¿No les ha pasado que por fin sienten que forman parte de un grupo donde parece que tienes un lugar pero que en menos de lo que parece te das cuenta que quizá no tenías el lugar que creías? Es decir, ni siquiera parece que tuvieras un lugar.
Luego te das cuenta que no debería importar tanto, al final encontrarás otra cosa con la cual te ilusionarás, otra cosa que de nuevo te hará sentirte parte de algo.
Nada ni nadie es indispensable. Ni tú lo eres ni nadie lo será para ti.
No te puedes quedar llorando porque simplemente se quebró una de las cosas en las que creías, sino tienes que darte cuenta que tu vida es mucho más que un grupo de amigos.
La vida tiene un millón de cosas por las cuales seguir viviendo. Hay muchas cosas para hacer mañana y ninguna de ellas es lamentarse por algo que no funcionó.
Al final es cierto, el mundo no se detiene cuando te sientes lastimada, la vida sigue.