a ti nada mas.-Tomándola del mentón para que viese fijamente a esos ojos azules, y al sentir su aliento cálido sentirlo sobre su rostro, fue extraño aun no se acostumbraba, ver su pecho inflarse al respirar, su piel lleno de color, no podía controlar esos latidos palpitar como si quisiese salirse. Acercándose lentamente le da un beso, el sentir del rozor de sus labios, anhelando ser poseídos por completo.

Su mano deslizaban hasta su nuca acercándola mas, reclamando lo que era suyo, con la otra fue bajando hasta posarse en su pecho, sobre la tela, hacia movimientos circulares.

-El beso era tan intenso que busca un poco de aire. apartándose de el.-Shu...es-es-pe-ra...un segundo.-Pero este no parecia detenerse a lo que fue atacando su cuello, besandolo, y su lengua lamia.

-No...puedo-Le dice con agitación en sus respiración, sus mejillas rojas, el calor se le estaba subiendo y pedía a gritos en tenerla ahora, con desesperación desabrocho el botón y bajar el cierre, para meter su mano bajo en bóxer y sacárselo su miembro muy erecto.

-Shu...aqui no.-Pero no la escucho, la alza para que se subiera sobre de el haciendo a un lado su braga, para poderla introducirla en su intimidad. A lo que dio un grito la chica había pasado tiempo que no estaban juntos, lo abraza por el cuello, haciendo un intento de callar sus labios apretándolos, al sentir como rebotaba arriba a y abajo, sus caderas eran controladas al movimiento brusco de su pareja, el dolor fue su disminuyendo, fue llevando al placer que fue mucho peor. Los gemidos salían de su boca de Shu extasis. Alzandola de nuevo, volteando casi frente, introduciendocela casi resbalando por los jugos que salian de su interior.

-Eres una mujer muy obcsena.

-Eso no es ver...-Sintiendo como tocaba muy dentro como si la llenara por completo, lo que no pudo controlar sacar un agudo gemido.

Subiendo la blusa con tanta impaciencia, al mismo tiempo el brazier, dejando expuesto los pechos de Kikuo que los podían ver por la ventana del carro que estaba estacionado en el estacionamiento. tomándolos con ambas manos para comenzarlos a masajear.

-¡Shu!-Jugaba con su cuello el chico lamiendo , mordiendo , chupándolo, como si se tratar de un caramelo.

En un minutos , estaba boca abajo, sintiendo los golpeteo en su interior, mientras apretaba el asiento, estaba siendo mas brusco de lo usual, pero le gustaba estar con el. al voltear su cabeza medio lado, vio como Shu se quitaba la camisa de color gris, lo que se ruborizo, viendo de nuevo ese pecho desnudo, la dejaba sin aliento. acercándose para besarla sus labios y hacer el mismo proceso de quitarle la ropa de arriba a la chica, dejando su piel desnuda frente a sus ojos, que extrañaba y espera estar asi nuevamente. Da una lamida por su espalda haciendo que se arqueara.

-Separándose de ella.-Ya terminamos...-Pregunto, levantándose para sentarse.

-Esto apenas esta empezando.-dijo acariciando sus labios con sus dedos.-Quiero que con tu boca , lo metas.-Refiriéndose a su miembro que tenia en la mano, se masturbaba frente suyo.

-Pe...ro...

-No es difícil. Se sienta a su lado.- Solo tienes que meterlo en tu boca, subes y bajar y lamerlo como si fuera una paleta.-Tentándola a lo que se avergonzaba hacer este tipo de cosas la ultima vez que lo hicieron fue cuando estuvo con el por primera vez.

-Pero déjame hacerlo yo sólita, la ultima vez casi me ahogo.

-Se ríe.-Esta bien lo dejo en tus manos.

Sonrojada, se agacha para tomarlo y meterlo a la boca, bajando despacio, solo el rozor de sus labios, dio un suplido Shu, ganas de agarrarla del cabello y zangoloteara de arriba y abajo, pero prometió no hacerlo dejarla a ella un rato, lo que le parecía placentero, sus manos se entrelazaban en su cabello, acariciándola, no sabia cuanto tiempo se podría controlar, dejando su mano derecha, con la izquierda acercando a su labios los lamió, dejándolo mojados, para hacer el siguiente movimiento, a lo que Kikuo se detuvo.

-No lo hagas por ahí Shu.-Le dice, sintiendo como el dedo de este su punto sensible.

-Que pasa si lo hago.-Introduciendo su dedo, lo que se retorció de dolor.

-Ahí...no.

-Te va a gustar.

-A ti.-Le dijo ya enojándose.-A mi no.

-Prometo ser dócil.

-Nego con la cabeza.- Eso dijiste y fue todo lo contrario, aparte duele mucho.

- Déjame solo por unos minutos.-Le suplico.-Ya no te pediré nada mas.-No sabia si estaba haciendo bien en aceptar .

-De acuerdo.-Le dijo.-Unos minutos y te sales.-Asintió, estando de acuerdo a sus limites y respetaría.

Sin esperar mas se acomodaron , boca abajo y el sobre de ella, introducirlo con cuidado estimulándolo para que se abriera poco a poco en la entrada, entre cerrando los ojos, por el dolor, sintiendo como se adentraba , apretó sus manos, teniendo ganas de llorar no le gusta definitivamente, pero tanto insistir por la persona que amaba le costaba negarse, pero shu lo disfruta demasiado, al ver esa cara de excitación le complacía, escuchando a su oído, lo que fue relajándose , evitando pensar en el dolor que le provocaba.

-Kikuo, déjame venirme dentro de ti.

-Esta bien pero rápido, antes que me arrepienta.-Acercando su mano para entrelazarla entre las de ella y apretando fuerte cuando comenzó a embestirla rápido.

-Sus ojos se empañaban se maldecía a si misma al decir que si.-Ya casi, ya casi.-Decía entre cortado, cuando sintió su cuerpo temblar de Shu relajándose lentamente, y algo caliente en su interior virtiendose, se sale de ella.

Lo que Kikuo temió levantarse porque la ultima vez que lo hizo no lo podía hacer por el horrible dolor que la tuvo encorvada como anciana y pasos lentos que no la dejaban caminar.

-Si me dejaras hacértelo mas seguido no te dolería.

-Lo dices fácil, solo lo metes.-Con temor se intentaba ponerse de pie, pero un fuerte dolor agudo le recorre hasta la espalda que la hizo gritar, que se volvió acostar, lo que le pareció gracioso y estaba carcajeándose de su mujer.-La próxima te meto yo un pepino para que sientas lo mismo.

Unos segundos que estuvieron batallando, al fin kikuo pudo levantarse y poderse vestir, mientras abría la puerta Shu, miraba de reojo a la chica recordando ese momento tan gracioso, lo que le fulmino con la mirada.

-Ya te dije que te meteré uno la próxima vez.

-Tranquila con lo que hicimos me siento mas complacido, y eso me basta querida.

-Eso espero-Suspira. las luces encendió dejando iluminarse el departamento que era muy grande indicado para los dos, la decoración no era muy moderna ni lujosa, era simple, que fue decisión de Kikuo que se viera mas familiar tener ese ambiente como la que vivía con su padre.

Lo que ganaba Shu , podrían contratar hasta sirvientes pero esta se negó teniendo esos lujos, queriendo hacerlo ella misma, haciendo los deberes del hogar, sin acostumbrarse a independizarse, le gustaba teniendo su propio espacio a lado a su mujer haciendo todo juntos aunque había pleitos pero ya no eran como al principio, lo resolvían conversando, la confianza en una pareja debía haber, lo que les decía Zokami, antes de que se mudaran.

-Eso quiere decir que mañana llegaras tarde a casa.-Sacando el tema sentándose en el sofá, a su lado del borde Shu.

-Si.-Le responde.-Kikuo.

-¿Que sucede?

-Mientras estoy lejos, me gustaría que te fueras a la mansión.

-Ni que me fuera a pasar algo, estando en casa.-Se levanta y se dirige a la cocina a lo que la sigue.

-Lo estoy diciendo enserió no quiero que estés sola.-Acercándose a ella, para tomarla de la muñeca para que se girarse.

-¿Y que me harás, si no obedezco sus ordenes Sakamaki?-Lo ve fijamente y retadora con una sonrisa maliciosa.

-No tendré piedad y are cosas que no te gusten, entendiste.-Acorralándola hacia una esquina, lo que palideció, al escuchar su tono de voz sabia que lo decía muy enserió..

-Que modo de convencerme con amenazas a lo que hacen efecto.-Le dice, pero la abraza.

-Tonta.

-Ya dije que si lo haré.

-Tu quieres que me muera de preocupación, si algo te sucediera, me iría contigo a donde fueras, tu eres mi vida entera, no te cabe de comprender eso.

-Shu...perdón.-Lo abraza.

A la mañana siguiente con la vista recorrió el lugar , al estarse quejando por la corbata que debía usar cuando estuviera en el trabajo.

-Podrías dejar de hacer eso.-Lo regaña Shu al menor, quien se aflojaba de la parte del cuello.

-Lo dices fácil, porque estas acostumbrado a llevarlo puesto.

-Te guste o no , es tu presentación como Jefe del Clan si no lo sabias.-Suspira.

-Pues es una tontería tener que venir vestidos de esta manera solo por venir acá.

-Espero que tengas esa actitud cuando estés ante el Concilio.

-Ore sama puede con todo.-Chasqueando la lengua con una sonrisa maliciosa.

-¿Seguro?-Dudando que la confianza de su hermano menor durara, a lo que fue cierto sus premoniciones en unos minutos. En la oficina estando ya fastidiado por los cuatro torres de documentos sobre su escritorios y otros mas en el suelo que debía checar detalladamente y concuidado.-Anda, que nos queda mucho que revisar.

-Ya me aburrí.-Soplando el mechón de su cabello, mientra su mentón estaba recargado en la mesa y estirados sus brazos, mientras observaba a Shu, muy atento.-No te cansas.

-Quitándose los anteojos que llevaba puestos, giro la cabeza para ver Ayato.-Mi deber es ayudarte.

-Eso lo se, pero no entiendo... ¿porque lo haces?-Le pregunta.- Este puesto era tuyo.

-Aun cuando hubo rivalidades entre nuestras madres por el lugar .-viniendo a su mente esas imágenes entre Cordelia y Beatrix discutiendo frente de ellos cuando solo eran niños.-Al fin acabo este lugar le pertenecía a nuestra hermana.-Refiriéndose a una joven de cabellos oscuros ojos verdes.

-Ha pasado mucho tiempo desde que fue nombrada.-Le comenta.-Mi madre quemo sus pertenencias frente de nosotros y nos prohibió mencionarla.-Recordando su niñez, suplicaba y protegía las cosas de su hermana mayor, a lo que la mujer lo abofetea y se los arrebata hechandolos al fuego de la chimenea.

-Que sea la ultima vez que escuche su nombre han entendido.-Casi una orden a lo que Kanato lloraba desconsolado y Laito lo abrazaba, ayato con la mejilla roja, tirando al suelo aguantaba ese gran dolor.

-La odie por habernos dejados solos completamente en manos de esa mujer que llamábamos madre.-Apretando sus manitas pequeñas.

-Creo que a todos nos afecto cuando partió.-Un pequeño miraba por la ventana de su habitación, mientras observaba desde la puerta una niña de cabellos oscuros.-También fue causa de que fuéramos distantes mas de lo normal con ciertas personas.-dijo Shu.

-Shu...vamos a jugar.-Dijo la pequeña acercándose a el. Arrodillándose y recargando su mentón en sus piernas del niño , no recibía respuesta ninguna de su parte.

Subaru llevando una rosa azul en la mano, mirando hacia el cielo.

-Pasos se escuchaban a los lejos , que se aproximaban hacia el niño de cabellos blancos.-Es estúpido que los humanos crean que cuando morimos se van al paraíso, era demasiado ingenua en creer en esas tonterías.-Bufo y riéndose como si fuera gracioso.

-¡Reiji!-Lo riñe al oírlo una mujer de cabellos rubios , ojos azules.-Porque hablas de esa manera tan arrogante.

-¿Y tu que haces aqui?.-Lo mira con frialdad a lo que se percata enseguida.-Ya no tienes razón para estar en este lugar.

-¿Estas seguro de eso?-Le pregunta a lo que Reiji por su orgullo no se disculparía por lo que dijo.

-Mi hermana no volverá , asi que ya no hay un motivo para que vengas a vernos.-Desviando la mirada bruscamente, cruzando los brazos.

Le dolía escucharlo hablar de esa manera tan fría, como si ese niño dulce que la recibía con muchos entusiasmo se había esfumado de la muerte de su amiga, a lo que debía respetar la decisión de los hermanos Sakamakis.

-Se inca hacia Subaru acariciando su cabeza.-Si necesitan algo no olviden que siempre contaran conmigo.-Este asintió, a lo que se puso de pie y dándose la vuelta se retiro en silencio, a lo que Reiji bajando sus brazos y su rostro cambiara al verla partir, tenia ganas de correr atrás suyo pero sus piernas no le respondían. Lagrimas resbalaban por sus mejillas.

-N-no...te vayas.-Murmuro bajando su tono voz al modo que solo pudiera oírse para si mismo.

Desde el jardín venían de los amargos recuerdos del pasado, mientras se acercaba por atras una joven de cabellos rubios, para rodear sus brazos a su cuerpo.

-No hay momento que no me arrepienta lo de ese día.-Le dice Reiji a millouri.

-Eras un niños, habías perdido a tu hermana, tu actitud era natural.

-Se la verdad, de que este cuerpo es una parte de resurrección.

-¿Como...lo supiste?

-Escuche a mi padre desde su oficina hablando con Zokami, quien fue la mas afectada, de como moriste, como fue incendiado la mansión al proteger a tu familia y tu 'pueblo de las manos enemigas-Le cuenta.- tu abuela fue que estaba derrumbada en tu funeral.-Le platica cuando acompaño a sus padres junto a Shu, la gente que lloraba desconsolados, una mujer de cabellos rosa metálico, ojos azules, al ver a Reiji lo abraza, quien se quedo en silencio sintiendo ganas de llorar por el dolor que lo inundaba viendo un féretro sin cuerpo.

-Eso te decepciona que ya parte de mi ya no es el mismo.

-Al contrario me hace muy feliz, volverte a ver, no hubo un segundo que no pensara en ti y me sintiera mal por haberte dejado ir ese día.

-No tengo muchos recuerdos de mi pasado solo se que me vino a mi mente fueron ustedes.-Le cuenta.- Al acordarme, no dude en volver a casa, me costo mucho trabajo ver el modo, pero al fin lo logre y reencontrarme con mi familia me hizo muy feliz, a lo que me contaron que resucite , desgraciadamente no pude volver a mi cuerpo de origen ya que había quedando en cenizas, a lo que recordé que Shu, si podría hacerlo.

-Si no fuera por eso Shu, seguiría.

- Fue lindo de su parte dejar vivir la parte de su alma que siguiera una vida, normal.

- Yo no estoy de acuerdo pero Shu así lo quiso que se hiciera.

- Es bueno porque si algo sucede su resurrección seguirá ahí.

- Pienso que es mucho más riesgos, con trabajo puede cuidarse a sí mismo.

- Es imposible que lo veas del modo diferente. -Lo regaña. - Le pareció egoísta quitarle la vida que tiene.

- Lo que yo sé, ni siquiera iban a recordarlo si desapareciera, es como si nunca hubiera existido en sus vidas.

- Es una condición que pusieron que fueran borrados sus memorias al recobrar su cuerpo original . -Discutiendo sobre el tema. -Hasta mi familia están de acuerdo con Shu que hizo lo correcto.

- Tus padres son demasiados buenos. -Le dice, a lo que sonríe sintiéndose orgullosa de su familia. -

-¿Deberíamos comenzar a preparar los preparativos de la boda?- notó ese detalle a lo que asiente.

- Espera con anhelo ese gran día. -Tomando su mano para acercarse lo y darle un beso, lo que sonrojo al tal acto.

Despues de unos segundos, la puerta de la recamara se abrió mientras Kamura dormía tapaba entre las cobijas.

Una sonrisa se dibujo llena de malicia, cerrando con cuidado, para luego aproximándose como si fuera un animal salvaje a su alimento, lo que su presencia percibió al instante, lentamente sus ojos abrió.

-¿Quien es? - se limitó a responder, acercando su mano para acariciar sus cabellos, no logró resistirse más, tomándola de sus hombro con firmeza, que hizo que Kamura lo viera cara a cara a Laito.

- Eres tan adorable Kamura que no puedo rsistirem a tus encantos. -Humediciendo su labios con su lengua.

-Sabes Laito, me gustaría tener un hijo se podría. -Dejándolo un poco perplejo no esperaba esa respuesta tan repentino y de que fuera idea suya si ni sabía que significa tener un bebé, lo que fue una oportunidad de aprovecharse de la situación.

-Por supuesto querida si estas dispuesta a hacer lo que yo te pida.

-Sí lo estoy. -Respondió con tanta seguridad sin esperar que se aprovechaba de su ingenuidad y inocencia, lo que era bueno para el.

Comenzando a besarla, se movían al mismo compás, lo que le orgullecia que aprendía rápido, teniendo un buen maestro como no hacerlo.

-Esta noche y en las demás te haré un hijo, pero no debemos decirle a nadie lo que haremos.

-¿Porque?

- Conociendo a mis hermanos y tu hermana, se negaría rotundamente y sería muy triste hasta podrían hasta separarnos. -Manipulando los hermosos sentimientos de la chica.

- No quiero, porque yo te quiero. -Eso era complaciente pero cruel aprovecharse pero la lujuria y la pasión eran más grande, pero para era su esposa cumplir cada caprichoso.

-Recargó su frente sobre la suya.-Yo tampoco quiero que me separen de tu lado. -Disimulando tristeza, tocando su mejilla con su pulgar. -Eres mi mujer y solo te quiero a ti.

- Enserio. -Una sonrisa se apareció en sus labios y un brillo especial se iluminaban como nunca. Lo que asiente con esa palabras de mentiras para convencerla en acostarse con el demostrando un amor que no sentía.

Desabotonando los botones de su camison, quitandoselo de una manera delicada hasta llegar hasta abajo deslizandolo de sus piernas de la chica tomándolo de una manera sensual, dejando casi desnuda dejándola en bragas.

- Eres toda una obra, una musa, soy el hombre más envidiable al tener una mujer de gran belleza que me hace el más afortunado. A lo que era cierto en sus palabras envidiaban la esposa joven, que tenía una gran empata, los hombres mayores deseaban tener una mujer así.

La lengua rozaba por su piel al sentirlo estremeciendo su cuerpo, subiendo la intensidad, haciendo aún lado las bragas introduciendo en su entrada saboreando lo gustosamente, sus manos apretando sus cadera atrayendo los más a el. De sus labios salieron suaves gemidos que le costaba entenderlos, pero cuando estaba con el, parecia ser poseida como si no fuera ella misma. Apartándose, con su mano comenzó a frotar con las llemas de sus dedos sin compasión despertando en su ser escalofríos.

Pasando las horas sin espera más ambos completamente desnudos en esa cama donde embestida a Kamura, retorciendo su cuerpo del placer, al haberla echo tener varios orgasmos, este disfrutaba con maravilla enloquecido no quería detenerse era cada vez más brusco, su mano izquierda sujetaba sus muñecas de la chica con fuerza. Sus caderas se movían golpeteando su entrada con profundidad de los jugos que lubricaban su miembro, saliendo y entrando con rapidez. Su boca entre abierta se escapabandose gritos que eran música para sus oídos quería escucharla más pero no quería llamar la atención podría ser muy peligroso, lo que había recuperado la confianza de Ayato y su perdón, perderla sería muy malo. Pasando por su mente que debía llevar una buena relación con Kamura, pero no sentía amor, si había aceptado porque vio desesperado a su hermano y aunque tenían muchas diferencias le queria. Cuando se fue estuvo deprimido todo el tiempo y sintió resentimiento hacia la menor, por el gran cariño y cuido que le tenía Ayato, pero si la hacía sufrir, su hermano por alguien que ni era de su sangre. Pero no le disgusta estar en lo íntimo, al principio cuando la tomó por primera vez fue difícil pero luego sentía una compatibilidad que en esa parte se llevarían bien, en lo otro no la toleraba tenerla pegada a su lado, pero en unos dias si la veía junto a Subaru o otra persona le desagradaba a lo que antes no era un problema.

Su miembro estaba siendo apretado con gran intesidad por su interior de su pareja, de lo estrecho que se ponía entraba una y otra vez, que no pudo evitar soltar un gemido al llegar en su propio clímax que no había hecho están con Kamura, derramando en su interior una cantidad bastante para dejarla embarazada. Cayendo agotado y extasiado sobre sus pecho, en un movimiento acariciando su cabeza maternal metiendo sus dedos entre sus cabellos este se dejó tocar solo por esta vez, se sentía tan satisfecho que odiaba admitirlo, sus ojos caían por pesadez de cansancio que se quedó dormido junto a su lado esa noche lo que nunca había pasado por su mente.

A la mañana siguiente Kamura y Subaru estaba caminando por los alrededores del jardín mientras a lo lejos observaba con recelo Laito, tan sonrientes y risas lo ponía de malas.

- Suabru-niichan no te incomoda mi presencia.

- En lo ansoluto me parece tan satisfactorio tener a mi lado. - Sonríe, pero esa paz fue interrumpida por la presencia de aquel chico e cabellos castaños ojos verdes.

-Are ~Are pero que conmovedor verlos tan juntos pero no esta bien que estén solos. -En su tomo de voz pudo notar los celos que le inundan a su hermano a lo que le sorprendió, pero por lo que le causó a Kamura no le daría esa satisfacción.

- Pero no estamos solos, esta conmigo o que te da miedo que quiera quitarte la. -Acercándose para susurrar le al oido.-Desde cuando te importa esta mujer, si lo que quieres es desaserte de ella o no. -Lo que Laito no pudo responder eso, pero que le estaba pasando, peleando por una chica y a quien odia debía estar loco, lo que Kamura le sonrió dulcemente. ¿Acaso estaría surgiendo un sentimiento?

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