"A veces las mujeres necesitamos..."
- Hace cinco años solo estaba enamorado de ti. – Vio con satisfacción como le borraba la expresión divertida y burlona de hacía un instante.
- ¿Sí? Es extraño que me entere cinco años después.
- ¿Nunca te diste cuenta acaso?
- A veces las mujeres necesitamos las palabras, Luke. – Dijo con sarcasmo ocultando un repentino sentimiento de dolor y amargura.
- Pensé que lo sabías ¿Nunca lo sentiste cuando te hacía el amor?
- ¿Te podrías callar? – sentía caliente la cara, ¡Maldición! ¡Ella no se sonrojaba!
- Te has puesto roja. – le dijo con sorpresa y en un gesto inesperado puso su mano en su mejilla con una ternura que la sorprendió.
- Bueno, estamos en un lugar público. – Se hizo hacia atrás para librarse del contacto, un segundo más y habría ronroneado como un gatito.
No es que haya saltado sobre ti precisamente- Esta vez él tenía el control de nuevo, le hablo con voz baja, grave y sensual y ella tragó saliva compulsivamente. Él solía susurrarle al oído o decirle en voz baja cuando estaban en público lo que le haría cuando estuvieran solos. – Quiero besarte. – Lo dijo de pronto, sin pensarlo. Aunque en realidad era lo único que tenía en la cabeza en cuanto la había visto de nuevo.
- No creo que eso sea buena idea.
- ¿Por qué no?
- Estamos bien así ¿Para qué complicarlo todo?
- Siempre hemos sido complicados Krista. – Punto a su favor.
******
- ¿Y luego? – Natalia estaba tirada en el sillón de su oficina oyendo el resumen de lo que había pasado con Luke esa tarde. Tenía una bolsa de papas fritas y la miraba con atención como si estuviera viendo su serie favorita.
- Y luego nada, no pasó nada.
- Aburrida.
- Sensata.
- Cobarde.
- ¿Qué no odiabas a Luke apenas ayer Nat?
- Eso fue hace una semana, y dejé de hacerlo en cuanto supe que era inocente, en realidad tuve que comprobarlo. Charlé largo y tendido con Gema ese mismo día que Luke proclamó su inocencia.
- ¿Qué tú hiciste qué?
- Me lo contó todo y de paso me lo aclaró Aldo, así que el hombre es inocente. ¿Segura que no quieres ya nada con él? Porque si a mí me propone algo yo digo que sí. – La picó más. – ¿O mejor yo se lo propongo?
- No sigas por allí. – Le dijo con voz helada.
- ¡Lo ves, te mueres por él!
- Ya cállate, y acompáñame, necesito otro par de manos para este trabajo.
- ¿Quieres hacer un trío con Luke?
- Graciosita. Iremos a la casa del cliente, quiere que tapicemos la recamara con papelitos adhesivos o post-it y que todos digan: te amo, cásate conmigo... los haremos a mano. Tengo dos equipos en ello y aun no acaban y como veo que te sobra la energía vendrás conmigo.
- ¿Tapizarla con post-it? No sé porque algunos se empeñan en ideas ya tan usadas y no hacen caso a las tuyas tan innovadoras, menos mal son pocos los que se aferran a lo antiguo.
- Gracias y vamos.
Cinco horas después, seguían sin acabar, eran diez manos, pero la habitación era realmente grande y usar pequeños papelitos de aproximadamente 5x10 centímetros para tapizar todo, era un tremendo engorro. El resultado estaba quedando único, pero no quería saber cómo le iba a hacer la pareja para quitarlo todo, eso ya no entraba en su contrato. Al día siguiente tenía un trabajo que requería también diversos preparativos, pero al menos no se trataba de pegar nada. Su teléfono sonó cuando era casi media noche y estaban por terminar, gracias a Dios.
- Krista Love.
- Soy yo. – La profunda voz de Luke la hizo estremecerse.
- ¿Cómo es que tienes mi número?
- Ciertamente no gracias a ti ¿Ya has terminado? Natalia me dijo que el trabajo de esta noche era realmente fastidioso.
- Así que ella te dio mi número.
- ¿Tienes hambre? Estoy cerca de donde estás te puedo llevar algo.
- No, no. Ya casi acabamos. No tengo hambre – Natalia que estaba en el otro extremo de la habitación la oyó y gritó que era una mentirosa. ¡Pequeña entrometida! Escuchó la risa de Luke. – Natalia también me dio la dirección, les llevaré algo. Te veo en unos minutos.
- No, espera... Luke... ¡Luke! ¡Natalia! – la traidora corrió a encerrarse en el baño.
Una hora después estaba sentada en una banca en un parque cercano. Por lo que sabía la propuesta de matrimonio con post-it había salido bien, la pareja había regresado del teatro justo después de que ellos habían salido de la casa. Y ahora ella estaba comiendo un delicioso helado de café como postre, punto final a una deliciosa cena que Luke le había llevado, al resto de su equipo les había dado café y sándwiches ganándoselos a todos, Callum nunca había hecho tal cosa, varias de sus empleadas la habían felicitado por tener un novio tan guapo y atento, ella contestaba cosas ininteligibles y Natalia seguían en plan traidor, si los había acompañado al parque pero había desaparecido después de engullir con prisa, no estaba segura de si había masticado la comida.
Gracias Luke, pero dime ¿Qué pretendes?
- Te has vuelto directa, eso es bueno.
- ¿No lo era antes?
- No en todo. Si te hacía enojar eras sumamente directa en decir que tenías toda la intención de arrancarme la cabeza. Pero había ocasiones en que callabas y veía la lucha que tenías por no decir absolutamente nada, te aislabas y odiaba eso.
- Que curioso, puedo decir lo mismo de ti.
- En ese caso seré directo. No estoy aquí con la finalidad de que seamos amigos.
- ¿Es una cena del adiós entonces? – Se sintió supremamente triste.
- No. Quiero que lo intentemos de nuevo Krista, merecemos saber si realmente lo nuestro...
- ¿Funcionaría? – le interrumpió ella. – Funcionó por dos años, porque ninguno de los dos se planteó nada más. Porque éramos muy jóvenes, porque éramos algo ingenuos, sobre todo yo. Pero todo hubiera acabado de una u otra forma Luke y lo sabes.
- Te iba a pedir que te casaras conmigo yo...
- No sigas por allí – Le interrumpió de nuevo, esta vez se levantó de la banca casi de un salto. – Y por si te olvidaste, me lo pediste. De la peor manera posible por cierto.
- Fui un idiota lo sé. Pero Krista, ¿realmente crees que de todas formas hubiéramos terminado? Teníamos algo realmente único, no podía dejar de pensar en ti. ¿crees que volvía al pueblo tan seguido solo por qué si? Lo hacía por ti y por nadie más.
-De eso tiene cinco años.
- ¿Por qué no aceptas que puede todo volver a ser igual?
- Porque ya nada es lo mismo, porque no se puede regresar el tiempo ¡por qué mi corazón está bien así como está! No tengo la menor intención de volver a sentirlo hecho cachitos. – Él se levantó y ella retrocedió un paso.
- ¿Crees que el mío quedó intacto?
- Tengo que hacer muchas cosas en tan solo unas horas, debo irme.
- Te llevaré a casa. – le dijo él después de suspirar con lo más parecido a la frustración.
- Traje mi auto.
- Pues te acompañaré hasta allí. Nada de protestas.
- Gracias. – Le dijo ella en cuanto abrió la puerta del auto, sin la menor idea de lo que él haría, dio un respingo en cuanto él la sujetó por la cintura y poniendo la otra mano en su nuca la acercó a él y la besó dejándola sin respiración con un beso breve pero intenso. La soltó, abrió la puerta y ella como zombi se acomodó en el asiento.
Que duermas bien Krista. – Fue lo último que le dijo antes de cerrar la puerta del auto. No supo cuánto tardó en encender el auto e irse. Pero fue mucho después de ver la silueta de Luke alejarse. Estaba en un lío, uno realmente grande.
- Pareces muerta en vida. – le dijo Natalia al día siguiente en la galería donde preparaban una falsa exposición de arte, el novio llevaría a su chica esa noche con la excusa de ver las esculturas y pinturas, estarían los amigos y familiares de ambos y muchos empleados de Miss. Love irían para hacer de público también y no hacer sospechar a la chica. En una parte de la galería que estaría cubierta por una manta estaría una pintura hecha especialmente por un pintor de moda, uno caro, pero para el novio el dinero parecía no ser un problema. Habría una pintura de la pareja y un anillo colgando del cuadro. En cuanto llegaran a esa parte de la galería la pintura sería descubierta y bueno, el resto dependía del novio.
- No dormí bien.
- ¿Pasaste la noche con él? – Natalia empezó a bailar como loca.
- No. – El baile cesó.
- En serio no sé qué hacer contigo.
- Quiere que lo intentemos de nuevo. – Confesó.
- ¿Qué te detiene entonces?
- Sé que es tonto y cobarde, pero, no quiero sufrir de nuevo.
- Es normal querida que te sientas así, pero el que no arriesga no gana.
- Tus consejos distan de ser los mejores ¿Por qué te cuento todo?
- Porque mis consejos sí que son los mejores, no es lo que quieres oír, pero si es lo que debes hacer. Lanza las dudas al viento, ya es tiempo. No lo pienses demasiado, Luke es todo un partido y las mujeres pululan a su alrededor...
*******
Ella era una tortura que lo seguía a todas partes, una tortura dolorosa y cruel. Tratando de no acordarse de nada relacionada con Krista, había tomado su taza de café he ido con los demás a la zona de descanso de la oficina, solo para toparse con Krista en televisión, viendo como sonreía con dulzura al idiota del conductor que parecía realmente encantado por tenerla así de cerca ¿por él le habría dicho que no? Dejó la taza en una mesita y lo hizo con más fuerza de la necesaria. Varias cabezas voltearon a verle con precaución. Solo uno se le acercó.
- Esto realmente está acabando contigo ¿verdad?
- Si quieres seguir con vida, te aconsejo que cierres la boca Julio.
- No se lo propondré a Emily. – Dijo el aludido, pero sin la menor intención de dejar de incordiarlo puesto que añadió. – No creo ser del tipo de hombre que muera por una sola mujer... Así como tú. – Se ganó una mirada asesina por parte de Luke. – Pero creo que te envidio, ella es bella y aunque al parecer es una mujer difícil, a todas luces se ve que vale la pena, así que déjate de estupideces y ve a conquistarla.
- Tú lo has dicho, ella no es fácil.
- Tú no eres de los que se rinden.
- Cierto. – Se levantó. El noticiero terminaba ya y él quiso borrarle de un puñetazo la sonrisa al tipo ese que tan pegado estaba de Krista. No podía ir inmediatamente a verla, tenía una junta muy importante en donde podría ganar o perder un contrato enorme. Estaba impaciente, pero tenía que esperar. Recordó de pronto algo de todo lo que le dijo Julio. - ¿Cómo está eso de que no te casarás con Emily?
- Bueno, es que desde que vi a Natalia no pude pensar en nadie más.
- ¡¿Qué?! Ella te comerá vivo lo sabes, ¿verdad?
- Es lo que lo hace interesante. Ser devorado, nunca me ha pasado. Aunque me acaba de dar calabazas.
- Pero, ¿Y qué hay de tu novia? Estabas pensando en casarte y todo.
- Fue solo algo pasajero, con Emily no llevo más de seis meses saliendo y Pedro de contabilidad me ha dicho que la ha visto con otro tipo en varias ocasiones, en cuanto lo compruebe que será pronto le mando a freír espárragos. Una vez libre, espero que mi devoradora me haga caso.
- Estás loco.
- Sí y por una mujer igual que tú. – No podía negarlo.
*******
Estaba decidida, iba a intentarlo. Su corazón ya se había recuperado antes, podría hacerlo de nuevo y esta vez no se quedaría con la pregunta de cómo hubiera sido todo entre ellos dos, sin tener encima la sombra de la duda. Salió deprisa del set de grabaciones después de rechazar la invitación a comer de Carlos.
Y enfiló hacia el edificio de oficinas que albergaba la firma en la que según sabía ya era socio Luke. El corazón casi se le salía del pecho y estaba hiperventilándose. Tuvo que parar en dos ocasiones para intentar calmarse. ¿Qué se supone que iba a decirle? ¿Aquí estoy quiero intentarlo, esa noche no pensaba con cordura? Aunque en realidad lo que no veía cuerdo era lo que iba hacer en ese momento. Por fin llegó y tomó el ascensor desde el estacionamiento, gracias a Natalia sabía en qué piso parar, en cuanto llegó y caminó hacia la elegante joven que estaba en recepción sintió varias miradas en su espalda, la sensación se intensificó, parecía que todo el mundo la miraba.
- Hola, ¿podría ver a Luke?
- ¿Se refiere al Arquitecto Evans?
- Exacto.
- Lo siento, está en una reunión importante, no puedo interrumpirle.
- Entiendo. – Krista se desinfló. – Gracias. – Impotente regresó al ascensor, antes que las puertas se cerraran una mano masculina lo impidió y la sacó sin contemplaciones.
- Ven conmigo ¿te acuerdas de mí? Soy Julio, haré que veas a Luke.
- Gracias. – Le dijo sorprendida. La llevó a una pequeña sala privada y en menos de cinco minutos la puerta se abrió, ella que sentía que había pasado una eternidad brincó de su asiento y enseguida se levantó, era él, tan guapo con traje, ¡Dios! Él era increíble por fuera y por dentro aún con sus defectos, con sus errores... Ella seguía estando idiotamente enamorada de él.
- Krista... - Fue lo único que le dijo, no necesito más corrió hacia él y casi lanzándose a sus brazos le besó con todo el amor y la desesperación que sentía por dentro. Él no la decepcionó, la recibió en sus brazos y le devolvió el beso con la misma ansia y ella se permitió pensar que quizás él también la amaba. Después de un rato, él rompió el beso y con clara agitación le dijo: ¿Acaso quieres matarme?
- También quiero intentarlo. – Fue la respuesta.
- Me gusta tu forma para decir que sí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top