17/02/2017
Feliz cumpleaños Ed Sheeran!
Ese pensamiento es el que por lo menos me hace sonreír porque sé que a partir de hoy, los 17/02 sólo me harán llorar.
Ahora mismo, mientras escribo esto desde mi celular puedo escuchar la respiración de mi hermana, por fin está durmiendo pero por cómo respira sé que aún le quedan algunos mocos en su nariz de tanto llorar. Es irónico que aunque ella tenga 19 años yo la siga mirando como si fuera una niña pequeña y necesitara recibir un abrazo reconfortante.
Me duelen los ojos y creí que no tenía más lágrimas pero mientras escribo esto todavía salen de mis ojos.
Éstas cosas han pasado durante 21 años, los gritos, las peleas, el aliento a alcohol... Sentarme en el frío piso para poder estar cerca de la puerta y escuchar por qué discuten y prepararme para cuando tenga que intervenir.
Recuerdo que cuando era niña y mi papá cerraba con llave mi cuarto para que no sea una espectadora de la pelea yo me echaba en el piso para poder ver por esa rendija de la puerta sus pasos.
Ahora ya no escucho a mi mamá llorar, no escucho que se quiebra. La escucho responder, sé que intenta parecer fuerte para no darle el gusto a mi papá. Lo sé porque es un consejo que yo le di.
En mi carrera universitaria me han dicho que los hijos no deberían involucrarse en los problemas de los padres, ¿pero cómo no lo voy a hacer? ¿Cómo se supone que me haré la ciega, sorda y muda?
Mis papás han peleado desde que tengo memoria, por todo y por nada. En cierto punto empecé a ser la confidente de mi mamá, es decir que me enteraba de todos sus problemas como pareja. Ella cree que porque estudio psicología yo puedo ayudarle pero se olvida que primero soy hija, que me destroza profundamente pensar cosas malas de mi papá, que no quiero que se separen, que quiero a la familia feliz que aparentamos ser frente a todos.
No puedo odiar a mi papá por mucho que lo desee, por mucho que recuerde todos los golpes y el llanto que nos ha ocasionado no lo puedo odiar. Porque le quiero... Y porque me da miedo pensar en lo que le pueda pasar estando solo.
Ha sido un buen papá, me ha hecho bastante dura y fuerte, bastante exigente conmigo misma. Sé que gracias a él tengo valores y cualidades que me hacen ser yo misma. Pero también me ha hecho tener miedo, sé que una de las razones por las que en el futuro no me veo con esposo o en una relación es porque no quiero que me pase lo mismo que a mi mamá, porque no quiero vivirlo todo de nuevo y porque no quiero que mis hijos sientan lo que yo siento ahora.
Me siento inútil, como si no pudiera hacer nada para evitar esto. Me siento mal por mi papá porque no quiero que esté solo, porque no quiero que sienta que no lo quiero.
Y me siento mal con mi mamá porque es la persona que ha hecho todo por mí que no merece seguir viviendo con dolor sólo para que yo pueda tener una familia "feliz".
Yo solo quiero que todo esté bien pero no lo está.
Y el dolor en mi pecho y el peso que siento en mis hombros hacen que desee no despertar mañana para no enfrentarme a las consecuencias de una noche con gritos, golpes, insultos, desvalorizaciones y mucho dolor.
Pero sé que despertaré y, al igual que otras tantas veces, el dolor seguirá allí.
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