Parte 3
Un pequeño niño peli azul jugaba con sus carritos en el jardín de su casa cuando su padre le llama.
-¡Vamos peque, la cena ya esta lista!
- ¡Papi!
El niño se lanzó a los brazos del hombre quien inmediatamente lo atrajo hacía su pecho.
- ¿Y Mamá?
- Tu mami esta alimentando a tu hermanito
Padre e hijo ingresaron a la sala de estar, donde una joven madre le daba biberón a un pequeño bebé
- ¡Mami!
- Hola, mi amor
La mujer saludo a su hijo con un dulce beso en la mejilla antes de volver su atención al bebé.
- ¿Quieres cargarlo?
- ¿Puedo?
- Claro, mi amor
La mujer coloco con cuidado al bebé en los brazos se su hijo mayor, quien estaba sentado en el regazo de su padre.
- Mi hermanito es muy lindo
- ¿Verdad que si?
- Soy tu hermano mayor y prometo que siempre te protegeré, Shun
Los padres sonrieron enternecidos ante las palabras de su primogénito.
- Y nosotros siempre los protegeremos a ambos
- Te amamos, Ikki
Ikki...
Ikki...
¡Ikki!...
¡HERMANO!
El fenix abrió los ojos alarmado y encontró a su hermanito sacudiendolo con desesperación
Ikki: Oye tranquilo, ¿Que pasa?
Shun: ¿Estas bien? No despertabas y murmurabas en sueños
Ikki: (¿Fue solo un sueño?)...
Shun: ¿Pasa algo, hermano?
Ikki: No es nada, ¿Para que me despertabas?
Shun: Para que vieras esto
El peli verde señala la entrada, estaba todo de cabeza. Decoraciones tiradas y repisas en el suelo, la cerradura y las bisagras de la puerta rotas, pero lo más extraño eran unas marcas profundas de garras en el piso que empezaban en la estancia y terminaban en la puerta principal.
Ikki: ¿Que diablos paso aquí anoche?
Shun: No tengo idea, están pasando cosas muy raras
Ikki: A ver, hay que recoger este tiradero y llamar a alguien que arregle la cerradura
Entre ambos recogieron el desorden y colocaron una alfombra que cubriera los arañazos.
Ikki: Listo, llame al cerrajero y dijo que la podría arreglar en la tarde
Shun: Genial, yo iré a bañarme
Ikki: Yo estaré en mi habitación, si me necesitas me echas un grito
Shun: De acuerdo
Mientras el más joven desaparecia por el corredor, el mayor de los hermanos se retiraba a su cuarto. Se recostó pensativo, pues aquel sueño que había tenido se repetía en su mente una y otra vez. Aunque no fue un sueño, y el lo sabía, era un recuerdo, uno de los pocos y más amados recuerdos que conservaba.
En medio de innumerables pensamientos el fenix se quedó dormido.
...
La misma pesadilla... La misma maldita pesadilla de siempre...
La sangre, las lágrimas, el dolor, sus manos manchadas de sangre, y el cuerpo sin vida de su amada Esmeralda en sus brazos.
- ¡Debes conocer el odio, Ikki! ¡Odiame a mi, odiala a ella, odia a tu hermano y odia a tus padres!
Su visión se nubló, su respiración se atascó y la angustia se instalo en su pecho. Lentamente se hundía en la profunda oscuridad que lo envolvía.
Mágicamente el chico comenzó a tranquilizarse, el color volvía a su rostro y su respiración empezó a estabilizarse.
Era consciente de dos cosas:
1. Estaba medio dormido y se encontraba recostado en su cama.
2. Estaba casi seguro de que había alguien más en el cuarto junto a él.
¿Como lo sabía? Por que aun desde su semi inconsciencia podía sentir unas grandes manos acariciar su cabello, y una voz masculina que susurraba palabras reconfortantes.
- Shh, esta bien niño, fue solo un sueño
Esperen un segundo...
¡¿Quien Carajos se metió a la casa?!
Como si un interruptor se encendiera, el fenix despertó de un salto, y cual gato rabioso empezó a lanzar golpes y patadas a la nada. Se cayó de la cama y escucho un resoplido antes de descubrir que no había nadie más en la alcoba.
Ikki: Zeus, creo que estoy alucinando
En el baño
Shun: 🎵Saint Seiya, jóvenes guerreros🎵
El adolescente cantaba mientras el agua de la regadera caía sobre el. En cierto momento se había percatado que no había traído su toalla, así que dejo de cantar y cerró la llave de la ducha.
Shun: ¡Hermano!
No hubo respuesta.
Shun: ¡Ikki!
Nadie contesto.
Shun: (Debe estar dormido)
El chico quiso buscar su toalla, pero se resbalo al intentar salir de la ducha. Cerró los ojos y espero el golpe contra los azulejos del baño, nunca llegó.
Abrió los ojos y vio con sorpresa que se encontraba sentado en el piso con la toalla alrededor de sus hombros. Estaba muy desconcertado, no había manera de caer así.
Además, ¿De donde había salido la toalla?.
Mientras caía creyó sentir un par de manos suaves que lo sostuvieron.
Tocaron la puerta un par de veces.
Ikki: ¿Puedo pasar, Shun?
El niño rápidamente se cubrió con la toalla.
Shun: Si, hermano, pasa
El mayor ingresó y observó a su hermano curioso.
Ikki: Oí que me llamabas, pero... ¿Qué haces sentado en medio del baño?
Shun: - niega levemente - Pensé que olvidaba la toalla, cuando no contestaste salí a buscarla y caí... Creo
Ikki: ¿Creo? - arquea una ceja - Déjame ayudarte
Tendió su brazo y dejó que Shun se sostuviera de el.
Ikki: ¿Estas bien?
El joven le sonrió al mayor.
Shun: Claro hermano, ¿Y tú?
El mayor guardó silencio un minuto, antes de sonreír de forma tranquilizadora.
Ikki: Estoy bien... ¿Quieres comer algo?
Shun: Claro
El mayor acompaño a su hermanito hasta su alcoba y se retiró a la cocina. Shun se deshizo de la toalla y se vistió con unos shorts blancos y una sudadera gris. Se paró delante el espejo y empezó a desenredar sus mechones verdes mientras tarareaba una dulce melodía, observaba su reflejo con detenimiento pues se veía algo diferente. Sus ojos se veían más claros, su cabello más largo y oscuro. El menor detiene sus movimientos y observo con horror como su reflejo seguía cepillándose el pelo, aquella figura lo observo con sus ojos azulados y sus labios rosados le dieron una delicada sonrisa. Era una mujer... Una mujer estaba en su espejo...
Aterrado, el niño arroja el cepillo contra el espejo, rompiéndolo en pedazos, uno de los cuales se incrusto en su pie al intentar retroceder. Con un gemido, sacó el trozo de vidrio de su planta y se dirigió al comedor, donde encontró a su hermano recostado en la encimera.
Shun: Hermano...
Este lo interrumpe.
Ikki: Primero, ¿Que fue ese sonido?, segundo: Te he dicho que no andas descalzo y tercero: ¡¿Por qué sangras?!
Tomó al niño del torso y lo sentó en la encimera de la cocina mientras buscaba un botiquín en los cajones.
Ikki: ¿Que ocurrió?
Shun: Rompí el espejo, lo siento
Ikki: ¿Por qué?
Shun: Yo... creo que había una mujer en el espejo
Ikki; ¿Una mujer?, ¿La misma de hace un par de noches?
El mayor limpio la pequeña herida y la envolvió en un vendaje.
Shun: No, esta era diferente... De hecho, creo que se parecía un poco a ti
Ikki: ¿A si?
Shun: Su piel era blanca, pero tenía tu cabello y tus ojos, talvez un poco mas claros
Ikki: - arquea una ceja - Ok, eso es extraño
El menor asiente, dandole la razon. Sacaron varios ingredientes y los pusieron en la encimera.
Ikki: ¿Galletas de chocolate?
Shun: Suena bien
Ikki: Pero no quiero ver que ye estas comiendo todas las chispas
El menor rodó los ojos y se dio la vuelta.
Shun: Mandon...
El menor murmuró y un montón de harina cayó en su cuello.
Shun: ¡Ikki!
El peli verde arremetió tomando un puñado de harina y la arrojó al pecho de su hermano.
Ikki: Esto...
Shun: Es...
Ambos: ¡La guerra!
Los dos jóvenes empezaron a arrojarse puñados de harina mientras reían a carcajadas, sin darse cuenta de dos pares de ojos que los observaban de la oscuridad.
Un par de horas después, ambos jóvenes estaban tendidos en el sofá con, una caja de pizza vacía y una bandeja de galletas a medio comer se encontraban en el piso mientras "La noche de los muertos vivientes" se reproducía en la TV. Ikki luchaba por mantener los ojos abiertos, a pesar de que su hermano estaba ya profundamente dormido a su costado. Finalmente toma al niño en sus brazos, con la intención de llevarlo a la cama, pero termina cayendo dormido en el brazo del sillón.
Un par de horas después, el fenix se despierta alarmado a causa de sus pesadillas usuales y ve con extrañeza que se encontraba en su cuarto.
Que raro - piensa - juraría que se había quedado dormido en la sala cuando quiso llevar al menor a su cama.
Se pasa una mano por el rostro y se aleja del cómodo lecho, caminando por el pasillo hasta la puerta del más chico. Se recuesta en el marco y lo observa dormir, con las mantas enredadas entre sus piernas.
Estaba tan acostumbrado a acostar al niño que ya hasta lo hacía somnoliento - es el primer pensamiento que cruza su mente.
Shun: ¿Sabes? - con los ojos cerrados - Es algo perturbadores que me veas dormir
El mayor bufa antes de desenredar las mantas del joven y cubrirlo hasta los hombros.
Ikki: Descansa, mocoso
Shun: Igual tú
El mayor sale de la habitación y se dirige a la cocina, donde sirve un vaso de agua y empieza a beber, Después de unos minutos deja el vaso vacío en la encimera y se retira a su cuarto, con la intención de descansar lo que restará de la noche.
Se recuesta y sube la manta hasta su cintura, a los pocos segundos se empieza a escuchar como una suave voz femenina entonaba una bella melodía, que opacaba la tormenta que empezaba a desatarse afuera. El joven cerró los ojos y se dejó arrollar, aquella canción le era muy familiar al fénix, sabía que la conocía de algún lado, pero cae dormido antes de recordar dónde. Las mantas suben hasta sus hombros. Y por primera vez desde que los hermanos llegaron a esa casa, pudieron dormir cómodamente durante varias horas.
A la mañana siguiente, un joven peli verde se escabulle por la alcoba de su hermano y de golpe se arroja sobre el cuerpo dormido del mayor.
Shun: ¡Despierta!
Ikki: Mmm, no molestes, Shun
Shun: Levántate, llevamos aquí tres días y no hemos conocido el pueblo. Además, ¡Es día de muertos!
El peli azul se queja y se cubre la cara con la manta.
Ikki: No quiero salir, no me gusta convivir con las personas
Shun: ¿Entonces voy solo?
Ikki: Por supuesto que no
Shun: Perfecto, párate y haz el desayuno
Ikki: Bien - bosteza - Te levantaste muy mandon esta mañana
Shun: ¡Apúrate!
Ikki: ¡Ya voy! Mocoso...
Ambos hermanos desayunan y se preparan para el día, pues pensaban pasar toda la tarde afuera.
Y así fue, pues pasan la tarde probando platillos y bebidas típicas, incluso el mayor probó un par de tragos.
Después de mucha insistencia, Shun consigue que su hermano acepte pintarse la cara con el de calavera, aunque solo permitiera medio rostro, mientras el menor se dejaba maquillar y una encantadora jovencita adornaba sus mechones verdes con flores de cempasuchil. Pasadas varias horas de recorrido, los jóvenes regresaron a la casa cuando empezaba a anochecer.
Shun: ¿Qué tal el mezcal? ¿Te gustó?
Ikki: Solo diré que entiendo porque le llaman la bebida del cielo
Shun: Umm, hermano - se detiene en la acera - ¿Dejaste la luz de la sala encendida?
Ikki: Diablos, no
Se acercaron a la puerta, de la cual salía una tenue luz.
Ikki: Quédate atrás de mi
Shun: ¡Soy un caballero!
Ikki: Obedece
Lentamente abrieron la puerta y al cruzar la entrada Ikki se detuvo en seco, haciendo que Shun chocará con su espalda.
En el largo sillón estaba tendido un hombre alto de tez algo morena, cabello negro con raíces verdes y un par de esmeraldas en la mirada, la la cual dejó su libro cuando escucho entrar a los jóvenes.
???: Hola, niños ¿Qué tal el festival?
Ikki: - pálido- ¿Pa-padre?
Shun: ¡¿Qué?!
El peli azul parpadeó, esperando que la visión frente a el desapareciera. No lo hizo.
Ikki: Shun ¿Cuántos tragos de mezcal bebí?
Shun: Sólo dos
El hombre frunció el señor le lanzó a Ikki una mirada de reproche
Ren: Hablaremos sobre la bebida luego, jovencito - sonríe y abre los brazos - Vamos ¿No vendrán a abrazar a su papá?
Shun: ¡¿Papá?!
El peli verde volteo a mirar a su hermano, quien estaba completamente estático, luego a la foto enmarcada que decoraban la ofrenda. Era su padre, quien estaba frente a ellos esperando un abrazo por lo que sin pensarlo, el niño corre hacia sus brazos, siendo recibido por un apretón y un beso en la cabeza.
Ren: Oww, mi Shun - lo observa y su sonrisa se vuelve más amplia - Creciste tanto ¿Como has estado?
Shun: Umm... ¿Bien?
El fénix, que aún no soltaba el marco de la puerta, no podía creer la escena que tenía delante e ignoraba el brazo estirado de su progenitor que lo incitaba a acercarse.
Ikki: (Esto no es real, esto no es real)
Ren: Ven acá, hijo
Ikki: (Descuida, fénix, solo te estas deslizando hacia la locura)
Una voz femenina proveniente de la cocina lo sacó de sus pensamientos.
???: ¿Llegaron los niños, amor?
Ren: ¡Si, Ash, ven a saludarlos!
De la cocina salió una mujer delgada, su cabello y sus ojos eran azules, tenía un delantal, un par de manchas de harina en su rostro y el pelo atado en un chonguito desordenado. Inmediatamente su mirada se posó en el chico mayor y su seño se frunció un poco, sin dejar su sonrisa.
Ash: ¿Y tú que haces allí parado? - con las manos en la cadera - Entra y dale un beso a tu madre
Sin esperar a que su hijo obedeciera, la dama se acercó y lo jaló hacia ella, envolviendo sus brazos alrededor del joven, quien al sentir la calidez devolvió el abrazo sin dudarlo y presionó su rostro en el cuello de su madre, aspirando el olor a jazmín que le era tan familiar.
Ikki: Mamá...
Ash: Aquí estoy, mi cielo
La mujer se balanceó un poco mientras salpicaba de besos los mechones azules del joven. Por el rabillo del ojo observo como Ren separó a Shun de su cuerpo y besó su sien, antes de empujar levemente al niño hacia ellos.
Ren: Vamos, nene, dale un abrazo a tu madre
Ikki soltó a Ash y dejo que el menor corriera a abrazarla, ella lo apretó con fuerza y lleno su carita de besos.
Shun: ¿Mamá?
Ash: Si, mi pequeño bebé
Ikki nuevamente fue jalado, esta vez chocó contra el pecho de su padre, quien se tuvo que apoyar en el brazo del sillón para soportar el contrapeso.
Ren: ¿Tengo que esperar toda la noche para que mi niño me dé un abrazo?
Sintió al joven sonreír descarado contra su hombro.
Ikki: No lo sé, la noche aun es joven
Ren: Mocoso...
Quito el cabello del rostro del chico, depositando un beso en un pedacito de frente que los mechones azules no alcanzaban a cubrir.
Ren: Vaya, sí que has crecido, peque
Ikki: ¿Más alto que tú?
Ren: Aun te faltan algunos centímetros, hijo, pero se vale soñar
Ikki: Jum - se separa -
Shun: Así que de allí sacaste lo odioso
Ambos voltearon a ver al menor con el ceño fruncido, quien solamente se acurrucó más en el abrazo de su madre.
Ash: Quiten esa cara, la cena ya debe estar lista
Ikki: ¿Es eso lo que huele a quemado?
Ash: ¿Quemado?
Shun: Está bien, solo te está molestando
Ash: Muy gracioso, siéntense
Los hermanos se sentaron mientras los padres desaparecían en la cocina y volvían cargando dos platos cada uno. La familia empezó a comer y, pasados unos minutos, Andromeda rompió el silencio.
Shun: Vale, ahora, ¿Qué está pasando?
Ren: ¿De que hablas, peque?
Shun: Es que... ¿Como lo digo con suavidad?
Ikki: Es que están muertos - sin mucho tacto - Y digo, no es lo más raro que nos ha pasado pero tampoco es muy normal
Ash: Oh, es por el día de muertos, tontito
Shun: ¿Ah?
Ash: Los altares, las fotos que pones en la ofrenda son invitaciones para que tus familiares fallecidos vengan a verte
Ikki: No creí que fuera tan literal
Ash: ¿Por qué creías que hacíamos el altar cada año?
Ikki: Pensé que así calmabas la culpa por los familiares a los que nunca llamaste
Ash: ¡Ey!
Ren: - aguanta la risa -
El timbre sonó y Ren fue a abrir la puerta mientras tres pares de ojos curiosos observaban. La puerta se abrió y al otro lado un hombre corpulento de medianda edad miraba a la familia malhumorado.
Ikki: Uy
Ren: ¿Puedo hacer algo por ti?
?: - señala a Ikki - ¿Es tu hijo?
Ren: Depende, ¿Qué hizo?
?: Primero, Asustó a todos los niños del vecindario; segundo, arrojó un un horrendo muñeco ahorcado a mi propiedad; y tercero, robó las flores de mi jardín
....
Ren: Dirección equivocada, que tenga una buena noche
Cerró la puerta de golpe.
Ren: Llevas aquí 4 días ¿Y ya hiciste que los vecinos te odiaran?
Ikki: Es un don
Ash: ¿Por qué atormentas a ese hombre?
Ikki: No fue personal, el muñeco se movió y los jazmines eran para ti
Ash: Oww, gracias cariño, me encantaron
Ren: Ash...
Ash: Pero no lo vuelvas a hacer - sonríe y le da un toquesito en la nariz
Ren: Pfff, muy dura, nena
Un rato después, la familia estaba recostada en el sillón. Shun apoyó la cabecita entre el hombro y cuello de su madre, mientras Ikki tenía la cabeza en el brazo del sillón con las piernas sobre el regazo de su padre.
Shun: Pregunta
Ash: - lo abraza - ¿Sí, amor?
Shun: Pusimos el altar hace días, ¿Por qué no vinieron antes?
Ren: Claro que lo hicimos, peque, es más - mira a Ikki y pasa una mano por su cabello - Alguien me pateó ayer cuando intente acercarme
Ash: Y tú me arrojarse un cepillo
Ren: Además, los cargue a la cama cuando se durmieron en el sillón
Ikki: Gracias al cielo, creí que estaba enloqueciendo
Shun: Entonces, cuando me resbale en el baño...
Ash: ¡Oh! Te sostuve antes que te lastimadas
Shun: ¿La casa no estaba embrujada? Porque juraría haber visto fantasmas desconocidos
Ren: De hecho si estaba embrujada ¿No te enteraste de cuantas personas murieron aquí, hijo?
Ikki: Eso explica porque la renta era tan barata
Shun: Tiene que ser un chiste
Ikki: Si te hace sentir mejor, es la última vez que vez que aceptó favores de DM
Sonó una campanada, marcando la media noche y ambos adultos sonrieron con tristeza.
Ash: Deberían dormir ahora, niños
Shun: ¿Qué? ¿Por qué?
Ikki: - se incorpora - Porque tienen que irse, Shun
Shun: ¿Ah?
Ren: Verás, nene, no nos podemos quedar mucho más, tenemos que volver a nuestro mundo
El menor bajó la mirada y su labio inferior empezó a temblar, lo que rompió el corazón de los presentes.
Ikki: Está bien, hermanito - lo rodea con un brazo - Haremos otro altar y volverán el próximo año
El peli verde mostró una diminuta sonrisa y asintió
Shun: De acuerdo - se apoya en Ikki
Ren: Vamos, cierren los ojos ¿Sí?
La dama empezó a tararear la clásica melodía, por lo que los jóvenes obedecieron casi por instinto. Sus párpados se hicieron pesados y las caricias de sus padres los llevaron a la somnolencia.
Ren: Gracias por cuidar tan bien de Shun y de ti por nosotros, Ikki
Ikki: Pa...
Ren: Shhh, esta bien, peque
Ash: Cuidaremos de ustedes siempre
Los dos: Los amamos, niños
Los hermanos sintieron unos cuantos besos salpicar sus rostros antes de caer en los brazos de Morfeo, bañados en amor familiar
A la mañana siguiente
Ikki no se sorprendió mucho al despertar en su cama con la luz del sol, completamente abrigado con la chaqueta de cuero qu esu padre portaba la noche anterior.
Tampoco se alarmó cuando Shun tiro su puerta y se arrojó de lleno sobre el.
Ikki: Uff... Hola, Shun
Shun: ¡Mira!
Andromeda se estiró, mostrando el suéter blanco de lana, el favorito de su madre que aún conservaba esa esencia a jazmín.
Ikki: Te queda bien
Shun: ¡Gracias! ¿Nos iremos hoy?
Ikki: Si - mira el reloj - ¿Salimos a desayunar? No se me antoja cocinar
Shun: Claro ¿Iremos así en pijama?
Ikki: Vamos la cafetería, no a la iglesia
Los hermanos salieron y desayunaron en una cafetería cercana para después partir hacia su hogar. Dejando atrás el sentimiento agridulce de aquella reunión, conscientes de que en un año podría repetirse el encuentro
FIN
Hola mis bichos, al fin estamos en mi época favorita del año y quise terminar (por fin) este fic. La verdad fue más fácil de lo que pensaba, a veces me pregunto por qué me tardo tanto en actualizar.
A lo largo de este mes actualizaré también "La posesión" y "Leyendas Urbanas". Así que denles mucho amor.
No olviden votar y comentar.
Hasta pronto 😘😘
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