Capitulo XI.
Las risas de un bebe de cabellos rubios oscuros, sus marrones claros veía a una mujer de cabellos largos y oscuros, alzando sus pequeños brazos y moviendo sus manos dando señas que quería ser cargado.
- Lista para tomarlo en sus brazos.-"Cada hijo que tengas los condenas a la maldición del doble cuervo".-Dijo una voz femenina susurrándole al oído a lo que voltea y no había nada. Para girarse y se topa con una mujer idéntica a ella con un aspecto aterrador que brotaban del cuerpo la sangre que caían las gotas sobre la cuna del bebe.-Solo es el inicio.-Comenzándose a reír, a lo que intento tomar al niño que al fijarse no estaba, ni ella encontrándose en medio de la oscuridad completamente sola, solo susurros.-"No habrá donde escapar".-Para que se viera acorralada por sombras que se fueron sobre de ella.
Gritos se oyeron en la mansión que fue despertando a la ama de llaves y a Shu.
-Mi señora se encuentra bien.-Pregunto entrando al dormitorio sin aviso alguno viendo que Shu estaba tranquilizando a su esposa, abrazándola en modo sobreprotector a lo que se retiro dejando a la pareja a solas.
- Solo fue un pesadilla.-Apretando sus manos en la camisa blanca de su pijama, y acurrucarse sobre su pecho.
-No me dejes sola.-Le pide, acercándose mas a el.
-Pero tu sabes lo que pasa cuando estoy a tu lado, hasta me pediste que me fuera a dormir a la otra habitación.-Le recuerdo.
-No me importa, hazme lo que quieras pero quedate conmigo.-Le dice alzando la mirada viéndolo a esos ojos azules, que no pudo evitar besarla a lo que le correspondió sin oponerse, pero inesperadamente se aparta de la chica.-¿Que pasa?
-No puedo hacerlo cuando aceptas.
-Baja la mirada.-Entonces me dejaras sola.-Juntando sus manos hacia su pecho.
- Me refería que no te haré nada esta noche, pero si me quedare contigo.
-Enserió.-Asiente para abrazarla acercándola hacia a el en modo que se sintiera protegida quedándose ambos dormidos.
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-Hay que irnos su majestad, ante de que entren.-Dijo una de una de la sirvientas tomándola de la mano y jalándola hacia la puerta pero no hacia ningún movimiento, mientras mirada por la ventana desde la distancia a las criaturas que rodeaban sus territorios intentando de pasar por la puertas del pueblo.
-Hazme un favor díganle a los guardias que resguarden a los habitantes en los pasadizos secretos, hagan lo que hagan no regresen.
-¿Y usted mi señora?
-Me quedare aquí.
-¡Pero su majestad!
-¡OBEDEZCAN MIS ORDENES!-Que no tuvo opción que obedecer y retirarse enseguida quedándose mirando desde la mansión.
-Piensas quedarte cuando no tienes nada de poder.
-Mi deber como reina es proteger a mi dimensión de todo enemigo.-Le responde.-Aparte te dije que te fueras .-Le dice a aquel hombre que estaba recargado en la puerta.
-En tu estado no puede hacerlo.-Le recuerda mientras se tele transporta hacia ella tocando su vientre de tres meses.-Sabes que nunca obedezco tus ordenes no se te olvide que soy el rey y estaré peleando a tu lado hasta al final.
-Lo se.-Le contesta.- Pero tampoco permitiré que se salga con la suya.-viendo como una mujer de cabellos largos y tono lila oscuro que desde sus manos salían llamas para poder quedar la gran puerta de madera.
No paso un rato que las llamas fue esparciendo por todo el pueblo, quemando a su alrededor, en-medio caminaba la mujer acompañada de los espíritus y seres malignos, acercándose hacia la mansión. Entrando sin permiso alguno abriendo las puertas, donde la esperaban los reyes de la dimensión.
-A pasado tiempo querida hermana.
-Todavía te atreves a decírmelo tan descarada, cuando ni siquiera eres la legitima hija de mi padre, cuando en tu venas corre la sangre de su hermano donde tu madre cometió adulterio, siendo la segunda esposa.-Le recuerda mirándose ambas con seriedad y frialdad.-no tienes vergüenza.
- Tan linda como siempre "Kikuo" -Dice pronunciando su nombre lleno de rabia.-Haré que tu mundo se extinga eternamente en medio de las sombras y oscuridad donde nadie tenga donde huir, no te preocupes tratare que tu alma llegue aun buen lugar.-Se comienza a reír.- Hasta ese niño que traes en tu vientre acabe en el peor lugar.
- Eso veremos, si puedes acabar conmigo-Le responde mirándola con esos ojos oscuros como la noche.
-Hicieron mal quedarse los dos solos sin ningún guardián que los protegiese, me imagino que debió ser un caprichoso tuyo, lo único que causaste es una muerte devastadora para tu familia.-Dice fijándose en aquel hombre de cabellos rubios y ojos azules que se acercaba a su reina poniendo sus manos en sus hombros.- O tu como vez "Shu...Sakamaki"
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-Me llamo.-Pregunto tocando a la puerta.
-Si, entra Reiji...-A lo que abre la puerta tomando la manija para girarla y dar un pequeño empujón para pasar a la oficina de aquel hombre de cabello corto y plateado, de traje oscuro.-Necesito que hagas por mi.
-Usted dirá padre.
-Quiero que estés cerca de la esposa de Shu como si fueras su propia sombra.
-Debe estar bromeando, ni siquiera tenemos una buena comunicación .
-Pues debes hacerlo es tu cuñada, tu deber sera cuidarla desde ahora en adelante y no dejarla ningún segundo.
-Y si me opongo.
-Pues creo que ya es hora que tu también comiences a tener una esposa.
-Es una amenaza.
-tomalo como gustes pero si no quieres que te elija a tu mujer has lo que te estoy pidiendo.
-De acuerdo.
-Sabia que podria con tra contigo.
-Cierto una cosa.
-¿Que?
-Necesito que provoques celos a tu hermano.
-Es enserió.
-Hay un cambio de planes, necesito que ella este preñada cuando cumpla los dieciocho años.
- Porque no se lo dice.
-Lo que menos quiero que se entere y espero que mantengas tu boca callada, no quiero arruinen mis planes entendiste.
-Si.
-La ultima vez que lo vi fue unas décadas cuando tuvimos que rescatarlos entre las llamas.-Comenta haciendo que Reiji se quede en silencio.
-El esta bien ahora.-Responde como si nada.-Superar la muerte de su esposa, no fue una tarea fácil y estando embarazada.
-Ya a pasado décadas y debería recordar aquel accidente.
-Es típico en Shu, olvidar las cosas, como si nunca hubiera existido.-Le dice.-Pero si el recuerda enloquecerá como aquel día y yo pienso tolerarlo.
-Se que no tiene una buena relación con tu hermano mayor pero necesito que trates, aparte sabes lo que es perder un ser amado.-A lo que Reiji le molestaba que le hiciera ese tipo de comentarios, desde que Shu, se convirtió en el Rey de los cuervos fue como el privilegiado de su padre como el que tomaba mas su atención , su preocupación, lo que nunca tuvo con el , en lo mas mínimo.
- Teniendo tres esposas lo sabe muy bien.
-Bueno trate de convencerte de manera mas sutil, pero no puede contigo, eres igual a mi, a lo que eres el hijo que mas me orgullese.-Dejándolo sorprendido.
-Cambiando el tema... la reina nunca falleció verdad, aunque nosotros vimos como la dimensión fue desvaneciendo en las llamas.
-Pues estas en lo cierto.-Responde con una sonrisa.- Su majestad nunca murió.
-¿Eh?
-Pensabas que los reyes dejarían que el alma de su hija muriese con tanta facilidad, no amigo mio, pensaron en todo y fue casi como lo planeamos.
-Si sabias que esto sucedería porque no los salvaste desde un principio.
- Las habilidad de " Esjhuisft" (Demonio Cuervo) es reencarnar , en el cuerpo que es elegido para volver a la vida, puede ser en un ser humano o criatura, dependiendo el hilo que es destinado.
- Entonces usaste a tu nuera como si fuera un nuevo experimento tuyo.
-En cierta manera ni sabíamos que pasaría ese momento , fue tan rápido que se salio de las manos, a lo que no nos quedo que resguardar el alma , llevándola a su nuevo cuerpo.-Comenta.
-Entonces cuando se entere Shu que su esposa esta viva, eso significa que dejara esa chica.
-En eso te equivocas Reiji.-Se levanta de su asiento para caminar hacia la ventanal.-Como piensas que dejara ir de nuevo a la mujer que alguna vez amo.
- ¿Que esta diciendo? ¿No me diga que esa mocosa es?
-Es la Reina de lo cuervos "Kikuo Hiromi" que al cumplir los dieciocho años despertara de sueño al igual que su esposo para poder ambos recuperar el trono que les fue arrebatado por aquella mujer hace décadas.
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