Capítulo 18

Elizabeth solo corría por la calle agradeciendo que estuviera desolada y ningún carro pasara así no se cuidaba de los automóviles y no tendría que tener miedo de que alguien le pasara por encima, su cabello se le pegaba a la cara debido a las lágrimas que soltaba y las gotas de sudor que tenía pues estaba haciendo el amor junto a meliodas antes de que todos eso sucediera, no traía ni siquiera sostén pues solo se puso rápidamente sus bragas y pantalón junto a su playera y salió corriendo de ahí, una vez estuvo en la calle solo cruzó los brazos sobre su pecho para que se disimulara un poco la forma en la que sus pechos rebotaban y sus pezones estaban duros 

—Elizabeth!!! Elizabeth espera!!!— pero esta vez ella no se volteó, si plennet gruñó molesta al sentir como aquel hombre la seguía muy de cerca y siguió corriendo lo más rápido que le daban las piernas, no podía permitir que él la atrapara, mirar sus ojos opacos, mirar cómo las lágrimas caían y el arrepentimiento en sus esferas esmeraldas, no había marcha atrás ahora, no iba a permitir que esos ojos hipnotizadores la hagan caer en sus trampas —Mierda no me obligues a alcanzarte— 

—¿O que? ¿Que me harás Melia?— si sus gritos no eran suficiente quizá la forma en la que lloraba y perdía fuerzas si lo era, sentía bien como su lecho ardía como el mismo fuego de el infierno por la desesperación vivida minutos antes mientras las imágenes que vio donde estaban meliodas y ella se seguían reproduciendo en su cabeza, meliodas y ella en aquel lago entregándose, esos ojos negros y esa marca de sol negro junto a ese par de alas negras hermosas y luego la escena en la que parecía un rey y la tomaba mientras de sus ojos alían lágrimas...cuando menos se dio cuenta Melia ya la había acorralado en un callejón debido  a que por estar pensando en esas visiones disminuyó la velocidad —Suéltame imbecil!!!—pero este no lo hizo, al  contrario solo la tomo con fuerza de su brazo impidiéndole seguir adelante clavando su mirada en la de ella 

—No!!! Elizabeth perdóname yo no supe que me pasó y...—

—Esa disculpa deberías de dársela a meliodas no a mi— eso era cierto y el rubio lo sabía por qué disminuyó levemente la fuerza con la que la tenía contra la pared dándole la oportunidad perfecta de liberarse y mirarlo completamente furiosa — No quiero volver a verlos—

—Elizabeth si quieres no me veas a mi, no me hables pero a meliodas no le hagas esto— justo en el clavo, apenas menciono el nombre de el otro rubio una estaca de culpa se clavó en el corazón de la albina quien solo tragó el nudo en su garganta y empezó a respirar agitadamente alejándose lentamente de Melia 

—No, sigo amándote y no te haré daño...no más de el que tú te haces  ti mismo—

—Eli por favor no volverá a suceder y...—

—¡¿Quien me lo promete?! ¡¿Quien me jura que tú no volverás a golpear a meliodas solo por celos!? Por qué no creo que seas tú— las lágrimas se resbalaban de sus ojos azules como nunca antes en su vida, realmente parecía un mar furioso q nada de tragar a aquellos gemelos con una ola profunda de soledad solo para llevarlos a el abismo de la desesperación, se limpió las lágrimas de inmediato aún sin apartar esa mirada de fuego azul de los desesperados ojos esmeralda de Melia, sus manos temblaban, su vida se le iba entre sus manos y todo por los celos— Ahora por favor no vuelvan a buscarme—

—Eli no podemos sin ti...—

—Solo les eh causado problemas desde que llegue a sus vidas, quizá yo no soy la indicada—  susurro suavemente cambiando esa postura de persona rígida y molesta para solo dejar un profundo dolor en su pecho, ardía como el diablo, tenía esa sensación de dolor físico en el lado en el que estaba su corazón como nunca antes le había dolido, los tres implicados se encontraban con ese dolor que los mataba lentamente por dentro llevándolos a el vacío, el error de uno los destruyó a todos —Así que por favor, de buena manera Melia no se acerquen más a mi—

—No Eli...te haz robado nuestras almas no podemos estar sin ti— pero ella no le hizo caso, solo se dio media vuelta ignorando las lágrimas de Melia el cual solo se quedó observando de cómo Elizabeth se daba media vuelta sollozando con fuerza con sus manos temblando debido a la fuerte necesidad de correr hasta sus brazos perdiéndose entre la calle esperando a que en algún momento su albina se diera la vuelta y lo abrazara con fuerza para poder sentirla, pero no fue así, simplemente cayó a el suelo perdiendo el equilibrio de sus emociones cuando la vio dar vuelta en la esquina perdiéndola definitivamente de vista y de su vida, ahora si la había cagado, la mujer de su vida se había ido para siempre, les pidió que no se volvieran a ver y él lo causó todo, solo siguió llorando desconsoladamente agradeciendo por que no hubiera cámaras que lo grabaran dando media vuelta y regresando a su departamento, no tenía otra cosa más que hacer que tirarse en su cama y llorar para disculparse con su gemelo 

*

Elizabeth solo lloraba adentro de la bañera de agua caliente, al final la excitation se le había pasado por todo lo que había sucedido y lo primero que hizo al llegar a su casa fue meterse a la bañera para poder quitar de su cuerpo el sudor que perlábamos cada parte de su piel y la sensación de aún tener los deliciosos labios de meliodas besando cada parte de ella, solo aumento aún más su llanto al pensar en esto

La estaba besando, la estaba acariciando, él estaba entregando su cuerpo y su alma nuevamente hasta que llegó su hermano y la apartó ferozmente de él, aún le dolía un poco el brazo debido a la fuerza con la que Melia la había tomado y arrojado lejos de meliodas en un simple segundo, los golpes brutales y sus palabras de rencor hacia ambos, se había comportado como si fuera un amigo que descubre a su novia cogiendo con la persona a la que le tenía más confianza cuando ella misma había dicho que le pertenecía a ambos y que solamente iba a estar con los dos 

Solo dejo que las gotas de agua salda se mezclaran con las de la bañera, su cuerpo aún temblaba a pesar de que el agua estaba caliente, sus ojos ya estaban algo rojos por las lágrimas mientras que sus labios seguían algo hinchados por la forma en la que meliodas la había besado, fueron momentos lindos esos tres meses qué pasó a su lado...para su mala suerte ese bello cuento de color de rosa ya había llegado a su fin como si nunca hubiera estado ahí, solo cerró los ojos dejando caer más lágrimas a el agua y tomó una fuerte bocanada de aire un die dose en el agua a el instante, aveces estar bajo el agua la relajaba y la ayudaba a pensar olvidando ese dolor físico en el pecho que no la dejaba en paz 

Mientras tanto en la sala estaban nuevamente sus amigas completamente desesperadas por la definitiva separación, la rubia no quiere ani imaginarse cómo estarían de destrozados sus primos o bueno al menos uno de ellos estaría destrozado pues el culpable seguro estaría aún peor 

—Ya es la segunda vez que se pone así por ellos—

—Tenemos que admitir que esta vez no fue culpa de los dos sino de Melia— Diane simplemente asintió ante la declaración de Elaine la cual suspiró pesadamente levantándose por un vaso d e agua y regresando con la boca metida en este, no podía evitar tomar agua cuando se sentía así de nerviosa y desesperada lista para apoyar a su amiga en su dolor, de todas forma sabía que ya no se les iba a acercar a los rubios así ellos la tuvieran acorralada entre la espada y la pared — ¿Que haremos para que no se vean?—

—La sacamos de la ciudad—

—No Diane eso ya es extremo...creo que no podré ir a mi cita con ban— 

—¿Por qué?—elaine simplemente suspiró ante esto, no era por qué no quisiera pero conocía bien que su pareja era el mejor amigo de ese par desastroso por lo que era capaz de retenerla el tiempo suficiente con tal de que esos dos pudieran hablar con la albina, no era algo nuevo saber que ban los estaría encubriendo para sus fechorías de tontos enamorados

—Sabes como es ban, seguramente tratara de ayudarlos para que arreglen las cosas — la castaña simplemente bufo algo molesta debido a eso, conocía bien a sus amigos y harían lo que fuera con tal de ayudarlos sin embargo seguía creyendo que la mejor solución era que su amiga albina se fuera hacia alguna otra ciudad y olvidara a esos gemelos para siempre —  Es mejor que la ayudemos a relajarse, podemos llamar a su trabajo y pedir unos días —

—¿Y la fiesta de ban? Sabes que será su cumpleaños en dos semanas y Elizabeth está invitada —

—Pues no voy a la fiesta —

—¿No vas a asistir a la fiesta de tu novio a la que le rogaste por días a king para que te permitiera ir?— la rubia simplemente comenzó a reírse nerviosa y se recostó en el sillón mirando a su amiga castaña, tenía razón en eso ya había ideado en un si iba a ir con él a su fiesta e incluso que iba a darle un regalo especial— Quizá será mejor que yo no vaya y cuidemos a Eli—

—No...iremos las tres — la voz de justamente la albina fue suficiente para que ambas voltearan a verla de inmediato completamente sorprendidas, Elizabeth tenía puesta su pijama, venia aún algo húmedo por el baño y aunque aún estaba llorando le dedicó una mirada segura a ambas con una sonrisa —No quiero que por mi culpa ustedes se pierdan de la diversión solo no dejen que se me acerquen —

—Claro nena ninguno se te va a acercar — elizabeth solo sonrió ante las palabras de Elaine quien más que nada conocía a sus primos de cómo eran o al menos conocía a los antiguos meliodas y Melia pues al parecer desde que salieron con ella ambos habían cambiado demasiado debido a a lo que creían amor y parecía ser más una obsesión, no era algo difícil de descifrar pues incluso su mirada era diferente aún así no podían permitir que alguno tratara de hacerla creer cuando ya sería difícil que ella vuelva a hacerlo —Tenlo por seguro —

—No soy resistente a el alcohol — 

—Jaja ninguna de nosotros lo somos linda — y en eso tenía razón, Elaine caía borracha a el segundo trago, Diane no tenía tanta resistencia pero si tomaban mas que ellas y Elizabeth pues ella con la primera ya está dando vueltas, sin duda sería una noche de locos verdaderamente 

*

Ya era el día de la fiesta y a último momento parecía que la albina no estaba dispuesta a entrara a el lugar donde había música fuerte y ya varios de sus compañeros de trabajo y escuela bailando y tomando, se sabía bien un ban hacia de las mejores fiestas entre ellos por lo que sin duda estaría muy buena la fiesta, traía puesto un vestido negro pegado a sus curvas de la cintura que resaltaban sus senos más unos tacones d e igual color, traía una leve capa de maquillaje para verse natural y finalizó con unos aretes algo largos, ni siquiera sabía por qué le había hecho caso a sus amigas quienes escogieron el conjunto 

Recordaba que meses atrás meliodas le había dicho que le gustaba más cuando suba negro y eso solo da una provocación para él, ya eran dos semanas une ni cruzaba miradas con ninguno de los, había tomado rutas distintas para ir a trabajar y volver, ya no iba a la misma heladería a la que iba con ellos y mejor se quedaba en casa a platicar con sus amigas, más de una vez Melia le había llamado tratando de comunicarse o meliodas le mandaba mensaje para saber cómo se encontraba pero no les respondía a ninguno de los dos, no quería ni imaginar cómo estaban de mal igual que ella pero aún así no podían hacer nada 

—Aun estamos a tiempo de irnos— susurro Elaine hacia ambas chicas quienes dudaban con el alma tocar o no para llamar la atención de el cumpleañero de el lugar, Elizabeth solo tomó aire tomó la manos de sus amigas para darse valentía y luego tras soltarla tocó fuertemente la puerta de la casa de aquel albino de ojos rojos para llamar la atención, no pasaron ni cinco segundos cuando la puerta se abrió dejando ver a un ban con una cerveza en la mano, unos lentes de fiesta y algo pintado de pintura fluorescente en sus brazos y mejillas 

—Mi amor que bueno que llegas!!! Ven te aparte la pintura amarilla para ti— 

—¿Que?...— Elaine ya no puedo Virgen más por que a el instante el hombre alto la tomó de la mano jalándola hasta el interior para une su pequeña amiga se perdiera entre algunas amigas de la universidad que la estaban pintando levemente con aquella pintura que brillaba 

— Ah chicas pasen están en sus casa!!!— Elizabeth y Diane solo se rieron debido a la escena que acaban de presenciar ante sus ojos y entraron con sonrisas en sus rostro, el departamento de ban era grande por lo que la gente que estaba presente podía bailar y reír plenamente, muchos estaban pintados o tenían puestos gorros de fiesta fluorescente o collares, todo el mundo ahi adentro brillaba...o bueno casi todos 

Los ojos de Elizabeth se fijaron en dos personas en específico que estaban especialmente tomando con ya varias cervezas a sus alrededores pero sin pintura o algo de las decoraciones que había, meliodas y Melia tenían la mirada baja, estaban sentados en lugares diferentes con cada uno diferentes cantidades de licor y por sobre todo ignorados, era exactamente lo que el imaginaba, todos festejando brillando de felicidad mientras ellos tres estaban deprimidos, rápidamente quito su mirada cuando noto como los gemelos posaban sus ojos esmeraldas en ella y se quedaban embobados 

— Ven Eli vamos por la pintura —

—No Diane...—

—Bueno entonces accesorios —Si solo se la iba a pasar mirando a los gemelos y arrepintiéndose de lo une hizo lo mejor era divertirse y tratar de ignorarlos, la albina solo sonrió plenamente agradecida con sus amiga y fue directo a donde su amiga Diane estaba con Jericho y guila las cuales eran las encargadas de pintar a los que querían o ponerle accesorios a todos, Elaine tenía una bella mariposa justo a unos collares que brillaban tomada de la mano de ban mientras que Diane apenas se había sentado para que le dibujaran algo 

Elizabeth solo suspiro, tomo un antifaz de colores que claramente brillaba colocándose en una silla con varios barnices y terminó con pintarse las uñas de colores fluorescentes, no era mucho pero le gustaba cómo se veía sintiendo en todo su cuerpo la oscura mirada de sus dos demonios, podía ver de reojo cómo no dejaban de mirarla uno con deseo y el otro con felicidad, mientras uno la desnudaba con la mirad que otro la alababa y sin duda con eso aún seguía pensando únelo mejor era estar sin ellos dos 

*

¿Cuantas cervezas llevaba? No lo sabía había perdido la cuenta cuando todo se puso de cabeza, solo podía verse a sí misma bailando con varias personas una que otra música provocativa y cada que bajaba la falda de su vestido se levantaba un poco dejando ver su muslo, en algún punto de su ebriedad había olvidado completamente la existencia de los hermanos, ya no sabía si la miraban o no, si ya se habían quedado dormidos de lo borrachos que están p quizá se habían ido al verla, se sentía mareada, fuera de si misma y a pesar de todo eso seguía riéndose con sus amiga y tomando más y más, era algo raro que asesar de esa sensación siguiera y siguiera de pie pues sentía que todo el mundo daba vueltas mareándola

—Hip ban no me...hip...lleves necesito cuidar a Eli de los idiotas— Pero el Albino no le hizo caso en ningún momento 

En algún punto de la noche sus amigas se habían separado de ella sin querer, ban había tomado a Elaine de la cintura la cual aun borracha pataleaba y le gritaba que no podia dejar a Elizabeth sola pues la estaban cuidando pero ya había escuchado como a pesar d todo ban se la había llevado escaleras arriba y cuando Diane empezó a besar a aquel castaño enano trato de llevarla con ellos pero al aparecer king tenía otros planes por que la alejo rápidamente dejando a la albina sola bailando 

Tenía gotas de pintura en su cabello debido a que le había salpicado un poco de las personas a las que les aventaban los chorros de pintura para que su ropa quedara por completo llena de color, la música estaba alta, sus ojos estaban cerrados disfrutando de mover sus caderas de uña lado a otro y cuando menos se dio cuenta alguien ya la había tomado de la cintura encajando sus dedos como si fueran garras en su vestido, rápidamente Elizabeth volteó dejando ver a un rubio de pequeño tamaño, algo tambaleante debido a que al igual que ella ya estaba borracho y rematando con unos ojos opacos que la hipnotizaban 

Ya lo conocía y aún así gracias a la bendita cerveza no podía reconocerlo, había alguien igual que él completamente recostado en el sillón completamente dormido debido a el alcohol que había consumido siendo pintado con aquellos colores neón mientras la gente se tomaba fotos, era bien sabido que quien se dormía era usado como el juguete por los amigos así que no se preocupaba mucho 

—Si que mueves bien las caderas linda— le susurro a el oído aquel rubio dándole un escalofrío y levantando su pierna solo para pegarla a su cintura permitiéndole para la mano por su muslo interno —¿ No te gustaría mover las caderas sobre otra cosa?~— era una declaración abierta a el destino donde ninguno de los dos recordaría lo que iba a suceder a continuación, el tono ronco donde se refería claramente a tener sexo con él fue suficiente para que ella mojara esas bragas negras que traía puestas debido a las expresiones y aquella voz que la sonrojó, sin importarle nada beso ferozmente en los labios a aquel hombre, beso que fue rápidamente correspondido con una brusquedad mayor

Sus labios se chupaban como si no hubiera una mañana regresándole a Elizabeth los recuerdos bonitos al lado de ambos gemelos dejando de lado la razón por la que había decidido romper con ellos, sus lenguas se entrelazaron en un beso salvaje y lleno de pasión acelerándoles el corazón y cómo si fuera poco las manos de aquel amante de una noche bajaron hasta su delicioso trasero para apretarlo con fuerza ahogando sus gemidos en aquel beso candente, los recordaba, sabía que se estaba besando con Melia el cual aún no había caído desmallado por la borrachera y estaba tan ebrio que decidió enfrentarla, recordaba sus manos por sus pechos, su lengua en su intimidad dándole placer o cuando la embestía contra la pared o en su cama cuando meliodas no estaba, esos pensamientos hicieron que empezara a gemir contra el beso 

—Tomare eso como un si — susurro Melia apenas sus labios se separaron pasando las manos hacia el cierre de su vestido comenzando a bajarlo, cuando recordó que estaban en una fiesta solo comenzó a reírse con diversión tomando la mano de la albina la cual no dudó en seguirlo en ningún momento como si fuera una niña pequeña escaleras arriba hasta la segunda habitación de la casa de el Albino, apenas la puerta se cerró a sus espalda sintió como ese rubio la arrojaba con fuerza hacia la cama colocándose sobre ella con una sonrisa de pura lujuria llevando sus manos nuevamente a el cierre de ese sexy vestido — Sabes el negro no te queda nada mal—

Sin duda esa era una muy mala broma por parte de el destino, quizá los quería hacer sufrir o simple te hacía lo que me daba la gana pero haber acertado a esa solicitud fue el peor error que Elizabeth pudo haber cometido 

Uff en el próximo capítulo habra lemon entre Elizabeth y Melia así que a los que les incomode el acto son completamente libres de saltarse ese momento 

Pero tranquilos que no todo el capítulo será solo Lemon también veremos lo que pasará a la mañana siguiente y el inicio de el momento que me urge escribir ya que trataré de hacerlo corto 

Lo malo aún no llega pero ya está cerca o mejor dicho yo estoy cerca ewe 

Si les a gustado voten y comenten, saben que adoro leer sus comentarios y nos veremos más al rato en otro capítulo >;3

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