CAPÍTULO LVII. El Sonido Del Llanto

Un muchacho tocaba una guitarra vieja, una pequeña cantaba, en el parque desde la fuente.

Entre la soledad siento mi alma romperse, el destino fue cruel y nadie sabe como se siente, solo yo, lo sé...

Recuerda esta palabras...

Muchos desean la riqueza, yo solo quiero una cosa, el gran cariño, pero eso es imposible, nadie puedes ser escuchado por el mismo abismo.

Inundandome en la soledad, pero una mano te podría ayudar a salir, solo una esperanza es lo que busco.

Si solo pido una esperanza, salvame de esto te lo suplicó.

No me dejes caer te lo pido.

¡Mirame! Solo mirame y dime lo que vez... Que refleja mis ojos...

No me dejes caer te lo pido...

Toma mi mano y nunca te vayas de mi lado, salvame de esta soledad.

Los aplausos de la gente se hicieron presentes.

-Muchas gracias público espero que les haya gustado. —Dijo la Pequeña de cabellos cortos qué llevaba puesto una gorra con algunos agujeros y guantes viejos.

El otro chico recolectaba la gratitud de lo que daban la gente en su gorra.

-Nos fue mejor que ayer. —Dijo el albino, sus ojos era de color diferente uno azul y el otro rojizo.

-Eso quiere decir que comeremos mejor. —Dijo el castaño.

-Vamos.

Un grupo de niños caminaban por el mercado fuera de la cuidas.

-Ya sabes que tienes que hacer. —Dijo uan pequeña d e aproximadamente de cuatro años cabellos rubios ojos azules.

-Si. - Asiente el pequeño, lo que comenzó a sollozar tan fuerte que fue escuchado por la gente.

-Que tienes pequeño.

-Se habrá lastimado.

Mientras estaban distraídos los vendedores y la gente que compraban, aprovecharon esa distracción del niño para hacer lo suyo, tomaban lo que podían y lo metían en sus bolsillo de suéter, unos gemelos tomaron el pan más grande que ni ellos podían aguantarlo pero los demás de ayudaron, y escapando sin que se dieran cuenta se fueron, solo el sonido de un chiflado hizo qué este se calmara y con una mirada tierna junto una sonrisa se retirara con una reverencia, lo que dejo los adultos sin entender que había sucedido. Volviendo a lo suyo a los pocos minutos se dieron cuenta que les faltaba algo, con gritos de desesperación. A lo lejos risas de los niños.

-Son tan tontos. —Dijieron los gemelos.

-Bien hecho chicos esto fue una misión cumplida. - Dijo la Pequeña que era la líder de los pequeños ladroncitos. —Lo hiciste perfecto Lien.

-Lien le gusta ayudar. —Dijo animoso.

-Robar es malo. —Dijo la Pequeña pelinegra de ojos rojizos.

-Tener hambre eso sería bastante horrible quieres volver a sentirlo. —Le dice enojada.

-Tiene razón Mitllen. —Dijo un pequeño de cabellos rubios y ojos azules.

-Si eso creen regresemos al orfanato donde es peor que prisión. —Le dice la pequeña rubia lo que estos lo pensaron, su vid ano era agradable y los maltrataban, estos negaron con la cabeza. —Así me gusta.

-Beatriz, hay que buscar un refugió. —Le dice el pequeño de cabellos oscuros y ojos colo verde esmeraldas .

-Que tan difícil es.

-Koromi dice que hara frío en la noche. —Dijo la Pequeña de cabellos lilas y ojos del mismo tono, refiriéndose a su peluche de conejo blanco con moño rosa.

-Entonces busquemos un lugar antes de que anochezca, pero ante vayamos por los demas. —Les sugiere lo que asienten, y solo un pequeño de cabellos medio largo que le llegaba hasta los hombro, su color era color turquesa, sus ojos verdes esmeraldas, con una cara inocente sin una pizca de malicia.

-Tengo miedo y no se cuanto tardará esto, lo único que se es que si nos encuentran será el fin... —Dijo el pequeño bajando la mirada.

-¡Lien, no te quedes atras! —Dice la Pequeña rubia qué su por el, tomando su mano se lo lleva.

Flash de las cámaras al tomarle a la joven modelo que posaba para la revista para la revista para jóvenes.

-Fastastica Liori-san. —Dice un hermosa mujer, que en realidad era un hombre, quien era la manager de la chica de doce años.

-Lo hago muy bien.

-Claro que si, eres la envidia de toda joven quisieran estar en tu lugar preciosa. —Dice mandando besos como loca, lo que los fotógrafos sonreian.

-Mejor que tu niña. —Dice, lo que esta se quedo en silencio.

-Bueno, Orami, tiene tiempo modelando, haci qué le lleves la altura pues...

-¡Dijiste que era muy buena! —Dijo furiosa.

-Liori, no te enojes qué saldrá fea la foto. —Respira hondo la chica y vuelve a us estado normal. —Yo no se porque le tienes tanto coraje, ni siquiera la conoces.

-No necesito conocerla para darme cuenta que es una presumida.

-No deberías subestimar a las personas por una apariencia, es feo.

-No me interesa.

-Debería presentarlas. —Dijo sugiriendolo.

-¡Ni se te ocurra! —Contesto de inmediato.

-¿Pero porque Liori? —Le preguntó.

-Solo no quiero. —Cruzando los brazos.

-Esta niña tiene un genio muy bravo, pero a la vez  se parece... —Se puso pensativa. —Si no fuera la diferencia de edades, diría que tratar de la hija de Orami. —Entres risas disimulada. —Que tonterías digo. - Siguiendo con su trabajo. —Espero buenas fotos.

Fuera de la nada, caminando, donde había árboles o césped cubierto de bellas flores de todo tipo y diferente colores.

-Solo a mi se me ocurre venir por estos rumbos. —Dijo Azusa, que esperaba buscar una señal, cualquiera

El sonido de una ráfaga qué se oía a lo lejos, venía hacia a él, esquivandolo con un movimiento de un salto de lado, este ataque fue hacia el tronco de un árbol, partiendo lo a la mitad haciendo que este fuera derribado, el fuerte golpe hacia los dentro del bosques hizo qué los pájaros sobrevolaran.

-Buena esa Azusa-san. —Dijo una voz masculina, sus pisadas sobre la tierra se podía escuchar.

- No te bastó amenazar a Orami, si no vienes a mi. —Le dice mirándolo fijamente.

-Es fácil de dominar, pero a ti... —Dijo. —Eres distinto.

-Te aprovechaste de la desgracia de serés inocentes, para tu malévolo plan. —Le dice.

-Yo solo obedezco órdenes.

-No se que tanto buscan con esto, pero ya están obteniendo su objetivo.

-Aun...—Le comenta. —Pero si lo hacen fácil darnos a... —Sin terminar la frase.

-¡Nunca tendrás a Kamura!

-Bueno en estado qué está, quien diría que le afectaría tambien, al olvidar su vida anterior. —Dice alzando los hombros.

-A que has venido.

-Advertirte qué Claudio-sama empezará con la cazeria y no descansaremos en encontrar uno por uno. —Refiriéndose a los chicos.

-¿Que tienen ver en esto?—Le pregunta. —obtuvieron lo que deseaban, se aprovecharon de nuestros hijos, ¿para que lo necesitan?

-Que bueno que preguntas Azusa.

- Tienen lo que desea tanto Claudio-sama, su... corazón...—Le dice moviendo los labios aquel hombre. —El cristal no este activado, y estén en otra dimensión sirve de alguna manera.

-¡Si tanto deseas los cristales llevate el nuestro!

-También, pero queremos ver como termina esta bella historia, quien lo diría que Yuki, tuviera tanto talento, debió heredar la inteligencia de Reiji-kun, es obvio al final acabado fue quien crió a los hijos de su hermano mayor, si Shu, no se hubiera dejado involucrar tanto en la maldición pudiera haber tenido una buena relación con ellos.

-¡Tu no sabes como ocurrieron las cosas! —Le contesta furioso. —¡El ama a sus hijos a su modo! Como todo padres, cometemos errores incluyéndome a mi.

-Aunque encontraras a tus hijos, ellos no te recordarian, qué triste, fuiste una figura paterna muy aislado, muy metido en tu trabajo, sabes lo que se siente eso, algunas vez estuviste en su lugar. —Le dice, lo que recordó su vid pasada de niño al ser golpeado por tres niños, para sentirse vivo. —Que es peor ser huérfano o tenerlos, pero no estar presentes. —Verdades dolorasas eran puñaladas en el pecho.

-No tienes decirlo, lo sabemos bien que Orami y yo no fuimos grandes padres para ellos.

-Y la gran pregunta es... podrán reconocerlos fácilmente, si poco a poco su imagen cada vez es menos visible.—Sus ojos e abrieron de par a par. —Al paso del tiempo se volverán en nada, recuerda no tienen mucho tiempo. —Se va en un torbellino de viento, desapareciendo de ahí, dejando solo a Azusa.

-Caminando en las calles de Tokio. — Odio esperar.

-Si solo sabes quejar. —Le dice Kou a la castaña. — Ni siquiera me dejabas concentrarme.

-Es tu culpa por hacerme esperarte, te dije que tenia hambre.— Inflando sus mejillas.

-Te lo recompensare. —Dijo el rubio, cuando susoidos percibieron unos llantos de bebé, lo que quiso ignorar pero se sentía tan cerca suyo,  sus oídos retumban y miro a los lados, pero no veía nada.

-Kou, ¿sucede algo?

-No nada. —Continuando la caminata, lo que después, fueron más fuertes, qué parecía una sensación horrible de desesperación. —¡YA BASTA! —Tapando sus oídos y dejando caerá la suelo de rodilla, lo que llamo la atención de las personas y de Orami.

-Kou, todo está bien. —Lo abraza, los veían pero no hacían nada.

-Dile que se cayen. —Sudor en su  frente y mejillas rojas, sus ojos abiertos, casi le daba ganas de arrancarse el pecho, se hacían más profundas, hasta que se fueron alejándose los llantos disminuyendose lentamente, lo que acabo tranquilizarse de nuevo.

-Tranquilo. —Acariciando su cabeza muy maternal.

-Se fueron.

-¿Quienes? —Le pregunto.

-Los llantos...

-¿Llantos? —Dijo, viniendo a su mente lo que significaba.

Los llantos, significan la separación de lazos hacia sus familiares, puede ser leves o fuertes, lo que es desunión entre ellos qué puede llevarte a la locura y desesperación .

Las risas, la cercanía y lazos hacia es persona .

Se quedo en silencio, sabia que si escucho eso Kou se debía qué uno de los chicos estaba muy cerca de lo que esperaba, y para que se pusiera de esa manera se debía al hijo mayor de del idol.

-Khorny...

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