Capítulo 5

Sus nervios eran demasiados, su cabeza daba vueltas y estaba más pálido de lo que ya era en realidad, las imágenes de su beso con elizabeth daban vueltas por su cabeza como si se burlaran de lo que había hecho al dejarse controlar por el deseo y el miedo de volver a ver a quien le causó tanto daño, solo un suspiro mientras miraba hacia la ventana de su habitación sin mucho consuelo, ya estaba arto de repetir la misma escena, la misma sensación y la misma vergüenza, mierda cuanto odia comenzar a sufrir de ansiedad, esa ansiedad que sólo le daba cuando estaba por completo solo aunque a decir verdad ya debía estar acostumbrado a ese tipo de ataques, los había tenido desde que tenía memoria

Desde muy pequeño había sido diagnosticado con un transtorno de ansiedad, cuando menos se lo esperaba le empezaban a dar ataques de pánico extremos y demasiada ansiedad, claramente cuando le pasaba eso tomaba medicamentos leves pues aunque tenía ansiedad no era una tan fuerte como para ponerse loco y sufrir desmayos, solo empezaba a hiperventilar, su ritmo cardíaco aumentaba y debido a eso empezo a salir a correr, hacer ejercicio, jugar algún deporte o en los peores casos beber y fumar

Estaba encerrado hasta que su querido hermano gemelo volviera de su cita con elizabeth pues si es que alguien llegaba a verlo afuera sus historias no tendrían pies ni cabeza y para ser sincero no sabía ser como melia pero no se refería a que no pudiera ser atrevido, conquistador o sensual, al contrario era por que cuando llegaba a serlo se salía de control y terminaba siendo más pervertido de lo que era, lo que menos quería en esos momentos era perder su autocontrol, finalmente ya no pudo soportarlo más, tan solo se levantó rapidamente lleno hacia el cajón de su mesa de noche y tras buscar unos pocos segundos en el fondo de aquel compartimento de madera sacó una pequeña caja que había prometido no volver a sacar

Tan sólo sacó un cigarrillo de esta guardando la caja nuevamente y sacó de el cajón un encendedor amarillo con el que camino hasta volver a sentarse al lado de su ventana blanca, el cielo tenía un ligero color rosado demostrando que el anochecer llegaría en unas horas, pájaros blancos y negros volaban libremente por el cielo formando esperanza en su corazón y cuando la ansiedad comenzaban a hacer que sintiera que le daría un paro cardíaco prendió aquel cigarro y se lo llevo a la boca de inmediato inhalando aquel humo tóxico con placer y calmando sus sentidos al instante, odiaba hacer eso pero solo fumaba cuando estaba por salirse de control, no podía creer que un simple beso lo pondría de esa forma pero no fue el beso como tal, fue la sensación, sus gemidos ahogados poros labios tocando se y el deliciosos sabor a fresa afrodisíaca que lo encanto

Cerrando sus ojos esmeralda recordando la escena como si la estuviera viviendo otra vez dejó salir el humo por su boca dejándolo libremente y observando con la mirada perdida como este desaparecía en el aire, soltó un suspiro más mientras miraba su reflejo en algún espejo cercano mirando su apariencia, la mitad de su cosa abierta mostrando su pecho bien formado y sólo parte de su abdomen, su cabello más desordenado de lo normal, una ligera capa de sudor que perla a su cuerpo debido a la ansiedad y por último el ligero hilo de humo gris que salía de sus perfectos labios demostrando su estado, nuevamente el ataque le volvió a el cuerpo, le dio una fumada a su cigarro tratando de controlarse sin embargo eso no le funcionó, lo necesitaba, necesitaba estar entre los brazos de aquella diosa cueste lo que le cueste, el humo salió de su boca, el cigarro se escurrió de entre sus dedos cayendo libremente a el suelo desde la ventana y sin poder evitar cayo desmayado tomando lo que para él era un ligera siesta de la cual despertaría tal vez en unas horas

*
Melia caminaba tranquilamente por la acera con una sonrisa burlona y el señor ligeramente fruncido, estaba algo nervioso a decir verdad sin embrago estaba realmente convencido de que todo estaría bien pues no creía que la albina se portara de una forma rara con él ya que actuaría como meliodas, dudaba que algo saliera diferente a sus planes, llevaba un pequeño pastel en sus brazos solo un simple acompañamiento para poder hablar ya que dudaba estar ahí poco tiempo, quería hablar con ella, contarle algo de sus vidas pues conocía todo de meliodas al estar toda su vida con él e incluso podría provechar para contarle cosas sobre si mismo

—meliodas!!! — rápidamente el de ojos opacos alzó la mirada observando a la dulce y ligera voz de la dama a la que anhelaba escuchar, elizabeth tenía sus mejillas sonrojadas levemente y le sonreía desde el lugar en el parque en el que estaba, escuchaba las risas de los niños que jugaban en los juegos, podía ver a personas haciendo ejercicio y a solo algunos que tenían puesto audífonos y admiraban el verde paisaje — creí que no llegarías —

—me retrase un poco para comprar esto — musito el rubio mientras le enseñaba aquel pequeño pastel que facilmente podrían comerse entre los dos para dejar el plato limpio, tan sólo  le dedico una sonrisa iluminador a mientras dejaba el postre a un lado y se sentaba en la banca en la que reposaba la mujer albina — lamento si te preocupe —

—no te preocupes meliodas yo... —

—solo mel— a decir verdad melia estaba comenzando a artarse de que le dijera meliodas en vez de su nombre sin embargo no por eso debía de decirle la verdad, al menos no aun por lo que recurrió a un viejo apodo de niños que le decían sus familiares para diferenciarlos, mientras que a meliodas le decían meli a él le decían mel, por suerte ambos nombres tienen los mismo diminutivos y eso ayudará a que no pierda la paciencia al momento de que aquella mujer lo llame por el nombre de su hermano — mis amigos me dicen mel.. —

La palabra amigos revoloteo por la mente de la mas alta al momento en el que la escena de el beso volvía a su cabeza, que estúpida fue, claro!!!, ¿como pudo ilusionarse con un beso? Solo fue para ayudarlo a escapar de esa mujer pero se sintió tan real, pudo entender cosas atrape de aquel beso desde un "te deseo", un "eres mía" e incluso un "perdoname por favor" sin embargo aquel perdón no era por el beso sino por algo más, por la forma en la que comenzó a gemir casi de inmediato, por la forma en la que sus manos se volvieron como garras sobre su cintura sabía que ocultaba algo y eso lo carcomian por dentro

—esta bien mel... —

—¿como esta mi prima? Supe que saldría con el idiota de mi amigo — una suave risilla fue suficiente para que el corazón de el mas bajó comenzara a latir con demasiada fuerza

—pues si—empezó diciendo esta al mismo tiempo en el que melia abría la caja donde se encontraba el pastel y le extendía un tenedor para que pudiera comerlo—estaba algo nerviosa pero al final despidió usar un vestido blanco y dejó sus miedos en la casa —

—lo imagino, elaine siempre fue así, tímida y miedosa pero no la hagas  enojar por que parece un hada enfurecida —

—nunca la eh visto enojada—

—no querrás verla— nuevamente las risas comenzaron a salir de sus labios mientras comenzaba a tocar temas triviales, melia le contaba sobre zeldris y su familia, de vez en cuando le contaba cosas que él vivió para mirar como eran las reacciones de elizabeth si hablaba de sí mismo, sin embargo recibía la misma mirada y el mismo sonrojo que con meliodas, acaso ella...

—¿que es ese anillo? —se quedó tan perdido en aquellos ojos azules que parecían sentir cosas por ambos que no se dio cuenta el momento exacto en el que la mujer había desviando su vista hacia su mano mirando con atención aquella sortija dorada que representaba a el matrimonio—¿acaso tu...? —

—¡¿qué?! No!!! No estoy casado solo es el anillo de... Melia—eso tenia lógica y a la vez no en la cabeza de la albina, tan solo le dedico una mirada confundida dándole a entender a el gemelo que no se había explicado bien, tan solo soltó un suspiro mientras se quitaba el anillo de el dedo y comenzaba a mirarlo con mayor cariño que jamás había demostrado antes — cuando melio... Melia y yo n-nos fuimos de casa — elizabeth tan solo alzó una queja en señal de confusión, por la expresión en su rostro estuvo apuntó de arruinar algo

—mel... —

—mamá no nos quería dejar ir, se puso a llorar, nos escondió las maletas e incluso nos dejó encerrados para que no saliéramos... Recuerdo bien que a melia lo abrazo tanto que incluso se estaba quedando sin aire — el rubio de ojos opacos tan solo soltó una risa leve ante el recuerdo de su madre abrazandolo tan fuerte que incluso lo estaba asfixiado hasta que meliodas tuvo que ir a su rescate y consiguió que madre lo soltara —cuando al fin aceptó que nos fuéramos nuestro padres nos dieron sus anillos de matrimonio como una promesa de que algún día volveríamos a casa con sus nietos o de visita, este anillo es el de papá y se lo dio a melia, y-yo tengo el de mamá pero no lo encontre así que le pedí permiso a melia para tomar el suyo—

A pesar de llevar poco tiempo melia había conseguido solucionar cada traba, le estaba mintiendo con la verdad pies esos anillos si eran de sus padres solo que él no era meliodas y se se tía raro actuar como su hermano, ni siquiera sabía cuanto tiempo soportaría esos ojos brillantes y ese so rojo en sus mejillas sin dejar de excitarse con el olor a frutos rojos que desprendía la mujer albina, quería meter la nariz entre su cuello e inhalar su olor hasta quedar desmayado, ella era adictiva

—por cierto mel, elaine ya me explico todo lo sucedido en tu pasado así que no te preocupes por el beso, nada a cambiado entre los dos... —

—¿be...so?— el rubio tan solo agachó la cabeza con la mirada perdida debido a la revelación de la mujer, así que por esa razón meliodas estaba tan nervioso en la escuela, la había besado, su razón se estaba nublado en la total oscuridad, unos celos como de el tamaño de ola gigantesca dispuesta a unir la ciudad comenzó a aparecer en su corazón y con un ataque de ira a flor de pie siguió escuchando cada palabra que elizabeth decía

—si, ya me dijeron que fue para que zaneri no se acercara a ti, yo se que te pusiste muy nervioso después de eso así que tranquilo, no pasa...nada—la desilusión podía notarse a kilómetros por parte de elizabeth pero melia estaba apuntó de tener un ataque de ira y celos, claramente eso fue notado por elizabeth rápidamente— ¿mel? ¿Todo en orden? —

—elizabeth...— no tuvo el tiempo suficiente para reaccionar, justo cuando había abierto la bi a para volver a preguntar por su bienestar fue abrupta ente acorralada en la banca por el rubio quien había oscurecido su mirada debido a lo que se había enterado y sin importarle si alguien los observaba o estaban solo en aquel parque comenzó a acercarse peligrosamente a la albina quien solo comenzó a retorcerse entre su agarre debido a el nerviosismo— oh vamos linda ¿me dirás que no lo deseas? — ¿dónde estaba aquel meliodas tierno y tímido que le gustaba? Ese de ahí era un demonio en busca de sacra su faceta más oscura, era un monstruo que buscaba convertirla y lo peor de todo es que deseaba serlo, sin embargo el simple hecho de que apenas lo conocía reprimida fuertemente sus deseos

—y-yo... Mel sueltame, p-por favor—

—mmmm.... No— ahora si estaba perdiendo la cabeza, al mismo tiempo que la obligaba a girar la cabeza para que no intentará desviar la mirada sus caderas se estaban moviendo de arriba a abajo restregadose vulgarmente sobre su entrepierna causándole deliciosos escalofríos que recorrieron si espalda y que una sensación de calor y humedad cubriera su intimidad — si me dices que esto no te gusta me detendré— dentro de lo que cabía estaba siendo muy considerado, cualquiera otro ya habría hecho mucho más o incluso ya la habría reclamado

—s-sueltame yo no... No... — pero súbitamente las palabras no le salían, la piel se le erizo por completo, su mente dejó de funcionar le correctamente y ante la creciente excitacion se lanzó a los labios de el mas bajó creyendo que estaba besando a el mismo hombre que en la mañana, pobre de elizabeth, claramente melia no desaprovechó la oportunidad siguiendo con aquel candente beso dejando de restregarse contra ella y solo clavando sus dedos en su cintura para poder conseguir más acceso, sabía que no debía de pasarse y a pesar de que no quería hacerlo después de ese beso tal vez saldría corriendo mientras le decía que lo lamentaba igual que meliodas lo haría, que cobarde, tan solo se permitió dejar de pensar en su es pasa al sentir como ella le mordía el labio y empezaba un dulce juego d ele vías entre ellos, si que lo estaba disfrutando mucho

—mmm—

—elizabeth... —

Sus labios se movían en sincronía, eran perfectos junto mientras que aquellas bicas se tocaban sin querer separarse y sus ojos lagrimeaban levemente por el simple placer que les causaba aquel beso, sentían que podrían llegar más lejos, tocar más, sentir más sin embargo aquel pensamiento hizo que se superarán con lentitud, segundo día y ya se estaban besando, solo esperaba poder conocerse bien como para llevarla a la cama o poder besarla cuando se le plazca

—meliodas ¿que...? —

—l-lo lamento yo... Yo me deje llevar, no se que me paso elizabeth perdoname por favor!!! —  melia se sentía idiota haciendo eso pero no tenía de otra, solo la tomó de las mejillas atrayendola a él una vez más para besar con más suavidad sus labios pues sabía que tal vez no lo haría en un tiempo y luego sin esperar más salió corriendo de ahí con una vergüenza fingida pero un demonio sonriendo por dentro

*

Estaba más que molesto, puede que aquel beso haya cambiado un poco su enojo pero de que seguía molesto con su hermano debido a haberle ocultado su momento con la albina seguía muy molesto, quería golpearlo pero no podría hacerlo, al menos no aun, tan solo quería poder hablar "civilizadamente" con su hermano y dejar las cosas en claro, entro a su departamento hecho un furia, azotó la puerta apenas se encontró adentro... Pero todo estaba en silencio total y un extraño y desagradable olor conocido llegó hasta sus fosas nasales, el olor a cigarro

—maldita sea... — tan solo corrió hasta la habitación de su hermano abriendo la puerta abrupta mente asustando a la persona en el interior quien solo soltó un salto y luego le dedico una mirada arrepentida que hizo que su ira disminuyera considerablemente—¿estas fumando? —

—¿estas ciego acaso? Claro que estoy fumando —

—¿cuantos llevas? —

—no se... Cuatro o cinco—respondió con simpleza mientras llevaba aquella superficie suave a sus labios nuevamente e inhalaba dejando que aquel humo tóxico inundada sus pulmones por completo provocadole una sensación de tranquilidad y placer

—prometiste no volver a hacerlo —

—me dio un ataque de ansiedad—

—¿por el beso con elizabeth? — meliodas tan solo abrió los ojos como platos mientras su cara enrojecida al instante, tan solo volteo a ver a su gemelo quien lo miraba sin expresión alguna en el rostro debido a el enojo que le dio saber aquello y desvío la mirada de nuevo dándole una fumada más a su cigarrillo golpeando la base con poca fuerza dando unos golpes muy pequeños haciendo que la ceniza cayera en la calle sin importarle mucho si alguien pasaba y lo veia— ella me lo conto—

—estaba zaneri... —

—pudiste haber tomado su mano solamente, llevarla, abrazarla, cualquier cosa menos besarla!!! — su ira había vuelto y al parecer fue notado por su gemelo pues al instante quito esa expresión arrepentida y oscureció su mirada mirando hacia las esferas opacas que poseía melia

—pues ya lo hice y lo disfrute mucho!!!! Ahora callate y dejame disfrutar de mi cigarro—

—al menos estamos a mano— el alma de meliodas abandono su cuerpo durante unos pocos segundos ante aquellas pala ras y sintiendo como la ira florecia en su corazón se volteo hacia su hermano para poder mirarlo de frente — digamos que "perdi" el control accidentalmente y termine sobre ella besando sus labios—

—¡¿que mierda le hiciste?!—

—oye tranquilo, no le hice nada tan pervertido, solo fue un beso y ya—meliodas tan solo desvío la mirada llevando nuevamente el cigarro a sus labios y tratando de guardar la mayor cantidad de humo pies al instante dejó caer la colilla de el cigarrillo en la cara mirando como el fuego se extinguia lentamente— el juego apenas va empezando hermano...—eso si lo hizo enojar, completamente furioso meliodas se levantó de su lugar dando dos zancadas hacia melia y luego sin dudarlo lo tomó de el cuello de la camisa liberando aquel humo retenido justo sobre su cara haciendo toser a el rubio y haciendo que pusiera una mueca de asco

—ella no es un juego idiota —

—y aun asi decidiste apostar por su amor —el agarre sobre su camisa se volvió aún más fuerte, sus músculos temblaban y ante las incontenibles ganas de darle un puñetazo, el de ojos esmeralda brillante solo lo soltó haciéndolo tambalear pero no caer

—ella no es un juego, sus sentimientos no son un juego, ella es.... —un suspiro de amor atravesó los perfectos labios de el mas bajó mientras desviaba la mirada a el cielo sonriendo ante el recuerdo de la sonrisa de la albina — ella es un ángel —

—tienes razón en eso, ella es un ángel caído de el cielo, pero a pesar de eso aceptaste apostar conmigo a cambio de ella —

—Ban dijo que somos los primeros en los que vuelve a confiar... Lo estamos arruinando todo, lo sabes melia ¿o no?—

—lo sé meliodas, pero se que tu no aceptaras que yo me la quede ni yo aceptaré que este con alguien como yo—

—¿alguien como yo? No me hagas reír melia!!! Tu eres peor que yo—

—somos gemelos hermanito, somos la misma imagen, lo que tu te empeñas en reprimir yo lo saco y de demonio a demonio, tu eres el mas maldito de los dos — esta vez si ya no lo soporto mas, con toda la ira que sus palabras le causaron meliodas solo se volteo golpeando fuertemente el rostro de su gemelo provocando que este voltear la mirada debido a el impacto y un hilo de sangre saliera de su labio, pero sólo una risa burlona salió de los labios lastimados de el chico de ojos opacos, tan solo se limpio aquella gota de sangre con la manga, se relamio el labio gustoso de lo que había hecho y aún riendo se dio media vuelta dejando a meliodas en aquel cuarto oscuro completamente te furioso— la verdad duele ¿cierto hermano? —

Pero meliodas ya no lo escuchaba, tan solo cerró la puerta de su cuarto tomando un nuevo cigarro de su caja guardada y llenado hacia la ventana para poder sacra todas sus dudas y preocupaciones

Dedicado a stellam4559 nena gracias a las imágenes que me mandaste logré terminar el capitulo UwU

Poco a poco se van descubriendo las facetas de cada uno de ellos, meliodas tiene ansiedad y aparte es fumador

En el próximo capitulo veremos de lo que sufre melia UwU

Y no sólo eso, en el próximo capitulo se dará un salto en el tiempo que desencadenara los hechos más.... Calientes 7w7

En fin, si les ha gustado voten y comenten , saben que adoro leer sus comentarios!! Y sin más que decir nos vemos después ^w^/

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