Confesiones
Magnus se dirigió a la habitación de Alec y se acostó tratando de conciliar el sueño, daba vueltas en la cama hasta que escuchó la puerta abrirse. Su corazón dio un salto, era él, Alec había llegado, eso lo puso nervioso, aún no estaba preparado ¿Qué le diría?.
Alec entró y no prendió la luz, sólo quería dormir y desconectarse del mundo, quería olvidar, se desnudó hasta quedar en unos apretados y pequeños boxers y se metió a la cama, usualmente dormía con pijama pero ahora no tenía fuerzas para dar cinco pasos y buscarlo. Se acomodó de costado, ignorante de que tenía un intruso en su cama. No tuvo tiempo de reaccionar un brazo se enrollo en su cintura y lo hizo sobresaltarse, pero a los segundos lo reconoció, sólo un ser en el mundo podía hacerle arañar el cielo con el roce de su piel.
— ¿Qué haces aquí?, ¿cómo entraste?
— Perdóname, mi amor.
— Ya no soy tu a...
— No lo digas..., por favor, déjame hablar..., sólo escuchame, te lo ruego. Se que hice mal, no debí creerle a Camille, algo dentro de mi me decía "miente" pero lo ignore, te deje y te extrañaba tanto, tanto,... tenía miedo, me di cuenta que mi mundo giraba en torno a ti y no podía respirar sin pensar en ti, jamás en toda mi vida me había sentido así — Se tomó unos segundos para decir las sgtes palabras — Fui un imbécil, en lugar de venir a por ti, yo... me acosté con alguien, quería olvidarte...
Alec se removió tratando de apartarse pero Magnus lo apretó aún más haciendo que ahora la desnuda espalda de Alec chocara contra su pecho también desnudo, Alec jadeo por el placer, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo haciéndole estremecer.
— Perdóname, te lo ruego, perdóname por todas las veces que fuí infiel, yo lo hacía antes, cuando terminaba con alguien o terminaban conmigo me acostaba con otros y me olvidaba de mis ex en una noche, como un idiota pensé que esa era la solución, tú no eras como los otros, lo sabía, pero quise engañarme, tú eres el amor de mi vida Alec, eres lo que busque por siglos, un regalo que el cielo le dió a un brujo que no merece nada — Alec intentó hablar, quería decirle que estaba equivocado, que él merecia el mundo y mucho más, pero Magnus cubrió su boca — Perdóname por como te trate, por las palabras que te dije hace unas horas, estaba celoso, muy molesto, furioso por haber visto como otros poseían tu cuerpo, eras mío, sólo mío, me pertenecias solo a mi, no puedo soportar el recordar que alguien mas te haya besado, te haya tocado, te haya hecho suyo....
Los labios de Alec se movieron sin su permiso y soltaron una verdad que hubiese preferido ocultar — Jamás, nunca permití que alguien me hiciera suyo, sólo tu, sólo a ti te permití estar dentro de mi...
Magnus sonrió feliz, bajo un poco aún abrazandolo y besó lentamente su nuca haciéndole suspirar, mordió un poco y luego confesó algo que posiblemente dañaría su reputación — No te lo había dicho antes, es más jamás se lo dije a nadie, pero, en todos los siglos que tengo yo tampoco había permitido que alguien me... lo que quiero decirte es que tú fuiste el primero en estar dentro de mí, yo era... — Estaba sonrojado.
Alec volteó aún en sus brazos y lo miró sorprendido, eso no se lo esperaba — Quiere decir que eras virgen de... — lo dijo completamente sonrojado.
— Sí, tu fuiste el primero y también el único.
Se quedaron en silencio sólo mirándose, hasta que Alec hablo — Perdóname también, yo me acoste con otras personas tratando de olvidarte, sabía que estaba mal, pero... tenía que intentar sacarte de mi corazón, ya lo había intentado todo, probé con el alcohol, drogas incluso intenté, yo quise...
— Lo sé, fue mi culpa, olvidemos todo por favor y vuelve conmigo — el silencio inundó la habitación antes de que Magnus preguntara algo importante, por un momento pensó que tal vez se estaba apresurando, pero tenía que arriesgarse — ¿Alexander quieres ser mi novio?
El ojiazul se quedó en silencio por largos minutos, hasta que finalmente hablo — No
— ¿Qué? ¿ Por qué no?
— No creo que funcione, han pasado muchas cosas entre nosotros y tal vez sea una señal del cielo que nos dice que jamás seremos felices, Magnus, no podría soportar que me dejes otra vez, no puedo vivir sin ti y eso está mal, si eso sucede, esta vez..., yo no podría seguir viviendo, lo siento Magnus pero no puedo.
— Por favor no, no me alejes — Magnus se aferró al cuerpo de Alec cuando él intento separarse— yo también tengo miedo, yo tampoco puedo vivir sin ti.
Alec no pudo soportarlo más y lo besó desesperadamente, introduciendo su lengua y explorando la boca de Magnus y bebiendo de él, se separaron por la falta de aire, volvieron a besarse esta vez lentamente demostrandose cuánto se amaban.
En una casa muy lejos de ahí, un hombre daba atención a los pechos de una mujer de piel azul, a pesar de tenerla entre sus brazos aun pensaba que todo era un sueño.
Cuando llegaron al Instituto vió a Magnus echando chispas, se sintió satisfecho, ese idiota se merecía ese dolor, pero también se asustó cuando vió su rostro molesto y temió por Alec. Volteó para ver a su novio, pero se topó con el rostro de una molesta Catarina que llevaba un glamour, su apariencia era la de una hermosa joven con el cabello castaño lacio largo hasta los hombros, ojos como esmeraldas y piel blanca, ella lo tomo de la muñeca y lo jaló por un portal hasta su casa, se sorprendió, mucho, se preguntaba como es que ella sabía su dirección, pero no le dio tiempo a preguntar, ella lo besó por varios minutos.
— ¿Por qué fue eso? — pregunto Thiago aún recuperándose del intenso beso
— Me gustas — respondió Catarina antes de lanzarse una vez mas a sus brazos, la seguridad de sus palabras dejó sin aliento a Thiago que empezó a devorarla a besos, cuando de pronto la voz de su consciencia interrumpió.
— No creo que sea apropiado lo que estamos haciendo, ni lo que dices, tú tienes novio y yo no puedo, lo siento
— Ragnor no es mi novio, sólo es un idiota celoso que se toma demasiado enserio su papel de hermano, dejemos esta conversación para más tarde, ahora quiero sentirte, Bésame.
Catarina no estaba dispuesta a perder ni un minuto, Thiago le gustaba y mucho, era más que sólo atracción física. A él no le costó mucho hacerla perder la concentración y por consiguiente hacer que perdiera el Glamour, tuvo miedo de que él se alejara por el asco, pero se sorprendió cuando Thay la beso más profundamente, para luego despojarla de su blusa y brasier.
— Eres hermosa, no puedo creer que tan bello ángel vaya a ser mio.
A la mañana siguiente Jace se asomó a la habitación de Alec y al ver un bulto en la cama después de tanto tiempo se lanzó sobre el, estaba feliz, después de varios días volvía a ver a su parabatai en casa por propia voluntad, se aplasto aún mas contra la cama para molestar a su hermano, cuando de pronto Magnus salió gruñendo de debajo de la frazada, el moreno brujo había dormido aferrado al torso de su garbancito y el estúpido del peliteñido lo había aplastado.
— ¿Qué demonios hace brillitos en tu cama Alec?; no, no me digas no quiero saber, ¿Están desnudos cierto?.
— Pensé que no querías saber — Alec se levantó mostrando sus abdominales, llevaba puesta solo su ropa interior y eso hizo sonrojar un poco a Jace, Magnus se dió cuenta y apretó los puños, estaba celoso y enojado, antes, Alec se habría avergonzado, pero ahora estaba acostumbrado a que lo vean semi desnudo.
Jace sin ningún tipo de pudor miraba directamente a la entrepierna de su parabatai Magnus se dió cuenta y apretó los puñosMagnus se dió cuenta y apretó los puños — ¿Qué tanto me vez?, mis ojos están aquí arriba, levanta la vista idiota.
— No puedo creer que la tengas más grande que la mía, ese hombre gritó cuando te lo cogiste, ahora entiendo porque, déjame ver.
Magnus enfureció, hizo aparecer un pato en los brazos de Alec y Jace salió corriendo y gritando siendo seguido por el pequeño plumifero.
— No debiste hacer eso.
— Se lo merecia, nadie mas que yo puede ver tu hombria, además..., también fue por recordarme algo que deseo olvidar.
Alec sólo lo observó unos minutos antes de decirle algo cruel — No soy de tu propiedad, no llevo tu nombre tatuado en mi cuerpo, así que abstente de hacer esos comentarios.
Dicho esto se metió a bañar dejando a Magnus destrozado pues Alec no había accedido a ser su novio, el beso de la noche anterior había sido como una despedida, le hizo probar algo de lo que nunca volvería a tener, pero el era Magnus Bane y lo tendría de nuevo como antes, sólo para él.
Bajaron a desayunar, era temprano así que sólo Maryse estaba despierta preparando el desayuno, cuando vió a su hijo entrar corrió feliz y lo atrapó en sus brazos, después de un rato de prodigarle mimos, se fue, tenía una reunión en Alacante y debía ir si o si junto a Robert. Alec suspiró aliviado de que su madre no haya mencionado nada acerca del video.
Un par de horas después Alec entró a la sala y ahí estaban todos reunidos, cuando lo vieron la mirada de casi todos se dirigió a su entrepierna. Isabelle estaba colorada y apartó rápidamente la mirada, Alec se pregunto ¿desde cuándo su hermana se sonrojaba?, dirigió su mirada a Clary y la sorprendió con los ojos muy abiertos mirando directamente a su amigo y eso lo puso nervioso, Jace le cubrió los ojos a su novia de inmediato.
Pero quien lo sorprendió más fue Simón, quien luego de mirarle el paquete se acercó y le hizo una reverencia como si fuera un Inca adorando al sol — Eres mi héroe, jamás imaginé conocer a una estrella del cine porno, quiero un autógrafo, no, que sean dos, uno lo quiero en mi nalga derecha.
— Callate sheldon o te convertire en rata — gruñó un moreno
— A mi no me molestes Magnus, todavía no se me olvida que la única vez que me llamaste por mi nombre fue para botarme de tu casa — le saco la lengua y volvió su atención a Alec
— Si me convirtiera en homo te pediría que me lo hicie... — No pudo continuar pues Isabelle uso su látigo en él — Izzy..., era broma, por favor, no respiro.
— Vuelve a decir algo así y te castro entendido.
— Si mi vida
Después de escuchar las quejas de todos, Alec les dijo que ellos se lo buscaron por chismosos.
Varias horas después, en la noche, mientras cenaban, una llamada entró al celular de Izzy, ella lo puso en altavoz pues tenía las manos ocupadas, era un hombre buscando a Alexander.
Magnus apretó los puños lo había llamado Alexander
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