Capítulo 2
Ya todos estaban en la escuela terminando la primera clase, para ser el primer día todos estaba muy tranquilo aunque claro era que no lo sería por siempre las clases se volverían abrumadoras de poco a poco sin embargo también estaban por completo seguros de que cuando menos se lo esperen ya tendrían aquel vestuario que los graduados poseen y podrían realizar sus sueños, lo único de lo que no estaban enterados era que en ese sería el años más alocado y confuso de su vida entera, las amigas estaban hablando de temas triviales y sin importancia para los chicos, los dos rubios ya estaban justos hablando con sus amigos y primo en la cafetería claro está que su atención estaba puesta en la albina
—ya capitán deje de mirar a Elizabeth!!!—
—si hermano, ¿por qué no dejas de mirarla?— Melia estaba muy molesto que su mejor amigo ban consiguió ver cómo el rubio no despegaba su mirada de la albina, aún recordaba como a él lo sacaron de la casa mientras ese bombón se quedó adentro con el idiota de su gemelo, ¿que habrán hecho? ¿De que hablaron? Eso lo carcomía por dentro y temía que su querido hermanito le quedara a aquella mujer — hermanos antes que chicas, ¿lo olvidas?—
—tu lo olvidaste hace mucho Melia no me juzgues— el lugar se quedo callado en un silencio tenso y espeso, la justificación de el de ojos esmeralda brillante no era más que la cruda verdad, aquel conquistador de chicas había olvidado a su hermano cuando se volvió así, claramente seguían llevándose muy bien pues eran hermanos y nunca dejarían de serlo pero aquel tema que crearon en su niñes ya estaba muerto desde hace mucho, aún así le enojo mucho a meliodas que como si nada tratara de revivir aquella frase que ni siquiera su hermano se dignaba a respetar — bueno ya, solo es una amiga no hay que preocuparse—
—si solo.....eso— a pesar de que incluso su igual le había dado la razón era más que obvio que eso no era más que una vil mentira entre ambos hermanos, no la veía como solo una amiga e incluso era tan obvio que melia sospechaba lo que su hermano había hecho en la casa de las chicas, podía verlo temblar ligeramente, cuando llegó tenía la cara sonrojada y algo de sudor sin contar que tenía su mano metida en su bolsa de el suéter sin sacarla ni un momento, como si escondiera algo en aquel oscuro lugar y no quisiera soltarlo, la curiosidad lo mataba por dentro pero un acto en contra de su hermano son tal de saberlo sería mal visto y sería muy poco inteligente
—hola meliodas, ahora que estamos en la misma clase, me gustaría saber si podemos ir a comer helado hoy, ¿puedes?— ahora si que estaba celoso, Elizabeth se había levantado de su lugar llevada por sus amigas a la fuerza quienes solo sonreían con burla y la llevaron justo a donde estaba su hermano para pedirle aquello de una forma tan....dulce.
Él también quería une le hablara así, que lo mirara de esa forma tan hermosa, se sentía celoso de su hermano por completo, se sentía enojado con él sin embargo no tenía razón alguna para estar así de enojado sabía perfectamente que si llegaba hacer algo sería mal visto y sería mucho peor pues la albina le tendría miedo, solo frunció levemente el ceño y le dio una mordida a su almuerzo desviando la mirada de aquella repugnante escena para sus ojos
—b-bueno yo..hum— meliodas se quedó estático admirando esos ojos azules y apretando ambas manos en puños por la vergüenza que le dio aquella bonita propuesta, apenas se conocían y podrían formar una bonita amistad así ¿verdad? Solo eso, nada más que una amiga ¿no?...su cabeza estaba hecha un revoltijo, un nudo enorme que no podía desamparar debido a las situaciones y la suavidad de su prenda en la mano
*flash back*
justo cuando terminó su pequeño show en el baño de las chicas lo limpio todo perfectamente y no dejó rastro de lo que había sucedido en primer lugar, tan solo tomo algo de agua en un vaso y la dejó en la mesa como una coartada por si le preguntaban la razón por la que se quedó unos minutos más, suspirando y aún con la respiración agitada meliodas no estaba consiente de lo que hacía y pensaba, su cara de seriedad era de poco amigos y justo cuando estaba por salir un dulce aroma inundó sus fosas nasales, era irónico lo que sucedía pues desprendía un intoxicants olor a fresas y rosas frescas, y hipnotizado por aquel aroma subió las escaleras de la casa de las tres chicas sin ponerle atención a los otros cuartos y cuando su recorrido terminó descubrió que aquel olor no era nada más que de Elizabeth, al ser su cuarto olía a ella, todo eso era de ella
No controlo lo que hacia, tan solo se quedó en la puerta admirando todo aquel cuarto blanco con algo de rojo fuerte entre sus cosas, cada lugar parecía reproducir en su mente lo que sucedía ahí, saliendo de el baño envuelta en la toalla, poniéndose la pijama y acostándose a dormir o sentada en el escritorio con los audífonos puestos y cantando cualquier cosa o simplemente tarareando, fue entonces que reaccionó por completo, su respiración se controló trayendo consigo e el verdadero meliodas y apenas miro donde sus instintos lo habían llevado se puso rojo hasta las orejas dando dos pasos hacia atrás completamente avergonzado de su actitud
—¿pero que mierda me pasa?— pregunto al aire con clara condición y miedo, claro que te iba miedo, era la primera vez que una mujer le causaba tal deseo, tal anhelo y tal rubor, ella no era normal eso es seguro y a diferencia de otras mujeres con las que ha estado aquella albina era una diosa a su lado, solo quería estar con ella, abrazarla y mantener su cuerpo pegado a el suyo sin pensarlo, meliodas sacudió su cabeza con fuerza ante esto, joder la acababa de conocer y ya se había masturbado pensando en ella, ya había llegado a su habitación y ahora pensaba en tenerla, era un maldito lunático, no podía hacer nada de eso con una chica a la une ni siquiera le importaba, tan solo soltó un suspiro algo triste ante eso, ¿quien se fijaría en alguien tan tímido como él? La razón por la que melia se la pasaba rodeado de chicas era por su actitud segura y su forma de ser sexy y coqueto, él no era si, apenas miraba a una chica se ponía ligeramente rojo y la trataba como a una reina o tal vez más y esa actitud tan refinada y amable las mujeres lo veían como infantil o un niño virgen
Meliodas no era virgen pero no por eso estaría disfrutando de metérsela a cada chica que se le cruzará, sin embargo la amabilidad, ternura y compasión con la que esa chica lo miro y trato fue suficiente para que la adorara, era como su alma gemela, tímida por fuera pero ocultando algo por dentro, sus ojos se abrieron de par en par ante esto ¿estaba mal querer a alguien a los pocos segundos? Pero claro que lo estaba sino sería un degenerado, ¿o no? ¿Acaso estaba bien? Su cabeza se hizo un nudo entero, tan solo volvió a suspirar completamente confundido y sin respuesta a su pregunta, estar en la habitación de Elizabeth no lo ayudaba en nada por lo que tan solo se dio media vuela dispuesto a irse cuando perdió los sentidos nuevamente, solo formó una sonrisa pícara en su rostro, camino hacia el interior de aquel lugar con solo fuego en su oscura mirada y adivinando el lugar tomó unas bragas blancas con encaje que le pertenecían a la mujer alta, aún sin ser él tomó aquella suave y frágil prenda entre sus manos acariciandola suavemente y sin esperar la olfateó liegeramente embriagándose con el olor que desprendían, rosas fresacas, algo sedoso y albino, olía a Elizabeth en todo su esplendor y eso fue suficiente para sentirse mucho mas lleno de dicha y deseo, cerró el cajón con rapidez, se metió aquellas bonitas y suaves pantaletas en las bolsas de su suéter y tras asegurarse que nadie sospecharía nada salió de la casa dispuesto a encontrarse con todos
*fin flashback*
— y-yo...claro, me encantaría salir contigo— esa respuesta hizo que todos se atragantaran con la comida y la albina se pusiera roja hasta las mejillas, meliodas al comprender la razón de su repentina acción tan solo enrojeció a el instante poniendo ambas manos frente a la mujer comenzando a llevarlas de un lado a otro negando con la cebra con rapidez, parecía un pequeño bebé y fue tan tierno para la mujer albina que se sentó a su lado admirando cada parte de él — n-no me refería a eso, quiero decir si q-quiero salí a comer helado contigo p-pero salida de amigo v-verdad? S-solo a eso me refería!!!—
—hermano te acabas de humillar solo — mencionó con broma su gemelo mientras se reía de la patética explicación que dio su mayor, meliodas solo suspiro rendido por completo y dejó caer la cabeza justo en la mesa en la une estaban cubriendo su rostro, genial!!!, ahora parecía un exagerado que se nota no sabe convivir con mujeres y parece un niño chiquito, con su estatura ya era suficiente como para ahora comportarse como uno
—t-tranquilo no sucede nada yo....mmm entonces ¿salimos cuando acabemos o quieres pasar a tu casa primero?— todos se quedaron callado y abrieron los ojos como platos ante esto, en especial ambos rubios y el albino de ojos rojos, meliodas solo alzó la cabeza con cuidado mirando cómo aquella mujer le sonreía con ternura asesar de también estar avergonzada por sus palabras y sin esperarlo más la abrazo lentamente juntando sus cuerpos con delicadeza y cerrando los ojos con una sonrisa —m-meliodas —
—me gustaría pasar a mi casa antes a dejar mis cosas, ¿nos encontramos en el bosque de el rey hada?— ese era el nombre de una de las heladerias más conocidas de el lugar, aparte de que sus sabores eran exquisitos era como si de verdad entrarás a un mundo donde las hadas habitaran, la más alta solo asintió con la cabeza y le devolvió el abrazo a el más bajo, pues su pequeña salida de amigo ya estaba arreglada por completo, el calor era tranquilizante, sus rostros mostraban felicidad, nunca hubo un abrazo más sincero en el mundo entero, sus corazones palot
cuando parecía que su hermano gemelo los iba a separar a la fuerza aquellos amigos se separaron con lentitud y se miraron a los ojos llenos de estrellas fugaces que pasaban por sus orbes de diferentes colores
—sirve que nos conocemos más —
— claro mmmm, ¿te molesta si va tu hermano?— ambos mencionados se quedaron estáticos ante esa pregunta, meliodas se quedo pensando, dudaba un fuera malo que su hermano fuera a aquella salida pues solo era de amigos y no había nada de malo, es más entre más personas mejor no?, el otro por su parte solo se quedó callado mientras su corazón se aceleraba, sus palabras no eran como todas las zorras calientes que se acercaban a él con tal de que se la metieran, su cara se ruborizó levemente volteando la mirada hacia la mujer que lo observaba de la misma forma iluminadora con la que miraba a su hermano, se asustó de sus propios sentimientos
—no me molesta, ¿vienes verdad melia?—
—yo...claro suena divertido —
—bien!!! Entonces me imagino que ya s un hecho, nos veremos a la salida — sin decir más la albina se fue junto a sus amigas las cuales no dejaban de sonreír, burlarse y reírse al parecer su había salido mejor de lo que se esperaban y aquella salida solo era el principio de su perdición
*
Ambos hermanos ya estaban en aquella heladería hablando entre ellos con seriedad e indiferencia en sus palabras que salían de su boca, era casi notable que ninguno estaba muy feliz de que el otro estuviera en aquel lugar menos con la invitada une tenían, a pesar de que Elizabeth solo quería hablar con ambos como amigos era palpable que ellos dos no la herían de esa forma, sin embargo esas rivalidades solo fueron el inicio de su desprecio mutuo, melia estaba convencido de una cosa, ese tipo de chica cómo lo era la albina nunca se fijaría en un idiota como él, al contrario, era obvio que soltaba corazones por los ojos debido a su hermano de no ser así hace unas horas en la escuela habría sido a él a quien le preguntara primero y no al estupido de su gemelo, era más que obvio que una pelea a muerte por aquella mujer terminaría perdiendo sin remedio
Solo bufo molesto llamando la atención de el rubio de ojos esmeralda frente a él quien solo alzó una ceja ante aquella repentina acción de su hermano gemelo, tan distintos y a la vez tan iguales que se quedaba impresionado de sus actitudes, seguramente ya estaba perdido en sus pensamientos nuevamente como era su costumbre de meterse a su mente y arreglar o elaborar sus planes de conquista y supervivencia, solo suspiro desviando la mirada de su hermano y observando el lugar con detenimiento, había ido a el bosque de el rey hada muchas veces pero nunca había estado tan nervioso como ahora, ya tenía puesta otra ropa al igual que su hermano y aquella suave prenda que se había robado de la casa de la albina la tenía bien guardada en un lugar que su hermano no se atrevía a tocar, para simplificar todo, la cama, si de las cosas que respetaban entre ellos eran los cuartos, ropas, camas y por supuesto baños, cada uno tenía su propio espacio y para su buena convivencia familiar eso era la primera regla de la casa, regla que fue la sustitución de su lema "hermanos antes que chicas"
—¿vas a estar con esa cara larga todo el rato? Al menos sonríe un poco, Elizabeth llegará en cualquier momento y...—
—hola!!! Lamento la demora — ahí venia llegando, su bella salvación, ya no tenía aquella falda que poseía en la mañana sino solo un suéter blanco largo que le llegaba hasta las rodillas, unas botas de igual color y un bello listón beige que recogía levemente su largo cabello albino, tan solo se sentó en medio de los gemelos con aquella sonrisa en su cara y un bello rubor apenas perceptible para ambos, sus corazones dieron un salto al verla ahí sentada para ellos solamente, si tan solo los hermanos supieran compartir esta historia habría sido muy diferente — son los primos de una de mis mejores amigas, será mejor llevarnos bien pues algo me dice que nos veremos más seguido —
—eso espero lindura —
—si...sería bonito verte más seguido — los tres se pusieron rojos hasta las orejas, a pesar de que el ambiente era demasiado pacífico y tranquilo se podía notar una tensión extraña entre ambos, meliodas tan solo colocó su puño a la altura de su pecho buscando el control de su propio corazón el cual latía con fuerza, esa acción la albina la miro como algo demasiado tierna, mientras que Melia por otro lado solo desvió la mirada y llevó una mano a sus labios acariciando los levemente buscando su control, aquella acción para la albina fue demasiado sexy
—bueno, háblenme de ustedes, ¿tienen mas hermano?— los dos rubio rieron algo fuerte mirándose a sus orbes esmeralda con felicidad y como si fueran un espejo tan solo voltearon a mirarla al mismo tiempo con sus esmeraldas llenas de ensoñación por lo que iban a decir
—si, nuestro hermanito zeldris, es menor que nosotros, tiene 17 años ya está por cumplir su mayoría de edad — respondió el menor por tres minutos mientras metía su cuchara en el helado sonriendo levemente y haciendo que sus esferas esmeralda opaco relucieran levemente capturando toda la atención de la mujer más alta que se robo el alma de ambos, Elizabeth no dejaba de observarlo, hacia unas horas le incomodó su carácter excéntrico que mostró la asustó y sonrojó, sin embargo ahora parecía más tranquilo y relajado, como si aquel lugar o la nieve que comiera incluso como si su sola presencia lo aclamara y bajara aquel nivel de excentridad con el que vivía día a día
—si bueno y le gusta mucho la lenctura, tan solo le ganamos por cuatro años, no es mucho— sin duda meliodas se había dado cuenta de la increíble atención que le ponía a su igual poniéndose ligeramente celoso por lo que sin dudarlo decidió seguir con la platica y llamar su atención — ¿y tú linda? ¿Tienes hermanos?— era la primera vez que aquel tímido rubio la llamaba de esa forma en las pocas horas que llevaban de conocerse y la verdad eso le aceleró el corazón, poco a poco aquella timidez comenzaba a salir reflejando un demonio gustoso de tenerla en sus garras, un demonio que no quería lastimarla, más bien refugiarle en su pecho cálido para que descansara bien, ese mismo sentimiento que se instaló en su pecho la primera vez que lo miro a los ojos volvió a florecer haciendo que sus ojos se iluminaran como miles de estrellas fugaces cruzando por el cielo azul
—s-si yo tengo dos hermanas mayores que yo—
—¿y tus padres?— la pregunta de el menor de los gemelos hizo que su cara iluminara se apagara de inmediato extinguiendo el fuego amistoso que se había juntado en sus ojos, Elizabeth solo suspiro llevándose una bocanada de su helado a la boca para quitarse ese sabor amargo que le causaba recordar esa clase de momentos, claramente tanto meliodas como Melia se quedaron muy atentos a esa faceta de la albina, ¿acaso algo estaba mal?— ¿dije algo malo?—
—n-no solo...— Elizabeth tan solo tomo una bocanada de amor para poder soportar lo que iba a decir, no importaba cuantos años pasasen, seguía extrañándolos como nunca y ese dolor en su pecho nunca desaparecía — mis padres murieron en un accidente de avión hace 18 años —ambos hermanos se quedaron callados creando una nota mental de nunca preguntar oír sus progenitores y dándose un golpe entre ambos por tocar el tema tan delicado para la mujer — pero no importa, al menos se que no estoy sola—
—si, es malo estar solo y mucho más malo es que una lindura como tú se la pase sin compañía —
*
Aproximadamente eran las siete de la tarde cuando la albina al fin se había retirado dejando a los hermanos en la calle mirándola con unas sonrisas en sus rostros, sus casa no estaban tan lejos pero claramente había un punto en el que tenían que tomar caminos separados para que cada uno llegara a su destino, meliodas y melia caminaron en silencio hasta su departamento sin quitar aquellas caras infernales en ningún momento de el trayecto a casa nuevamente, sus pasos resonaban por el edifico que albergaba más de un departamento mientras se dedicaban miradas ligeramente asesinas entre ellos, tan solo abrieron la puerta de su hogar con sutileza permitiendo a ambos pasar al mismo tiempo y apenas la puerta se cerró ambos se voltearon a ver con mucho enojo
—maldita sea meliodas, ¿al menos una vez podrías dejar de disfrazarte como el chico tímido para que te pongan atención? —
—no me estaba disfrazando hermano, sabes que soy tímido otra cosa es que haya exagerado un poco— respondió con simplesa el de estatura baja quitándose la chaqueta que llevaba puesta y colocándola en el sillón mientras caminaba lentamente a su habitación estirándose un poco y dejando a su hermano algo enojado por su respuesta — ¿y tú podrías dejar de acosarla? Se nota une la incomodas —
—solo la pongo nerviosa—
—si y eso hace que me prefiera a mi — en aquel momento al fin el juego había empezado para los dos rubios definitivamente, completamente enojado Melia camino hacia su hermano tomándolo de el cuello de la camisa y mirándolo con sus ojos esmeralda fuerte reluciendo de la ira mientras se miraban sin parpadear a sus esferas verdes
— solo lo dire una vez hermano, Elizabeth es mía —
—¿y quien lo dice? ¿Tú? Ella tiene la palabra final hermano— eso era verdad, era jodidamente verdad, las palabras de meliodas hicieron que solo bufara molesto y soltara bruscamente a su mayor haciendo que perdiera levemente el equilibrio pero no el suficiente como para caerse a el suelo, fue entonces que una idea cruzó la mente de aquel sensual ser, tan solo sonrió levemente volteando a ver a su gemelo con lentitud con sus ojos reluciendo ya no de ira, sino de burla y travesura, esa mirada la había visto una sola vez en él y fue cuando hicieron una apuesta que le costo un tatuaje a meliodas, seguramente no sería buena idea—Es una persona, no un objeto. ¿Cuando entenderás que las mujeres tienen voluntad propia? —
— tengo una idea... quien la conquiste se la queda —
— ¡¿que?! ¿¡Mínimo escuchaste algo de lo que dije!? —
— es sencillo hermanito, si consigues que se enamore de ti prometo alejarme de el camino pero si ella se enamora de mi tu tendrás que irte por donde viniste — comentó, haciendo caso omiso a lo que su gemelo le había dicho, meliodas estaba anonadado, era una oferta que haría que ambos se lanzaran a el vacío esperando a que aquella diosa tomara a uno y lo salvara con sus alas majestuosas dejando a el otro morir o en este caso a el otro con el corazón completamente roto, tan solo trago en seco sin creer lo que su querido gemelo decía realmente — y ya se como conseguirla
—¿ a si? ¿Y como?—
— siendo tú, vamos, no es tan difícil ponerte ropa casual y actuar como un idiota— ese comentario si que lo hizo enojar, tan sólo hizo sus manos puños frunciendo el ceño con fuerza mientras sus ojos se oscurecían de la ira contenida en aquel perfecto y hermoso cuerpo que ambos se cargaban
—¿y que harás cuando descubra que no eres el verdadero meliodas eh? No podrás engañarla por siempre, sin contar que a diferencia de ti yo no me haré pasar por un inútil — la tensión era palpable entre ambos y tan espesa que incluso se les dificultaba respirar — dudo mucho que lo logres, estarías firmando tu sentencia —
— solo necesito que se enamore de mi, cuando eso suceda le dire la verdad, no creo que se enoje ¿aceptas el reto?— era aventarse ahora o morir con la duda de que habría pasado si aceptaba, las manos de meliodas sudaban, su cuerpo se debatía entre su corazón que le gritaba que no lo hiciera y su mente que le importaba que aceptara pues tenía todas la de ganar, su hermano no era tan inteligente como pensaba, tan solo lo miro a los ojos observando la sonrisa arrogante de este al creerse seguro de conseguir a aquella mujer
— ¿y como sabremos si se enamoró o no? Dudo que cogernosla cuente pues tú aprovecharás el mínimo descuido para tirartela—
— se lo diremos, cuando llegue el momento le revelaré que siempre me hice pasar por ti y con el que se quede es el ganador— era un tiro al aire donde esperabas que aquella bala perdida de desamor no te cayera a ti, tan solo siguió observándolo en silencio mientras no dejaba de ver cómo su sonrisa se volvía más ancha y arrogante conforme pasaba el tiempo debido a la seguridad que tenía sobre si mismo, ya no lo soporto más, meliodas solo frunció aún más el ceño mostrando la apariencia de un verdadero demonio furioso, había terminado con su paciencia en una guerra donde al final había ganado la mente sobre el corazón
—trato hecho melia — en ese momento ambos hermanos se lanzaron a el vacío esperando a que solo uno de ellos fuera rescatado por aquella hermosa diosa
Se prendió esta cosa 0_o
Como verán ya está tomando forma la razón de las palabras dichas en el prologo UwU, así que superen por qué aunque falta mucho si mi mente me traiciona y termino escribiendo los dos Lemmon antes tal vez la revelación venga más cerca (aunque lo dudo, me controlare lo más que pueda :3)
En fin, si les ha gustado voten y comenten, saben que adoro leer sus comentarios, disculpen las faltas de ortografía y sin decir más me despido necesito seguir escuchando música antes de entrar a asesoría con el profesor de tecnología ur me dejo ese pinche proyecto que tanto odio :'D
Adiós ^w^/
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