Capítulo 9
Quiero avisar que este capítulo será puro amor melizabeth y el siguiente es en el que habrá lemon (meliodas y Elizabeth) así que sin más disfruten
Elizabeth lloraba desconsoladamente en su cama cubierta por las cobijas y en pijama, estaba tan ilusionada con la idea de que alguien la amaba para al final darse cuenta que ambos estuvieron jugando con ella, eso era, un jodido juego para los gemelos demon con el ambos supieron que se sentía coger con la chica de el otro, en ese mismo momento se preguntaba ¿quien había sido el primero? ¿Fue el verdadero meliodas el que la tomó la primera vez o acaso fue Melia haciéndose pasar por su hermano? Todo ese asunto confuso no le gustaba para nada mucho más el hecho de que se odiaba a sí misma, se odiaba, odiaba a Elizabeth lioness!!! Por que pese a todo lo que le hicieron seguía amándolos con locura
A ambos, al mismo jodido tiempo, tan solo se hizo bolita entre sus sábanas sin dejar de solllozar, no quería verlos pero por otro lado deseaba ir y abrazarlos a ambos, pero no, solo se quedaría ahí sin hacer nada más que llorar justo como lo hacía siempre, su ex se lo había dicho cuando tomo su virginidad y al terminar ella empezó a llorar por la simple razón de que la habían forzado en contra de su voluntad, él le dijo que era una llorona y eso sería siempre, ahora más que nada de lo creía
—Esta muy mal Elaine — susurró Diane para su amiga rubia quien miraba triste a su amiga albina, ellas la habían estado mirando para ver si podían calmarla pero no, Elizabeth no salía de las camas ni les pedía nada — Mierda!! Voy a matar a tus primos —
—Que idea tan idiota se les ocurrió — empezó diciendo la de ojos miel retirándose de la puerta y bajando las escaleras sin quitar esa expresión triste, estaba enojada y por sobre todo muy confundida, sabía que sus primos la amaban pero nunca creyó que fueran capaces de hacer algo como eso, bueno, de Melia se lo esperaba pero de meliodas nunca — Ese par de imbeciles, le voy a decir a mi tía Melinda—Diane soltó una risa ante esa opinión
—¿tia Melinda? A pesar de que ya son adultos ¿aún los delatas con sus papás?—
—Es un acuerdo que tengo con mis tíos...— respondió esta con simpleza tomando un vaso de vidrio y sirviendo algo de agua en el interior solo para después reírse abiertamente y asentir con la cabeza burlándose de ese par de tontos— Dijeron que supuestamente no confiaban en ellos así que me pusieron a cuidarlos secretamente, esto les va a encantar— Elaine realmente estaba burlándose de sus dos primos rubios tomando de aquella agua fresca y acto seguido sentándose en el sofá para ver a su amiga — Ya quiero decirles—
—Pues hazlo de una vez —parecían niñas chiquitas debido a que planeaban decirle a sus padres lo que había sucedido, era irónico a decir verdad pero eso no les importaba en esos momentos, solo querían que aunque fuera infantil esos dos recibieran el regaño de sus vidas, aquellos pensamientos macabros fueron interrumpidos por el celular de la rubia el cual sonaba en la bolsa de su pantalón, Elaine lo busco al instante tomando aquel aparato vibraba levemente y acto seguido contestó extrañada de que era un número no registrado
—Bueno...—
—Hola ¿hablo con la señorita Elaine fairy demon, familiar de Meliodas y Melia demon?— le contestó una extraña voz atrás de la bocina dejando que los sonidos de las sirenas policiacas y las de las ambulancias inundaran sus oídos poniéndola pálida por completo y con el corazón latiendo a mil
—S-si esa soy yo ¿que sucedió?— respondió claramente asustada con un tono de voz lo suficientemente fuerte como para que incluso Elizabeth la escuchara, tenía mucho miedo de la razón pero la que lo que parecía un oficial la estuviera llamado
—Pues sus primos estaban peleándose en la calle de forma brutal, por suerte alguien llamó a la policía y a la ambulancia para lograr separarlos —
—Santo cielo!!!...—
—Ambos están realmente lastimados pero como sus familiares no están en la ciudad supimos que usted es la más cercana — puede que Elaine estuviera realmente molesta con ellos dos, pudiera colgar el teléfono e ignorar todo lo que le estaban diciendo pero no podía, súbitamente no podía, la familia era primero con todo y sus defectos ellos dos la ayudaron mucho a ella cuando tuvo problemas e incluso se arriesgaron al momento de que tuvieron que meterse solo por ella sin dudarlo, era su momento de pagarles el favor y mucho as debido a los gritos que escuchaba de fondo
—Todo esto es tu jodida culpa Melia!!!— se escuchaba la voz de meliodas quien al parecer estaba siendo sujetado mientras los enfermeros y paramédicos lo curaban por sus heridas colocándole pomada e sus golpes, curando sus labios rotos y parando la hemorragia de su cabeza colocando pequeños parches blancos tratando de cerrar aquella herida que por cierto ya había perdido mucha sangre de esta y tratando desesperadamente de ponerle un parche en su ojos rojo hinchado — Te odio maldita sea!!!—
—Tú pudiste no haber aceptado pero me seguiste el juego!!! Fue tu culpa — de la misma forma que meliodas Melia estaba siendo sostenido por policías, le estaban cerrando la herida de su nuca, curando su ojo y rematando con limpiarle la nariz y el labio sangrante — Ella es mía!!!—
—No lo es!!! Solo eres el maldito que cogio con la novia de su hermano!!! Solo por que la amas, solo por este juego nuestro no tenias el derecho de haberlo hecho!!!— las personas a sus alrededores admiraban la escena anidados, no podían creer todo lo que sucedía en aquel lugar, Elaine ya no tuvo que escuchar más solo asintió con la cabeza debido a lo que había sucedido y miró a Diane algo preocupada
— Necesitamos separarlos señorita, no podrán volver a casa juntos, ¿cree que podría recibir a alguno de ellos?— Elaine vacilo ante esta pregunta,ahora ¿que carajos hacia? Mierda toda esa situación se había complicado
—Eliane ¿que sucedió?—
—Meliodas y Melia se pelearon, me están pidiendo que traiga uno a casa— Diane también puso una expresión preocupada, entendía que eran familia pero también comprendía que no podían traerlo a la casa y eso las ponia aún más nerviosas, la rubia solo tomó aire profundo, miró hacia la ventana y tras meditarlo un poco tomó una decisión
—En unos momentos voy, yo traeré a...traeré a...— sus ojos se llenaron de lágrimas, no podía escoger a solo uno de sus ritmos, es que era imposible ya que los dos la ayudaron pero si su plan seguía en pie no importaba a quien trajera — ya mismo salgo — y con eso corto la llamada, tomo las llaves de su carro y salió de el lugar soltando pocas lágrimas ¿por qué ese par causaba tantos problemas?
*
Elaine ya tenía a meliodas en el auto soltando lágrimas de solo ver el estado de su primo mayor, cuando había llegado y había notificado que ella se iba a llevar a uno recordaba la desesperación en la mirada de ambos, Melia trató de convencerla de que lo llevara a él que necesitaba estar con Elizabeth pero luego meliodas se metió en la conversación para convencerla, al final termino por llegarse a el primer rubio pues cuando Melia seguía insistiendo él mejor se quedó callado, apretó su brazo conteniendo las ganas de aventarse sobre su hermano y apartó la mirada rendido, sabía que Elizabeth no unirá ver a ninguno de ambos así une prefirió ya no interferir más, por esa razón se llevó a meliodas dejando a Meliás aún más molesto que antes
—Gracias por ...—
—N-no hables imbecil ¿sabes cuanto tiempo lleva llorando, pensando lo que hizo mal, pensando la razón de por que la usaron así?— respondón con furia Elaine sin mirar a el contrario pero también sin dejar de soltar lágrimas saladas — Esta destrozada meliodas ya hubo alguien quien la uso una vez no creí que ustedes fueran capaces de hacerle algo así—
—¿Que fue lo que le hizo?— susurró este con debilidad volteando la mirada hacia la ventana mirando cómo el cielo se oscurecía trayendo consigo nada más que grises nubes de lluvia pronosticando un día triste para todos
—La tentaba en contra de su voluntad, la maltrataba, la usaba como su objeto sexual y le era infiel con cualquier puta, la gota que colmó el vaso fue cuando la violo sin importarle nada y la insulto diciéndole que era un perra, un juguete para cualquier hombre y una llorona sin remedio— todo el cuerpo de meliodas se tensó al escuchar sus palabras, si tan solo hubiera sabido que todo eso le había pasado jamás habría aceptado, se sentía tan imbecil que ahora solo quería verla, pedirle perdón de rodillas de acto seguido desaparecer para siempre de su vida — No volvió a confiar en hombres desde eso hasta que llegaron ustedes, se enamoró y volvieron a hacer que se sintiera un objeto —
—Llevame con ella por favor...—
—¿Para que? ¿para que llore en tus brazos y te perdone? ¿para que te ignore? ¿O quizá para que te vea hecho mierda?— ella solo le dijo la verdad, era cierto todo lo que había dicho y rotundamente había caído en el hecho de que no podía mirarla a los ojos, él no valía esas lágrimas tan hermosas que salían de sus ojos, no valía absolutamente nada
—Llevame a verla y después llévame a casa de ban— susurró este suavemente sin mirar directamente a su prima quien solo paró el auto con sorpresa y se volteó a verlo sorprendida, sin duda si hubiera traído a Melia él le habría exigido con violencia que lo llevará a la casa para poder hablar con Elizabeth, sonrió levemente poniendo el auto nuevamente en movimiento ignorando las lágrimas que salían de sus ojos esmeralda pues lo dejaría llorar y disculparse, aún así él mismo había tomado su decisión de irse y dejarla sola, sabía el error que había cometido y pese a su dolor iba a apoyar a la mujer de su vida aunque eso significara alejarse de ella — Por cierto ¿tienes una sudadera?—
—¿para que?—
—No quiero que me vea así y somos de la misma talla así que no le veo anda de malo— Elaine rio levemente, no sabía si sentir ofendida oro el hecho e qué los compraba por su altura pero aún asintió con la cabeza, al menos debía de estar presentable ¿no?
*
Elizabeth seguía bajo las sabanas solo sollozando, sus lágrimas se habían acabado, ya no gritaba pero solo trataba de recobrar el aire que había perdido y el agua de tanto haber llorado, se descobijo levemente solo para tomar su botella de agua, abrirla y luego darle un trago como si estuviera bebiendo, no le molestaría una cerveza en esos momentos aunque tal vez era mejor tomar un bite de helado y quedarse viendo historias de terror, no tenía tiempo para el amor en esos momentos o al menos no quería recordar sus fatídicas historias de amor y compararse con la chica protagonista
Tomo agua levemente para no deshidratarse de el agua perdida y acto seguido volvió a ponerse bajo las cobijas, no tenía hambre, solo sueño, mucho sueño, quería dormir y cuando despertara darse cuenta de que todo no había sido más que una maldita pesadilla y en realidad nunca conoció a esos gemelos, que ellos no existiéran pero a pesar de eso lo único que quería era escuchar al menos una vez más su nombre pronunciado de sus dulces y rosados labios, el suave toquido de la puerta la cual se encontraba cerrada hizo que se asomara por las cobijas pero que no abriera
—Diane si tratas de hacer que salga no funcionará, no quiero nada— pero no obtuvo respuesta, después de largos segundos de un silencio tenso que la sofoca aquella persona volvió a tocar la puerta con más suavidad que antes molestándola al instante, no contestó con la esperanza de que se fuera pero no fue así, entre menos contestaba o se movía aquella persona más insistía y menos tenía intended irse ¿por qué no la dejaban sola?— Agh!!!— dijo está claramente fastidiada con la voz entrecortada, se levantó de la cama con clara pereza y abrió Lanier ta de inmediato, pero sus ojos se detuvieron a la persona detrás de esta, era meliodas o al menos quería creer que era meliodas por qué después de lo sucedido no estaba segura de quien era quien
Tenía la cabeza agachada impidiéndole a Elizabeth ver su rostro pues llevaba la capucha puesta de la sudadera gris que tenía puesta y también escondía sus manos en sus bolsillos, no la miraba, no hablaba y cuando ella estaba por cerrar la puerta el rubio metió su pie en la apertura de la puerta impidiéndole a esta cerrarla en el acto aún así ella no hablo, se adentro en su habitación recostándose en la cama y cobijándose hasta los hombros dándole la espalda a meliodas, el de ojos verde brillante se adentró en aquel cálido lugar en el que había estado varias veces antes, se sentó en la orilla de la cama y acto seguido suspiro
—Lo lamento...— susurro este suavemente cortándole la respiración a su albina quien a pesar de todo no se volteó ni respondió — soy el verdadero meliodas y se que le lo que hicimos fue una estupidez y te lastimamos mucho, se que no vas a perdonarme, se que no quieres verme y si eso es lo que deseas estoy dispuesto a irme de tu vida para cumplir tu deseo— ella siguió callada y volteada solo escuchándolo atentamente y analizando cada una de las cálidas palabras une salían de su boca — Si quieres que me quede dame una señal, si quieres que desaparezca de tu vida quédate así — Elizabeth estaba meditando todo ¿quería que se fuera? ¿Que ría que se quedará? No lo sabía, ella quería que se largara y la dejara sola pero no quería que se fuera para siempre, quería que estuviera a su lado aunque sea solo como amigos o conocidos, ver esos ojos esmeralda brillantez, ver esos cabellos rubios y ese perfecto rostro cuidado de facciones infantiles
La falta de silencio y la falta de movilidad fueron una señal para meliodas de que lo quería fuera de su vida, solo suspiró pesadamente cerrando los ojos algo triste y acto seguido acarició el brazo de la albina por encima de la sábana dándole un escalofrío que la recorrió entera, pese a las situaciones su cuerpo seguía reaccionando a él en todos los factores, meliodas se inclinó hacia ella levemente dejando su rostros e sacaos sentimientos de su oreja y tras darle un ligero y tierno beso en la mejilla dirigió su boca hacia su oído
—Adios Elizabeth...— le dijo susurro este con suavidad besando su mejilla una vez más y luego sin mirar atrás se alejó rotundamente de ella para levantarse de la cama y avanzar hacia afuera, sus pasos eran lentos y pesados debido a que en realidad no quería dejarla pero estaba dispuesta a todo por ella, bajo las escaleras con lentitud escuchando las voces de su prima y de Diane afuera de la casa esperándolo para llevarlo a casa de ban, soltó un suspiro más llegando hasta el piso de abajo si mirar nuevamente hacia atrás quitándose la capucha de la sudadera tomando una fuerte bocanada de aire con tal de no romper a llorar
—Meliodas!!!— él se tensó al escucharla gritar su nombre entre aquellos cansados labios de la albina, fue tanta su impresión al escucharla llamarlo tan desesperadamente sollozando al final que se volteó para mirarla, fue entonces que Elizabeth lo miro a la cara, tenía una gran herida en la frente cerrada con pequeños parches pero qué tal vez necesitaría sutura, tenía el labio roto sujetado con un pequeño parche de igual forma que su frente, la nariz con algo de sangre seca, moretones en sus bellos pómulos y aora finalizar tenía uno de sus ojos cubiertos con una parché blanco mientras el otro brillaba por las lágrimas de poder verla frente a ella —¿Q-que te pasó?—
—M-Melia y yo nos peleamos en la calle una vez te fuiste, ambos estamos igual de lastimarlos y para separarnos Elaine decidió traerme a casa para quedarme un tiempo aquí— a ella se le corto la respiración por aquella repentina noticia de la que era obvio que no estaba enterada, pero aún así le dolía verlo así de lastimado — Pero le pedí que me llevara a la casa de ban, no planeo estar en un lugar donde estes tú Elizabeth, te hice mucho daño, no merezco tu perdón y se que no quieres mirarme así que yo mejor me...— fue callado abruptamente por el abrazo que la albina le dio, le aventó los brazos a el cuello estrujandolo levemente contra ella llorando fuertemente, estaba tan golpeado que por el contacto soltó un gruñido de dolor debido a que su ojo estaba realmente hinchado por los golpes que había recibido
—Muéstrame tu ojos mel—
—No eli solo te voy a lastimar más— respondió esté pasando sus manos por su espalda con lentitud sintiendo como asesar de lo lastimado que estaba su corazón era sanado por aquel cálido contacto— Debo irme Elaine me espera y necesito llegar con ban antes de que...—
—No!!! Quédate conmigo meliodas por favor —
—Ya te respondí que no Eli, no me voy a permitir lastimarte mas así que por favor déjame irme—
—Me va a lastimar aún más no tenerte, los amo a los dos y no quiero lastimarlos pero por favor quédate conmigo meliodas!!!— el rubio tan solo soltó lágrimas tanto de su ojos lastimado como el de su esmeralda que había salido intacta y tras rendirse ante aquel hermoso contacto cálido hundió su cabeza entre su cuello inhalando aquel delicioso olor que tanto lo drogaba y tras esto empezó a llorar de verdad, llorando entre los brazos de la mujer de su vida y dejando que el parche que cubría su ojos lastimados cayera a el suelo mostrando aquella esmeralda hinchada y haciendo que ell también rompiera en llanto — meliodas!!—
—Te amo Elizabeth, nunca lo dudes mi diosa — y tras esto ambos cayeron a el sillón en un nudo apretado de caricias siendo observados con tristeza y a la vez algo de enojo por las chicas de afuera, al parecer Elizabeth había decidido quedarse con él y en esos momentos y aunque un meteorito cayera en ese momento nadie los separaría de aquellos abrazos, leves besos y caricias, Elizabeth estaba enojada con ella pero no estaba dispuesta a permitir que él se fuera de su lado
No se si me ha salido bien o no pero me siento contenta y triste con lo que sucedió, en el próximo se viene el lemon asi que preparados UwU
Se que tocaba actualización de bad romance pero como las votaciones aún no cerraban decidí actualizar esta, al final gano el beso así que veremos los problemas y la redención, pero no estamos aquí para hablar de bad romance
¿Que les pareció el capítulo? ¿Les gusto? No puse cosas calientes pero quise poner algo de amor y tristeza aunque no es mucho lo mío
Si les ha gustado voten y comenten, saben que adoro leer sus comentarios, disculpen las faltas de ortografía y nos veremos después
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