Capitulo III
Tarareando la melodía en medio de la habitación blanca que estaba repleto de papeles carteles pegados de diseños de la ropa de temporada, que era confeccionado por aquel hombre de cabellos lilas, mostraba su entusiasmo al hacer otro modelo, mientras escuchaba música clásica de Mozart. Mientras una pequeña sentada en la silla, moviendo hacia atrás y adelantes sus piernitas la platicaba con su peluche entre murmureos, a lo que llamo la atención de ese hombre, como su hija tenia características de el cada día, a lo que le preocupaba en cierta manera, aun cuando convivía con sus primos, había momentos que le gustaba estar a solas, pasar ratos con él, en medio del silencio de su oficina.
-Kanami.
-Mande papa
-Qué te parece si me ayudas a diseñar un nuevo guardarropa para niñas, en un dibujo.-Le dice dedicándole un dulce sonrisa
-Enserio padre...quieres te ayude.-Dijo con un brillo en sus ojos lilas, mientras se abrazaba a su peluche de conejo de felpa.
Asiente y comienza a trabajar en su dibujo, muy atenta a lo que le preocupaba un poco aquel hombre, siendo su única hija mujer y heredará su misma personalidad, recordaba su yo de antes.
Ese muchacho que hacia menos a las personas a lo que le toco lo mismo Siumiri, su esposa, quien era una mujer muy tímida y se dejaba tratar como su juguete de torturas, a la que le dejo varias marcas en su cuerpo, algo que no se sentía orgulloso, pero fue peor cuando la vio convertirse en una criatura de sangre fue como un sentimiento que lo enloquecía de excitación que imploraba sus deseos en hacerla suya como daba lugar, aun podía recordarlo como fuera ayer.
-Kanato-kun, por favor...-Entre sollozos suplicaba en aquel calabozo mientras estaba tirada en el suelo de piedra, y el sobre de ella, sujetando sus manos con un listo rojo, para amarrar sus muñecas.
-Siumiri-san te vez tan linda cuando ruegas por tu vida.-Decía entre risa y con su mano izquierda acariciaba los mechones cortos de la joven, quien entrecerró los ojos.-Si cooperas prometo ser delicado contigo.
Sus labios temblaban y mirada de terror al ver como comenzaba a deslizar sus manos a su camisa para desabotonar una por una, no podía creer que estaba pasando pero si se negaba sería peor así que cerró los ojos, porque la final el seria el compañero que estaría para la eternidad.
-Ka...na...to... no lo hagas.-Al sentir como se oscurecía su entorno al perder su pureza, sus labios de gritos y ruegos eran tapados por cada beso que eran robados.
Noche tras noche, pasando el tiempo siendo tocada por él, en aquel lugar, hasta que llego acostumbrarse a ese dolor tan brusco al momento de la intimidad, sus besos, sus caricias, al verlo a los ojos, disminuía la tensión entre ellos , hasta llegar el siguiente paso de tomarse las manos y desearse como una pareja enamorada, pero era demasiado orgulloso para admitir sus sentimientos, que acaba desquitándose con castigos, Siumiri tan linda acabo enamorada del sádico Sakamaki, que llevaba ese oso de felpa que cuando llegaron los guardianes Kokona y Jorsh, fue como cambio todo.
-Hey! Kioto-kun-Lo llamaron, a lo que salió ese trance.
-¿Sucede algo?-Pregunto sin voltear de dónde provenía la voz.
-¿Te sentí como que... muy pensativo, estas bien?
-Si, Lien, no tiene que preocuparte, solo que recordé, aquel pasado que no me deja dormir.-Dicho eso, la niña observo a su padre sin entender que quiso decir. Sin quitarle la vista de encima, este le sonrió con dulzura a lo que la pequeña le correspondió.
Se preguntaba muchas veces como sería su vida sin su familia, y siguiera ese mundo de él y Teddy, podría continuar ese egoísmo, pero ahora que ve , su hija seguía sus pasos a diferente de él, ella era dulce como su madre, sociable, tenía una relación muy linda con sus primos de casi su misma edad aunque la líder que controlaba el rebaño de pequeños era Beatrix, la hija de Reiji, conocido como Rei, en el mundo humano, siendo la que nació primero después de ahí nació Riuk el hijo de Ruki , después llego su hija Kanami la viva imagen de Kanato conocido Kioto a lo que pensaron sus hermanos que tendría un parecido a su madre Cordelia, su gran precaución pero cuando rio fue como un suspiro de alivio, por la gran similitud de parte de la familia de su esposa la risa todas las mujeres tenía esa risa que daba como gracia pero a la vez te podía la piel de gallina si sabias identificar el nivel de tono de risa que daban, no importaba de quien se tratase les tocaba parejo, los hombres tenía una risa idéntica a la de ellos muy sádica, a lo que sus hijos o sus sobrinos recibían un golpe en la cabeza como modo para componerlos y rieran un poco normal.
Se escuchó el sonido del sorbete que succionaba el poco jugo que tenia del cuarto el quinto hijo de Laito, Lien que tenía el parecido de su madre cabello de tono Amatista, algo raro en verlo y más en un niño y ojos verde esmeraldas como las de él, más si tenía el pelo medio largo a la altura de los hombros, lo confundían mucho en una niña, mas su sonrisa angelical más, era lo contrario a su padre, al igual que sus tres hijos , los gemelos Saote y Saori que eran uno travieso el dolor de cabeza de familia siempre hacían bromas a todos nadie escapaba de ellos y se les unía los gemelos Naory y Nhonty hijo de Kou Mukami eran como el arma nuclear, pero si fastidiaban a Kay quien tenía un temperamento de sus tíos Subaru y Kanato. Era como una bomba cuando se alteraba a lo que Laito no sabía cómo lidiar con su cuarto hijo a lo que Subaru y Kanato se encargaban de controlarlo, si una linda familia y los siguientes miembros que llegarían dentro de ocho meses, que no sabía aun el sexo, pero se esperaban con emoción los futuros padres Sakamakis.
-Lien esta emocionado que pronto serás un hermano mayor.-Le dice Kanato a su sobrino.
-Asiente con alegría.-La estado regando mucho para que crezca muy grande y fuerte, que cuando llegue el momento sea el primero de verlo.
-A lo que rio de nervios Laito.-Qué momento se nos ocurrió decirles que los bebes vienen en las coles.-Le murmura Kanato a su hermano que responde con un "Si"
-Eso es cierto papa, nosotros lo estamos ayudando, para que sea la col más grande, ¿crees que salga un bebe gigante?-Dijo Kanami imaginándose la col grande llegando hasta el cielo, moviéndose y al abrirse sus hojas, aparece un bebe con una pañal rojo, le brillaron sus ojos al solo de pensarlo sería asombroso tener un sobrino como un gigante como en los cuentos de hadas que le contaba sus tías y su madre.
-Los bebes gigantes solo existen en los cuentos de hadas.-Dice acariciando la cabeza de su sobrina y casi revolviéndole el cabello.-Que imaginación tiene estos niños.
-Los unicornios si existen.-Hace un puchero al verlo a los ojos muy molesta.
-Claro que no.
- Dice Kay-niichan dice que existen los vampiros.-Dice Lien con tanta ternura.
-Tu no le hagas caso a tu hermano está loco, y les he dicho que no vean esos videos en medio de la noche.-Dice Laito con un suspiro , pero observa a su hermano menor quien también lo ve, y casi leyéndose la mente sabiendo que si supieran, que ellos provenían de familia vampírica y demonio seria como un sueño hecho realidad, pero sabían que para protegerlos de todo enemigo era ocultar su vida pasada, que conociéndolos no los perdonarían tan fácil el tipo de personas que fueron ellos.
-¿Que es un vampiro papa?-Le pregunta Kanami a Kanato, mientras le jalaba del pantalón
-Son persona que le gusta beber la sangre.-Le responde, a lo que se pone pálida.
-¿Y cómo lo hacen?-Pregunto temerosa casi ocultándose en su conejita.
-Clavando sus colmillos en la piel de mortales.-No entendía nada pero le parecía doloroso.
-¡Ah! y... ¿Qué es un mortal?- dijo sorprendida pero las curiosidades de los niños nunca se acababan.
-Kanami porque no vas a molesta a tu tío Kazami, refiriéndose a Karla Tsukanami que estaba en su despacho checando los intereses de la empresa.
-¡Sí!-Responde muy emocionada.-Vamos Lien.-Dice tomándole de la mano del pequeño quien asiente y se van, saliendo de la habitación.
-Tu hija cada día es más curiosa y solo tiene dos años.
-Sus hermanos eran igual a su edad de curiosos o peores.
-Ya solo te faltaba decirle que es mitad vampiresa y demonio.
-Ja, ja, ja, que gracioso, aparte conociendo a Kanami, todo que se trate de sangre, o cosas de terror sale echa un lago de lágrimas.
-Muy diferente a ti.
-¡Prefiero que sea de esa manera , que sea mi viva imagen!-Dice alterado y frunciéndole el ceño.-Aunque llegara el día que deberemos decirles la verdad.
- Estas mal de tu cabeza, tu crees que yo... voy a revelarles a mis hijos, que su padre era...-Dice hecho una furia Laito.
-Un maldito pervertido si eso ya no es noticia, hasta tu propio hijo te lo dice a cada rato.-Quería responderle, pero es algo que no había cambiado, pero ya no era mujeriego como solía serlo en el pasado, ya solo tenia ojos para una sola mujer que era su mujer la madre de sus hijos y quien esperaba con anhelo la llegada de su sexto hijo.- No tienes vergüenza.
-¡¿Qué hice ahora?!
[...]
Ya en la tarde dormía plácidamente la pequeña remolino de cabellos rubios en el sofá, y entre sueños reía, hasta hablaba que daba risa, a lo que Negar, no entendía ni una palabra que decía la menor.
-¿Que estará soñando?
-Debe estar soñando con uno de sus mangas , en cierta forma es parecido a tu madre.-Respondió Reiji, viendo a su pequeña una mini de su mujer.
-¡Escuche eso!-Dice Millouri a gritos mientras estaba en la cocina.
-Bueno olvidando esa parte de tu hermana, ahora que recuerdo hoy no les daba la carta de calificaciones.-Cambio su faceta a una pálida, trago saliva.
-Es... dentro de unas semanas papa...-Responde tembloroso al hablar.
-Espero con ansias ese día.-Comenta.-Espero que haya mejorado algo...no como el año pasado.
-N...no te preocupes papa mis calificaciones mejoraron mas que el año pasado.-Llorando por dentro, lo que le esperaba la regañiza de su vida.
-Enserio.-Dijo con asombro.-Bueno, porque sabes lo que sucedera si sales con lo mismo.
-Iré a clases de verano.
-Exacto, que listo es mi hijo, todo tiempo de padre e hijo juntos estudiando día y noche sin descanso hasta que se te meta en esa cabezota tuya cada repaso...-Para que se ponía así si todo los años eran iguales, ya escuchaba sus estrictos regaños.
-Si tus calificaciones mejoraron eso significa que los frutos de tu padre dieron resultado.-Dice Millouri saliendo de la cocina y acercándose a ellos.
Mitllen quien miraba gran escena familiar, al intentar tomar su crayon rojo cayo al suelo quien se agacho para recogerlo de bajo de la mesa, quien gateo para alcanzarlo, que habia rodado hasta la maleta de su hermano que estaba tirada y con un papel sobresaliendo, a lo que se acerco y saco, y miro que habia monton de numeros, saliendo de ahi tomando su crayola, se sacudio el polvo de su vestido y observo a lo que no comprendi nada, y se acerco a su padre, jalandolo del sueter.
-Papa.-Lo llama.
-¿Que sucede Mitllen?-Le pregunta a su hija de cabellos oscuros y ojos rojizos.
-Me puedes decir que es esto.
-Claro.-Dice con una sonrisa, sin saber que contenía ese papel, y al verlo con atención, cambio su faceta a una seria.
-Negar.
-Mande.-Dice con tranquilidad sin saber lo que le esperaba.
-Como que tus calificaciones te lo daban en la semana.
-Si...
-Entonces me puedes explicar que es esto.-Mostrándole el papel a lo que casi se le salen los ojos al pequeño de diez años que quería salir corriendo, pero sus pierna no les respondían.
-Pa...pa...yo puedo ex...plicartelo...-Se pone de pie y se para frente a su segundo hijo quien tenia una mirada lleno de terror.
-Pues espero que tengas un buena defensa a tu favor, porque de esta no te salvas.-Trago saliva.
-¡Mama! sálvame.
-Hay negar sabes que no es bueno mentir y menos a tu padre.-Suspirando.-Mitllen, porque le distes eso a tu padre.
-Es que como aun no se leer madre, no sabia que le iba traer problemas a mi hermanito.
-Ni para ir a su defensa porque, cuando tu padre se pone así, nadie lo detiene.
-¡Me puedes decir que quisiste decir que mejoraron!
- Mejoraron...
-¡Mejoraron para peor, no es posible que mi segundo hijo tenga las peores calificaciones de espanto! me recuerda alguien.-Dijo mirando de reojo a su mujer quien ahora tembló de miedo.
-Que dijistes querido.—Quien no estaba contenta con ese comentario.
-Nada...—dijo volteando la mirada.—Esta noche no duermes Negar.
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