-"Eva".—Voces resonaban en aquél lugar donde voltearas no había nada a donde mirarse, hasta que de repente.

Pétalos azules caían desde arriba con un color que nunca se había visto, uno se posó en su hombro a loue quiso quitárselo pero alguien se había adelantado para hacerlo, lo que quedo sorprendida.

-"¿Quieres eres?"—Pregunto buscando una respuesta.

- Por tus venas recorre el pecado.—Sususrrandole al oído a lo que comenzó a resonar.

-Sensaciones sin explicables surgirán provocando el caos.—Un reloj de arena caían gotas carmesí qué se trataba de sangre.

- Solo sobrevivirán los más fuertes, para  terminar lo que empezó.

- La maldición que solo trae desgracias y tristezas.—Las manecillas se detuvieron.

- Tu única esperanza es...—Se acerca murumurrandole al oído.—" La muerte"

Ese golpeteo del alarma la acabo trayendo a la realidad del mal sueño sin explicar lo que significaba, viendo la hora era así las dos de la mañana, se puso de pie para dirigirse al tocador para mirarse al espejo mostrando a una joven de trece años cabello blanco toques rosas y ojos color zafiro y colgaba de su cuello un collar de una llave tomándolo respiro hondo.

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-Nadie a escapado de esta tradición lo que será interesante, no lo cree querida madre. —Dijo el  muchacho dirigiéndose a dónde se encontraba la bella mujer que observaba en el ventanal once chicos se encontraban incados mostrando la lealtad hacia a ella.

- Como debe ser. —Solo se mostró una sonrisa llena de malicia. —El juego apenas comienza...