Capítulo 7

Descripción gráfica de meliodas y Melia UwU👌

7w7 ya saben hoy ay el tan ansiado lemon y en el próximo también y en el próximo de el próximo también...y en el próximo de el próximo de el próximo también XD, habrá 4 capítulos con lemon y cada uno será con un hermano diferente, pobre de Eli creyendo que lo hace con la misma persona UnU 

F por Eli, pero bueno ya, empecemos con esto ;3 

Meliodas estaba estupefacto, claramente cuando la albina le dijo aquello entró en shock al instante por la razón de que no le gustaba que su lado pervertido saliera, aveces era algo intenso y se pasaba de pervertido, no quería incomodarla sin embargo el tono con el que le había pedido que le perteneciera lo tenía completamente loco, tuvo que obligarse a si mismo a mantener el control para no asustarla, quizá se refería a otra cosa y no exactamente a algo sexual.

—P-pero ya soy tuyo Eli — musito este claramente nervioso apagando la tele y admirando cada parte de se blanco y sonrojado rostro femenino frente a él

—Quiero que me pertenezcas meliodas, quiero que tú cuerpo sea mío— susurro contra su oído acercándose peligrosamente a él, el obre de meliodas enrojeció al instante alejándose de ella en el sillón, pero fue muy tarde, la albina se montó justo sobre él y tomó su mentón para obligarlo a mirarla directamente a los ojos, meliodas estaba perdiendo fuerzas rápidamente — ¿Acaso tú no me deseas?— 

—E-Eli detente...—

—Por favor mel, quiero sentirte dentro de mi, quiero que seas mío y solo mío — cuando esas palabras llegaron hasta sus oídos el de ojos jade tuvo que apretar los labios para no gruñir, la deseaba demasiado y de solo sentir sus intimidades rozando empezaba a excitarse, sus manos luchaban por querer tocar esos suaves pechos de los que no quería separarse mientras que al mismo tiempo quería apartarla por completo 

—Y-yo te deseo, te deseo demasiado pero no estoy seguro Eli—una mueca de desilusión cruzo la cara de la mujer albina, había conseguido que dijera que la deseaba pero aún seguía poniendo resistencia, eso la hacía enojar levemente —No quiero lastimarte ni asustarte aparte de que hace mucho no estoy con u-una mujer de esa forma — su bello rostro estaba sonrojado por completo, logró que sus manos se aferraran a sus caderas y la albina ya había comprendido la razón por la que se negaba, se veía tan tierno de esa forma, se veía tan sumiso que podría cogerlo tantas veces sin parar —Aparte no tenemos condón— 

—Podría tomar la pastilla o te corres fuera— los susurros calientes de la albina le estaban encendiendo su alma, las manos pálidas de la mujer desabrochaban los botones de su camisa lentamente revelando su muy trabajado pecho de poco a poco, fue entonces que se decidió, ya no odia ocultarlo más, la deseaba con tanta intensidad que sentía que si no la hacía suya la perdería para siempre, la miro fijamente a los ojos notando como un resplandor anaranjado salía desde su ojo tapado y como en un trance le retiró aquel mechón de cabello mostrando una heterocromia digna de una diosa — Meliodas...— no lo soporto mas, el rubio se lanzó  hasta sus labios besándolos intensamente casi sin dejarla respirar y si eso emocionó a la mujer la forma en la que la cargó por los muslos para llevarla a su habitación hizo que incluso comenzara a mojarse 

El rubio la recostó sobre su cama con cuidado y se separó solo para cerrar la puerta de su habitación con seguro, cuando sus ojos esmeralda volvieron a cruzar con los de ella un brillo morado la hizo estremecerse, ese no era el meliodas suave y tierno use conocía, la persona parada a pocos metros de ella era un demonio dispuesto a todo por tenerla a su lado, Elizabeth trago saliva ante esto, se veía demasiado imponente y aquella sexy risa oscura que soltó apenas botó sus expresiones bastaron para hacerla jadear 

—No sabes cuánto tiempo desee hacer esto— comentó en medio de les silencio entre ambos y luego para la hermosa vista de la albina se quitó su camisa mostrando su cuerpo en todo su esplendor, parecía un Dios o quizá un demonio pero era realmente hermoso, su torso marcado, espalda ancha y cintura estrecha, ese abdomen marcado por el cual podría pasar la lengua y luego su cara, sonrojado pero sonriendo con perversion —Empecemos de una vez— 

—eh?— fue como un animal salvaje, en menos de un segundo ya lo tenía sobre ella besando desesperadamente sus labios y subiendo su camisa con suma lentitud, sus manos tocaban levemente su piel desnuda y eso  la ponía a mil, podía sentir sus ojos abiertos mirándola fijamente y admirando sus expresiones cuando sus lenguas se entrelazaban, estaba siendo dulce, rudo y feroz una combinación tan perfecta que le encantó por completo —M-meliodas — tuvieron que separarse por la falta de aire dejando solo un pequeño hilo de ala uva en medio de ambos, sus corazones latían a mil por hora, sus ganas de mirarse sin ninguna prenda incrementaron y cuando solo había una cosa que meliodas quería hacer Elizabeth se quito su camisa frente a sus ojos y se quitó el sostén dejando sus senos desnudo frente a su amado, los ojos esmeralda de meliodas brillaron al ver la redondez de sus pechos y al notar sus sonrojo solo pudo derretirse por dentro

—Eres tan hermosa — susurro contra su novia admirándola sin parar, podría haber hecho eso todo el día, sin poder evitarlo mucho pasó una de sus manos por su mejilla acariciando la levemente para darle seguridad, se sentía un bastardo con suerte por tenerla para él, era tan hermosa que simplemente podría morir miles de veces por ella —¿Puedo...?— 

— Haz lo que quieras— no tuvo que decirlo de nuevo, por qué bajo sus besos hasta su cuello pasando la lengua de vez en cuando haciéndola suspirar, los labios de meliodas eran suaves, tiernos y calientes, sentir aquella piel rosada contra la suyo era como la gloria y cuando las sensaciones eran tan buenas sintió como él pasaba la lengua por su rozado pezon poniéndolo duro y apuntando a él — Ahh...— el cuerpo entero de meliodas se tensó mientras se aferraba fuertemente a sus caderas y dejaba de pasar la lengua, había gemido, la chica de sus sueños había gemido solo para él se sintió tan dichoso y lleno de felicidad que con una sonrisa sincera apretó su seno izquierdo y se llevó el derecho a la boca comenzando a chuparlo con intensidad disfrutando de hacer eso, tenía mucho por lo cual podría chupar y lamer, bueno, sabia bien que a el le gustaban los pechos grandes, eran tan suaves y cálidos que podría dormir ahí por siempre— Meliodas...meliodas!!!— si su primer gemido lo había enloquecido esos que decía gimiendo su nombre rompían su cordura 

Mordió levemente aquel botón hinchado cerrando los ojos escuchando sus jadeos, pasó la lengua por su aureola y cuando volvió a chupar fuertemente pellizco su pezon izquierdo haciéndola temblar y gemir a el mismo tiempo, todo su cuerpo respondía a él y la sensación era tanta que incluso hizo sus caderas hacia adelante para restregarse contra su abultado miembro, estaba duro, caliente ya pesar de aún no lo veía se podía sentir lo grande y ancho que era, eso vasto para que ella se mordiera el labio y abriera los ojos para mirarlo, sonrió con ternura ante esto 

—P-pareces un bebé ngh — le dijo está acariciando sus cabellos rubio y sonriendo al ver cómo él pasaba de pecho en pecho chupando sus lesiones, besando lo blanco de sus montañas y apretándolas con fuerza y determinación casi como si quisiera extraer algo de ellos, solo soltó una risilla sin dejar de gemir, sin duda le pediría que hiciera eso más seguido, sentir su lengua sobre sus senos era algo exquisito y rico tantas que acuñó su cabeza pidiéndole que la mordiera o que no se separa — Ahhh mmm ¿te gustan?—Meliodas solo se separó levemente de su pezon sacándolo de su boca dejando solo algo de saliva que aún lo unía para mirarla, el brillo en sus ojos jade le dio la respuesta 

—Son exquisitos...— 

—Me toca a mi—

—Eh?— meliodas no supo en qué momento ella se soltó de su agarre y lo empujó sobre la cama dejándolo recostado y completamente a su merced, las pálidas mejillas de el rubio enrojecieron con fuerza al ver cómo ella pasaba la vista por todo su cuerpo y cuando sus ojos bicolores se quedaron estáticos en su miembro tuvo gemir levemente, lo estaba torturando al mantenerse quieta, fue entonces que al fin lo hizo, su boca se dirigió directo a su cuello besándolo en toda su extensión y una de sus manos traviesas viajó hasta abajo, más específicamente su abultado miembro apretándolo suavemente —Ahhh Elizabeth...—

—Me gusta como suena eso...—susurro coqueta contra su oído haciéndolo estremecer ¿como es que esa mujer era tan sexy y provocativa? no lo sabía para nada pero ella era realmente ejemplar, las mano de meliodas viajaron hasta sus cremosos senos para apretarlos levemente haciendo que gimiera con su cuello, los labios rosados y carnosos de la albina bajaron un poco más, el arranque de lujuria que le dieron los toques de su amado fue tanta que una idea se le vino a la cabeza, besó su pecho, chupó su pezon con intensidad haciéndolo gemir y pasó la lengua por su abdomen consiguiendo de recompensa un hermosos gruñido por parte de el rubio quien solo hizo la cabeza hacia atrás por el placer, fue entonces que lo hizo, desabrochó el botón de su pantalón, bajo el cierre y ante los excitados ojos de el rubio ella sacó su duro miembro poniéndose roja al instante y mirándolo fijamente 

—Elizabeth...Eli no— pero ya era tarde, como si fuera una paleta de hielo la albina pasó la lengua por todo lo largo de set dándole un escalofrío y luego rodeó aquella punta rosada deleitándose con el gruñido y gemido de meliodas —Ahhhh mierda...Mmmm...Ahhh— ella se sentía poderosa, tenia a el rubio gimiendo para ella, con solo su lengua le daba tanto placer que se sentía como una diosa doblegando la voluntad de un oscuro demonio—Elizabeth...Elizabeth— su nombre era la gloria, escuchar gemir su nombre la llevó a tal arranque de lujuria que sus bragas se mojaron debido a lo excitada que estaba y para terminar de hacerlo perder el control se llevó su duro pene a la boca metiéndolo en su cabidas y sin pensarlo dos ves es empezó a chuparlo comenzando un lento vaivén de arriba a abajo —Ahhhh Elizabeth Ngh — podía sentirlo, sus manos masajeaban sus esferas, su lengua pasaba por la punta y luego chupaba constantemente haciendo perder su cabeza y se sentía tan Rico que incluso lagrimas de placer se juntaron en sus ojos —Ahhhhh!!!— 

Necesitaba sentirla ya!!! Se estaba desesperando de solo usar su boca aunque no se arrepentía de haber probado esos dos grande caramelos que había deseado hace mucho, sus pechos eran deliciosos pero quería sentirla más allá de la parte de arriba, ese deseo bastó para que su lujurias aumentara, la jaló de el cabello para une sacara su miembro de su boca y cuando ella hizo un tierno puchero de desaprobación meliodas la dejó sobre la cama, le quitó la falda y le bajo la bragas sosteniéndolas con la yema de su dedo sonriendo perversamente 

—Creo que ya se cuales tomaré la próxima vez — 

—Meliodas...—el rubio solo las dejó en el suelo, se colocó justo entre sus piernas y cuando parecía que metería su miembro comenzó a acariciar la intimidad de la mujer con los dedos, uno de ellos masajeaba aquella perla hinchada que le daba placer a cualquier mujer mientras que el otro acariciaba de arriba hacia abajo sintiendo y gimiendo por lo mojada— Ahhh ahhh ah, ngh— 

—Elizabeth estás tan mojada— gruño este contra su cuello besándolo con suavidad aumentando las caricias circulares que le daba a su perla de placer, era una sensación tan exquisita e indescriptible que la albina solo arqueó la espalda por completo y comenzó a apretar sus pechos por si sola, quería sentir aún más, necesitaba sentir aún más y cuando los dedos de meliodas iban a un ritmo frenético ella pellizcó sus propio pezones con fuerza tratando de sentir aún más cosas 

—Ahhh ahhhh!! m-me voy a ...— el rubio retiro los dedos justo a tiempo para que ella no se corriera, claramente la albina sintió una frustración tan enorme que le lanzó los brazos a el cuello y lo besó con toda la pasión y lujuria que sentía por él, sus lenguas se unieron casi al instante fundiéndose en un delicioso beso, el sudor comenzaba a salir de sus cuerpo y cuando meliodas bajo la guardia se encontró sentado en la cama con su bella albina sobre él sin dejar de besarlo, solo se separaron para gemir cuando ella bajo las caderas lentamente rozando la punta de su miembro sobre su entrada con n sistémica tentándolo 

 — Ya es hora linda— ella solo sonrió anchamente acariciando su rostro con amor, pasó sus manos por aquel pecho bien formado y cuando bajo las caderas para meter su miembro en los más profundos de ella lo abrazó con insistencia haciendo que ella quedara en el huevo entre su hombro y su cuello al igual que él — Ahh Eli — era húmedo, cálido, mojado y muy apretado, ella no era Virgen y aunque ese pensamiento lo enfureció no pudo evitar dejar de pensar en eso al instante solo para abrazarla de igual manera y comenzar a repartir besos por su cuello calmándola, acarició su espalda desnuda con cariño conteniendo las ganas de voltearla en su lugar para embestirla sin piedad, quería que fuera lento, ella parecí percibir sus pensamientos por qué sin deshacer el abrazo comenzó a mover sus caderas de adelante hacia atrás cabalgando a su amado y dándoles una sensación deliciosa, a pesar de todo eso ella apretó los labios en una fina línea evitando gemir alto a los que su amado se separó de el abrazo y junto sus frentes para mirarse fijamente — Por favor no te contengas...quiero escucharte gemir, decir mi nombre, por favor no lo hagas — 

—Ahhh mmmm— meliodas sonrió al escucharla, realmente los gemidos de Elizabeth eran hermosos, cantarines y muy excitantes, sus caderas seguía moviéndose con lentitud y cuando dejó escapar un suspiro de amor se recostó sobre la cama para poder admirarla desde abajo, sus pechos se movían con lentitud, su cara estaba sonrojada y su boca abierta soltando gemidos— Ngh ahh más...quiero más— él solo abrió los ojos con sorpresa sonrojándose en el acto y cómo si fuera un sueño Elizabeth aumentó el ritmo en el que sus caderas iban más rápido, metiendo y sacando su miembro de su interior aumentando la velocidad y la fuerza en la que iba 

—Elizabeth — aquella hermosa mujer que lo tenía embrujado volteó a mirarlo juntando sus ojos y con esto dando sentones sobre él, la sensación fue tan enorme que básicamente meliodas encorvó su cuerpo apretando sus caderas y hundiendo sus dedos en la suave piel como si fueran garras —Ahh ahhh ahhh no pares — los sonidos acuosos de sus intimidades siendo fusionaras llenaba sus oídos y fue tanta la provocación que meliodas say no pudo contenerse, la tumbo sobre la cama mirándola a los ojos y como,está menté enloquecido de lujuria la tomo de el cabello haciendo que volteara hacia abajo para que mirara como la penetraba rápido—Míralo!!! quiero que mires como te penetro, que mires lo deseoso que estoy por ti, Elizabeth me tienes loco— grito este sin permitir que ella desviara la mirada, era excitante ver cómo él se hundía cada vez más rápido en ella pero eso no quitaba que le diera vergüenza o algo de pena. 

Su miembro palpitaba como loco dentro de ella, sus suaves paredes carnosas envolvieron la largura de el rubio y jadeaban y gemían tan fuertes que lo más probable era que los vecinos ya hubieran escuchado su canto de gemidos y gritos, las pulsaciones eran tan intensas que meliodas sentía que podría morir en ese mismo momento, su interior lo apretaba demasiado, los labios de la albina besaban su cuello y su pecho y cuando se llevó su pezon ala boca solo aumentó el ritmo en el que la embestía aún más 

—Ahhh ahhhh Elizabeth te amo, te amo!!!—

—Yo también kyaaaa!!! Meliodas!!! Meli...— el orgasmo estaba llegando más rápido de lo que se esperaban, sus manos ansiosas por tocarse pasaron por cada parte de sus desnudos cuerpos pues no quería que ese momento acabara y cuando al fin el calor los envolvió a ambos Elizabeth le mordió el labio a meliodas evitando gritar su orgasmo pero haciendo que él si gritara con fuerza por el delicioso dolor que le dio esa mordida y la increíble sensación de al fin poder correrse con el amor de su vida 

—Ahhhhhhh!!!!— rápidamente el rubio salió de su interior con rapidez derramando su deliciosa leche sobre su abdomen y dejándola manchada en el acto, solo se quedaron callados con las respiraciones agitadas debido a esto, sus ojos se juntaron atrayendo consigo sus labios y tras darse un beso más dulce que los anteriores meliodas la cargo estilo princesa y comenzó a caminar con ella hacia otra dirección 

—M-mel, ¿a donde vamos?—

—A el baño...— ella solo abrió los ojos aún algo roja por su apasionado encuentro y le acarició el pecho a  el más bajo con delicadeza sonriendo levemente — Me gustaría darte un baño antes de que te vallas ¿podría? — la albina solo sonrió plenamente y asintió con la cabeza dándole un beso en la mejilla, sin duda había disfrutado eso como nunca antes 

Les ofrezco disculpas si no era lo que esperaban, si no es largo o intenso, a decir verdad lo intenso viene con el sexy de Melia y algo más amoroso con meliodas, ahorita ando con un trabajo de tecnología y como pocos sabrán la tecnología y yo no nos llevamos bien ;w;

Espero les haya gustado si es así voten y comenten, saben que adoro leer sus comentarios y no se preocupen por qué de aquí en adelante habrá Lemmon hasta en la esquina de la casa 7w7...no literal pero si habrá demasiado 

En fin, eso es otro tema, nos veremos después \^w^

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